4/3/24

Marco Antonio Bazzocchi. Alfabeto Pasolini

 


Marco Antonio Bazzocchi.
Alfabeto Pasolini.
 Traducción de Juan-Ramón Capella
 y Víctor M. Vassallo.
Trotta. Madrid, 2023.

Abjuración, por razones alfabéticas, abre este volumen, pero es el último concepto del itinerario ideológico pasoliniano. Abjurar es el acto con que, por razones personales, Pasolini renegó de una parte de su propio pasado, o de todo su pasado, y se identificó como individuo distinto del individuo anterior a ese acto. La abjuración es una confesión de los errores cometidos y de la necesidad de modificar el itinerario de su propio destino”, escribe Marco Antonio Bazzocchi, Profesor de Literatura italiana contemporánea en la Universidad de Bolonia, en la primera entrada (‘Abjuración’) de Alfabeto Pasolini, que publica Trotta con traducción  de Juan-Ramón Capella y Víctor M. Vassallo.  

Organizado en forma de alfabeto, su enfoque y su estructura hacen de este libro “un instrumento ágil, sintético, esencial, que ofrece una base de conceptos y de orientaciones críticas para entrar en la obra de Pasolini”, como explica el autor en el Prefacio.

Entre ‘Abjuración’ y ‘Zanzotto’, pasando por Caravaggio y Ninneto, por Edipo rey y la Neovanguardia, por Pajarracos y pajaritos y Ungaretti, por Petróleo y Saló o las 120 jornadas de Sodoma; de Accatone a Chicos del arroyo, de Casarsa a la Trilogía de la memoria, este Alfabeto propone una introducción en el mundo de Pasolini a partir del recorrido por conceptos centrales en su mundo intelectual, como Crítica, Discurso libre indirecto, Muerte, Sagrado o Sueño, por referentes como Dante, Gadda o Ungaretti, por personas y personajes como María Callas y San Pablo, o por los títulos más significativos de sus obras literarias o sus películas, de Escritos corsarios a Teorema, de Medea a Poesía en forma de rosa, de Edipo Rey a Divina Mímesis o a Una vida violenta.

Un recorrido que es ante todo una invitación a navegar por la escritura y el cine de Pasolini, sin duda uno de los intelectuales y artistas más lúcidos de la segunda mitad del siglo XX.

Porque Alfabeto Pasolini incorpora también una bibliografía actualizada de la obra poética, narrativa y ensayística de Pasolini traducida al castellano, a la que se añaden las obras no traducidas y los abundantes estudios críticos sobre su producción literaria y cinematográfica.

“No, en este Alfabeto -avisa su autor- no está Pasolini: se escapa por todas partes; tratar de encerrarle en él sería como transformar un roble en un bonsai. […] Pero puede ser interesante, y atractivo, usar el alfabeto no solo para entrar en la obra de Pasolini, sino también para obtener secuencias de significado, o, digamos, relaciones, que se añadan a las ya manifiestas o las hagan más completas, al entrelazarlas y ponerlas en contacto entre sí.”

Este libro traza así una cartografía representativa del extenso mundo creativo de un Pasolini oceánico y plural, tanto en su vertiente cinematográfica como en la literaria, y a la vez ofrece con sus aproximaciones críticas y sus análisis interpretativos una brújula que permite orientarse en su complejidad intelectual y humana, en su diversidad de géneros y lenguajes, en la riqueza expresiva de una obra en la que las intersecciones entre vida y creación artística son constantes y acaban perfilando una potente poética verbal y visual.

Así comienza el artículo dedicado a la Trilogía de la vida:

La Trilogía representa la auténtica vertiente narrativa de la obra de Pasolini. Ideada, compuesta y rodada entre 1970 y 1974, comprende tres films procedentes de obras fundamentales de la cultura europea y oriental: el Decamerón (1971), los Cuentos de Canterbury (1972) y Las mil y una noches (1974). […] 
Común a toda la Trilogía es la voluntad narrativa que, pese a desarrollarse en mundos distintos, sigue el ritmo de la alegría corporal y sexual, situada por el autor como fundamento de los destinos humanos.[…]
A este universo de intercambio gozoso y abierto va acontraponerse enseguida la mezcla sombría e indistinta de Salò, donde el relato se convierte en cambio en mecánica y gélida repetición.

Y así termina el dedicado a la televisión: 

La televisión es la metáfora de cuanto Pasolini considera una expresividad envenenada por el conformismo. Todo cuanto él trata de crear con las palabras o con las imágenes va en dirección exactamente contraria a eso. Esta diferencia entre una forma expresiva dominante y las vías de escape permitidas por la literatura o el cine tiende a agudizarse en los decenios que han seguido a la muerte de Pasolini.

Santos Domínguez