Claire Preston.
Abeja.
Traducción de Ana Nuño López.
Serie animal de Melusina. Barcelona, 2008.
Abeja.
Traducción de Ana Nuño López.
Serie animal de Melusina. Barcelona, 2008.
Joe Roman.
Ballena.
Traducción de Carlos Fernández y Victorio Hernández.
Serie animal de Melusina. Barcelona, 2008.
Traducción de Carlos Fernández y Victorio Hernández.
Serie animal de Melusina. Barcelona, 2008.
Entre la fascinación por la capacidad social y arquitectónica de las abejas y el asombro ante las ballenas, los animales más grandes sobre la tierra, Melusina publica dos nuevas entregas de su magnífica Serie animal. Con estos dos volúmenes, la serie sigue proyectando sobre el mundo animal una mirada insólita que combina el enfoque de la zoología con la antropología cultural o la literatura en textos muy cuidados y generosos en ilustraciones.
En el primero de ellos Claire Preston aborda la simbología de la abeja, imagen de virtudes cívicas, como clave de las analogías políticas que justificaban la organización de la monarquía renacentista o como modelo de soledades silenciosas en la armonía bucólica del retiro. Abejas biológicas, cautivas, piadosas o perversas, útiles o estéticas, folclóricas y cinematográficas que son objeto de un recorrido lleno de civilización e inteligencia, como el de la propia abeja,
colona más osada que el hombre,
con quien llegó de oriente surcando el mar.
La ballena, su iconografía real y fantástica, su suerte literaria entre Leviatán y Moby Dick, es el animal tratado por Joe Roman. Desde Jonás a Melville, un itinerario por su asociación a lo monstruoso, por la proyección del imaginario de los hombres en sus representaciones literarias y plásticas, en las leyendas y en el cine para abordar la figura del animal mitológico o el pez real. Y frente a la ballena, los balleneros, neolíticos, espectrales o heroicos, a la caza de aquel animal codiciado del que dicen
que no se alimenta de otra cosa que de oscuridad y de la lluvia que cae en el mar.
En el primero de ellos Claire Preston aborda la simbología de la abeja, imagen de virtudes cívicas, como clave de las analogías políticas que justificaban la organización de la monarquía renacentista o como modelo de soledades silenciosas en la armonía bucólica del retiro. Abejas biológicas, cautivas, piadosas o perversas, útiles o estéticas, folclóricas y cinematográficas que son objeto de un recorrido lleno de civilización e inteligencia, como el de la propia abeja,
colona más osada que el hombre,
con quien llegó de oriente surcando el mar.
La ballena, su iconografía real y fantástica, su suerte literaria entre Leviatán y Moby Dick, es el animal tratado por Joe Roman. Desde Jonás a Melville, un itinerario por su asociación a lo monstruoso, por la proyección del imaginario de los hombres en sus representaciones literarias y plásticas, en las leyendas y en el cine para abordar la figura del animal mitológico o el pez real. Y frente a la ballena, los balleneros, neolíticos, espectrales o heroicos, a la caza de aquel animal codiciado del que dicen
que no se alimenta de otra cosa que de oscuridad y de la lluvia que cae en el mar.
Luis E. Aldave