Carlos Fuentes.
La región más transparente.
Edición conmemorativa.
Real Academia Española.
Asociación de Academias de la Lengua Española.
Alfaguara. Madrid, 2008.
Tuna incandescente. Águila sin alas. Serpiente de estrellas. Aquí nos tocó. Qué le vamos a hacer. En la región más transparente del aire.
En este año que acaba, Carlos Fuentes ha cumplido ochenta años y su primera novela, La región más transparente, el medio siglo. Con ese motivo, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, por iniciativa de la Academia Mexicana, han preparado una edición especial para celebrar el medio siglo de aquella obra emblemática y germinal. Como los anteriores volúmenes conmemorativos del Quijote y de Cien años de soledad, lo publica en una cuidada y asequible edición la editorial Alfaguara.
Cuando apareció en el Fondo de Cultura Económica La región más transparente, estaba a punto de cumplirse otro medio siglo, el de la revolución mexicana, que había dado lugar a toda una narrativa sobre sus antecedentes, su desarrollo y sus consecuencias: Los de abajo, Las tierras flacas y –sólo tres años antes- Pedro Páramo reflejaban el impacto de la revolución en los ámbitos rurales.
Estaba por escribir la novela urbana de la revolución. Y eso es entre otras cosas La región más transparente: con el modelo de mosaicos novelísticos sobre la ciudad como Manhattan Transfer y Berlin Alexanderplatz, el reflejo en un espejo deformante de la ciudad de México, el retrato múltiple y complejo de la primera generación posrevolucionaria de la que forma parte el autor.
La novela –lo explicó Lukács de forma definitiva- surge del punto donde se cruzan el momento histórico, la realidad social y los destinos individuales. La región más transparente es por eso una novela coral, plural y poliédrica como la ciudad que la provoca, como el cruce de vidas que se produce en el espacio de un México que encuentra aquí por primera vez su propia voz.
Acogida con polémica y opiniones encontradas, renovadora en sus planteamientos técnicos e ideológicos, en su denuncia del fracaso revolucionario, La región más transparente es una obra que inaugura no sólo la trayectoria personal de su autor o una nueva dirección en la novela mexicana. Más allá de esas virtudes, es la epifanía de la nueva novela latinoamericana que entraría así en la modernidad y asombraría al mundo en la década siguiente.
Como en los murales populosos de Diego Rivera, conviven en la novela el pasado y el presente, lo individual y lo colectivo, el mito y la historia para dibujar la complejidad de una sociedad mutante y contradictoria, abierta y hermética, moderna y tradicional.
Y en esa visión crítica la ciudad ya no es sólo escenario o telón de fondo, sino protagonista con voz propia, una voz en la que conviven los distintos idiolectos que reflejan el complejo entramado social de México.
Precursora y fundacional, La región más transparente funde el reflejo del presente y la mirada a la historia, el narrador omnisciente y el monólogo interior, los diálogos populares y la voluntad de estilo, la narratividad y el lirismo, la modernidad y la tradición, el individuo y la colectividad para completar el mosaico complejo de una realidad problemática y una sociedad mutante.
Carlos Fuentes ha revisado y fijado de manera definitiva el texto de su novela para esta edición cuidada por Gonzalo Celorio, el académico mexicano que hace en ella una completa semblanza de Carlos Fuentes como epígono y precursor. José Emilio Pacheco recuerda la recepción de la obra y analiza la importancia de la ciudad en su Carlos Fuentes en la región más transparente. Otro académico mexicano, Vicente Quirarte, cierra los textos introductorios con un estudio de situación de la obra en la narrativa mexicana contemporánea.
Carmen Iglesias, que escribe sobre la relación de historia y novela en la obra; Sergio Ramírez, que destaca su carácter inaugural; Nélida Piñón, que evoca sus fuentes literarias; y Juan Luis Cebrián, que analiza el pensamiento crítico de Carlos Fuentes, suman sus textos epilogales a esta edición conmemorativa, que se cmpleta con una bibliografía, un glosario de voces y un índice onomástico, instrumentos de navegación imprescindibles para orientarse en la complejidad de esa ciudad que según Alfonso Reyes estaba situada en la región más transparente del aire.
En este año que acaba, Carlos Fuentes ha cumplido ochenta años y su primera novela, La región más transparente, el medio siglo. Con ese motivo, la Real Academia Española y la Asociación de Academias de la Lengua Española, por iniciativa de la Academia Mexicana, han preparado una edición especial para celebrar el medio siglo de aquella obra emblemática y germinal. Como los anteriores volúmenes conmemorativos del Quijote y de Cien años de soledad, lo publica en una cuidada y asequible edición la editorial Alfaguara.
Cuando apareció en el Fondo de Cultura Económica La región más transparente, estaba a punto de cumplirse otro medio siglo, el de la revolución mexicana, que había dado lugar a toda una narrativa sobre sus antecedentes, su desarrollo y sus consecuencias: Los de abajo, Las tierras flacas y –sólo tres años antes- Pedro Páramo reflejaban el impacto de la revolución en los ámbitos rurales.
Estaba por escribir la novela urbana de la revolución. Y eso es entre otras cosas La región más transparente: con el modelo de mosaicos novelísticos sobre la ciudad como Manhattan Transfer y Berlin Alexanderplatz, el reflejo en un espejo deformante de la ciudad de México, el retrato múltiple y complejo de la primera generación posrevolucionaria de la que forma parte el autor.
La novela –lo explicó Lukács de forma definitiva- surge del punto donde se cruzan el momento histórico, la realidad social y los destinos individuales. La región más transparente es por eso una novela coral, plural y poliédrica como la ciudad que la provoca, como el cruce de vidas que se produce en el espacio de un México que encuentra aquí por primera vez su propia voz.
Acogida con polémica y opiniones encontradas, renovadora en sus planteamientos técnicos e ideológicos, en su denuncia del fracaso revolucionario, La región más transparente es una obra que inaugura no sólo la trayectoria personal de su autor o una nueva dirección en la novela mexicana. Más allá de esas virtudes, es la epifanía de la nueva novela latinoamericana que entraría así en la modernidad y asombraría al mundo en la década siguiente.
Como en los murales populosos de Diego Rivera, conviven en la novela el pasado y el presente, lo individual y lo colectivo, el mito y la historia para dibujar la complejidad de una sociedad mutante y contradictoria, abierta y hermética, moderna y tradicional.
Y en esa visión crítica la ciudad ya no es sólo escenario o telón de fondo, sino protagonista con voz propia, una voz en la que conviven los distintos idiolectos que reflejan el complejo entramado social de México.
Precursora y fundacional, La región más transparente funde el reflejo del presente y la mirada a la historia, el narrador omnisciente y el monólogo interior, los diálogos populares y la voluntad de estilo, la narratividad y el lirismo, la modernidad y la tradición, el individuo y la colectividad para completar el mosaico complejo de una realidad problemática y una sociedad mutante.
Carlos Fuentes ha revisado y fijado de manera definitiva el texto de su novela para esta edición cuidada por Gonzalo Celorio, el académico mexicano que hace en ella una completa semblanza de Carlos Fuentes como epígono y precursor. José Emilio Pacheco recuerda la recepción de la obra y analiza la importancia de la ciudad en su Carlos Fuentes en la región más transparente. Otro académico mexicano, Vicente Quirarte, cierra los textos introductorios con un estudio de situación de la obra en la narrativa mexicana contemporánea.
Carmen Iglesias, que escribe sobre la relación de historia y novela en la obra; Sergio Ramírez, que destaca su carácter inaugural; Nélida Piñón, que evoca sus fuentes literarias; y Juan Luis Cebrián, que analiza el pensamiento crítico de Carlos Fuentes, suman sus textos epilogales a esta edición conmemorativa, que se cmpleta con una bibliografía, un glosario de voces y un índice onomástico, instrumentos de navegación imprescindibles para orientarse en la complejidad de esa ciudad que según Alfonso Reyes estaba situada en la región más transparente del aire.
Santos Domínguez