13/1/07

El clima


Manuel Toharia.
El clima.
Editorial Debate.
Barcelona, 2006.

Manuel Toharia, antiguo hombre del tiempo en la televisión pública de los años setenta y director del Museo de la Ciencias de Valencia, es uno de los más activos divulgadores científicos en nuestro país, donde al contrario que en Estados Unidos o Gran Bretaña no abundan los hombres de ciencia dedicados a hacer comprensibles los conocimientos científicos al conjunto de la población y escasean aún más los periodistas con una sólida formación en estos terrenos.

El clima (que lleva como subtítulo el calentamiento global y el futuro del planeta) es una obra de claro tono divulgativo, pero que no rehúye el rigor científico ni tampoco renuncia a encararse con cuestiones polémicas que desbordan el campo de la ciencia para entrar en los terrenos de la ideología y la política.

En los dos primeros capítulos se enfrenta Toharia a la historia del clima, en el primero al pasado remoto (quizá el capítulo más árido por sus referencias a los tiempos geológicos) y en el segundo se describe la historia climática de los últimos siglos. Ambos capítulos sirven para introducir conceptos climáticos y demostrar que los cambios climáticos se han venido dando desde siempre, y no desde que sirven para rellenar noticiarios en días sin atentados ni partidos de la liga de campeones.

En el tercer capítulo se analiza el presente y es ahí donde se tratan los asuntos más polémicos: ¿Se está produciendo un cambio climático? ¿Qué dimensiones y consecuencias tiene ese cambio? ¿Cuál es la contribución humana en esas transformaciones del clima terrestre?

Ante estas cuestiones el científico puede sufrir el fuego cruzado de los ecologistas más apocalípticos que nos amenazan desde hace tiempo con un infierno carbónico y por otro lado de los portavoces de las grandes multinacionales extractoras y transformadoras de hidrocarburos (por no hablar de los estados que se sostienen fiscalmente gracias a las regalías que obtienen con la venta de combustibles) que a través de sus portavoces mediáticos sostienen que el llamado cambio climático es un simple fenómeno natural. Toharia se permite criticar los excesos de unos y otros, pero quizás lo mejor de su libro sea su recomendación de prudencia ante un asunto tan complejo como el clima, por la cantidad de variables que lo componen y que lo convierten en difícil de describir y casi imposible de predecir, hasta configurar un sistema prácticamente caótico. Porque si después de leer el libro alguien cree que ya lo ha entendido todo sobre el clima y sus variaciones, lo que ocurre es que no ha entendido nada.

Por esto Toharia se preguntaba ya en la introducción: “¿Quiere decir esto, que como no estamos seguros, mejor no hacemos nada?” y nos responde en los capítulos cuarto y quinto: aunque no ve posible prescindir de los combustibles fósiles a corto plazo, gobiernos, organismos internacionales (Toharia propone la creación de alguna entidad mundial con poderes reales ejecutivos en materias medioambientales) e individuos podemos actuar para luchar contra el cambio climático.

Con ello la vieja ocurrencia que se atribuye a Mark Twain, “Todo el mundo habla del tiempo, pero nadie hace nada al respecto”, deja de ser una humorada y se transforma en una arenga.

Jesús Tapia