Crónicas del linfoma.
Prólogo de Ana Lorite.
Epílogo de Amalia Sánchez Sanpedro.
Rey Lear. Madrid, 2009.
La escritura como resistencia. Cuando a José Comas, corresponsal del diario El País en Berlín, le diagnostican una modalidad muy agresiva de cáncer en la sangre, decide no rendirse y utilizar su oficio de periodista como arma de resistencia y de batalla.
Los médicos han diagnosticado en Berlín que José Comas, de 60 años, corresponsal en Alemania del periódico español EL PAÍS, padece un linfoma de tipo maligno que responde al nombre de No Hodgkin. Se trata de "una afección en la cual se forman células cancerosas en el sistema linfático", según la definición del National Cancer Institute de Estados Unidos.
Tanto Comas como No Hodgkin se encuentran en perfecto estado de ánimo y dispuestos para darse de hostias en una pelea a muerte con incierto desenlace. Se trata de un combate en el que vale todo, sin que tengan vigencia las normas de la Convención de Ginebra. Por este motivo, Comas está dispuesto a atacar a No Hodgkin con armas químicas.
Me encuentro fuerte y tranquilo. Afronto la situación con lo que yo defino como «mentalidad periodística» y lo aplico al caso. Se trata de imbuirse de la posición del espectador no involucrado. Con esta mentalidad me aproximé siempre a los temas ya fuese en Kosovo, Haití, las guerras en Nicaragua, El Salvador o Macedonia, los bombardeos en Belgrado, el terremoto de México o lo que fuera. Yo era un espectador y no me podía pasar nada. Por eso creo que nunca sentí miedo. (…) Bueno, pues afronto el No Hodgkin con la misma dosis de esquizofrenia o de mentalidad periodística. Me siento espectador de mi propio mal y espero poder mantener esta posición hasta donde sea necesario.
Yo estoy dispuesto a pelear, pero a veces me vengo abajo.
Ana Lorite recuerda en su prólogo cómo surgieron estas crónicas que ahora salen a la luz en Rey Lear como homenaje a su ejemplo y porque la memoria siempre es tan frágil como la vida.