Franz Kafka.
Un médico rural y otros relatos pequeños.
Traducción de Pablo Grosschmid.
Impedimenta. Madrid, 2009.
Un médico rural y otros relatos pequeños.
Traducción de Pablo Grosschmid.
Impedimenta. Madrid, 2009.
Para cerrar una temporada llena de aciertos en forma de recuperaciones y de descubrimientos, Impedimenta publica Un médico rural y otros relatos pequeños de Kafka. Más de treinta textos que formaron parte de dos colecciones de cuentos del autor de La metamorfosis, en una nueva traducción de Pablo Grosschmid y en una cuidada edición que incorpora abundantes y significativas ilustraciones fotográficas y documentales -como la esquela que avisa de su muerte el 3 de junio de 1924- sobre Kafka y su mundo en página completa.
Un médico rural, el libro del que toma título este volumen, lo publicó en 1920, tres años después de haberlo terminado. Está ya en él, sintetizado y complejo a la vez, el Kafka canónico y maduro, el escritor nocturno que cuestiona angustiosamente el mundo, el oscuro oficinista que se desdibuja en máscaras irónicas o se atrinchera en el interior de sí mismo y anticipa en Ante la Ley una semilla de El proceso o deja en sus páginas varias parábolas inolvidables (Chacales y árabes, Un mensaje imperial o Informe para una Academia) sobre el sinsentido y los límites de la expresión, sobre la crisis de la identidad y la razón.
El otro, Percepciones, fue el primer libro que publicó Kafka. Apareció en 1912, poco después de haber escrito La metamorfosis, y contiene textos menos conocidos, pero igualmente memorables, como El deseo de ser piel roja o el excelente Para reflexión de jinetes.
El destino de Kafka – escribió Borges – fue transmutar las circunstancias y las agonías en fábulas.
¿Un pequeño Kafka? No. No hay un Kafka pequeño. Con estos textos, breves pero no pequeños, estaba inaugurando una de las direcciones fundamentales del cuento contemporáneo.
Santos Domínguez