30/9/11

Rosario Castellanos. Antología poética


Rosario Castellanos.
Juegos de inteligencia.
Antología poética.
Selección y prólogo de Amalia Bautista.
Renacimiento. Sevilla, 2011

Matamos lo que amamos. Lo demás
no ha estado vivo nunca.


Así comienza Destino, uno de los poemas de Rosario Castellanos (México, 1925- Tel Aviv, 1974) que ha seleccionado Amalia Bautista para la antología Juegos de inteligencia que acaba de publicar Renacimiento.

Menos conocida que sus amigos Jaime Sabines y José Emilio Pacheco, Rosario Castellanos es uno de los grandes nombres de la literatura mexicana del siglo XX y forma parte, como ellos, de una irrepetible edad de oro de la poesía contemporánea en ese país.

El espléndido poema cuyo arranque citaba más arriba pertenece a Lívida luz, un libro de 1960, y termina con estos versos que reflejan la intensidad verbal y emocional de su poesía:

El ciervo va a beber y en el agua aparece
el reflejo de un tigre.


El ciervo bebe el agua y la imagen. Se vuelve
—antes que lo devoren— (cómplice, fascinado)
igual a su enemigo.


Damos la vida sólo a lo que odiamos.


Como en este texto, el amor, la muerte, la soledad, la memoria y el tiempo configuran los temas de una poesía en la que se funden ejemplarmente el ímpetu del sentimiento y la potencia de una palabra que nunca deriva hacia la oscuridad metafórica, sino hacia la expresividad enunciativa y directa.

El amor como crecimiento o como destrucción, la rebeldía ante la soledad y las postergaciones, la incursión en la herida y en la sombra marcan las claves de la poesía de Rosario Castellanos, una poesía exigente y rigurosa desde el punto de vista formal y estrechamente vinculada a la realidad biográfica y a las circunstancias sentimentales de la poeta.

Desde los iniciales Apuntes para una declaración de fe y Trayectoria del polvo, dos libros de 1948, hasta Viaje redondo, de 1972, la poesía de Rosario Castellanos es una mirada al espejo, una forma de trazar su autorretrato, incluso cuando se proyecta en una máscara como en la excelente Lamentación de Dido, la reina abandonada por Eneas y hermanada con la poeta en la desolación:

Ah, sería preferible morir. Pero yo sé que para mí no hay muerte.
Porque el dolor —¿y qué otra cosa soy más que dolor?— me ha hecho eterna.


La expresión de ese dolor, la explosión emocional de la mujer abandonada y sola alcanza uno de sus momentos más altos en Elegía, un poema de En la tierra de en medio (1969):

Nunca, como a tu lado, fui de piedra.

Y yo que me soñaba nube, agua,

aire sobre la hoja,
fuego de mil cambiantes llamaradas,
sólo supe yacer,
pesar, que es lo que sabe hacer la piedra
alrededor del cuello del ahogado.


Un poema tan memorable como la mayoría de los que ha seleccionado Amalia Bautista en esta cuidada antología.

Santos Domínguez

29/9/11

Ensayos selectos de Enrique Vila-Matas


Enrique Vila-Matas.
Una vida absolutamente maravillosa.
Ensayos selectos.
Debolsillo. Barcelona, 2011.

Junto con el recientemente reeditado El viajero más lento, los ensayos selectos que se reúnen en Una vida absolutamente maravillosa, que edita Debolsillo en su Biblioteca Vila-Matas es una recopilación de ensayos y artículos que trazan un mapa completo del inconfundible universo literario de Enrique Vila-Matas.

Es, como explica el editor en su nota introductoria, "una amplia y rigurosa antología cronológica de los artículos y ensayos publicados por Enrique Vila-Matas durante más de veinte años (...), una autobiografía literaria de Enrique Vila-Matas, un diario de lecturas y relecturas, además de un cuaderno de experimentación donde ensaya los tonos y formas que luego cristalizaron en su obra canónica."

Procedentes de otros volúmenes como Desde la ciudad nerviosa o El viento ligero de Parma o dispersos en publicaciones periódicas como Letras libres o Babelia, además de textos centrales y mayores en la obra de Vila-Matas, como Janelas Verdes' Dream, Mastroianni-sur-Mere, Un tapiz que se dispara en muchas direcciones o Escribir es dejar de ser escritor, se recogen también en este generoso tomo los inéditos del Segundo dietario voluble y la totalidad de los artículos y semblanzas de escritores de Para acabar con los números redondos, que publicó Pre-Textos en 1997.

"Vila-Matas -avisa el editor en su nota-, como es bien sabido, ha llevado a cabo un genuino mestizaje en que el cuento, la novela, el ensayo, la conferencia y el aforismo abjuran de sus límites para explorar un territorio liminar y, al mismo tiempo, bien custodiado y reconocible."

Cine y literatura, libros y ciudades, clásicos y contemporáneos conviven en estos artículos que son también un cuaderno de viaje por las geografías reales e imaginarias que explora la obra del novelista, del articulista y del viajero.

En uno de esos artículos –Lo que dije de Rossi en Barcelona- recuerda Vila-Matas la génesis de Lejos de Veracruz en la lectura que hizo Octavio Paz de un poema de William Carlos Williams. Esa novela, que se publicó en 1995 y que aparece ahora en la Biblioteca Vila-Matas en Debolsillo, empezaba de esta manera inconfundible:

No todo el mundo sabe que a Veracruz y a sus playas lejanas no pienso en la vida nunca volver. Fui feliz allí, el mes pasado, en noche de luna llena, en Los Portales, ni antes ni después de esa noche, en el último mes de julio de mi juventud. Pero no pienso en la vida nunca volver, pues sé muy bien que la nostalgia de un lugar sólo enriquece mientras se conserva como nostalgia, pero su recuperación significa la muerte.

Y casi en su desenlace se lee esto:

—Tuve una pesadilla —dije—. Mataba a Dios, que resultaba ser un pobre hombre, un chulo de Badajoz. En el momento de disparar contra él se le poblaron los ojos con millones de luceros y confesó haberse equivocado siempre conmigo. Me ha sorprendido descubrir que Dios era tan poca cosa.

¿Cómo resistirse a leer lo que hay en medio?

Santos Domínguez

28/9/11

Memorias de Joseph Grimaldi


Charles Dickens.
Memorias de Joseph Grimaldi.
Traducción, prólogo y notas de Eduardo Berti.
Páginas de Espuma. Madrid, 2011.


Fue el payaso más famoso de Inglaterra durante el siglo XIX, el primer payaso moderno, el que asume la tradición del Pierrot de la commedia dell’arte e inaugura otra: la del payaso triste que sobrelleva su infortunio con la risa profesional que pinta en su cara.

Pero además Joseph Grimaldi forma parte de la historia de la literatura gracias a Charles Dickens, que a los veinticinco años, cuando colaboraba en la prensa y firmaba sus obras como Boz, asumió la reescritura de las memorias del famoso payaso. Tan famoso que su seudónimo profesional (Joey) es aún en inglés sinónimo de clown y su memoria se homenajea cada primer domingo de febrero con una multitudinaria comitiva de máscaras, payasos y arlequines.

Estas Memorias fueron para Dickens, además de un trabajo alimenticio bien pagado, un ejercicio de escritura que se publicó en 1838, poco después de Los documentos póstumos del Club Pickwick, la novela que le había dado ya un prestigio considerable, y a la vez que aparecía por entregas Oliver Twist.

El éxito comercial de las Memorias de Joseph Grimaldi fue inmediato, porque se sumaban en ellas dos prestigios: el del payaso y el de un escritor que estaba construyendo un mundo narrativo personal que tiene una enorme capacidad de conectar con el gusto y con el sentimiento de los lectores:

A muchos lectores -escribe Dickens- les parecerá absurdo que un payaso fuese un hombre tan sensible y refinado, pero así era Joe Grimaldi, quien sufrió tremendamente por culpa de su enfermedad y de sus muchos infortunios.

Y aunque esta es una obra evidentemente menor y circunstancial que Dickens despachó en un par de meses, puso en ella un toque personal. Aquí están algunos de los ambientes y los temas que recorrerán su obra posterior, su destreza narrativa para la construcción episódica sobre un fondo documental, su admirable talento en el trazado de los personajes y su mirada a la vez irónica y compasiva:

El asunto concluyó con una severa paliza que hizo llorar de amargura al niño. Las lágrimas que corrieron por su rostro, cubierto de una gruesa capa de pintura “de dos centímetros de espesor”, transformaron tanto su aspecto que Joe ya no parecía ni un pequeño payaso ni un pequeño ser humano. De inmediato, lo llamaron a subir al escenario. Su padre, en pleno rapto de ira, no advirtió el estado en que su hijo subía a actuar, no hasta oír cómo el público estallaba de risa. Entonces, aún mas furioso, Grimaldi padre alzó a Joe y le propinó otra tunda, que hizo vociferar al niño.

El público interpretó esto como una broma genial y los periódicos del dia siguiente afirmaron que era maravilloso ver actuar a un niño con tanta naturalidad, algo que hacía honor al talento de su padre como docente.


Este episodio ilustra bien ciertos misterios de la vida de los actores. Una sonrisa en los labios o unas lágrimas en los ojos, una nota de dicha en la voz o una sensación de pena en el corazón suelen suscitar, una y otra vez, las mismas cataratas de risas y de aplausos. Los personajes de aspecto famélico suelen mover casi invariablemente a risa; el público ya ha cenado.

Páginas de Espuma publica las Memorias de Joseph Grimaldi por primera vez en español traducidas y anotadas por el narrador Eduardo Berti. Y ese es un valor añadido a la novedad de la obra, porque se trata de una estupenda traducción que pone el texto en el nivel de uso del español actual y evita ese aire arcaico que tienen otras traducciones de la obra de Dickens:

En 1782, Grimaldi apareció por vez primera en el Sadler’s Wells, representando el arduo papel de un mono, y tuvo la suerte de suscitar tanta aprobación como la que previamente había conseguido con su rol de payaso en el Drury Lane. De inmediato se convirtió en un miembro estable de este teatro, como ya había ocurrido en el otro, y allí permaneció (con la excepción de una sola temporada) hasta el fin de su vida profesional, cuarenta y nueve años después. Ahora que había firmado dos compromisos –o, mejor dicho, ahora que su padre había firmado dos compromisos en su nombre–, los cuales lo obligaban a presentarse en dos teatros prácticamente a la misma hora, dio inicio su carrera artística. Si aquello era penoso para una persona adulta, mucho más lo era para un niño. Y si bien podría objetarse que Joe Grimaldi recibió siempre salarios muy elevados, el arduo trabajo físico y moral que se vio obligado a cumplir a lo largo de su existencia fue igualmente considerable. Los jóvenes que rondan teatros como los de Sadler’s Wells, Astley o Surrey, así como las salas privadas, deseosos de embarcarse en la carrera actoral porque es “tarea sencilla”, no se figuran los pesares y las privaciones que hay en la vida de casi todos los actores.

Santos Domínguez

27/9/11

Vila-Matas. El viajero más lento




Enrique Vila-Matas.
El viajero más lento.
Seix Barral. Barcelona, 2011


Casi veinte años después de su primera edición en 1992, reaparece en Seix Barral El viajero más lento, una recopilación de los ensayos y artículos que Enrique Vila-Matas había publicado hasta entonces, un mosaico itinerante de textos que recorren ciudades como Berlín, expresan el fervor de Barcelona y son un homenaje a los autores que han confluido en su escritura, en sus afinidades y gustos de lector y en su mirada narrativa. Los cinco apartados en que se articula el libro son una inmejorable introducción al mundo personal y narrativo de Enrique Vila-Matas a través de una recopilación que toma su título de uno de sus textos más memorables, el dedicado a Valéry Larbaud:

Tres geografías distintas (el viaje al extranjero, el paseo por el barrio de toda la vida y el vagabundeo literario), once ensayos que yo llamo shandys en honor de los conjurados de uno de mis libros, una mirada nostálgica a mi ya tan lejana como furtiva relación con el cine y, finalmente, comentarios a libros o autores que me gustan, componen esta colección de artículos y ensayos literarios que he decidido llamar El viajero más lento.

A medio camino entre el ensayo y el relato, estos textos ocupan un territorio entre la realidad y la ficción en el que se refugia el autor-personaje que escribe estas páginas y las recorre y se reinventa. Porque, como Baroja cuando pasó tímidamente la frontera del exilio, un Vila-Matas joven también preguntó “¿Se puede pasar?” en la frontera que une y separa la vida y la literatura. Y en esa frontera, inestable y habitable al mismo tiempo, se instalan algunos de los textos más memorables que ha escrito el autor.

Como El acero del dolor, en donde rememora aquella huida al exilio de la literatura, con la pregunta barojiana que hizo un joven de a pie, tembloroso, no del todo consciente de que podía estar emprendiendo el duro camino de un exilio tan literario como tal vez definitivo, un alejamiento tan profundo como sin remedio alguno: ese extrañamiento que, a medida que he ido escribiendo e indagando sobre mí mismo, se ha agrandado con el tiempo.

Desde El rostro impasible, su primer artículo, de 1968, hasta Preferiría no hacerlo, un texto que muestra ya a un Vila-Matas dueño de su mundo literario, El viajero lento es un conjunto espléndido de artículos que aparecieron en la prensa sobre todo a finales de los ochenta y a principios de los noventa.

Por ejemplo, Lo que Brando decía, una entrevista ficticia e inolvidable al actor impenetrable. Como novedad, tras las secciones tituladas Escritos Shandys, Una furtiva lágrima y En el Chevrolet prestado, esta reedición incorpora dos textos inéditos: el epílogo El arte de no terminar nada, que coherentemente con su título y su contenido, no cierra nada, porque tras él aparece otro apartado -No es obligado el punto final- con el espléndido Café Bénabou.



Santos Domínguez

26/9/11

Una historia del Flamenco


José Manuel Gamboa.
Una historia del Flamenco.
Espasa. Madrid, 2011.

Llevaba ya algún tiempo descatalogado este libro minucioso y enciclopédico que José Manuel Gamboa (Madrid, 1959) publicó hace seis años y que desde entonces forma parte de la bibliografía fundamental sobre el flamenco.

Una historia del Flamenco (Espasa) es un texto para aficionados, pero con una evidente voluntad divulgativa y con un tono siempre cercano y cómplice con el lector. Por eso, para hacer más comprensible la materia historiada y su realidad viva, José Manuel Gamboa escribe una historia panorámica a la inversa y se remonta desde el presente del flamenco a la protohistoria a través de la época de los cafés cantantes, del Concurso Nacional de Cante Jondo de Granada de 1922 que organizaron García Lorca y Falla, de la ópera flamenca – entre Pinto y Valderrama- y de la restauración mairenista y los tablaos.

La evolución del flamenco es inseparable de los contextos sociales y de los momentos históricos en que surge y evoluciona. Canto porque me acuerdo de lo que he vivido, decía Manolito el de María, profundo y casi mendigo, desde su cueva de Alcalá de Guadaira. De la cueva oscura a las ventas, de las fraguas a los colmados, de los reservados a los tablados de los teatros y a las plazas de toros, desde las Cortes de Cádiz a la actualidad pasando por las sublevaciones campesinas, la época republicana, la dictadura y la clandestinidad antifranquista, la historia del flamenco es inseparable de la historia de España, del trasfondo social de la Andalucía de la injusticia y de la marginación. De la seguiriya a la soleá, es la crónica de las calamidades y la pobreza hechas cante negro de fragua y de celda o cauce de la explosión a compás de la alegría festera en la bulería.

En esta imprescindible y actualizada visión global, que llega al flamenco del siglo XXI, a su renovación y a sus mestizajes, Gamboa propone un recorrido por los grandes nombres ( de Enrique Morente a Silverio Franconetti, de Enrique el Mellizo a Camarón, de Manuel Torre a Antonio Mairena, de Caracol o Manuel Vallejo a Menese o Chano Lobato), por los contextos históricos y la evolución de los instrumentos, por el baile y el toque desde Paco de Lucía hasta el maestro Patiño pasando por las sonantas antológicas de Melchor de Marchena, los Morao, Sabicas o Niño Ricardo hasta Paco de Lucía o Manolo Sanlúcar; por la geografía de los cantes (Cádiz, Triana, Jerez, Málaga o Granada), por las peñas flamencas y los concursos, por las publicaciones y la discografía.

Y en cada capítulo, intercaladas cuando vienen a cuento, diversas aproximaciones a la génesis, la evolución y las características de los distintos palos: desde los cantes primitivos a las innovaciones del flamenco actual, desde el clasicismo de Chacón a los sonidos negros de Manuel Torre, con una mirada que prescinde de la tinta ocre de la nostalgia.

Unas innovaciones que confirman la vitalidad del flamenco con nombres como el de Miguel Poveda. Porque frente al purismo inmovilista, José Manuel Gamboa, como Félix Grande, como Ortiz Nuevo o Alfredo Grimaldos, entiende este arte como el resultado proteico de diversos mestizajes y fusiones que lo enriquecen: de lo individual y lo colectivo, de lo culto y lo popular, de levante y de poniente, del compás y el quejío.


Santos Domínguez

25/9/11

Ángel Zapata. Las buenas intenciones y otros cuentos

Ángel Zapata.
Las buenas intenciones y otros cuentos.
Páginas de Espuma. Madrid, 2011.

No es frecuente que un libro de relatos se reedite. Una de las felices excepciones es esta recuperación que hace Páginas de Espuma de una de las mejores colecciones de relatos de los últimos diez años, Las buenas intenciones y otros cuentos, de Ángel Zapata. Catorce relatos que conectan con la mejor tradición de la narrativa breve del medio siglo en España, especialmente con el magisterio de Medardo Fraile. Entre la normalidad y la extrañeza, hay en estos relatos personajes que respiran lo normal y se asombran de vez en cuando, mediadores en peleas de perros y un pirómano misterioso, el más allá de un hombre borroso o un niño que pregunta dónde viven los inicuos, unas mollejas de pollo que están duras y provocan una rebelión a bordo tras cruzar el Cabo de Hornos con viento favorable, dos náufragos que recorren una isla de Oceanía para hacer montoncitos de letras huérfanas. Catorce historias variadas en temas, técnicas y tonos, en los que lo excepcional irrumpe en la realidad cotidiana y el humor convive con la rebeldía en un volumen que se completa con un epílogo -Quince apuntes en torno al cuento- en el que Zapata resume resume su poética del cuento: el realismo desvía al cuento de su vocación, porque lo propio del cuento es que no apunta a la realidad.

Santos Domínguez

24/9/11

Blas de Otero. Mediobiografía



Blas de Otero.
Mediobiografía.
Edición de Sabina de la Cruz y Mario Hernández.
Prólogo de Mario Hernández.
Calambur 20 años. Madrid, 2011.

Calambur acaba de cumplir 20 años. En mayo de 1991 aparecían los primeros títulos de una editorial que no tardó en convertirse en una de las referencias de la edición de poesía en español. Para celebrar estas dos décadas de literatura, Calambur ha preparado una muy cuidada colección conmemorativa con cinco libros de los autores más destacados de su catálogo.


Uno de esos títulos es Mediobiografía, una selección de 81 poemas de Blas de Otero que apareció en 1997 preparada por Sabina de la Cruz y Mario Hernández. Esos textos, representativos de la extensa producción del poeta y sabiamente seleccionados por las dos personas que mejor conocen su obra, trazan una autobiografía de Blas de Otero a través de las circunstancias vitales e ideológicas que reflejaron sus libros, desde Ángel fieramente humano hasta Hojas de Madrid con La galerna.

Mediobiografía
toma su título del que se ha elegido como poema inaugural de la selección, un texto en prosa de Historias fingidas y verdaderas que comenzaba así:

El niño está en la terraza contemplando un gato azul. El cielo se mueve como una barca. Desde la calle asciende el tintineo de los tranvías y una voz que pregona ¡El Nervión..., La Tarde! El niño se apoya en el barandal de la terraza que hace esquina a la plaza de Isabel II. El cielo es de color naranja; abajo suena la bocina de un auto, una voz aguardentosa chilla ¡Informaciones.., maciones! El niño se rasca la nariz junto al estanque del Retiro. Un anciano señala con su bastón la estatua de Alfonso XII. El aire pasa con traje marinero y un molinillo de papel verde, amarillo, blanco. En un puesto de chucherias se agitan Crónica, Gutiérrez, Pulgarcito... El niño va al colegio, baja por Fernández del Campo y llega a Indauchu con dolor de estomago; en la capilla siente ganas de vomitar.

Pero más allá de esa condición autobiográfica, esta antología ofrece un recorrido por sus múltiples registros estilísticos, por su variedad temática y por las distintas propuestas estróficas que exploró en su obra poética, desde el metro clásico hasta la forma popular y desde el verso libre hasta poemas en prosa como ese Mediobiografía, que terminaba así:

El niño cruza la carretera de Benicarló, a la mañana siguiente sube la plaza de Torrevieja, en un rincón tres moros están sorbiendo té. El color de la guerrera del niño es muy parecido al del té de esos moros. Cuando llega el camión, al niño le duele el estomago y por la noche vomita un gato azul. El cielo es de color indefinido, el niño esta llorando en la terraza, sabiendo todo lo que le espera.

Esa variedad contrasta con la unidad que le otorga a los versos de Blas de Otero la autenticidad de una de las voces imprescindibles de la poesía española del siglo XX.

Santos Domínguez

23/9/11

Félix Grande. Biografía


Félix Grande.
Biografía.
Prólogo de Ángel Luis Prieto de Paula.
Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. Barcelona, 2011.

Puedo escribir los versos más tristes esta noche
El reloj de pared
marca mil novecientos
sesenta y nueve. Hace un instante
mamá viene corriendo por las calles
en busca de un refugio
Contra las bombas me oculta en sus brazos
El reloj marca mil novecientos treinta y siete
Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Así comienza Espiral, un poema central en la obra de Félix Grande. Los noventa versos de ese texto cerraban Puedo escribir los versos más tristes esta noche, un libro que no tuvo una edición exenta hasta hace pocos años y que ha venido formando parte de las ediciones sucesivas de Biografía, su poesía completa, que tiene ahora una edición ampliada y revisada en Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores, precedida de un prólogo de Ángel Luis Prieto de Paula (Huesos de la calamidad, gasas de la misericordia).

Escrita desde 1958 hasta la actualidad con un largo paréntesis de más de un cuarto de siglo, la obra de Félix Grande es una de las más potentes y renovadoras de la poesía española contemporánea. Desde Taranto hasta el reciente La cabellera de la Shoá, pasando por Blanco spirituals, Puedo escribir los versos más tristes esta noche o Las rubáiyátas de Horacio Martín, Félix Grande ha ido construyendo una obra marcada por el compromiso indomable con el lenguaje y con la ética, por la intensidad verbal y emocional y por el rigor moral, entre la desventura y el gozo, entre la crispación de la denuncia y la mirada compasiva.

En Espiral, el poema que se podría tomar como cifra de su poesía, convergen pasado, presente y futuro, como en un aleph, y confluyen los temas, las actitudes y los seres que habitan la obra de Félix Grande. Conviven en ese texto memorable la visión y el recuerdo, el tiempo retrospectivo y el prospectivo, la historia colectiva y la personal, la temporalidad y el vacío, la reivindicación de la libertad formal y la práctica de la poesía como exorcismo.

Estas son sus estrofas finales:

Hace un instante me han comprado un cuaderno
un portafolios un papel de calco
Y en ese cristal que preserva
las manecillas del reloj
miro mi cara de treinta y dos años
Sigo mirando hacia ese rostro antiguo
Sin apartar la vista mi cabeza se apaga
Vienen mis nietos a llorar. Se van
Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Miro el reloj con amor con espanto
con amor con espanto
Miedo amor corazón: dadme lenguaje
Soy un antepasado golpeando un tronco hueco
estoy desnudo bajo la tormenta
Estoy solo en el bosque
sin otra compañía que la horda
A mi lado camina un reloj de pared

La materia total gira enloquece

Vienen los tigres que no se ven nunca

Y todo es solitario y sideral

Puedo escribir los versos más tristes esta noche

Al fondo de esos versos resuena la presencia de los maestros: Machado y Vallejo, Neruda y Rosales, Kafka y Dostoievski, Ory y Lorca, Onetti y Quevedo...

Esos son algunos de los ancestros literarios de Félix Grande, que es un poeta al margen de grupos, un poeta consciente de que el escritor es siempre un extranjero en el mundo, un peregrino sin más patria que el dolor y la lengua, un habitante del desierto, un hombre solo en el bosque o en la selva, aunque esa selva sea con frecuencia urbana (Vamos por nuestras ciudades / como el ciervo por la selva, escribía en el poema inicial de Las piedras).

Aparte de su altura estilística y su hondura ética, hay una clave que recorre la poesía de Félix Grande y la de todos esos maestros: la temporalidad como una secuencia en torno a la que se organizan los poemas y se articulan actitudes como la piedad, la insurrección, la perplejidad, la rebeldía, el dolor o la celebración. La trayectoria poética de Félix Grande se sustenta así en una incansable búsqueda de raíces vitales y de razones culturales que, más que responder a las preguntas cruciales ¿quién soy yo? y ¿qué hago yo aquí?, se justifican en su misma formulación.

Porque también en ese sentido lo fronterizo es el lugar del poema, que como ha explicado alguna vez Grande, se mueve entre la solemnidad de la vida y la testarudez del infortunio. De esa doble experiencia hablaba también Machado cuando se refería a la poesía como cosa cordial y como canto de lo perdido.

Además de la temporalidad, hay otro hilo que une la obra toda de Félix Grande y la conecta con la de sus maestros: la autenticidad de la poesía como cosa vivida de la que hablaba Unamuno, como actitud vital en la que conviven la solidaridad y la desobediencia, la cólera y la tristeza. Eso explica el título elegido por el poeta para reunir su obra, una poesía desesperada que traza su Biografía y es también un constante elogio de la insurrección.

Y finalmente hay otra convicción que ha acompañado al poeta desde su primer libro: la conciencia de formar parte de una tradición, una actitud que Luis Rosales resumió en estas palabras que Félix Grande ha hecho suyas repetidamente: el lenguaje nace, como las emociones, en la fuente remota del sentir colectivo.

Un sentir colectivo al que pertenece también, y de forma privilegiada, la música, un tema y una expresión esencial en la vida y la obra de Félix Grande: Bach y Manolo Caracol, Billie Holliday y Santos Discépolo, Charlie Parker y La Niña de los peines habitan ese territorio de la desolación o la plenitud de la música amenazada que dio título al que posiblemente sea el más amargo de sus libros.

Esta nueva edición de Biografía incorpora el reciente e inédito La cabellera de la Shoá, un largo e intenso poema sobre los mil novecientos cincuenta kilos de pelo cortado a las mujeres deportadas al campo de exterminio de Auschwitz. Un poema que arranca con estas preguntas:

¿Oís la llamada?


¿Se precipitan hacia abajo roncos
amotinados los aminoácidos
arquitectos de la Conciencia?
¿Arden sobre su eje
las antracitas del escándalo?

La cabellera de la Shoá es, además de un estremecido poema mayor del más reciente Félix Grande, una contestación explícita a Adorno, porque escribir después de Auschwitz no sólo es posible, sino también más necesario e imprescindible que antes de Auschwitz.

Por eso, La cabellera de la Shoá se cierra con esta desolación interrogativa, cada vez más apagada:

¿Ustedes saben escuchar?

Santos Domínguez

22/9/11

Ory. Los aerolitos


Carlos Edmundo de Ory.
Los aerolitos.
Prólogo de Félix Grande.
Calambur 20 años. Madrid, 2011.

Nietzsche los llama: sentencias y dardos.
Novalis los llama: polen.
Baudelaire los llama: cohetes.

Joubert: pensamientos, Cioran: pensamientos estrangulados, y Andrei Siniaski: pensamientos repentinos.

Rozanov: hojas caídas, y René Char: hojas de Hypnos.

Malcolm de Chazal: sentido-plástico, y Louis Scutenaire: inscripciones.

Antonio Porchia los llama voces, y yo aerolitos.


En la espléndida colección conmemorativa
de sus veinte años, Calambur publica Los aerolitos, de Carlos Edmundo de Ory, una amplia antología de sus textos más característicos. Seleccionados por su autor y prologados por Félix Grande, son chispazos verbales, relámpagos escritos desde el asombro y la inocencia de una mirada inaugural (soy un sabelonada) o desde el desengaño que no se permite el patetismo. Beligerantes o celebratorios, en los aerolitos conviven la risa y el llanto (Mis muletas: el espanto y el humor), el fulgor y la noche, el juego y el fuego, lo admirable y lo preocupante, como señala Félix Grande en su prólogo Aerolitos delfines.

Mi oficio es encender llamas, escribe en uno de ellos Ory. Entre la revelación verbal y el aullido del lobo en la noche, entre el calambur y la metáfora, los aerolitos son fuegos de palabras de quien, mano a mano con la nada, es
testigo de la dolorosa felicidad del hombre, de quien hizo del desierto su patria, hablaba de usted a los árboles y pobló con la duda su única certeza.

Porque Ory se veía a sí mismo como un limpiabotas del verbo y veía el mundo como una fábrica de lágrimas, pero sabía también que un poema es la autobiografía del sueño y que la poesía es un vómito de piedras preciosas.

Santos Domínguez

21/9/11

Gibson. Federico García Lorca.


Ian Gibson.
Federico García Lorca.
Crítica. Barcelona, 2011.

El 18 de agosto de 1937, cuando se cumplía un año justo del asesinato de García Lorca, moría en Santander Rafael Rodríguez Rapún, teniente de artillería del ejército de la República. Había cumplido 25 años en junio y había sido el último amor del poeta.

Con ese dato asombroso construía Ian Gibson el epílogo de su monumental estudio sobre García Lorca en dos tomos definitivos que publicó Grijalbo hace un cuarto de siglo.

Una casualidad menos llamativa que esta otra: el manuscrito de Así que pasen cinco años está fechado el 19 de agosto de 1931, cuando faltaban cinco años exactos para que pasara lo que pasó.

Aquellos dos volúmenes excedían los límites estrictos del estudio biográfico, eran también una acercamiento documentado y riguroso a la intrahistoria de la creación lorquiana y proponían un recorrido coherente, temático y cronológico por los textos más significativos de la poesía y el teatro de Lorca.

La infancia de niño rico en la vega granadina, los años de formación literaria y musical, el magisterio de Falla, la Residencia de Estudiantes, el papel decisivo que jugaron en aquellos años Dalí y Buñuel, la aguda crisis personal y literaria que desembocó en los meses neoyorquinos y en Cuba, su consagración como dramaturgo, la experiencia de La Barraca, su compromiso político, su homosexualidad y las oscuras circunstancias que rodearon las horas previas a su asesinato son algunos de los ejes en torno a los que giran los treinta y cinco capítulos del libro.

Ahora, a los setenta y cinco años del asesinato del mejor poeta español del siglo XX, Crítica recupera en un volumen conmemorativo de casi mil quinientas páginas aquella obra monumental, que en 1998 tuvo una versión revisada con las aportaciones del epistolario y la obra juvenil que habían sido editados después de la primera edición.

Desde entonces hasta hoy, aunque se han ido añadiendo aportaciones a la bibliografía lorquiana y se han conocido nuevos detalles sobre la obra y las circunstancias de la muerte del poeta, algunas firmadas por el propio Gibson, este libro se ha consolidado como una referencia ineludible no sólo en la reconstrucción de la biografía de Lorca, sino en la propuesta de un conjunto sólido de claves interpretativas que iluminan el complejo mundo metafórico que desarrolla su obra.

Salvo alguna cuestión de matiz, siguen vigentes básicamente los datos de la investigación de Gibson, el sentido que orientaba sus interpretaciones y las conclusiones de su análisis, que vincula la biografía de Lorca y su sexualidad problemática con su producción poética y teatral, de la misma manera que la proyección universal de esa obra no ha dejado de crecer hasta hacerse imprescindible en el panorama poético europeo de la primera mitad del siglo XX.

La marcha inexorable del tiempo –escribe Gibson en el prólogo que ha escrito para esta reedición-, además de llevarse a tanta gente cercana de alguna manera al poeta, no ha hecho más que asentar la fama internacional de este. Lorca tiene hoy una irradiación mundial y su universo se ha convertido, casi se podría decir, en símbolo de lo español.

De alguna manera, este prólogo de 2011 es una despedida de Gibson de casi cincuenta años de investigación lorquiana: Haber podido dedicar tantas décadas a estudiar al hombre y su obra ha sido el mayor privilegio de mi vida.

Un privilegio compartido con sus muchos lectores, para quienes la figura del poeta y la de su mejor estudioso son ya inseparables. Lo explicaba Antonio Muñoz Molina hace unos años cuando presentaba a Gibson como el último viajero del romanticismo.

La novela verdadera y trágica de la vida de Federico García Lorca no puede contarla ya nadie sin tener presente la aventura de indagaciones a la que ha dedicado tantos años Ian Gibson.

Santos Domínguez

20/9/11

Hans Keilson. Una comedia en tono menor

Hans Keilson.
Una comedia en tono menor.
Traducción de Carles Andreu.
Editorial Minúscula. Barcelona, 2011.

Nunca más encontraría a Nico en lo alto de las escaleras, esperando a que ella le llevara el periódico. Ya no esperaría nada. Había esquivado la muerte por causa externa: la otra muerte, la que le venía de dentro, le había ahorrado esa posibilidad. En una habitación muere en secreto un hombre escondido mientras fuera la aviación bombardea la ciudad. Es la Segunda Guerra Mundial en una ciudad de la Holanda ocupada y el hombre que muere, un judío vendedor de perfumes, había sido acogido por una pareja. A partir de ese inicio, los matices sutiles del comportamiento, la naturaleza irrepetible de lo trivial, la conmovedora tragedia grotesca de la vida invaden la vida rutinaria de Win y Marie. La soledad y la incertidumbre del refugiado con el nombre falso de Nico. El miedo, la tristeza, la esperanza y la frágil altura de los héroes. Tras la revelación asombrosa de La muerte del adversario, Una comedia en tono menor (1947), que publica Minúscula en su colección Alexanderplatz con traducción de Carles Andreu, es una confirmación de la altura literaria y la profundidad moral de Hans Keilson.

Santos Domínguez

19/9/11

Fernando Villalón: La pica y la pluma


Jacques Issorel.
Fernando Villalón:
La pica y la pluma.

Espuela de plata. Sevilla, 2011.

Un perfil biográfico y cronológico, un estudio doble (Fernando Villalón, ganadero; Fernando Villalón, poeta) una antología representativa de su obra poética de antología y una bibliografía que llega ya casi a setecientas entradas son los apartados en que Jacques Issorel organiza su Fernando Villalón: La pica y la pluma, que acaba de publicar Espuela de plata, un sello editorial cuyo nombre parece pensado para evocar la figura humana y el mundo literario de Villalón, ganadero idealista y poeta campero.

Nació el mismo año que Juan Ramón Jiménez, pero no se dedicó con intensidad a la poesía hasta su fracaso como ganadero de toros bravos y su renuncia a la ganadería en 1926, cuando se la vendió a Juan Belmonte –que siempre evitó lidiar aquellos toros complicados.

Cuando Villalón se incorpora al mundo literario es el momento generacional del grupo del 27, de unos poetas más jóvenes que habían puesto de moda tres tendencias: el neopopularismo, el clasicismo neogongorino y la vanguardia.

Y a esas tendencias responden los tres libros que publicó Fernando Villalón: los neopopularistas Andalucía la Baja y Romances del 800 y las silvas neogongorinas y marismeñas de La Toriada.

Cuando murió en 1930, sin cumplir los cincuenta años, sin gloria y en la ruina, dejó diverso material inédito, desde las humorísticas Semblanzas de matadores hasta el vanguardista, ambicioso y abstracto Kaos, al que Issorel dedica buena parte del estudio introductorio de este volumen que se convertirá en un título de referencia sobre la figura y la obra de Fernando Villalón.

Sus textos neopopularistas, emparentados con la canción andaluza, con la copla flamenca, con Manuel Machado y con García Lorca, son la mejor herencia de su canto con paisaje.

Un ejemplo: estas Gacelas marineras que forman parte de los Romances del 800, que cantó Camarón por alegrías en La leyenda del tiempo:

Salinas de los pinares,
donde se peinan los pinos
cuando los despeina el aire.

¡Bajos de Guía! ¡Salmedina!
Espejo de los esteros,

bandejas de agua salada

donde están los salineros.


Qué se me importará a mí
que se sequen las salinas
mientras que te tenga a ti.

Santos Domínguez

18/9/11

Giralt Torrente. El final del amor

Marcos Giralt Torrente.
El final del amor.
Páginas de Espuma. Madrid, 2011.

Marcos Giralt Torrente reúne en El final del amor (Páginas de Espuma) cuatro relatos -casi cuatro novelas cortas por su ritmo narrativo y por la profundidad de los personajes- sobre amores desarticulados, con protagonistas que viven entre la desorientación y la apatía. Nos rodean palmeras, Cautivos, Joanna y Última gota fría se titulan las cuatro exploraciones en la relación amorosa desde distintas perspectivas narrativas. Cuatro indagaciones en primera persona sobre el fracaso de las relaciones personales. Este libro, que obtuvo el II Premio internacional de narrativa breve Ribera del Duero, confirma a Giralt Torrente como uno de los autores más sólidos e interesantes de las últimas promociones narrativas.

Santos Domínguez

17/9/11

Karel Capek. Hordubal


Karel Capek.
Hordubal.
Traducción y notas de
Patricia Gonzalo de Jesús.
El olivo azul. Córdoba, 2011.

Con Hordubal (1933), El Olivo Azul empieza a publicar la Trilogía Noética de Karel Capek (1890-1938), uno de los autores en lengua checa más importantes del siglo XX. Capek, uno de los fundadores de la ciencia ficción con obras como La krakatita, que se tradujo en esta misma editorial, escribió en Hordubal una novela psicológica y una trama policial sobre la justicia y la culpa, sobre la opacidad de las conductas, sobre la identidad y las motivaciones secretas del comportamiento. La conciencia, la verdad problemática, el amor y el pecado constituyen el fondo narrativo de esta novela basada en un caso real de asesinato a partir de la peripecia de un personaje que vuelve a su casa tras ocho años como emigrante eslovaco en Estados Unidos.

Santos Domínguez

16/9/11

José María Jurado. Tablero de sueños


José María Jurado.
Tablero de sueños.
Ediciones de La Isla de Siltolá.
Sevilla, 2011.

Porque Ella no da nada, pero lo pide todo.

En ese verso que podría haber firmado JRJ se resume la teoría, la práctica y sobre todo la ética de la poesía de JMJ, José María Jurado (Sevilla, 1974).

Pertenece al poema que figura como prólogo de su Tablero de sueños, un conjunto de textos en verso y de poemas en prosa en los que los lugares de la memoria conviven con la torería, la música coexiste con lo sagrado, y la pintura y la literatura se convierten en motivos centrales de los diversos cuadros que componen un libro que, además de otras cosas, es un homenaje a las obras y los nombres que configuran el universo personal del poeta y son el cauce de su emoción estética.

José Tomás y Ezra Pound, Budapest y Praga, T. S. Eliot y Antonio Mairena, Zurbarán y Falla, Messiaen y Velázquez, Juan Ramón y Chopin, Lorca y Miles Davis son algunos de esos nombres que han convertido a José María Jurado en sujeto de una experiencia del arte hecho vida y le han formado como escritor, han modulado su voz propia y su mirada especial en busca del sentido y de lo inefable.

Y más que eso, el autor es el sujeto de una experiencia que le ha conformado no sólo como poeta, sino como persona. Nada que ver con el culturalismo de cartón piedra, aquel que se reduce al mero adorno o a servir de telón de fondo. Aquí la cultura está en el primer plano, asumida como realidad existencial, convertida en vida, en ejercicio de escritura o en contemplación del arte y la belleza.

“Escucha la música, ve la pintura”, aconsejaba Hemingway con una simpleza que está bien para un narrador o para un reportero. Pero el poeta debe ir un poco más allá, hasta escuchar la pintura o ver la música. Hasta vivir en Emily Dickinson, leer Budapest, hablar por Schubert o escuchar a Zurbarán.

Sin esa capacidad sinestésica, sin esa potencia visionaria, sin ese don de las revelaciones que JMJ lleva acreditando repetida y admirablemente, todo poeta es un poeta menor y olvidable.

Un templo en el oído es el título del ensayo que abre el libro y que podría haber sido su epílogo. Es el recinto sagrado que evocó Rilke como lugar en que se rinde culto a la palabra.

Con ese templo y con ese sentido sagrado de la poesía, que José María Jurado escribe -como Juan Ramón- siempre con mayúscula, se conectan esas reflexiones iniciales en las que el poeta fija su sentido de la tradición y delimita el territorio en que discurren sus textos y se forma su voz personal, su escritura consciente y numinosa.

Porque para este poeta, de la ambiciosa estirpe de Tiresias, la poesía es un don, una experiencia órfica que explora lo arcano y lo indescifrable con una equilibrada combinación de inspiración y disciplina, de intuiciones y rigor verbal, de precisión e impulso visionario, de búsquedas y experiencias de los límites de la expresión para dejarnos versos e iluminaciones tan envidiables como estos:

la Muerte da la hora en Babilonia

o

¿de qué lado del alma está la rosa?

Podrían ser muchos más, vienen aquí solo a título de ejemplo. El lector que recorra las páginas del libro lo comprobará con gustosa facilidad.

En ese hamletiano Tablero de sueños que es el territorio de la poesía y el espacio vital del poeta, la imagen se convierte en la materia seminal de las revelaciones y en la base de esa belleza convulsa que da título a una de las secciones del libro. Un libro en el que predominan los poemas en prosa que no ocultan su decidida vocación musical –otro de los fundamentos de la poética de JMJ- en la secuencia rítmica de los heptasílabos y los endecasílabos.

Un ejemplo memorable entre otros muchos es el texto dedicado a José Tomás:

Has abierto las puertas de la Muerte toreando en el vértice del miedo. Y detrás de las puertas había luz, la deslumbrante luz de la pureza. Entrabas y salías de la muerte como el buzo entra y sale del abismo, sumergido en campanas de silencio, en solares silencios espectrales donde el aire vacío se completa con el lance y el trance tan reunidos que suspenden la razón y la despeñan al borde mismo del espanto. Nos hemos vuelto locos: las ménades se arrancan los vestidos y se arañan los rostros suplicantes, los guerreros golpean los escudos y el toro es un enigma reventado, una fuerza bestial hipnotizada por la suave quietud de los telares. Gira y gira la plaza como un astro, vibrante catedral de una liturgia cósmica que a la danza del héroe se ha rendido, funesta y primitiva.

Santos Domínguez

15/9/11

Szilárd Rubin. Breve historia de un amor eterno

Szilárd Rubin.
Breve historia de un amor eterno.
Traducción de Éva Cserháti
y Antonio Manuel Fuentes Gaviño.
BackList. Barcelona, 2011.

Con un título que, por desorientador, es quizá lo peor del libro, BackList publica Breve historia de un amor eterno, una excelente novela del húngaro Szilárd Rubin (1927-2010). La peripecia problemática de Attila y Orsolya y de sus amores imposibles va mucho más allá de la mera relación amorosa o de la sexualidad desatada que acaban desarrollando. Como en todas las novelas verdaderamente importantes, en ella cabe el mundo: la sociedad húngara de la posguerra, las relaciones personales, la felicidad y la crueldad, la destrucción del tiempo, la realidad y los sueños, la sangre y la belleza, el espíritu y la carne en una violenta espiral de contradicciones que se anuncia ya en la paradoja de la breve eternidad del título.

Santos Domínguez

14/9/11

Oscar Wilde. La importancia de ser socialista

Oscar Wilde.
La importancia de ser socialista.
Traducción de Óscar Palmer.
Breviarios de Rey Lear. Madrid, 2011.

El Wilde más provocador, ácido e ingenioso, capaz de extraer matices insospechados a cualquier planteamiento ideológico, a cualquier situación social. El dandismo, la paradoja, el cinismo y la mordacidad recorren La importancia de ser socialista, unos textos en los que Oscar Wilde abordó el socialismo como un proceso que debería dar como su mejor fruto el individualismo. Un nuevo individualismo que debería ser también un nuevo helenismo.

Tras La importancia de no hacer nada y La importancia de discutirlo todo, que Rey Lear publicó en esta misma colección, Oscar Wilde escribió en 1891 el ensayo El alma del hombre bajo el socialismo, que se recupera ahora con una nueva traducción y un título que lo conecta con los dos libros anteriores.


Santos Domínguez

13/9/11

Biblioteca Elias Canetti

Elias Canetti.
Biblioteca Elias Canetti.
I. Masa y poder.
II. Auto de fe.
III. La lengua salvada.
IV. La antorcha al oído.
V. El juego de ojos.
VI. Las voces de Marrakesh. El testigo oidor.
VII. Apuntes I.
VIII. Apuntes II.

DeBolsillo. Barcelona.

En ocho tomos, y con traducciones de Juan José del Solar, Cristina García Ohlrich, Genoveva Dieterich, Beatriz Galán y Andrés Sánchez Pascual, DeBolsillo relanza en su serie Contemporánea la Biblioteca Elias Canetti, dedicada a una figura que analizó con lucidez imprescindible las claves de la cultura contemporánea.

Como explican los editores, esta asequible y cuidada edición de bolsillo tiene como base la edición en cinco volúmenes de las Obras Completas de Elias Canetti emprendida por Galaxia Gutenberg y Círculo de Lectores el año 2002, bajo la dirección de Juan José del Solar y con la colaboración de un equipo excelente de traductores.

Un completo estudio de este –Elias Canetti: perfil de unas obsesiones- encabeza el primer tomo, Masa y poder, su obra más ambiciosa, el resultado de una larga e intensa elaboración durante veinticinco años para explicar el conflicto entre la masa y el individuo. Una refutación temprana de las teorías de Freud desde la literatura, la antropología y el análisis histórico.

A una preocupación parecida respondía Auto de fe, su única novela. Una cabeza sin mundo, Un mundo sin cabeza, Un mundo en la cabeza son los elocuentes títulos de las tres partes de una parábola de la crisis del individuo y la razón en la cultura contemporánea. Una parábola que culmina con la metafórica inmolación del protagonista, Peter Kien, en medio de su biblioteca en llamas.

De los tres volúmenes de su autobiografía Historia de una vida, el primero – La lengua salvada- es una evocación de la infancia, mientras que los otros dos tomos miran más hacia el futuro que hacia el pasado. La antorcha al oído resume los planteamientos literarios que dieron lugar a Auto de fe y El juego de ojos está compuesto a base de semblanzas de artistas y escritores de la cultura centroeuropea de entreguerras.

Los caracteres y las máscaras acústicas son el eje vertebrador de las dos obras agrupadas en el sexto tomo: Las voces de Marrakesh, una epifanía sonora del hombre y su entorno en la ciudad marroquí que había visitado muchos años antes de recordar aquel viaje, y El testigo oidor, que es un ejercicio narrativo en torno a cincuenta personajes.

Los dos últimos volúmenes recogen los Apuntes que se publicaron en vida de Canetti, además de los que dejó seleccionados y ordenados para su publicación y aparecieron póstumamente: La provincia del hombre, El corazón secreto del reloj y El suplicio de las moscas, los apuntes rescatados de Hamsptead, que estaban a punto de aparecer cuando murió en agosto de 1994, y las dos colecciones que dejó preparadas, aunque sin título específico, con anotaciones de los años 1973-1984 y 1992-1993.

Estos textos para leer a saltos constituyen, según todos los especialistas en Canetti, la cima de la obra de un autor que, después de Masa y poder, renegó de los sistemas de pensamiento cerrados y se centró en estos textos de escritura plural y proteica.

Hanuschek, biógrafo de Canetti, señalaba que estos Apuntes son "la única obra, entre todas las suyas, que lo contiene por entero." Y en la nota preliminar de 1973 a La provincia del hombre, escribía Canetti: la verdadera unidad de una vida es secreta y allí donde se oculta sin proponérselo resulta más eficaz.

Espontáneos, fulminantes y asistemáticos, expresan no sólo una manera de escribir caracterizada por la brevedad y una concentración progresiva, sino una forma de pensar, un pensamiento aforístico en el que toman cuerpo la impaciencia y el desahogo una vez que se libera de la disciplina agotadora de una obra tan gigantesca como Masa y poder y renuncia al sistema cerrado y al enunciado de la totalidad cuando escribe en un apunte de 1975, que la esperanza ya sólo radica en lo fragmentario.

En conjunto, la de Canetti es una de las obras esenciales del siglo XX. No sólo los imprescindibles Auto de fe y Masa y poder, también su autobiografía o su larga serie de apuntes son fundamentales en el panorama de la cultura europea contemporánea.

Cada uno de los ocho volúmenes de esta Biblioteca Canetti va presentado por un prólogo específico de Ignacio Echevarría, que coordinó la edición de las Obras Completas. Índices de nombres, obras y conceptos, cronologías y apéndices con textos complementarios rematan estos libros que hacen asequible una obra de excepcional solidez.


Santos Domínguez

12/9/11

Una habitación en Holanda

Pierre Bergounioux.
Una habitación en Holanda.
Traducción de David Stacey.
Minúscula. Barcelona, 2011.

Por una vez, el sueño de la razón no produjo monstruos, sino el Discurso del método, que Descartes soñó en Suabia y escribió en Holanda. En un breve e intenso libro, a medio camino entre el ensayo y la narración, Pierre Bergounioux hace un recorrido por los orígenes de la modernidad y por la aceleración histórica que provocaron las obras de Montaigne, Shakespeare o Cervantes, que modificaron el sentido del mundo.

Pero lo que aborda inolvidablemente Una habitación en Holanda, que publica Minúscula, es la peregrinación geográfica e intelectual de Descartes en busca de un territorio propicio para el pensamiento. Lo encontró finalmente en la libertad, la soledad, el silencio y el clima inhóspito de los Países Bajos. Ese exilio voluntario y distanciado le permitió reflexionar, redactar su obra y redibujar el mundo, lejos de la costumbre, lejos de las certezas de los paisajes conocidos.


Santos Domínguez

11/9/11

García Montero. Ropa de calle


Luis García Montero.
Ropa de calle.
Antología poética (1980-2008).
Edición de José Luis Morante.
Cátedra Letras Hispánicas. Madrid, 2011.

Entre lo íntimo y lo público, entre la poesía urbana y la poesía como conocimiento, rascacielos y aviones, aeropuertos y playas, teléfonos y taxis, cervezas y divorcios son algunos de los escenarios y los decorados materiales y sentimentales en los que transcurre la obra poética de García Montero. Desde los libros de los años ochenta hasta Vista cansada, que coincidía en su publicación con los cincuenta años del poeta, Ropa de calle recoge tres décadas de poesía de Luis García Montero. El volumen, que acaba de aparecer en Cátedra Letras Hispánicas, va presentado por una introducción de José Luis Morante, que se ha ocupado también de la amplia selección de textos. La poesía como necesidad de estarle hablando / a una silla vacía.

Santos Domínguez

10/9/11

Browning. La apología del obispo Blougram


Robert Browning.
La apología del obispo Blougram.
Introducción y traducción de Carlos Pujol.
Pre-Textos. Valencia, 2011

Nos interesa el límite peligroso de las cosas./ El ladrón honesto, el asesino sensible,/ el ateo supersticioso. Con esos versos de la Apología del obispo Blougram, de Robert Browning, abría Orhan Pamuk su novela Nieve. Son tres de los mil versos del soliloquio del obispo católico, que constituyen “uno de los poemas más asombrosos de toda la literatura universal”, como señala Carlos Pujol en el prólogo que ha preparado para su traducción de esta edición bilingüe que publica Pre-Textos. Un texto en el que se concentran monólogo y debate, ironía y controversia a lo largo de un soliloquio ambiguo y desconcertante que sigue planteando preguntas y desconcertando al lector con incertidumbres y paradojas como las de los versos que evocaba Pamuk. Esa ha sido en el fondo una de las misiones de la literatura.

Santos Domínguez

9/9/11

José María Millares Sal. Krak



José María Millares Sal.
Krak.
Calambur. Madrid, 2011.

En Las Palmas, en febrero de 2009, fechó José María Millares Sal su último libro, Krak, que dejó preparado unos meses antes de morir. Como Liverpool, como Esa luz que nos quema, como los Cuadernos, este es un libro asombroso, pero aún más radical. Krak es el nombre del intruso que irrumpe como un torbellino en la vida del poeta en 2008 para desordenar el mundo y someterlo a la lógica del caos. Sonriente y diabólico, brutal y corrosivo, Krak -un espíritu sin espíritu- recorre perturbadoramente estos poemas visionarios con una libertad y una potencia que va más aún más allá del resto de los libros de Millares Sal.


Santos Domínguez

8/9/11

Juan Miguel González. Visión de la piedad


Juan Miguel González.
Visión de la piedad.
Prólogo de Ignacio Gómez de Liaño
Libros del Aire. Madrid, 2011.

Libros del Aire publica una nueva entrega de la colección Jardín Cerrado. Visión de la piedad, del malagueño Juan Miguel González, es un libro de fondo dionisiaco que Gómez de Liaño inscribe en su prólogo en una teología poética heredera de Jorge Santayana. Sus tres partes (Visión de la piedad, Espacio de la celebración y En la clara palabra) completan un recorrido existencial y celebratorio en el que conviven los otoños y el mes de marzo, la fugacidad y los paisajes animados, la melancolía y la plenitud, las preguntas en la noche y los jardines, el amor y la muerte, el consuelo de la palabra, la contención del verso, la mirada clara hacia lo oscuro: cuervo del corazón, sangre en la nieve.

Santos Domínguez

7/9/11

Javier Reverte. Poemas africanos

Javier Reverte.
Poemas africanos.
Versos de Cordelia. Madrid, 2011.

El cielo era un lamento de cuchillos: / así el desierto. Veinte años de poemas se reúnen en estos textos que Javier Reverte escribió en sus viajes por África. Las costas del Sáhara, Zanzíbar, Fez, Tindouff, Ifni, Río Muni o Essauira son los lugares en los que surgieron estos Poemas africanos que completan la imagen del espléndido narrador de viajes que es su autor. Está en ellos el continente del alto Atlas y las interminables costas atlánticas, los desiertos y la vegetación, la cara y la cruz de África: océanos de hambre, / secas tierras sin alma (...) el jugo de la selva empapando la carne / y un canto milenario de tambores /que celebran la vida.

Santos Domínguez

6/9/11

María Victoria Atencia. El umbral

María Victoria Atencia.
  El umbral. 
Pre-Textos. Valencia, 2011.

El último libro de María Victoria Atencia es un escalón más en el continuo proceso de depuración formal y espiritual de su poesía. Una poesía reflexiva y sensorial que comparte con el pájaro y el árbol su doble vocación de luz y altura, encauza sus imágenes en el ritmo sereno de sus versos y en una honda conciencia de la temporalidad y la belleza del mundo. En El umbral, como en toda su obra, la elegancia, la armonía y la serenidad de su palabra son un ejercicio constante de hondura meditativa, de delicadeza en la contemplación estética y de búsqueda de trascendencia y de fusión con una realidad más alta a través de la mirada sutil a la naturaleza o de la experiencia amorosa: Descansaba yo en paz, alta la tarde, / y estaba el cielo en paz y tú venías.
Santos Domínguez

5/9/11

Read & Listen




Alice Munro y Margaret Atwood, F. Scott Fitzgerald y John Cheever, James Baldwin y Jack London, Raymond Carver y Richard Yates, Roald Dahl y Edith Wharton, Salman Rushdie y Philip Roth, Toni Morrison y Doris Lessing, Joyce Carol Oates y Tobias Wolff son autores de algunos de los mejores relatos cortos de la literatura en inglés.

La editorial Pons Idiomas los ha agrupado en parejas temáticas o estilísticas y ha lanzado la renovadora colección Read & Listen, en la que se han publicado en los últimos meses nueve volúmenes con los relatos más representativos de cada uno de ellos en su versión original: Defender of the Faith, The Courter, The Curious Case of Benjamin Button, The Swimmer, A Small, Good Thing o A Piece of Steak son algunos de esos textos imprescindibles presentados en una cuidada y manejable edición.

La novedad es que cada uno de los volúmenes integra las herramientas necesarias para poder comprender los textos en su totalidad, desde un extenso glosario en cada página que facilita la comprensión directa sin buscar en el diccionario, hasta un CD que ofrece en formato mp3 la versión en audio de los relatos, pasando por una introducción breve y clarificadora sobre cada relato y su autor.
Santos Domínguez

4/9/11

José Luis Pardo. Estética de lo peor



José Luis Pardo.
Estética de lo peor.
Barataria. Sevilla, 2011.

La sociedad burguesa moderna ha creado la ilusión de que la belleza consiste justamente en construir cosas que no tienen utilidad, que son más sublimes que las útiles, precisamente porque la sociedad burguesa moderna considera que hay algo más sublime que el valor de uso, a saber, el valor de cambio. Esas palabras, que forman parte del prólogo dialogado entre Cipión y Berganza sobre las relaciones entre el arte y todo los demás, anuncian una de las líneas fundamentales de los ensayos que José Luis Pardo ha recopilado en su Estética de lo peor, que publica Barataria en su colección Pasos perdidos.

José Luis Pardo, uno de los ensayistas más lúcidos del panorama filosófico español, reúne en este volumen quince textos dispersos en revistas o en obras colectivas sobre el papel del arte en el mundo contemporáneo, sobre su renuncia a la libertad y su subordinación a la lógica del mercado. Algunos de ellos, como "La carne de las máquinas" o "Los pájaros de la lengua", podrían figurar en cualquier exigente antología de pensadores actuales.
Santos Domínguez

3/9/11

Orson Welles


Santos Zunzunegui.
Orson Welles.
Cátedra Signo e imagen. Madrid, 2011.

Las cosas que hemos visto, sir John, decía memorablemente master Shallow en Campanadas a media noche, la espléndida adaptación de cinco textos de Shakespeare que Orson Welles rodó en España a finales de 1964. Si Shakespeare le daba las palabras, Welles ponía toda su genialidad como director y su físico rotundo como actor para encarnar a Falstaff, que nunca fue más Falstaff que cuando fue Welles. Ni Welles fue más Welles que cuando fue Falstaff. Ni Shakespeare fue más Shakespeare que cuando lo reescribió y lo dirigió Welles.

Santos Zunzunegui propone en este volumen un repaso completo y riguroso por el cine de Orson Welles, el director más importante de la historia del cine. Ciudadano Kane, El cuarto mandamiento, La dama de Shanghai, Sed de mal; sus reconstrucciones del Shakespeare trágico (Macbeth, Othello) o su relectura de El proceso de Kafka son cimas creativas que hicieron del cine una alta manifestación artística. Fue un genio absoluto que dirigió y escribió entre la incomprensión de una industria que acabó marginándolo y unas propuestas visionarias que no admitían la palabra imposible. Las cosas que hemos visto, sir Orson.
Santos Domínguez