8/10/18

Los papeles de J. C.




Moisés Pascual Pozas.
Los papeles de J. C.
Izana Editores. Madrid, 2018.

En las tardes asediadas por el tedio, abro el cuaderno y me busco en los renglones que la pluma traza, pero mentirosa es la memoria más veraz, añagaza necesaria en este ciego y corto vuelo que llamamos vida, nosotros, cucarachas en las alcantarillas del tiempo. Como el linaje de las hojas, así es el de los hombres. El viento las esparce por el suelo, pero de nuevo brotan del árbol revivido cuando llega la estación florida. Así, mientras una generación de hombres muere, otra nace. ¿Qué grano brotará de simiente tan falsaria y olvidadiza: amor, odio, indiferencia, alegría, pesadumbre o hastío? ¿Qué sentido tiene un existir anclado en un movimiento uniforme donde solo se escucha el tic-tac de los relojes que otros dieron cuerda? En el espejo de los olvidos y recuerdos busqué mi rostro, pero no lo encontré en esta tenebrosa procesión de máscaras insomnes.

Con esa potente calidad de prosa comienza Los papeles de J.C., la última novela de Moisés Pascual Pozas, que culmina con ella una larga y reconocida trayectoria narrativa iniciada en 1980 con Los descendientes del musgo y consolidada con títulos como Las voces de Candama o Espejos de humo.

La más arriesgada también, pese a la raigambre cervantina de su trama compleja, articulada en torno a dos personajes que responden a las siglas J. C.: el difunto y marginal Julián Cameno y el depositario de sus cuadernos, el periodista Julio Carmona, empeñado en la ordenación de los escritos confusos y laberínticos del primer J. C.

Unos papeles que permiten la reconstrucción de aquella vida ajena llena de lagunas que debe atravesar la fabulación, en una búsqueda del otro que acaba convirtiéndose como contrapunto en una autobiografía, en una búsqueda de sí mismo.

Ambientada en medio de un páramo que tiene más de espacio narrativo y territorio metafórico que de paisaje real, delimitado entre Armenta, el límite pedregoso de los pueblos muertos  y la Alhuma de sepulcros de Espejos de humo, quizá su mejor novela, en Los papeles de J. C. se cruzan la vida y la literatura, la realidad y la ficción, lo sucedido y lo imaginado para completar el viaje interior de dos autores en busca de su propia identidad problemática y de su propio personaje opaco.

Con una estructura compleja de cajas chinas en la que se confunden deliberadamente las diversas voces narrativas, memoria e invención se conjugan en una arquitectura narrativa sobre la que descansa la vertebración de vidas y peripecias de esta novela exigente y brillante que publica Izana  Editores con menos pulcritud de la que merece una obra de esta calidad.

Santos Domínguez