
Todos los cuentos.
Tusquets. Barcelona, 2008.

La ninfa inconstante.
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.
Barcelona, 2008.
El Lector puede, si quiere, creer que nada ocurrió o que esta historia del periodista pobre y su hallazgo nunca tuvo lugar -excepto, claro, en mi memoria, escribe Cabrera Infante en el prólogo de este libro póstumo, autobiográfico e ingenioso, melancólico y humorístico. Como Tres tristes tigres, como La Habana para un infante difunto, La ninfa inconstante tiene como fondo la Cuba precastrista y es también una suma de experimentos verbales, de juegos de palabras y de planos narrativos, de referencias cinematográficas y humor elaborado. Una maquinaria verbal al servicio del recuerdo y la imaginación.

Romanticismo.
Cátedra Letras Hispánicas.
Madrid, 2008.

Por los tiempos de Clemente Colling.
El Nadir. Valencia, 2008.
La evocación del músico ciego Clemente Colling en esta novela de su discípulo, el escritor y pianista uruguayo Felisberto Hernández (1902-1964), al que García Márquez y Cortázar reconocían como uno de sus maestros. Novela corta construida sobre la memoria, sobre la mirada infantil y la búsqueda interior. Una obra en la que importa lo que se recuerda, pero sobre todo el método: en un juego de asociaciones involuntarias y sensaciones, la música y los colores son los mecanismos que ponen en marcha el recuerdo: Los pianos negros nunca me sugirieron nada fúnebre, pero aquel piano blanco tenía algo de velorio infantil.

Otra vez domingo.
Rey Lear. Madrid, 2008.
Con prólogo de Alicia Giménez Bartlett (creadora de Petra Delicado), Rey Lear rescata la penúltima aventura de Plinio. Otra vez domingo, una novela policiaca protagonizada por Manuel González, jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso, ambientada en los meses de la agonía de Franco. Ha pasado, pues, medio siglo desde de los primeros casos de la serie del detective rural, que transcurrían en otra dictadura, la de Primo de Rivera. Con el un fondo sociológico de ridiculización del franquismo y de crítica de su pequeñez moral, Plinio es un hombre desengañado en una novela en la que el protagonista y la serie se han teñido ya de un inconfundible tono crepuscular. No es una casualidad que las dos primeras líneas de la obra presenten a Plinio y a don Lotario en un atardecer inane y otoñal por el Paseo del Cementerio tomellosero.

El androide y las quimeras.
Páginas de Espuma. Madrid, 2008.
Ignacio Padilla (Ciudad de México, 1968) es uno de los narradores más interesantes del panorama literario hispánico. El androide y las quimeras, segunda entrega de la tetralogía Micropedia, reúne una docena de cuentos en torno a dos ejes: El androide en nueve tiempos y Quimeras de tres orillas. Con su acreditado talento narrativo y su potencia en las distancias cortas, Ignacio Padilla ha escrito un libro unitario de relatos con el hilo conductor de las mujeres y los autómatas. Como siempre, lo más asombroso tiene una base real que Padilla transforma en literatura a través de la fuerza creadora del estilo. Y así lo fantástico acaba proyectando su denuncia en la realidad de los malos tratos y la violencia contra las mujeres. Especialmente memorables los tres últimos relatos (Galatea en Brighton, Miranda en Chalons, Circe en Galápagos), sobre tres creaciones femeninas (de Cervantes, de Shakespeare, de Homero) revisitadas.