22/5/08

Óscar Hahn. Poemas de la era nuclear

Óscar Hahn.
Poemas de la era nuclear.
Prólogo de Alexandra Domínguez.
Bartleby. Madrid, 2008.


Porque el fantasma porque ayer porque hoy:
porque mañana porque sí porque no
porque el principio porque la bestia porque el fin:
porque la bomba porque el medio porque el jardín
Porque góngora porque la tierra porque el sol:
porque san juan porque la luna porque rimbaud
Porque el claro porque la sangre porque el papel:

porque la carne porque la tinta porque la piel
porque la noche porque me odio porque la luz:
porque el infierno porque el cielo porque tú
porque casi porque nada porque la sed
porque el amor porque el grito porque no sé
Porque la muerte porque apenas porque más
porque algún día porque todos porque quizás

El texto, del poeta chileno Óscar Hahn (Iquique, 1938), se titula ¿Por qué escribe usted? y es un excelente resumen de su poesía, de sus temas, de sus intereses literarios y su mundo personal.

Bartleby acaba de publicar Poemas de la era nuclear, una amplia antología de su obra, prologada por Alexandra Domínguez, que se refiere a Hahn con estas palabras: Óscar Hahn es hoy uno de los grandes y necesarios poetas de Chile, lo que equivale a decir de la lengua española y la poesía contemporánea.

Compuestos entre 1961 y 2008, inéditos muchos de ellos, conviven en estos poemas la denuncia de la destrucción o las injusticias con la exploración de las zonas oscuras de la conciencia, la realidad cotidiana con el misterio, la ética y la estética.

Indagatoria y visionaria, civil y resistente, la poesía de Óscar Hahn es una vuelta al origen, se compromete con el presente y viaja al futuro. La música, la injusticia, el amor o la muerte (la muchacha que nos sonríe/con una guadaña en la mano) son sus temas más frecuentes. Su mezcla de tradición y modernidad pone a dialogar a Quevedo con Duke Ellington, a Lennon con Heráclito en unos textos que a veces son gritos de protesta o denuncia (Los jinetes del Pentágono o Retrato de familia iraquí son algunos ejemplos memorables) y otras, una reflexión sobre el tiempo (Equilibrista) o una celebración de los misterios gozosos del sexo (Esperando el ascensor).

Habla o grita en ellos la voz que protesta y la palabra que ilumina en la sombra mientras coexisten la rebeldía de la vanguardia y el diálogo con la tradición, la erudición y el coloquialismo en poemas espléndidos como el díptico San Juan de la Cruz escucha a Miles Davis, que termina así:

Sentí que me crecían alas en la espalda
y empecé a levitar

Entonces apareció un graffiti en lo alto de la pared
que decía:

Qué bien sé yo la fuente que mana y corre
aunque es de noche

Y la sangre que manaba de mi cabeza
por los golpes que me dio el policía
iluminó la celda y dejó de correr

alrededor de la medianoche



Santos Domínguez