29/9/11

Ensayos selectos de Enrique Vila-Matas


Enrique Vila-Matas.
Una vida absolutamente maravillosa.
Ensayos selectos.
Debolsillo. Barcelona, 2011.

Junto con el recientemente reeditado El viajero más lento, los ensayos selectos que se reúnen en Una vida absolutamente maravillosa, que edita Debolsillo en su Biblioteca Vila-Matas es una recopilación de ensayos y artículos que trazan un mapa completo del inconfundible universo literario de Enrique Vila-Matas.

Es, como explica el editor en su nota introductoria, "una amplia y rigurosa antología cronológica de los artículos y ensayos publicados por Enrique Vila-Matas durante más de veinte años (...), una autobiografía literaria de Enrique Vila-Matas, un diario de lecturas y relecturas, además de un cuaderno de experimentación donde ensaya los tonos y formas que luego cristalizaron en su obra canónica."

Procedentes de otros volúmenes como Desde la ciudad nerviosa o El viento ligero de Parma o dispersos en publicaciones periódicas como Letras libres o Babelia, además de textos centrales y mayores en la obra de Vila-Matas, como Janelas Verdes' Dream, Mastroianni-sur-Mere, Un tapiz que se dispara en muchas direcciones o Escribir es dejar de ser escritor, se recogen también en este generoso tomo los inéditos del Segundo dietario voluble y la totalidad de los artículos y semblanzas de escritores de Para acabar con los números redondos, que publicó Pre-Textos en 1997.

"Vila-Matas -avisa el editor en su nota-, como es bien sabido, ha llevado a cabo un genuino mestizaje en que el cuento, la novela, el ensayo, la conferencia y el aforismo abjuran de sus límites para explorar un territorio liminar y, al mismo tiempo, bien custodiado y reconocible."

Cine y literatura, libros y ciudades, clásicos y contemporáneos conviven en estos artículos que son también un cuaderno de viaje por las geografías reales e imaginarias que explora la obra del novelista, del articulista y del viajero.

En uno de esos artículos –Lo que dije de Rossi en Barcelona- recuerda Vila-Matas la génesis de Lejos de Veracruz en la lectura que hizo Octavio Paz de un poema de William Carlos Williams. Esa novela, que se publicó en 1995 y que aparece ahora en la Biblioteca Vila-Matas en Debolsillo, empezaba de esta manera inconfundible:

No todo el mundo sabe que a Veracruz y a sus playas lejanas no pienso en la vida nunca volver. Fui feliz allí, el mes pasado, en noche de luna llena, en Los Portales, ni antes ni después de esa noche, en el último mes de julio de mi juventud. Pero no pienso en la vida nunca volver, pues sé muy bien que la nostalgia de un lugar sólo enriquece mientras se conserva como nostalgia, pero su recuperación significa la muerte.

Y casi en su desenlace se lee esto:

—Tuve una pesadilla —dije—. Mataba a Dios, que resultaba ser un pobre hombre, un chulo de Badajoz. En el momento de disparar contra él se le poblaron los ojos con millones de luceros y confesó haberse equivocado siempre conmigo. Me ha sorprendido descubrir que Dios era tan poca cosa.

¿Cómo resistirse a leer lo que hay en medio?

Santos Domínguez