30/6/14

John Berger. Poesía


John Berger.
Poesía (1955-2008).
Traducción de Pilar Vázquez,
José María Parreño y Nacho Fernández Rocafort.
Círculo de Bellas Artes. Madrid, 2014.


Hacer un agujero
a través de 
una piedra
hilvanarla 
llevarla colgada 
anuncia inmortalidad
la piedra puede ser 
lenguaje 
el agujero, poesía. 

Es uno de los poemas últimos de John Berger (Londres, 1926) que aparecen en Poesía, el volumen que el Círculo de Bellas Artes ha editado para reunir medio siglo largo de poesía, el que transcurre entre 1955 y 2008. Una espléndida edición bilingüe de la poesía de Berger con traducciones de Pilar Vázquez, José María Parreño y Nacho Fernández Rocafort.

Más conocido como narrador y como ensayista, Berger ha creado también un mundo poético de indiscutible valor, del que fue dejando indicios en sus novelas y ensayos y en su primer y tardío libro de poemas Páginas de la herida, que se publicó en 1996.

Esta edición, cuidada por Jordi Doce, además de incorporar ese libro, reúne la totalidad de su producción poética hasta 2008. Se trata de hecho de su poesía completa, en la que conviven la naturaleza y la historia, la palabra y la pintura, el tiempo y la memoria, la luz y la maleza, los vivos y los muertos, como en estos versos, los que abren y cierran uno de sus mejores poemas, Lo que nos asombra:

Lo que nos asombra 
no puede ser el vestigio 
de lo que ha sido.
El mañana aún ciego 
avanza lentamente.
La luz y la visión 
corren a encontrarse 
y de su abrazo 
nace el día,
con los ojos abiertos 
alto como un potro.
(...) 
Lo asombroso llega 
hasta nosotros,
escoltando a la muerte y a la vida

En febrero de 2010 John Berger realizó una lectura en el Círculo de Bellas Artes de Madrid que se recoge en el CD que acompaña con la voz del poeta la edición de los más de setenta poemas que integran esta Poesía de Berger.

Santos Domínguez

29/6/14

Valente. Antología poética




José Ángel Valente.
Antología poética.
Selección e introducción
de Tomás Sánchez Santiago.
Alianza editorial. Madrid, 2014.

Cima del canto. /El ruiseñor y tú /ya sois lo mismo.

Ese haiku, fechado el 25 de mayo de 2000, menos de dos meses antes de la muerte de José Ángel Valente, es el último poema de Fragmentos de un libro futuro, el volumen póstumo que cierra la trayectoria poética de un escritor total, de trayectoria tan personal como decisiva para la poesía española contemporánea. Ese poema cierra también la generosa Antologia poética de la que ha encargado Tomás Sánchez Santiago que publica El libro de bolsillo de Alianza editorial.

Descenso al limo originario o ascensión mística a la ingravidez aérea del pájaro, ese poema es también la cima del canto de José Ángel Valente, el reflejo de la destilación extrema de una obra en la que el poeta se funde con la naturaleza en la figura del pájaro solitario del que habló San Juan de la Cruz y al que volvió Valente para explicar sus virtudes.

Esta amplia antología de su obra refleja una trayectoria poética, exigente y rigurosa como pocas, creciente desde A modo de esperanza, sometida a una evolución marcada por la coherencia y la depuración, en un itinerario ascendente hacia esa cima. Ese proceso de depuración no sólo afecta a la delgadez de la expresión sino a la intensidad de la mirada, a la actitud espiritual, tan marcada desde Material memoria por la mística cristiana, judía y sufí, por laGuía espiritual de Miguel de Molinos y por la filosofía de María Zambrano.

Es la palabra poética por la que se desciende a las infinitas capas de la memoria en una obra que no deja de crecer desde ese confín ardiente al que alude Tomás Sánchez Santiago en el título de su estupendo prólogo.

Santos Domínguez

28/6/14

Equipaje de vacaciones

POESÍA



Octavio Paz.
Obra poética
(1935-1998).
Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores.
Barcelona, 2014.


Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores recoge en un tomo que acaba de publicar con el título Obra poética (1935- 1998). Una edición que sigue la que fijó el poeta en sus Obras completas con la exclusión de las traducciones, que se pueden leer en el volumen exento Versiones y diversiones.

Entre 1935 y 1996, Paz desarrolló una de las aventuras literarias más ambiciosas y duraderas de la literatura contemporánea en español. Poesía y ensayo, intuición y reflexión, conocimiento y sensaciones, ambición expresiva y hondura indagatoria que se mueven siempre entre la tradición y la modernidad, entre lo clásico y la vanguardia, en un debate que comparte con el grupo del 27 porque Octavio Paz forma parte de la misma cultura, de la misma  lengua y casi del mismo momento histórico.

Desde la tensión entre escritura e historia de la poesía comprometida a lo conceptual, entre el testimonio y la revelación,  entre la ética y la estética, Paz construyó un mundo poético potente e inconfundible, un universo literarioarrancado a la nada de esta noche, / a pulso levantado letra a letra, / mientras afuera el tiempo se desboca / y golpea las puertas de mi alma / el mundo con su horario carnicero, como escribió en Piedra de sol, un poema  central en su mundo poético.

Desde un primer ciclo que se resume en Libertad bajo palabra, al que luego seguirían otras tentativas, como él mismo las llama, Paz es autor de una poesía cambiante en la metamorfosis del clavel y la roca y atravesada siempre por la profunda conciencia autocrítica del creador que es dueño de su mundo y que ejerce una influencia  decisiva en la poesía en  español.



Anne Carson.
Decreación.
Traducción de Jeannette L. Clariond.
Vaso Roto. Madrid, 2014.
Del título de un ensayo -Decreación: De cómo dicen Dios mujeres como Safo, Marguerite Porete y Simone Weil- y del libreto de una ópera en tres actos que aparece al final del volumen toma su nombre el libro que Anne Carson (Toronto, 1950) publicó en 2005 y que acaba de editar Vaso Roto en edición bilingüe con traducción de Jeannette L. Clariond, que en la nota preliminar explica que el tema central en Anne Carson "no es el paisaje exterior. Su voz se acerca más a lo que Kant llamo el acto involuntario del sueño."
Cadena de sueños se titula el poema que abre el libro. Termina así:Navegamos madre en un océano sin barcos / piedad por nosotros piedad por el océano navegamos.

Profesora de griego clásico, Homero, Safo y Platón son algunas de las referencias que atraviesan los poemas de este libro envolvente y poderoso que desarrolla el concepto de decreación que fijó Simone Weill: el ser es un re-hacerse, se crea a través de una reconstrucción de los fragmentos a partir de una disolución previa.

Un libro que contiene textos sobre la madre enferma, un bellísimo ensayo de elogio al sueño, un espléndido poema en el que Kant sobre pregunta Monica Vitti, un ensayo con rapsodia sobre lo sublime en Longino y Antonioni, Belmondo y Jean Seberg al final de la escapada, Parménides y un oratorio para cinco voces, Beckett y Benjamin, un guión cinematográfico sobre Eloísa y Abelardo, Pindaro y Virginia Wolf.



Patrizia de Rachewiltz. 
Mi Taishan.
Traducción de 
Viorica Patea y Antonio Colinas.
Introducción de Viorica Patea.
Linteo Poesía. Orense, 2014.

En  2007 Patrizia de Rachewiltz  publicaba en Rimini Mi Taishan,  que ahora edita Linteo en  español con traducción de Antonio Colinas y Viorica Patea.

La poesía de Patrizia de Rachewiltz (Merano, 1950), nieta de Ezra Pound, que es una presencia persistente en el libro,  se sitúa  - como señala Viorica Patea en su introducción- a caballo entre  la estética imagista de principios de siglo y la corriente confesional de la poesía norteamericana de posguerra. Por eso, además de Pound, Robert Lowell y Silvia Plath son los referentes de esta poesía de línea clara que no renuncia a la imagen visionaria.

Mi Taishan combina lo autobiográfico con lo meditativo, habla de lo inmediato y lo cotidiano con un lenguaje directo, refleja las impresiones y las sensaciones en frases simples que transforman lo real en revelación, el objeto en símbolo, la naturaleza en imagen de un interior conflictivo.

El amor como experiencia traumática y el recuerdo elegíaco del álbum familiar recorren este libro que toma su título de una de las cinco montañas sagradas de China, un  ascenso  que es el símbolo de la vida, de la muerte y del renacer:retornas a ser de nuevo más serena, el valle/ por la mañana a tus pies / y el primer pájaro cruza tu rostro.



Cecilia Quílez.
La hija del capitán Nemo.
Calambur. Madrid , 2014.

Padre,
Estoy temblando de agua y frío. Me has arrojado a la casa de la tempestad, en el páramo más alto donde la miseria está preñada de sudor y miedo.
Oh, mi hermosa infancia entre las letras cenicientas de Alejandría. Éste, padre, es el mayor naufragio de la tierra prometida.

Con la fuerza expresiva que otorga la desobediencia, con la energía de quien ha decidido levantar una barrera de resistencias frente al océano, Cecilia Quílez, que a pesar de todo, como escribe Julio Mas, “cree en el mundo como quien cuida de un fuego o despierta a un amante”, ha escrito La hija del capitán Nemo que publica Calambur.

Poesía visceral, poesía que respira en el verso genitalmente”, habitada por una ausencia que hace que siempre sea octubre en estos textos desgarrados que vienen de la pregunta y de la ceja del asombro.

Una poesía de signo visionario que no mira hacia atrás aunque escuece como la sal en las heridas de quien sabe que el miedo es la melodía del mundo y declara:Al fin esta es mi victoria /amanecer y no pensarte.




Carlos Martínez Aguirre.
El peregrino.
La Isla de Siltolá. Sevilla, 2014.

Yo busco el sentimiento de un presente olvidado: / los días y las horas que no quieren volver, escribe Carlos Martínez Aguirre en El peregrino, que publica La Isla de Siltolá en su colección Tierra.

En sus páginas, que recogen poemas escritos durante estos quince años, se superpone a la vocación elegiaca un cierto tono de epístola moral a sí mismo. Cuartetos, serventesios y sonetos, endecasílabos y alejandrinos con resonancias modernistas sustentan un doble argumento clásico: el tiempo y el amor, porque como enseñó Machado se canta lo que se pierde.

Entre la contención métrica de la forma clásica y el despliegue verbal y la ambición visionaria de la poesía posromántica: porque aquí los crepúsculos son de arco voltaico y Bernal Díaz del Castillo convive con Papageno y San Agustín con el doctor Spock, pero hay también un breve sueño de amor del genovés que iba sin saberlo a un nuevo mundo, la mente positrónica de los robots y el numen virginal del que se enamoran un Pan infantil o un Arlequín adolescente y los sueños perdidos se atisban en la niebla de las islas del sueño.



Luis Ángel Lobato.
Dónde estabas el día del fin del mundo.
Ediciones Cálamo. Palencia, 2014 .

Ya desde su título, este libro de Luis Ángel Lobato que publica Cálamo convoca  el pasado y el presente, el calor del recuerdo, la desolación del presente y la incertidumbre del futuro en un tiempo de fechas que evoca la memoria que vuelve desde el amor a la ausencia con el dolor de las pérdidas en una poesía directa, visionaria y rememorativa.

Poesía como consuelo y como conocimiento en la que el autor combina lo inmediato y lo ausente, lo real y lo imaginado en el lugar del poema, allí donde la palabra se convierte, desde el confín del lenguaje, en antídoto del silencio y del olvido: “¿Qué quedará de nosotros / cuando el amor se haya ido? (...) ¿Qué será/ de nuestra muerte cuando el amor / se haya ido? / ¿Qué ensueños cultivaré/ sobre los tejados azules/ de la infancia?



Thomas Boberg.
Los devoradores de caballos.
Traducción de Daniel Sancosmed.
Prólogo de Raúl Campoy.
Libros del Aire. Madrid, 2014.

Los comerciantes de caballos de clase media /están en la cárcel/por encubrimiento, contrabando, robo /y la arrogante rutina de rechazar /trabajos. /Sólo los nihilistas y los patriotas cristianos más ricos /y sus enemigos oficiales, /los cínicos /follahijas, /tienen oportunidades en esta época./ Trafican con parientes y rocines flacos /en la frontera./ Organizan orgías secretas en el sótano/del edificio/ donde vivo”, escribe el danés Thomas Boberg en Los devoradores de caballos, que Libros del Aire publica en su colección Jardín Cerrado.

En ese tono discurre este alucinado y potente apocalipsis posmoderno, un libro hipnótico, como señala en su prólogo Raúl Campoy, que define su propuesta visionaria como “un misticismo sucio.” Una perturbadora escritura en libertad, de una enorme fuerza expresiva que combina el verso con la prosa y fusiona lo lírico con lo narrativo, la visión con la denuncia, el autodestructivo desgarro emocional con una pesadilla sin despertar. Un libro inagotable y poliédrico del  que el lector sale con la misma turbación con que Dante abandonó el infierno:Metí la mano en el bolsillo y saqué el diente de lobo y me lo tragué; / me di la vuelta y salí del bosque de mi infancia.



José Ángel Valente.
Antología poética.
Selección e introducción
de Tomás Sánchez Santiago.
Alianza editorial. Madrid, 2014.

Cima del canto. /El ruiseñor y tú /ya sois lo mismo.

Ese haiku, fechado el 25 de mayo de 2000, menos de dos meses antes de la muerte de José Ángel Valente, es el último poema de Fragmentos de un libro futuro, el volumen póstumo que cierra la trayectoria poética de un escritor total, de trayectoria tan personal como decisiva para la poesía española contemporánea. Ese poema cierra también la generosa Antologia poética de la que ha encargado Tomás Sánchez Santiago que publica El libro de bolsillo deAlianza editorial.

Descenso al limo originario o ascensión mística a la ingravidez aérea del pájaro, ese poema es también la cima del canto de José Ángel Valente, el reflejo de la destilación extrema de una obra en la que el poeta se funde con la naturaleza en la figura del pájaro solitario del que habló San Juan de la Cruz y al que volvió Valente para explicar sus virtudes.

Esta amplia antología de su obra refleja una trayectoria poética, exigente y rigurosa como pocas, creciente desde A modo de esperanza, sometida a una evolución marcada por la coherencia y la depuración, en un itinerario ascendente hacia esa cima. Ese proceso de depuración no sólo afecta a la delgadez de la expresión sino a la intensidad de la mirada, a la actitud espiritual, tan marcada desde Material memoria por la mística cristiana, judía y sufí, por laGuía espiritual de Miguel de Molinos y por la filosofía de María Zambrano.

Es la palabra poética por la que se desciende a las infinitas capas de la memoria en una obra que no deja de crecer desde ese confin ardiente al que alude Tomás Sánchez Santiago en el título de su estupendo prólogo.



Antonio Moreno.
El viaje de la luz.
(Antología poética 1990-2012).
Prólogo de Vicente Gallego.
Renacimiento. Sevilla, 2014.


Decir es dirigirse a algún lugar, / marchar a alguna parte, a un destino / al que uno se encamina con palabras / crecidas, luminosas como el cielo / de originaria y blanca luz nocturna, escribe Antonio Moreno en El viaje de la luz, la antología poética de su obra que publica Renacimiento.

Esos versos de Intervalo, el poema que dio título a la recopilación de sus libros en 2008, resumen su concepción de la poesía y su manera de mirar el mundo. Una poesía meditativa y depurada, de línea clara y tono cercano que conjunta pensamiento y sentimiento, memoria y mirada en una dirección emparentada con nombres como Brines, Sánchez Rosillo, Antonio Cabrera o Vicente Gallego, que en el prólogo de esta antología señala a Antonio Moreno como “una de las voces a las que me siento más cercano, tanto en la razón estética como en la clara sinrazón compartida del espíritu.”

Evocativos y atravesados por la concepción de Wordsworth de la poesía como la emoción recordada en tranquilidad, los versos de Antonio Moreno tienen al fondo el mundo clásico y la luz transparente del Mediterráneo transfigurada en las palabras del poeta y en su poesía celebratoria que tiene más de himno que de elegía.

Poesía que busca esa belleza sin materia a la que alude uno de los poemas; poesía que evoca un mundo cercano con la palabra esencial y despojada y la intensa emoción de quien se sabe fugaz y lo asume en versos como estos, los últimos de la antología: Bien lo sabéis: jamás tuvimos nada, / ni la casa ni el nombre que nos dieron. / Mas crece nuestro amor por esta nada / en la que somos más de lo que vemos, / tan poblada de luz y oscuridad, / tan copiosa de música y silencio.



John Berger.
Poesía (1955-2008).
Traducción de Pilar Vázquez,
José María Parreño y Nacho Fernández Rocafort.
Círculo de Bellas Artes. Madrid, 2014.

Hacer un agujero/ a través de / una piedra / hilvanarla / llevarla colgada / anuncia inmortalidad / la piedra puede ser / lenguaje  / el agujero, poesía. 

Es uno de los poemas últimos de John Berger (Londres, 1926) que aparecen en Poesía, el volumen que el Círculo de Bellas Artes ha editado para reunir medio siglo largo de poesía, el que transcurre entre 1955 y 2008. Una espléndida edición bilingüe de la poesía de Berger con traducciones de Pilar Vázquez, José María Parreño y Nacho Fernández Rocafort.

Más conocido como narrador y como ensayista, Berger ha creado también un mundo poético de indiscutible valor, del que fue dejando indicios en sus novelas y ensayos y en su primer y tardío libro de poemas Páginas de la herida, que se publicó en 1996. Esta edición, cuidada por Jordi Doce, además de incorporar ese libro, reúne la totalidad de su producción poética hasta 2008. Se trata de hecho de su poesía completa, en la que conviven la naturaleza y la historia, la palabra y la pintura, el tiempo y la memoria, la luz y la maleza, los vivos y los muertos, como en estos versos, los que abren y cierran uno de sus mejores poemas, Lo que nos asombra:

Lo que nos asombra / no puede ser el vestigio / de lo que ha sido. / El mañana aún ciego / avanza lentamente. / La luz y la visión / corren a encontrarse / y de su abrazo / nace el día, / con los ojos abiertos / alto como un potro (...) Lo asombroso llega / hasta nosotros, / escoltando a la muerte y a la vida

En febrero de 2010 John Berger realizó una lectura en el Círculo de Bellas Artes de Madrid que se recoge en el CD que acompaña con la voz del poeta la edición de los más de setenta poemas que integran esta Poesía de Berger.


BOLSILLO




Franz Kafka.
El desaparecido.
Traducción de Miguel Sáenz.
El libro de bolsillo. Alianza Editorial. Madrid, 2014.

El conflicto entre la autoridad y el individuo, la opresión ambiental de un entorno hostil, la búsqueda de identidad, la desorientación ante la impenetrable maquinaria del poder que aniquila a la persona, la culpa y el castigo, la pérdida y la huida son algunos de los temas con los que Kafka construyó un universo narrativo que se ha acabado convirtiendo en una metáfora del mundo contemporáneo.

Animado por la facilidad con la que acababa de terminar La condena, Kafka escribió con rapidez exaltada El fogonero como primer capítulo de los seis que proyectó para una novela muy crítica con las injustas relaciones laborales en el capitalismo norteamericano.  Esa novela iba a ser El desaparecido, que dejó inconclusa y que su amigo Max Brod editó en 1927 con un título póstumo y no autorizado: América.

Una novela que se inicia con la llegada a Nueva York del joven Karl Roßmann, obligado por su familia a hacer ese viaje que lo aparta de su entorno para purgar su culpa, y transmite la imagen del mundo como un laberinto: el interior intrincado del barco en el que llega a América en busca de fortuna el protagonista.


Santiago Rusiñol.
Máximas y malos pensamientos.
Traducción, edición y notas de Francisco Fuster.  
Vaso Roto Cardinales. Madrid, 2014.

Al primero que deberían condenar a muerte, por haber matado, es al verdugo, escribe Santiago Rusiñol en uno de los doscientos aforismos de Máximas y malos pensamientos, que publica Vaso Roto Cardinales con traducción, edición y notas de Francisco Fuster.  

Piensa mal y no errarás es el subtítulo que Rusiñol eligió como lema de este conjunto de textos breves y provocadores que buscan el escándalo o critican los males sociales con sarcasmo, escepticismo y buen humor y muestran la cara oculta e inesperada del pintor y escritor, del Rusiñol crepuscular y desengañado que publicó en 1927 estos aforismos que había ido reuniendo durante dos décadas. Entre ellos este: Quienes buscan la verdad merecen el castigo de encontrarla.

Entre la reflexión y la frase ingeniosa, entre la ocurrencia, la denuncia y la greguería, trazan esta suerte de autobiografía indirecta que Rusiñol escribió –como señala Francisco Fuster en su introducción- para comentar su texto y recordar su vida; o, lo que es lo mismo, para comentar su vida y recordar su texto.


Gabriel García Márquez.
Cien años de soledad.
Debolsillo. Barcelona, 2013.

Años después, frente al pelotón de fusilamiento, Arcadio había de acordarse del  temblor con que Melquíades le hizo escuchar varias páginas de su escritura impenetrable, que por supuesto no entendió, pero que al ser leídas en voz alta parecían encíclicas cantadas.

La soledad y el deseo, siete generaciones y una maldición cumplida, un galeón varado en la selva, las edades metalúrgicas y la represión salvaje de una huelga, las guerras civiles y la abolición de las fronteras entre la vida y la muerte, entre el sueño y la realidad, el viento destructor en la ciudad de los espejos y los espejismos y las mariposas amarillas.

En un tiempo sin tiempo entre José Arcadio el fundador y el Aureliano final que nace con la marca siniestra de la profecía. Lo predijeron los pergaminos de Melquiades: El primero de la estirpe está amarrado a un árbol y al último se lo están comiendo las hormigas.

El milagro irrepetible de la novela más prodigiosa que se ha escrito en español en el siglo XX.



Ramón del Valle-Inclán.
Romance de lobos.
Edición de Ricardo Doménech.
Austral. Barcelona, 2014.

Con Romance de lobos, que culmina el ciclo mítico de las Comedias Bárbaras,Valle-Inclán alcanzó una de sus cimas creativas. Ambientada en la Galicia rural y supersticiosa de la Santa Compaña y las relaciones casi feudales, es una revisión finisecular, simbolista y decadente, del mito de Don Juan transfigurado en la presencia potente de Don Juan Manuel Montenegro.

El desenfreno y el arrepentimiento, el exceso y la culpa, la locura y la muerte son las claves de esa figura que actúa sobre el telón de fondo negro de aquella tierra antigua y misteriosa.

La síntesis del simbolismo y el expresionismo, de lo pagano y lo cristiano, de lo clásico y lo contemporáneo convergen en un texto de enorme intensidad verbal y plástica, en una obra en la que el paisaje tenebroso y agitado se convierte en una metáfora del protagonista y la fuerza de sus coros recupera el tono de la tragedia clásica en un texto que Valle dio por terminado definitivamente hace ahora justamente un siglo, aunque en 1922 lo retocó levemente.

Austral lo acaba de reeditar con una espléndida introducción de Ricardo Doménech.



Santiago de la Vorágine.
La leyenda dorada.
Prólogo y selección de Alberto Manguel.
El libro de bolsillo. Alianza Editorial. Madrid, 2014.

La leyenda dorada fue, junto con la Biblia, el libro que más circuló por Europa en la Edad Media, sobre cuyas manifestaciones culturales ejerció una influencia determinante. Lo escribió a mediados del siglo XIII el dominico genovés Santiago de la Vorágine y en la España del primer Renacimiento siguió estando viegnte adaptada en el Flos sanctorum.

Es un florilegio hagiográfico que cultiva el detalle novelístico y se convirtió pronto en un manual de referencia no solo para los predicadores, sino también para los escritores y en un compendio de la iconografía que usaron los pintores medievales.

Pero es mucho más que eso: es una explicación del calendario litúrgico con el que la Iglesia pretende pautar el tiempo y controlarlo en la sucesión del santoral; un martirologio con prodigios y milagros y con etimologías inventadas y estrafalarios.

Por eso quizá ningún texto mejor que este para adentrarse en el día a día intrahistórico de la mentalidad medieval, la que está en la base de su literatura y sus artes plásticas, de la pintura a la escultura.

Después de las Vidas imaginarias de Marcel Schwob y de la Historia universal de la infamia de Borges, estas santas vidas –escribe Alberto Manguel en el prólogo de su selección para El libro de bolsillo de Alianza- casi no pueden ser leídas sino de manera literaria, con connotaciones humorísticas o fantásticas muy lejanas de la intención de su autor y de la visión de sus primeros lectores, para quienes los hechos narrados eran reales, o al menos correspondían a una incontrovertible verdad poética.


Conversaciones con Otto Frank.
Traducción de José Miguel Parra.
Prólogo de Alfonso Fornieles Ten.
Confluencias Editorial. Almería, 2014.

Lo que tenemos por hacer nunca terminará es el subtítulo de este volumen de conversaciones con Otto Frank que publica Confluencias.

Un volumen que recoge el testimonio del padre de Ana Frank, un superviviente y un héroe sencillo, como lo define Alfonso Fornieles Ten en el prólogo que ha escrito para presentar este libro breve, pero de una intensidad y una verdad impagables.

Con abundantes fotografías del álbum familiar, se recogen en él dos entrevistas inéditas a Otto Frank, una de 1967 y otra de 1977, más una tercera que recoge el testimonio de Miep Gies, la secretaria de la empresa de Otto Frank, la persona que se ocupó de la familia mientras permaneció oculta en Amsterdam y conservó los papeles de Ana Frank hasta que en el verano de 1945, cuando se supo que Ana y su hermana habían muerto en el campo de concentración de Bergen-Belsen, se los entregó a su padre, que desde entonces se dedicó a preservar la memoria de su familia aniquilada y del holocausto.



Ricardo Piglia.
Formas breves.
Debolsillo. Barcelona, 2014.

La crítica es la forma moderna de la autobiografía, escribe Ricardo Piglia en el epílogo de Formas breves, que publica Debolsillo.

En un territorio intermedio entre el ensayo, el diario de escritor, la autobiografía y la ficción narrativa, Piglia reunió en este volumen algunos de sus textos más conocidos: Hotel Almagro, El último cuento de Borges o sus imprescindiblesTesis sobre el cuento.

Macedonio Fernández, Roberto Arlt, Borges, Joyce,  Kafka, Chejov o Hemingway son algunos de los maestros de la forma breve que Piglia invoca en estas páginas en las que aborda la relación entre el pensamiento y la literatura, entre la ficción y la realidad, entre la creación y el conocimiento, entre la escritura reflexiva y la narrativa: la narración descubre un mundo olvidado en unas huellas que encierran el secreto del porvenir.

Una mirada desde dentro a la cocina del narrador y a la función de la crítica en estos textos que Piglia resume como un ejercicio de crítica que parte de relatos breves y que a la vez los contiene.


Kate O'Brien.
Teresa de Ávila.
Traducción de Antonio Rivero Taravillo.
Vaso Roto Cardinales. Madrid, 2014.

Marta y María pasean juntas es el sugerente título de la última sección con que Kate O'Brien completa su espléndido retrato de Teresa de Ávila que se publicó por primera vez en 1951 y que ahora aparece en la colección Cardinales de Vaso Roto traducida por Antonio Rivero Taravillo.

Ese es el capítulo culminante de una obra intensa en la que brilla la capacidad narrativa de la novelista irlandesa, matizada sutilmente por su sensibilidad para evocar la figura compleja de la mistica activa que fue mediocre poeta y admirable prosista.

Tras describir la labor reformadora de la monja carmelita, ya cerca de la conclusión escribe Kate O'Brien: Teresa era una santa. Era inquietante y era, si se quiere, crédula; y estaba, si se quiere también, loca. Pero fue mucho lo que llevó a cabo, en un sentido convencional; escribió con lucidez, belleza y humildad sobre asuntos elevados y peligrosos; cautivó a casi todos los que la conocieron; fue alegre, tierna e ingeniosa en sus cartas y en todos sus escritos, y se vio tan estorbada por pequeños defectos y vanidades como puede atreverse a estarlo cualquier santo (bien sabía ella esto).


Ángel Crespo.
Deseo de no olvidar.
Presentación de Pilar Gómez Bedate. 
Epílogo de Soledad González Ródenas.
Círculo de Bellas Artes. Madrid, 2012.

Cuando anochece viajo a una frontera / de caballos salvajes, escribía Ángel Crespo en Sin rienda ni espuela, uno de los poemas que leyó el 27 de octubre de 1986 en el Círculo de Bellas Artes.

Junto con el resto de los textos de aquella sesión y el CD que da fe sonora de aquella memorable lectura, se recoge en Deseo de no olvidar, el volumen que edita el Círculo de Bellas Artes en su colección de poesía, con la voz del poeta, con una presentación de Pilar Gómez Bedate sobre la poesía del conocimiento en Ángel Crespo y un epílogo de Soledad González Ródenas sobre su palabra suspendida en el aire.

En el núcleo del libro, la lectura comentada de los textos por el propio autor y un apartado de Recapitulaciones y precisiones en el que se resumen las intervenciones del poeta en el coloquio posterior a la lectura en donde explica las claves de su poética: “me considero un poeta objetivo, realista, si por realidad entendemos la que está más allá de la superficie inmediata del mundo."

Está aquí representado el poeta que se lee y se comenta a sí mismo en unos textos que iluminan su concepción de la poesía como voluntad de conocimiento, con el tiempo, la memoria y la palabra como claves temáticas.

Wilkie Collins.
La sotana negra.
Edición de Damià Alou.
Letras Universales Cátedra. Madrid, 2014.

Discípulo, amigo y colaborador a veces de Dickens, Wilkie Collins es uno de los novelistas ingleses más importantes de la época victoriana. En plena madurez creativa escribió La sotana negra, una de sus obras más sólidas, aunque poco famosa, quizá porque se publicó en 1881, el mismo año que ¿Quién mato a Zebedee?, uno de sus relatos de intriga policial más conocidos.

Escrita con la pericia del escritor en pleno dominio de su escritura y de su oficio narrativo, el cruce de perspectivas y voces narrativas, la tensión sostenida en la intriga,  el misterio que rodea el pasado de unos personajes caracterizados magistralmente, la sorpresa o el giro inesperado de la acción son algunos de las características más llamativas de una novela que, sin alcanzar la altura de La piedra lunar o La dama de blanco, no defraudará a los lectores de Wilkie Collins, cuya obra narrativa ha resistido asombrosamente bien el paso del tiempo.

Un triángulo de personajes con un jesuita –el padre Benwell- en uno de sus lados y una trama que en algunos momentos recuerda a La regenta, su casi contemporánea, y a algunas novelas de Galdós, La sotana negra es una denuncia del fanatismo y la avaricia clerical, una crítica suavizada por el humor desde la actitud distante que caracteriza siempre al irónico y sonriente Collins.

Con un espléndido prólogo de Damià Alou, responsable también de su traducción, acaba de publicarlo Cátedra en su colección Letras Universales.


REGALO


Manuel Chaves Nogales.
Juan Belmonte, matador de toros.
Su vida y sus hazañas.
Prólogo de Alberto González Troyano.
Ilustraciones de Martínez de León y Salvador Bartolozzi.
Biblioteca de la Memoria. Renacimiento. Sevilla, 2013.

Juan Belmonte, matador de toros es una de las mejores biografías que se han escrito en español. Una narración de forma autobiográfica en la que la eficiente ocultación de la voz de Chaves Nogales tras la de Juan Belmonte se convierte en su mejor virtud literaria.

Periodista de oficio y dueño de una de las prosas más fluidas y limpias de su época, Chaves Nogales, que poseía además un inusual talento narrativo que demostraría en A sangre y fuego, intuyó que la superposición del biógrafo y el biografiado en una sola voz sería la clave de su eficacia.

Chaves Nogales nunca fue a una corrida de toros. Lo que le interesaba en este libro, más que exaltar a una figura del toreo, era retratar al hombre hecho a sí mismo desde la quincallería de la calle Feria y las noches de luna y cerrado en Tablada hasta la plenitud triunfal, anterior y posterior a la muerte de Joselito en Talavera, coronada por un cortijo con parrales en Utrera.

Este asombroso Juan Belmonte, matador de toros, que reedita Renacimiento en su Biblioteca de la Memoria, es el resultado de muchas horas de conversación del torero y el periodista. Antes que en libro, apareció por entregas en veinticinco capítulos entre junio y diciembre de 1935 en la revista Estampa, profusamente ilustrados con 98 fotografías, 98 apuntes de Martínez de León y 20 dibujos de Salvador Bartolozzi que se reproducen en esta espléndida edición.



John Julius Reel.
¿Qué pinto yo aquí?
Un neoyorquino en la ciudad de nunca jamás.
Confluencias Editorial. Almería, 2014.

Si pinto algo en esta tierra es como observador, no participante, escribe John Julius Reel para responder a la pregunta que plantea este libro que acaba de publicar Confluencias Editorial con ilustraciones de Daniel Rosell.

Un neoyorquino en la ciudad de nunca jamás es el subtítulo de este volumen en el que refleja su experiencia de guiri asombrado en Sevilla, una experiencia de la que empezó a dar cuenta en los artículos que publicó en el Diario de Sevilla en 2009 y 2010.

En torno a los cinco sentidos, porque Sevilla es una ciudad para entenderla con la irracionalidad de lo sensorial, se organiza este divertidísimo volumen en el que el neoyorquino afincado en Sevilla con su mujer sevillana y sus hijos oye ese “no ni ná” tan sevillano, que él no entiende, ve una bulla espléndida, huele la variada sinfonía olfativa que ofrece una ciudad que tiene un sabor elemental a borrón y cuenta nueva y a la que le toma el pulso en estas páginas.

Los sentimientos encontrados ante la feria, las costumbres gastronómicas, el trato diario, los toros, el cristianismo sevillano, los cursis y los cutres son algunos de los aspectos de quien escribe sobre lo que soy, un guiri ocupándome de mis asuntos como padre, marido, yerno, vecino, ciudadano, consumidor, contribuyente en mi ciudad adoptiva, Sevilla.




Víctor García de la Concha.
La Real Academia Española.
Vida e historia.
Espasa Calpe. Madrid, 2014.

Para conmemorar el III Centenario de la fundación de la Academia de la Lengua, Espasa publica La Real Academia Española. Vida e historia, escrita por quien fue su director durante doce años, Víctor García de la Concha, que lo resume en la Presentación como un relato secuencial, que, al discurrir del tiempo y en estrecha relación con el acontecer político, social y cultural, muestre qué hacía la Academia en cada momento, cómo ha reaccionado a las demandas de cada época: en una palabra, cómo ha servido al honor de la Nación, sirviendo a la lengua que ayer vertebraba España y hoy vertebra a veinte naciones en la Comunidad Iberoamericana y aún fuera de ella. Con el Diccionario, la Gramática y la Ortografía que engarzan la unidad. Porque la vida e historia de la Real Academia reflejan la historia y vida de España.

Organizadas en siete capítulos distribuidos cronológicamente, el medio millar de páginas de este volumen narran la historia de la Academia desde el momento fundacional en que la presidió el marqués de Villena hasta la dirección de Fernando Lázaro Carreter, que finalizó en 1998.

La última etapa, la de la presidencia de García de la Concha, se aborda como una crónica -La construcción de una política panhispánica- que culmina este volumen del que dice su autor: Tengo que confesar que me atrapó la historia. En cada recodo de los libros de actas me asaltaron figuras deslumbrantes, episodios para mí desconocidos que son parte de ese reflejo de que hablo o que iluminan tramos de la historia de España. He preferido ceder la voz a los protagonistas y a la propia Academia en su fe de vida.


Jonathan Swift.
Los viajes de Gulliver.
Ilustraciones de Javier Sáez Castán.
Traducción de Antonio Rivero Taravillo.
Sexto Piso. Madrid, 2014.

En 1726, cinco años después de la edición de las Cartas persas de Montesquieu,  un modelo que imitó aquí Cadalso casi setenta años después en las Cartas marruecas, se publicaba un libro anónimo que compartía con esa obra el esquema del viaje y la mirada extranjera. Una mirada cuya extrañeza pone al descubierto el carácter absurdo de algunas costumbres, la arbitrariedad de ciertas instituciones o la injusticia de determinadas normas.

Porque eso son también los Viajes de Gulliver, de Jonathan Swift, una construcción satírica, una crítica de las costumbres y del sistema político, además de un relato de aventuras, una parodia de la literatura de viajes y una denuncia de las leyes injustas y del colonialismo.

Una obra construida alrededor de los cuatro viajes narrados en primera persona por Lemuel Gulliver, cirujano y viajero, ajeno a los mundos extraños a los que le conduce el azar: gigante en el país de los enanos y enano en el país de los gigantes, favorito en la corte de Liliput y protegido de la reina de Brobdingnag, que en su tercer viaje llega a la isla flotante de Laputa, donde conoce la incapacidad práctica de la ciencia o habla con los fantasmas de hombres célebres en la isla de Glubbdubdrib, para acabar conociendo a los yahoos en el país de los Houyhnhnms antes de dejar su afición por los viajes para apartarse definitivamente del mundo y acabar siendo el hombre que hablaba los caballos.

Sexto Piso recupera la traducción que hizo Antonio Rivero Taravillo para Pre-Textos en esta nueva edición ilustrada por Javier Sáez Castán del libro de un ilustrado, de una de las novelas fundamentales de la Ilustración.


George Meredith.
El general Ople y Lady Camper.
Traducción de Pepa Linares.
Posfacio de Virginia Woolf.
Ardicia Editorial. Madrid, 2014.

Como "un caos iluminado por destellos de relámpago" definió Oscar Wilde el estilo de George Meredith (1828-1909), el novelista inglés al que elogiaron Stevenson y Kipling, que dijo de él que era “un novelista brillante, ingenioso, intérprete de la mujer y defensor de la personalidad femenina.”

El general Ople y Lady Camper, una de sus novelas más conocidas, es el relato bienhumorado, irónico y divertido del encuentro entre un viejo general retirado y la mujer solitaria que se convierte en su vecina y a la que precede una bien ganada fama de excentricidades.

Un hombre sencillo y una aristócrata complicada que terminan uniéndose "después de la más curiosa de las controversias" en este relato de “un escritor de vena humorística”, como lo define Virginia Woolf en el posfacio -La sobrina de un conde- que cierra esta edición, con la que Ardicia culmina brillantemente su primera temporada editorial.


Peter Sís.
El piloto y el Principito.
La vida de Antoine Saint-Exupéry.
Traducción de Raquel Vicedo.
Sexto Piso Ilustrado. Madrid, 2014.

En El piloto y el Principito Peter Sís hace una bellísima biografía ilustrada de Saint-Exupéry. Cielos estrellados, montañas y océanos son los ámbitos del paisaje animado por el que discurren los vuelos de quien fue no sólo el autor de El principito sino uno de los pilotos más famosos de la época heroica de la aviación.

Un espléndido homenaje a Saint-Exupéry cuando están a punto de cumplirse setenta años de su desaparición en una misión aérea el 31 de julio de 1944.

Con traducción de Raquel Vicedo, lo publica Sexto Piso Ilustrado, que ya editó hace dos años el espectacular El coloquio de los pájaros, del mismo autor.




Cristina Peri Rossi.
Julio Cortázar y Cris.
Cálamo. Palencia, 2014.

Cálamo se suma a las conmemoraciones del centenario del autor de Rayuela con la edición de Julio Cortázar y Cris, un libro en el que Cristina Peri Rossi rememora su relación con el gran cronopio que da título a la primera de las dos partes en las que se organizan los quince capítulos de este volumen.

Quince capítulos que no sólo reconstruyen la memoria de aquella relación incompleta e intensa, sino que exploran a una nueva luz interior su dimensión literaria, que se concretó en conversaciones que se evocan aquí, en las cartas que se transcriben y sobre todo en los Quince poemas de amor a Cris que formaron parte del póstumo  Salvo el crepúsculo. Un amor imposible del que escribió Cortázar: En realidad poco me importa / que tus senos se duerman / en la azul simetría de otros senos. / Yo los hubiera hollado / con la cosquilla de mi roce / y te hubieras reído justamente / cuando lo necesario y esperable / era que sollozaras.

Si la frase No fui al entierro de Julio Cortázar abre el libro, una emocionadaCarta a Julio treinta años después, fechada en mayo de 2014, lo cierra con este colofón: cualquier día, en cualquier momento, nos volvemos a encontrar, porque yo me sé la fórmula de Einstein y vos sos inmortal como siempre dijiste.

ENSAYO 



Clara Janés. Sarantis Antíocos.
El Greco. Tres miradas:
Cervantes, Rilke, Antonio López.
Vaso Roto Arte. Madrid, 2014.

Ocho magnificas reproducciones -siete de cuadros del Greco y Cabeza griega y vestido azul, de Antonio López- abren El Greco. Tres miradas: Cervantes, Rilke, Antonio López que han escrito Clara Janés, responsable también de la edición, y el poeta griego Sarantis Antiocos.

Lo publica Vaso Roto en su colección Arte y está organizado en tres secciones: Los ojos de Rilke, de Clara Janés, Talleres colindantes: Cervantes y El Greco, de Sarantis Antiocos, y Las notas del Greco a la Arquitectura de Vitruvio, que recoge un diálogo de los coautores del volumen con el pintor Antonio López.

Este libro delicado y admirable, un prodigio de inteligencia creativa y de sensibilidad artística, quedará como una de las aportaciones más destacadas en este año conmemorativo del cuarto centenario de la muerte del Greco, contemporáneo de Cervantes, que le sobrevivió solo dos años.

Por eso si Clara Janés se centra en el deslumbramiento que la pintura del Greco provocó en Rilke, que vio en sus cuadros el istmo que comunica lo visible y lo invisible, Sarantis Antíocos explora los vínculos ideológicos y estéticos que permiten relacionar al pintor con Cervantes en un juego especular que sitúa frente a frente a los dos artistas a través de sus textos: los cervantinos del Persiles, el Quijote y algunas novelas ejemplares, y las notas que El Greco dejó manuscritas en su trabajado ejemplar de la Arquitectura de Vitruvio. Ese es el punto de partida del diálogo vivo y hondo entre los dos escritores y Antonio López.



Leonardo da Jandra.
Filosofía para desencantados.
Prólogo de Guillermo Fadanelli.
Atalanta. Gerona, 2014.

Las preguntas que se hace la Filosofía son lenguaje, pero las respuestas sólo las puede dar la experiencia. La medida de la verdad la da la experiencia, no la lógica, escribe Leonardo da Jandra (México, 1951) en Filosofía para desencantados, un breve pero intenso volumen que publica Atalanta con prólogo de Guillermo Fadanelli, que destaca la resistencia de este autor para no ceder a las tentaciones de la decepción contemporánea.

Tras fijar su objetivo en el capítulo preliminar, Cuestiones de método, al que pertenecen las frases transcritas, Da Jandra analiza tres momentos en la evolución de la conciencia y los comportamientos: desde la animalidad pura de la conciencia egocéntrica al sociocentrismo, que plantea la sociabilidad como una consecuencia de la imposibilidad del individuo para sobrevivir aislado en su desencanto: Lo último que nos queda cuando ya no creemos en nada es el falso consuelo de la razón desilusionada, de la fría y desolada intemperie del escepticismo.

Y finalmente, la conciencia cosmocéntrica, la apertura a una perspectiva integradora  en un futuro en que se superarán dualismos como los que confrontan espíritu y materia o cultura y naturaleza.



Claude Lanzmann.
La tumba del sublime nadador.
Traducción de Gabriel García Santos 
y José Miguel Parra.
Confluencias Editorial. Almería, 2014.

Antes de ser el cineasta reconocido desde 1985 por esa cumbre del género documental que es Shoah, una película de casi diez horas sobre el holocausto, el francés Claude Lanzmann (1925) fue un periodista con oficio que abordó la realidad desde múltiples ópticas, denunció los restos del colaboracionismo y la represión contra los argelinos o analizó el fenómeno de las bandas marginales de jóvenes que sembraron el terror en París.

A mediados de los cincuenta, Sartre lo incorporó a la redacción de Les Temps Modernes, de la que acabaría siendo director, pero su firma fue habitual en cabeceras tan distintas como Le Monde, Libération Elle, donde publicó artícuilos en los que brillaron por igual su prosa y su independencia.

Hace dos años, Gallimard publicó una amplia selección, hecha por él mismo, de sus textos periodísticos que ahora edita en español Confluencias con traducción de Gabriel García Santos y José Miguel Parra: crónicas y relatos, análisis críticos y polémicos, textos en torno a Shoah, homenajes y necrológicas y sobre todo una espléndida sección de retratos que Lanzmann publicó en Elle y que trazan un panorama completo de la cultura francesa de los decisivos sesenta.

En  el espléndido Prefacio que escribió para esta muestra de lo que él mismo llama sus artículos alimenticios, Lanzmann habla del bellísimo monumento funerario griego del siglo V a.C. cuyo techo representa a alguien que salta en el vacío. En esa imagen, que sugiere la del nadador que da nombre al monumento y al libro, ve Lanzmann la metáfora exacta de su vida y su escritura.



Darian Leader.
El robo de la Mona Lisa.
Lo que el arte nos impide ver.
Traducción de Elisa Corona Aguilar.
Sexto Piso. Madrid, 2014.

El lunes 21 de agosto de 1911 Vicenzo Perugia, pintor de brocha gorda, robaba del Louvre el retrato de la Gioconda, la obra más reproducida de la historia de la pintura.

En los días posteriores se formaron largas colas para contemplar el hueco que había dejado en la pared del museo el cuadro robado. Kafka y Max Brod estaban entre aquel gentío que acudía a contemplar no la obra de arte, sino su ausencia. Algunos de ellos no habían visto el cuadro antes de aquel suceso que otorgó a la Gioconda un valor icónico añadido a su valor artístico.

¿Qué buscaban aquellas personas –sería impropio llamarlos espectadores- que esperaban pacientemente para ver el vacío? Esa es la pregunta inicial que se plantea Darian Leader en este ensayo de interpretación psicoanalítica del arte que sigue el camino abierto por Freud y desbrozado por Lacan. Y luego van surgiendo otros interrogantes: ¿Por qué miramos un cuadro?, ¿qué esperamos encontrar en la contemplación de una obra de arte?,  preguntas que plantean la relación entre el espectador y el cuadro, entre el sujeto y el objeto, entre el hombre y el mundo, entre la mirada propia y la mirada del otro, esa mirada de la que Perugia quiso preservar a la Mona Lisa durante los dos años y medio que la tuvo escondida en su casa.



Ricardo Piglia.
El último lector.
Debolsillo. Barcelona, 2014.

Un espléndido relato metafórico con ecos de Borges y Cortázar abre El último lector, un conjunto de ensayos breves en los que Ricardo Piglia hace una interpretación de la figura del lector.

Enmarcados entre ese prólogo y el epílogo, seis capítulos integran el ensayo en un tono narrativo para abordar la función del lector dentro del libro, el cambiante papel que de él refleja la literatura. Y muestran a un Kafka que en las cartas a Felice busca una lectora más que una amante, a un Borges que concibe la ficción como teoría de la lectura, o hablan del papel del lector en la novela negra, de Robinson y  la lectura como salvación, de la lectura creativa como fuente de sentido y como impulso de la vida activa en el Quijote o como expresión de la interioridad en Hamlet.

Como ellos, los lectores imaginarios, Che Guevara, Anna Karenina y su linterna, Cortázar o el Ulysses proponen respuestas diferentes a la pregunta esencial del libro: ¿Qué es un lector? Esa pregunta es el motor de estas reflexiones y el título de su primer capítulo, pero es también y sobre todo la pregunta fundamental de la literatura, la que en su respuesta contiene el sentido de la escritura. Esta es la que propone Piglia:  Un lector sería entonces  el que encuentra sentido en un libro y preserva un resto de la tradición en un espacio donde impera otra serie (el terror, la locura, el canibalismo) y otro modo de leer los signos.

Junto con Crítica y ficción y Formas breves, recuperados también ahora porDebolsilloEl último lector forma una suerte de trilogía  reflexiva de Piglia. Como en esos libros, también aquí el autor establece una estrecha relación entre la lectura y la vida que le lleva a cerrar así el epílogo: Este libro es acaso el más personal y el más íntimo de todos los que he escrito.

NARRATIVA 


Fernando Aramburu.
Ávidas pretensiones.
Seix Barral. Barcelona, 2014..

Unas jornadas literarias patrocinadas por un gobierno regional en un convento de monjas son el punto de partida de Ávidas pretensiones, una novela en clave, la sátira de un zoológico lírico reconocible que el autor –poeta él también- conoce de primera mano.

Intrigas y discusiones, envidias y rencores en una feria de vanidades y egos literarios, en un baratillo poético con dos docenas largas de figurones mediocres –metafas o realitas- en busca de notoriedad y polvos y radicalmente ajenos a la poesía.

Hay de todo entre ellos: banderías irreconciliables de la experiencia y el silencio, hombres y mujeres, viejos y jóvenes, heterosexuales, homosexuales y bisexuales, peleas y borracheras, polvos de diverso tipo y hasta un inverosímil concurso interno.

Divertida aunque previsible, excesiva hasta la caricatura y el acartonamiento, algo deshilvanada a veces, se lee sin embargo con facilidad y con gusto. Con esta obra, esperpéntica o costumbrista, según se mire, ganó Fernando Aramburu el Biblioteca Breve de novela que publica Seix Barral.


Manuel Longares.
La vida de la letra.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2014.

Galaxia Gutenberg reúne por primera vez en un volumen La vida de la letra, de Manuel Longares, que explica en el prólogo de esta edición definitiva que estas tres novelas no forman una trilogía ya que no comparten argumento ni temática. Les une su vocación experimental por la fusión de géneros, porque en La novela del corsé la narración participa del ensayo y en Soldaditos de Pavía y Operación primavera, de las formas novelescas y teatrales.

Tres novelas en las que Manuel Longares no pone letra a la vida, como en la literatura realista, documental y hasta fantástica, sino que da vida a la letra. Y es que este ciclo se levanta no sobre la realidad, ni siquiera sobre la imaginación o la fantasía, sino sobre textos literarios o subliterarios previos: la novela sicalíptica de comienzos del XX o los libretos de zarzuelas o de óperas.

Por eso en el fondo de lo que tratan las obras de La vida de la letra es de la relación entre la literatura y la vida tomando como punto de partida la primera, no esta última, que era lo que hacían Galdós, Baroja o el realismo objetivo o social de mediados del XX.

Este es también el ciclo más experimental de la novelística de Longares, que explora aquí las posibilidades expresivas de la fusión con otros géneros: el ensayo en La novela del corsé, el género chico en Soldaditos de Pavía o el formato operístico en Operación Primavera.


Anne Douglas Sedgwick.
La inquietante Hester.
Traducción de Susana Carral
Rey Lear. Madrid, 2014.

«Supongo que la he odiado desde el primer momento en que la vi», se oyó decir a sí misma Monica Wilmott, al recordar a Hester tal y como la había visto la primera vez, sentada en la ventana abierta del salón de la casa de Chelsea, recortándose contra el río; extraordinariamente tranquila, muy segura de sí misma, con sus cejas oscuras y una ligera capa negra forrada de rojo.

Así comienza, en la traducción que Susana Carral ha preparado para Rey Lear, La inquietante Hester, de la estadounidense Anne Douglas Sedgwick (1873-1935), una autora admirada por Henry James y con una trayectoria vital y literaria que se asemeja asombrosamente a veces a la de Edith Warthon. Afincada como ellos en Inglaterra y escritora de éxito, su narrativa refleja la crisis general que culminó en la Primera Guerra Mundial con su consiguiente cambio de valores sociales y culturales.

La inquietante Hester, una novela de 1929 que como toda su obra permanecía inédita en español hasta ahora, fue una de las obras más vendidas en su momento y refleja con la fuerza de sus diálogos y las nítidas caracterizaciones  de sus personajes la desorientación de entreguerras tras el vértigo del conflicto bélico, las secuelas síquicas de quienes lo vivieron en las trincheras o sufrieron sus consecuencias  en la retaguardia.


Victor Hugo.
Historia de un crimen.
Prólogo de Jaime Fernández.
Hermida Editores. Madrid, 2014.

En 1851, Marx publicaba una de sus obras esenciales, El 18 Brumario de Luis Bonaparte, en la que relacionaba el reciente golpe de estado en Francia con el que Napoleón había perpetrado en noviembre de 1799.

Y algo muy parecido hizo Víctor Hugo con esta espléndida Historia de un crimen, que está a la altura de sus mejores obras. Historia de un crimen es una denuncia implacable del sangriento golpe de estado que Luis Bonaparte dio el 2 de diciembre de 1851. Víctor Hugo, que lo vivió en primera persona y fue una de sus víctimas, tuvo que exiliarse en Bruselas y empezó a escribir inmediatamente con su prosa potente esta declaración de un testigo que sin embargo no publicó hasta 1877, cuando  unas circunstancias muy parecidas devolvieron esta crónica a la actualidad y hasta la hicieron urgente: Este libro es más que actual; es urgente.

De la oportunidad de aquella edición habla muy claramente el enorme éxito de ventas del libro, que se vendía a un ritmo de diez mil ejemplares diarios y colapsó las imprentas, que no tenían tiempo ni de satinar el papel a aquel ritmo.

Tan oportuna aquella primera edición de 1877 como esta cuidada traducción de Juan Samit Martí que acaba de publicar Hermida Editores con un estupendo prólogo de Jaime Fernández Martín. Una aportación más a la consolidación de esta editorial joven, pero con una clara y admirable apuesta por la calidad literaria.


Daniel Guebel.
Genios destrozados.
Vida de artistas.
Eterna Cadencia. Buenos Aires, 2013.

Eterna Cadencia publica Genios destrozados, un conjunto de treinta y tres relatos en los que el argentino Daniel Guebel difumina los límites de la realidad y la ficción, de lo trágico y lo cómico para construir la verdadera historia del arte a través de las vidas de artistas reales o imaginarios.

Treinta y tres relatos por los que circulan las figuras y los cuadros de Rembrandt y Picasso, de Renoir y Grunewald, de Mondrian o Gauguin junto con otros nombres que están a medio camino entre las Vidas imaginarias de Schwob y laHistoria universal de la infamia de Borges.

Hay entre ellos referencias menos ilustres, como las de las caras de Belmez, que nunca formarán parte de una historia académica de la pintura y que le sirven a Daniel Guebel para hacer una irónica reivindicación del humor y del arte en El acto estético a propósito del Ecce Homo restaurado en Borja, en tanto clásicamente peor, modernamente mucho mejor. (...) Aquel que tenga la fortuna de observar la nueva versión no podrá menos que reconocer en esa borroneada cara de simio angustiado una evocación del grito de Edward Munch y una anticipación tardía de las deformidades de Francis Bacon. Con esta intervención plástica, doña Cecilia Giménez Zueco se inscribe en la gran historia del arte y deja por el piso las acciones blandamente irreverentes con las que los farsantes de Dalí y Duchamp engañaban a los tarados.



Álvaro Do Carvalhal.
Los caníbales.
Traducción de Enrique Moya Carrión.
Prólogo de Fernando Iwasaki.
Ardicia. Madrid, 2014.

El mismo año de su muerte prematura en Coimbra, Álvaro Do Carvalhal (1844-1868) se publicó ya póstumo un volumen con sus cuentos. El más largo de ellos,Los caníbales, una nouvelle, acaba de publicarlo Ardicia por primera vez en español con traducción de Enrique Moya Carrión y prólogo -La maestría grotesca de Álvaro Do Carvalhal- de Fernando Iwasaki.

En ese ámbito grotesco de la conciencia, donde se cruzan la risa y el horror en una mueca que los mezcla de manera variable, se desarrolla este texto atravesado por el humor negro de un narrador que está a la vez fuera y dentro del relato, en una distancia irónica que a veces se convierte en sarcasmo y que cuestiona la materia narrada o se ríe entre bastidores hasta el final de cadáveres que cierra la obra.

Discípulo de Hoffmann y de Poe –al que se tradujo al portugués un año antes que en España-, en el origen de Los caníbales parecen estar pesando El extraño caso del señor Valdemar y El hombre de arena.

Pero hay también, de forma patente, una parodia grotesca del donjuanismo satánico en el triángulo amoroso que componen el misterioso Vizconde de Aveleda, Margarida, la mujer fatal que se enamora de él, y Don João, el pretendiente despreciado y resentido.


Jacques Abeille.
Los jardines estatuarios.
Traducción de Lluís Maria Todó.
Sexto Piso. Madrid, 2014.

Vi grandes campos de invierno cubiertos de pájaros muertos.
Sus rígidas alas trazaban en el infinito surcos indescifrables. Se hizo la noche.
Había entrado en la provincia de los jardines estatuarios.

Tras ese comienzo alucinado (“Creí haber escrito el relato de un loco”, declaró Abeille a propósito de esta obra), al lector de Los jardines estatuarios le espera una de las experiencias más turbadoras: la que le abre las puertas a un mundo extraño, a otra dimensión de la realidad de la mano de una novela impresionante de Jacques Abeille, que acaba de publicar Sexto Piso con una admirable traducción de Lluís Maria Todó.

Como el viajero que llega a esa región de jardines estatuarios de la mano de un guía que le orienta como a Dante en su viaje al inframundo, el lector se incorpora a ese juego de espejos que le plantea el narrador desde la primera línea y asume a partir de ese momento que de su mano entrará él también en ese territorio misterioso donde sus habitantes practican una agricultura mineral en la que se cultivan y se injertan estatuas.

Los jardines estatuarios resume varios modelos narrativos: es un libro de viajes, una intemporal fábula alegórica, un relato filosófico, una novela que recoge la mejor tradición de la novela de la Ilustración y de Swift, un texto en el que la imaginación no es un mecanismo de evasión, sino un procedimiento metafórico cargado de potencia por la magnífica prosa de Abeille y por su mirada inteligente a la sociedad y a la condición humana.  Porque hay otras regiones por venir. Habrá países.

Santos Domínguez