José Ángel Valente.
Obras completas II. Ensayos.
Edición de Andrés Sánchez Robayna.
Recopilación e introducción de Claudio Rodríguez Fer.
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona, 2008.
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores publica el segundo volumen de las Obras completas de José Ángel Valente, que agrupa su obra ensayística en una edición de la que se ha encargado Andrés Sánchez Robayna.
Están aquí los libros de prosa crítica y ensayística que aparecieron en vida de Valente (Las palabras de la tribu, La piedra y el centro, Variaciones sobre el pájaro y la red, Notas de un simulador) y los que dejó preparados y ordenados para su publicación (Elogio del calígrafo o La experiencia abisal), que adquieren cada vez más claramente un carácter de legado testamentario.
Claudio Rodríguez Fer ha escrito la introducción y recopilado una gran cantidad de artículos periodísticos dispersos, inéditos en libro y algunos prácticamente desconocidos. Además de los ensayos, y ordenados cronológicamente, todos esos materiales reunidos ahora en libro por vez primera permiten ver con claridad la evolución intelectual del poeta y ensayista gallego, uno de los nombres fundamentales de la literatura en lengua española del siglo XX.
Poeta y ensayista indócil, por la obra extensa y abierta de Valente discurren distintas tradiciones -la hispánica, la europea, la oriental-, distintas épocas y una enorme diversidad de intereses. No hay más que echar una ojeada a las cien páginas del apretadísimo índice alfabético para darse cuenta de esa variedad temática que refleja la curiosidad intelectual de José Ángel Valente: la poesía contemporánea, las distintas tradiciones místicas y la filosofía occidental y oriental, las preocupaciones éticas y estéticas, la pintura, la escultura, el cine.
Aparece en ellos la prosa afilada de un escritor no ensimismado, sino atento a lo que le rodeaba, la voz crítica e independiente de un autor que en Las palabras de la tribu (1971), La piedra y el centro (1982) y Elogio del calígrafo (2002), fija los tres ejes que suscitan su interés: la literatura, la mística y las artes plásticas.
Las casi dos mil páginas de este segundo tomo completan la imagen total del Valente ensayista, en la línea de otros poetas contemporáneos que también frecuentaron el ensayo, como Eliot, Auden, Valèry, Juan Ramón, Octavio Paz o Cernuda. Como en esos otros autores, la palabra poética y la reflexión crítica son indisociables en Valente y convergen en el mismo centro de interés: en una preocupación intelectual sobre la creación y los límites del lenguaje y en un pensamiento crítico que se replantea a sí mismo en su constante evolución.
La indagación continua en el acto creador, la literatura como forma de conocimiento y comunicación, el carácter inefable de la experiencia estética son algunas de las constantes temáticas de estos ensayos y de una obra global en la que Valente une creación y reflexión, escritura y pensamiento, con la guía de Molinos o de María Zambrano, de Celan o Jabès.
Esa preocupación está ya en Conocimiento y comunicación, el texto que abre Las palabras de la tribu y es una obertura de la totalidad de su obra. Tras explicar que “todo momento creador es en principio un sondeo en lo oscuro”, ese primer ensayo concluye con estas palabras que el tiempo irá matizando, pero en las que están en germen el pensamiento y la poesía de José Ángel Valente: “El poeta no escribe en principio para nadie y escribe de hecho para una inmensa mayoría, de la cual es el primero en formar parte. Porque a quien en primer lugar tal conocimiento se comunica es al poeta en el acto mismo de la creación."
Están aquí los libros de prosa crítica y ensayística que aparecieron en vida de Valente (Las palabras de la tribu, La piedra y el centro, Variaciones sobre el pájaro y la red, Notas de un simulador) y los que dejó preparados y ordenados para su publicación (Elogio del calígrafo o La experiencia abisal), que adquieren cada vez más claramente un carácter de legado testamentario.
Claudio Rodríguez Fer ha escrito la introducción y recopilado una gran cantidad de artículos periodísticos dispersos, inéditos en libro y algunos prácticamente desconocidos. Además de los ensayos, y ordenados cronológicamente, todos esos materiales reunidos ahora en libro por vez primera permiten ver con claridad la evolución intelectual del poeta y ensayista gallego, uno de los nombres fundamentales de la literatura en lengua española del siglo XX.
Poeta y ensayista indócil, por la obra extensa y abierta de Valente discurren distintas tradiciones -la hispánica, la europea, la oriental-, distintas épocas y una enorme diversidad de intereses. No hay más que echar una ojeada a las cien páginas del apretadísimo índice alfabético para darse cuenta de esa variedad temática que refleja la curiosidad intelectual de José Ángel Valente: la poesía contemporánea, las distintas tradiciones místicas y la filosofía occidental y oriental, las preocupaciones éticas y estéticas, la pintura, la escultura, el cine.
Aparece en ellos la prosa afilada de un escritor no ensimismado, sino atento a lo que le rodeaba, la voz crítica e independiente de un autor que en Las palabras de la tribu (1971), La piedra y el centro (1982) y Elogio del calígrafo (2002), fija los tres ejes que suscitan su interés: la literatura, la mística y las artes plásticas.
Las casi dos mil páginas de este segundo tomo completan la imagen total del Valente ensayista, en la línea de otros poetas contemporáneos que también frecuentaron el ensayo, como Eliot, Auden, Valèry, Juan Ramón, Octavio Paz o Cernuda. Como en esos otros autores, la palabra poética y la reflexión crítica son indisociables en Valente y convergen en el mismo centro de interés: en una preocupación intelectual sobre la creación y los límites del lenguaje y en un pensamiento crítico que se replantea a sí mismo en su constante evolución.
La indagación continua en el acto creador, la literatura como forma de conocimiento y comunicación, el carácter inefable de la experiencia estética son algunas de las constantes temáticas de estos ensayos y de una obra global en la que Valente une creación y reflexión, escritura y pensamiento, con la guía de Molinos o de María Zambrano, de Celan o Jabès.
Esa preocupación está ya en Conocimiento y comunicación, el texto que abre Las palabras de la tribu y es una obertura de la totalidad de su obra. Tras explicar que “todo momento creador es en principio un sondeo en lo oscuro”, ese primer ensayo concluye con estas palabras que el tiempo irá matizando, pero en las que están en germen el pensamiento y la poesía de José Ángel Valente: “El poeta no escribe en principio para nadie y escribe de hecho para una inmensa mayoría, de la cual es el primero en formar parte. Porque a quien en primer lugar tal conocimiento se comunica es al poeta en el acto mismo de la creación."
Santos Domínguez