4/11/07

Teoría King Kong


Virginie Despentes.
Teoría King Kong.
Traducción de Beatriz Preciado.
Melusina UHF. Barcelona, 2007.

“La diva destroy punk de las letras francesas, escritora de novelas en las que las protagonistas ocupan posiciones tradicionalmente reservadas a los hombres (sangre, sexo y rock-and-roll) y de la controvertida y censurada película Fóllame (2000), nos ofrece un ensayo en primera persona en el que se ataca a los tabúes del feminismo liberal: la violación, la prostitución y la pornografía. La transformación de los viejos modelos del género y de la sexualidad está en marcha. Imprescindible y terapéutico.”

Con esas palabras define Beatriz Preciado, su traductora al español, a Virginie Despentes, que en Teoría King Kong ha unido la experiencia autobiográfica y la voluntad ensayística para acercarse a una serie de temas polémicos con una mirada provocadora que pone en cuestión las bases del feminismo conservador:

El feminismo es una revolución, no un reordenamiento de consignas de marketing, ni una ola de promoción de la felación o del intercambio de parejas, ni tampoco una cuestión de aumentar el segundo sueldo. El feminismo es una aventura colectiva, para las mujeres pero también para los hombres y para todos los demás. Una revolución que ya ha comenzado. Una visión del mundo, una opción. No se trata de oponer las pequeñas ventajas de las mujeres a los pequeños derechos adquiridos de los hombres, sino de dinamitarlo todo. Y dicho esto, buena suerte chicas y mejor viaje...

Despentes fue prostituta y desde su provocador Fóllame, que fue llevado al cine y editó en España Mondadori, se ha convertido en una referencia del postfeminismo:

Escribo desde la fealdad, y para las feas, las viejas, las camioneras, las frígidas, las mal folladas, las infollables, las histéricas, las taradas, todas las excluidas del gran mercado de la buena chica. Y empiezo por aquí para que las cosas queden claras: no me disculpo de nada, ni vengo a quejarme. No cambiaría mi lugar por ningún otro, porque ser Virginie Despentes me parece un asunto más interesante que ningún otro. Me parece formidable que haya también mujeres a las que les guste seducir, que sepan seducir, y otras que sepan casarse, que haya mujeres que huelan a sexo y otras a la merienda de los niños que salen del colegio. Formidable que las haya muy dulces, otras contentas en su feminidad, que las haya jóvenes, muy guapas, otras coquetas y radiantes. Francamente, me alegro por todas a las que les convienen las cosas tal y como son. Lo digo sin la menor ironía.
Teoría King Kong se publicó el año pasado en Francia y vendió más de 50.000 ejemplares con un libro escrito con la fuerza de la primera persona y un estilo muy directo. Un libro que empieza hablando de las tenientas corruptas y se plantea una revisión radical del feminismo y el papel de la mujer en la sociedad occidental a propósito de cuestiones como la violación, las mujeres objeto, el matrimonio y la prostitución o el modelo de las chicas King Kong:

Siento lo mismo como mujer: no siento ninguna vergüenza de no ser una tía buena. Sin embargo, como chica por la que los hombres se interesan poco, estoy rabiosa, mientras todos me explican que ni siquiera debería estar ahí. Pero siempre hemos existido. Aunque nunca se habla de nosotras en las novelas de hombres, que sólo imaginan mujeres con las que querrían acostarse. Siempre hemos existido, pero nunca hemos hablado. Incluso hoy que las mujeres publican muchas novelas, raramente encontramos personajes femeninos cuyo aspecto físico sea desagradable o mediocre, incapaces de amar a los hombres o de ser amadas. Por el contrario, a las heroínas de la literatura contemporánea les gustan los hombres, los encuentran fácilmente, se acuestan con ellos en dos capítulos, se corren en cuatro líneas y a todas les gusta el sexo. La figura de la pringada de la feminidad me resulta más que simpática: es esencial. Del mismo modo que la figura del perdedor social, económico o político. Prefiero los que no consiguen lo que quieren, por la buena y simple razón de que yo misma tampoco lo logro. Y porque, en general, el humor y la invención están de nuestro lado. Cuando no se tiene lo que hay que tener para chulearse, se es a menudo más creativo. Yo, como chica, soy más bien King Kong que Kate Moss. Yo soy ese tipo de mujer con la que no se casan, con la que no tienen hijos, hablo de mi lugar como mujer siempre excesiva, demasiado agresiva, demasiado ruidosa, demasiado gorda, demasiado brutal, demasiado hirsuta, demasiado viril, me dicen.
Cuestiones problemáticas que son enfocadas por Virginie Despentes ( que ha incorporado una cita de referentes feministas como Virginia Woolf, Simone de Beauvoir o Angela Davis al frente de cada capítulo) con crudeza combativa y con una claridad expresiva y una determinación ideológica que romperá muchos esquemas, incluso entre las lectoras femeninas y será un revulsivo para todos.

Con este título, la editorial Melusina inaugura su sello UHF (Ultra High Frequency), una serie que acogerá los títulos más radicales e iconoclastas en su análisis de la realidad actual.


Luis E. Aldave