Roberto Arlt.
El amor brujo.
Drácena. Madrid, 2015.
En 1932 Roberto Arlt publicaba su última novela, El amor brujo, un alegato contra el matrimonio burgués y la familia, una crítica de la moralidad burguesa y de los intereses económicos que se ocultan bajo la apariencia de una relación afectiva.
Con una mezcla explosiva en la que unen la parodia de la literatura de folletín, la crítica social y la herencia de Dostoievski, El amor brujo, que acaba de publicar Drácena en su serie Ficciones y relatos, habla de un protagonista, el ingeniero Balder, un personaje en busca de su drama, y de su relación con la adolescente Irene Loayza.
Entre lo novelesco y lo teatral, entre el diario íntimo y el flujo de conciencia, entre el monólogo y el diálogo, entre la confesión y la narración, El amor brujo tiene como fondo un Buenos Aires presentado con mirada futurista y cinematográfica. Un espacio urbano que se convierte en la metáfora del choque de mentalidades y épocas a través del contraste entre la arquitectura tradicional y los soñados rascacielos de acero. Y a lo largo de todas sus páginas, la prosa potente y descuidada de Arlt, aquel malevo desagradable y extraordinariamente inculto que evocó Borges.
Santos Domínguez