Román Gubern.
Historia del cine.
Compactos Anagrama. Barcelona, 2016.
En una espléndida edición de bolsillo, Compactos Anagrama publica la última versión revisada y actualizada de la imprescindible y monumental Historia del cine de Román Gubern, una obra de referencia desde su primera edición en 1969 en dos tomos.
A lo largo de sus muchas reediciones se han ido añadiendo nuevos capítulos y sucesivas revisiones que culminan con la “Última sesión”, de 2014, cuando el canon es que no hay canon y el consumo de películas se está desplazando en el mundo occidental de lo público a lo privado, de las salas de proyección a los domicilios, primero con el vídeo y hoy con internet.
Con cuatro cuadernillos de ilustraciones, la Historia del cine es una obra de consulta rápida con dos índices -uno onomástico, otro de películas- que permiten una búsqueda directa de títulos, directores o actores; un manual universitario y un relato próximo de la evolución del séptimo arte desde el punto de vista estético, técnico y temático.
Una evolución vertiginosa, porque, a diferencia de otras artes, surge en un momento que le permite asumir el bagaje cultural previo y aprovechar los avances de la técnica, la literatura, la música, la pintura o la fotografía.
Una evolución tan vertiginosa responde a la aceleración histórica que se ha producido en el último siglo, a la necesidad de reflejar el contexto social, político, ideológico, artístico o cultural de cada momento y cada país. Por eso el cine es un fenómeno complejo que requiere enfoques múltiples para analizar no sólo su dimensión estética, sino la repercusión social de su contenido ideológico, su influencia en los gustos y la mentalidad, su poder propagandístico al servicio del poder o de las revoluciones.
Y con esa perspectiva integral, Gubern abordó las transformaciones de un arte cambiante desde el cine mudo al cine en la época de internet, pasando por la importancia de corrientes como el neorrealismo italiano, la nouvelle vague francesa, el cine americano o el español.
Una obra monumental en una edición asequible puesta al día con la perspectiva actual, cuando el cine es “un mosaico de propuestas cuyo canon es la diversidad, o la pluralidad de miradas y la heterogeneidad de sensibilidades, lo que no excluye contaminaciones e hibridaciones transculturales, a veces de modo subterráneo. En un contexto en el que los conceptos de canon y de «cine nacional» han tendido a diluirse por el efecto centrífugo de la globalización, los juicios estéticos están sometidos a caución.”
Santos Domínguez