Ian Gibson.
Lorca y el mundo gay.
Planeta. Barcelona, 2009.
Lorca y el mundo gay.
Planeta. Barcelona, 2009.
Sin tener en cuenta la condición sexual de García Lorca, la vivencia problemática y la conciencia angustiada y culpable de su sexualidad en la adolescencia, no se puede entender ninguna zona de su obra ni las claves evolutivas de su poesía y su teatro. La ocultación por su familia de los Sonetos del amor oscuro, la resistencia a editarlos o la mutilación de su título completo son ejemplos de la homofobia latente que marcó su vida, influyó en su asesinato y sigue rodeando su obra. A denunciar esa homofobia dedica Ian Gibson esta nueva incursión en el universo literario y vital lorquiano.
Lorca y el mundo gay, que publica Planeta, es mucho más que una biografía, es un recorrido por las claves que ensombrecieron la vida e iluminan la obra de uno de los grandes poetas del siglo XX. Desde una introducción general sobre la dificultad de ser García Lorca, Gibson aborda a fondo el conflicto amoroso en el artista joven que descubre su sexualidad, los años infelices y depresivos en el Instituto, la estancia explosiva y libre en la Residencia de Estudiantes, las experiencias con Dalí, Buñuel y Emilio Aladrén, que desembocan en una triple crisis -sentimental, existencial y literaria- que le lleva a reformularse vital y poéticamente en Nueva York y Cuba. Luis Cernuda detectó y anotó el cambio que el viaje produjo en Lorca, como si algo secreto hasta entonces se hubiese afirmado en él.
Y de ahí a la relación con García Carrillo y con Rodríguez Rapún, a los últimos meses decisivos y creadores y al asesinato en una exploración minuciosa que se apoya en los textos lorquianos con excelentes lecturas, con análisis que iluminan textos fundamentales como los poemas Dos normas -su primera declaración pública de homosexualidad-, el romance de San Miguel, el Poema doble del lago Eden, la Oda a Walth Whitman o dos piezas tan centrales en su teatro como El público y Así que pasen cinco años.
Ese es quizá el mayor mérito de un libro como este: que aporta las claves de lectura de la obra lírica y dramática del creador de uno de los mundos poéticos más poderosos y perturbadores de la poesía española. Un libro que descubre el cauce oculto de ese río oscuro que corre por debajo de la literatura de Lorca y alimenta la raíz amarga que nutre toda su poesía y su teatro.
Lorca y el mundo gay, que publica Planeta, es mucho más que una biografía, es un recorrido por las claves que ensombrecieron la vida e iluminan la obra de uno de los grandes poetas del siglo XX. Desde una introducción general sobre la dificultad de ser García Lorca, Gibson aborda a fondo el conflicto amoroso en el artista joven que descubre su sexualidad, los años infelices y depresivos en el Instituto, la estancia explosiva y libre en la Residencia de Estudiantes, las experiencias con Dalí, Buñuel y Emilio Aladrén, que desembocan en una triple crisis -sentimental, existencial y literaria- que le lleva a reformularse vital y poéticamente en Nueva York y Cuba. Luis Cernuda detectó y anotó el cambio que el viaje produjo en Lorca, como si algo secreto hasta entonces se hubiese afirmado en él.
Y de ahí a la relación con García Carrillo y con Rodríguez Rapún, a los últimos meses decisivos y creadores y al asesinato en una exploración minuciosa que se apoya en los textos lorquianos con excelentes lecturas, con análisis que iluminan textos fundamentales como los poemas Dos normas -su primera declaración pública de homosexualidad-, el romance de San Miguel, el Poema doble del lago Eden, la Oda a Walth Whitman o dos piezas tan centrales en su teatro como El público y Así que pasen cinco años.
Ese es quizá el mayor mérito de un libro como este: que aporta las claves de lectura de la obra lírica y dramática del creador de uno de los mundos poéticos más poderosos y perturbadores de la poesía española. Un libro que descubre el cauce oculto de ese río oscuro que corre por debajo de la literatura de Lorca y alimenta la raíz amarga que nutre toda su poesía y su teatro.
Santos Domínguez