Arthur Conan Doyle.
El valle del terror.
Traducción de
Miguel Ángel Pérez Pérez.
El libro de bolsillo. Alianza Editorial. Madrid, 2014.
Ahora que se van a cumplir los cien años de la publicación por entregas de El valle del terror, Alianza Editorial lo recupera en El libro de bolsillo con una nueva traducción de Miguel Ángel Pérez Pérez.
Se editó en formato de libro al año siguiente, en 1915, y fue la cuarta y última de las novelas de Sherlock Holmes, una obra que en sus dos partes encubre lo que en realidad son dos novelas cortas conectadas por un epílogo, dos relatos unidos en esa estructura bipartita, como en Estudio en escarlata.
Ocupa aquí un lugar central la maléfica figura del maquinador Moriarty, profesor de matemáticas y ciencias del joven Holmes y ahora encarnación del mal, urdidor de crímenes y enemigo del detective.
La articulación de las dos partes de la novela, como en otras de la serie, responde a dos esquemas narrativos y temporales muy diferentes. Si el primero -La tragedia de Birlstone- es un relato detectivesco clásico narrado por Watson y con el enigma de un misterioso crimen cuyas claves desvela Holmes con su penetrante método deductivo, el segundo -Los camorreros- es un flashback narrado en tercera persona y centrado en la figura del muerto y en los antecedentes que explican el relato de la primera parte.
Y es precisamente la segunda parte la que es una pequeña obra maestra sobre una banda de gansters, un relato que ejerció una notable influencia sobre Dashiel Hammet en Cosecha roja y se tiene como una obra precursora de la novela negra.
La ágil y cuidada traducción de Miguel Ángel Pérez es un motivo añadido para redescubrir esta novela en la que Conan Doyle alcanza alguno de sus mejores momentos creativos.
Santos Domínguez