Fundéu BBVA.
Manual de español urgente.
Coordinador Javier Bezos López.
Debate. Barcelona, 2015.
Treinta años después de la primera edición y tras siete años desde la anterior actualización, el Manual de español urgente de la Fundéu que acaba de publicar Debate bajo la coordinación de Javier Bezos López llega a su decimonovena edición.
No se trata de una mera actualización, sino de un reajuste imprescindible que representa, como explica en el Prefacio Joaquín Müller-Thyssen Bergareche, una nueva etapa que marca una prudente pero necesaria distancia con la estructura del manual que se ideó en 1985.
Una edición que propone respuestas a los avances tecnológicos y a la revolución permanente en torno a internet y a las redes sociales, que han abierto nuevos horizontes al mundo de la comunicación interpersonal y social.
Se busca, pues, un equilibrio entre el respeto a la tradición del modelo de trabajo que impulsó la Fundación del Español Urgente (Fundéu BBVA) y la modernidad a la que tiene que dar respuesta la lengua con una gran variedad de mecanismos de adaptación a las novedades del mundo actual:
Un mundo al que la lengua, el español en nuestro caso -añade el Prefacio-, se va adaptando para no quedarse atrás y dar respuesta a los millones de usuarios que, en contra de las voces de alarma que a menudo se escuchan, sí prestan especial atención a la corrección lingüística, pues les va en ello el prestigio que aspiran a tener ante el grupo del que forman parte o al que se dirigen.
Porque así como la lengua actúa como un organismo vivo en su capacidad de adaptación de respuestas rápidas, así también este Manual de consulta rápida es una obra viva, organizada en dos bloques: uno relativo a la redacción –ortografía, puntuación, pronunciación, léxico y estilo, observaciones gramaticales, topónimos y antropónimos además de dos nuevas secciones: una dedicada a la ortotipografía y otra acerca de internet.
Y en ese primer bloque, entre muchas otras, recomendaciones como que se evite el exceso que supone el sesquipedalismo –necesariedad en vez de necesidad- o el defecto de la eliminación de artículos –Llueve en Pirineos- o el error de coordinarlos –Las y los ciudadanos-, el uso de la pasiva y del gerundio o la corrección al adaptar extranjerismos o al incorporar palabras latinas.
El segundo bloque, presentado como un glosario que permite una consulta precisa y rápida, se ha reorganizado -indican los editores- por completo e incluye por orden alfabético la información sobre siglas, abreviaturas, gentilicios, topónimos, mayúsculas, etc., que antes se encontraba dispersa por varios capítulos.
Un apéndice recoge finalmente de manera concisa las novedades de la ortografía académica del 2010.
Santos Domínguez