6/10/21

Antesalas del olvido. Conversaciones con José María Álvarez en Venecia

 

  


 José María Álvarez.
 Antesalas del olvido.
 Conversaciones en Venecia con Alfredo Rodríguez. 
Ediciones Ulises. Madrid, 2021
 
“Uno tiene a veces la impresión de que estas conversaciones con José María Álvarez llenan o recubren los espacios vacíos entre poema y poema”, escribe Alfredo Rodríguez en el prólogo de Antesalas del olvido, el libro publicado por Ediciones Ulises que recoge sus conversaciones con José María Álvarez en Venecia a finales de 2019.

En ese prólogo, titulado 'La conciencia lúcida de José María Álvarez', Alfredo Rodríguez -a quien José María Álvarez le reconoce en la nota inicial “la habilidad y la inteligencia para hacerme recordar y reflexionar sobre mi propia obra, y sobre mi vida, de forma muy cordial y el tiempo, profunda”- afirma:

Este libro que tienes entre tus manos, amigo lector, refleja una vez más mi continuo asombro ante la obra alvareziana, esa aventura que sigue siendo para mí adentrarme en ella. Abras la página que abras en sus libros es la vida trepidante la que asoma. Porque en este poeta no es posible de ningún modo separar la obra poética de su línea vital. Un hombre como José María Álvarez tenía un destino reservado: la poesía. Su obra era su verdadera vida. [...] En estas conversaciones podemos ver de nuevo cómo su entusiasmo por la literatura es genuino, absorbente, total: el poeta se nos presenta una vez más como un acabado ejemplo del hombre que parece reunir en él toda la historia de la literatura.

Tras la trilogía que recogió las conversaciones en París entre José María Álvarez y Alfredo Rodríguez, los cinco capítulos de este nuevo volumen abordan la trayectoria vital y literaria del poeta de Museo de cera, exploran el espíritu de Venecia a través de sus lugares emblemáticos, reflexionan sobre su concepción de la escritura y la creación poética, homenajean a los autores y libros más queridos por Álvarez y finalmente enfrentan los temas de la actualidad social y política como en este juicio sobre Pablo Iglesias: “Iglesias no deja de ser un pobre diablo, inculto y jactancioso; uno de esos arribistas a quienes las actuales circunstancias le han permitido por un breve espacio de tiempo chulear creyéndose que son alguien o algo. Yo creo que ya es un cadáver.”

O sobre Pedro Sánchez: “Le cuadra aquello que dice Tácito de Tito Vinius: deterrimus mortalium [el más miserable de los mortales]. Basura de individuo.”

Y todo ello sobre el telón de fondo de Venecia, cuya importancia en la obra de Álvarez explica así Alfredo Rodríguez: “El poeta es consciente de que tal vez el mejor remedio para esa «desgracia de ser español» -a la que a veces suele referirse con sorna- sea un periodo de exilio en una ciudad como Venecia, que constantemente le habla del tiempo por encima del tiempo, que cada vez que vuelve a verla es una nueva sorpresa para él. Aquí es donde mejor encaja la fidelidad del poeta con un concepto misterioso y profundo del Arte como una realidad superior. Esa es la vocación, la grandeza, la calma que solo le proporciona esta ciudad de los poetas, por donde antes pasaron Dante, Petrarca o Byron. Porque en José María Álvarez se da el exilio como esencial condición de la palabra poética.”

La Fenice, Santa Maria Formosa, el puente de Rialto, la tumba de Pound, Burano, el Campo della Carità, la Piazzetta, San Zaccaria, el Ghetto, la Laguna son algunos de los lugares en los que transcurren las once jornadas de conversaciones en las que se suceden y entremezclan los clásicos y los contemporáneos, la poesía y la música, la pintura y la escultura: Shakespeare y Borges, Virgilio y Montaigne, Dante y Kavafis, Conrad y Kafka, Nabokov y Onetti, Musil y Goethe, Pound y Durrell, Gibbon y Homero, Turner y Rubens, Giorgione y Van Eyck, Picasso y Monet, Bacon y Giovanni Bellini, Canova y el Apolo del Belvedere o Mozart.

Complementarias de los tres anteriores volúmenes de conversaciones entre ambos interlocutores,  vuelve a brillar en estas páginas la inteligencia polémica de José María Álvarez y la capacidad de Alfredo Rodríguez para indagar en lo más hondo de la vida y la obra de su maestro reconocido con un conocimiento de su poesía que hace de este volumen un complemento muy recomendable para acercarse a un mundo literario tan peculiar como imprescindible.

Como en la trilogía de conversaciones parisinas, en estas conversaciones venecianas la complicidad entre los dos interlocutores hace que esta obra vaya más allá de la mera reunión de conversaciones para convertirse en un análisis riguroso de los motivos y las claves literarias sobre las que se levantan los libros y los poemas de José María Álvarez, que deja en las páginas de Antesalas del olvido afirmaciones como esta, ante la pregunta de si “un poeta debe comprometerse de manera pública, debe rebajarse a las querellas de este mundo, o si tiene un mensaje que dar ha de hacerlo sólo por medio de su escritura”:

Él sí, si no hay más remedio. Pero su visión debe estar por encima de esas querellas. Ir al hueso. Y eso de los mensajes…se hubiera hecho cartero.

Santos Domínguez