Goya Gutiérrez.
Grietas de luz.
Vaso Roto. Madrid, 2015.
Una mirada hacia la casa:
sus cuadros enmarcando
los signos a la umbría de siluetas informes,
albergue de lo apenas intuido, lo que se desconoce,
lo no concebido, lo no nato, lo que aún no se descarna,
lo que aún no sucumbe, lo empezado a mermar.
Lo no renovado, lo aún no regresado hacia sí mismo,
lo no ausente, lo ya comenzado a abrir la noche
colgando en las paredes del tiempo que habitamos,
del resto de lo que nos faltaba por vivir.
Con esos versos comienza Desde la oscuridad, el primero de los poemas con que Goya Gutiérrez construye Grietas de luz, que edita Vaso Roto.
Y desde esa mirada inicial hacia el pasado, desde esa oscuridad y desde ese aún, las tres partes de este libro trazan un itinerario emocional que va de la ausencia al con-vivir que cierra el último poema, del dolor a la promesa, de la pérdida al encuentro.
Los textos de Grietas de luz desarrollan una concepción de la poesía como consuelo y como refugio, como conocimiento pero sobre todo como salvación del náufrago en tierra firme. Poesía que explora la memoria y sana las heridas y levanta un antorcha de esperanza para iluminar en lo oscuro y se proyecta en el paisaje con palabras que levantan el vuelo y abren grietas de luz en la sombra.
Desde el interior opaco a la luminosa transparencia del aire, desde lo subterráneo al alto vuelo del ave, estos textos describen -como los pájaros que los sobrevuelan- vuelos circulares: todos sus poemas llegan al último verso para volver al título, tomado de ese verso de cierre que es también de esa manera su apertura, porque en su principio está su fin como en un eterno retorno:
hacia otro orden
Santos Domínguez