Álex Grijelmo.
La seducción de las palabras.
Punto de Lectura. Madrid, 2007.
La seducción de las palabras.
Punto de Lectura. Madrid, 2007.
Un recorrido por las manipulaciones del pensamiento es el subtítulo con el que Álex Grijelmo orienta al lector de La seducción de las palabras, que ahora reedita en formato de bolsillo Punto de Lectura.
No hace falta presentar a alguien como Grijelmo, que coordinó el Libro de Estilo de El País e impulsó desde la agencia Efe la Fundación del español urgente. Sobre el poder de las palabras, sobre su carga cultural, su arraigo en la memoria y su contenido sentimental trata este libro que analiza con brillantez y ejemplos muy abundantes el poder de persuasión y sobre todo la capacidad de seducción de las palabras.
Porque las palabras no limitan su valor a la estrecha definición en los diccionarios de sus contenidos denotativos. Las palabras han ido adquiriendo a lo largo de los siglos una serie de valores connotativos añadidos, una carga emocional en la que las palabras convocan recuerdos y evocan vivencias e historias que son el testimonio de ese largo viaje de las palabras que hacen de la lengua el lugar de encuentro entre lo individual y lo colectivo, entre el pasado y el presente, entre la inteligencia y la emoción.
Lo expresaba con admirable tino poético Luis Rosales en estos versos que cita oportunamente Álex Grijelmo en su libro:
La palabra que decimos,
viene de lejos,
y no tiene definición,
tiene argumento.
Cuando dices: "nunca",
cuando dices: "bueno",
estás contando tu historia
sin saberlo.
Más allá de lo intelectual, las palabras, profundas, largas o grandes, buscan los caminos secretos de la emoción, esos que no vienen en los diccionarios. Su historia, su contorno sonoro, su cromatismo o las asociaciones inconscientes que suscitan son algunas de las manifestaciones del bosque de las palabras, hermoso, lleno de amenas sombras y también de trampas y peligros ante los que conviene estar alertas.
Porque en este libro no sólo se habla del poder de las palabras, sino de algo mucho más peligroso: de las palabras del poder.
No hace falta presentar a alguien como Grijelmo, que coordinó el Libro de Estilo de El País e impulsó desde la agencia Efe la Fundación del español urgente. Sobre el poder de las palabras, sobre su carga cultural, su arraigo en la memoria y su contenido sentimental trata este libro que analiza con brillantez y ejemplos muy abundantes el poder de persuasión y sobre todo la capacidad de seducción de las palabras.
Porque las palabras no limitan su valor a la estrecha definición en los diccionarios de sus contenidos denotativos. Las palabras han ido adquiriendo a lo largo de los siglos una serie de valores connotativos añadidos, una carga emocional en la que las palabras convocan recuerdos y evocan vivencias e historias que son el testimonio de ese largo viaje de las palabras que hacen de la lengua el lugar de encuentro entre lo individual y lo colectivo, entre el pasado y el presente, entre la inteligencia y la emoción.
Lo expresaba con admirable tino poético Luis Rosales en estos versos que cita oportunamente Álex Grijelmo en su libro:
La palabra que decimos,
viene de lejos,
y no tiene definición,
tiene argumento.
Cuando dices: "nunca",
cuando dices: "bueno",
estás contando tu historia
sin saberlo.
Más allá de lo intelectual, las palabras, profundas, largas o grandes, buscan los caminos secretos de la emoción, esos que no vienen en los diccionarios. Su historia, su contorno sonoro, su cromatismo o las asociaciones inconscientes que suscitan son algunas de las manifestaciones del bosque de las palabras, hermoso, lleno de amenas sombras y también de trampas y peligros ante los que conviene estar alertas.
Porque en este libro no sólo se habla del poder de las palabras, sino de algo mucho más peligroso: de las palabras del poder.
Mayra Vela Muzot.