Philippe Lacoue-Labarthe.
Jean–Luc Nancy.
El absoluto literario.
Teoría de la literatura del romanticismo alemán.
Traducción de Cecilia González y Laura Carugati.
Eterna Cadencia Editora. Buenos Aires, 2012.
Un lugar (Jena), un tiempo (alrededor de 1800), una revista (Athenaeum), dos hermanos filólogos (los Schlegel), un filósofo (Schelling), un poeta (Novalis).
Son las claves sobre las que se fundó el primer Romanticismo de Jena y la teoría de la literatura del romanticismo alemán. De esas claves teóricas trata El absoluto literario, un libro monumental de Philippe Lacoue-Labarthe y Jean–Luc Nancy, un clásico que se publicó originalmente en francés en Seuil en 1978 y que ahora edita Eterna Cadencia.
El absoluto literario es una antología comentada de los textos fundacionales del fondo teórico del Romanticismo, una suma de poética general y de filosofía del arte y la cultura de un movimiento poliédrico y contradictorio, pero fundamental en la formación de la mentalidad y la sensibilidad contemporáneas, el Romanticismo fue la consecuencia cultural de la Revolución Francesa y promovió su propia revolución en el terreno estético e ideológico.
La ruptura de lo clásico, el triunfo de lo individual sobre lo colectivo, la exuberancia del corazón en el sentimiento desbordado, el exceso del yo frente al fracaso de la sobria razón ilustrada son algunas de las claves de un movimiento que, más allá de las modas fugaces, contempla el mundo como obra de arte, reivindica el misterio nocturno y la rebeldía y expresa el malestar del artista que ha sido desplazado a los márgenes de la actividad social.
En último extremo, el Romanticismo en sus planteamientos ideológicos y artísticos es no sólo una reacción irracionalista dentro de los movimientos pendulares de la historia de la cultura, sino la extremada protesta de quienes renegaban del Antiguo Régimen, pero no encontraban su lugar en la nueva organización de la sociedad industrial que los relegaba a una situación irrelevante.
De ese cambio de posición del artista, el escritor y el intelectual en la nueva situación social surge la emancipación del pensamiento filosófico, la subjetividad vitalista y antinormativa de la creación literaria, musical o pictórica, pero también el desasosiego que está en la raíz de muchas actitudes románticas.
La persistencia de esas actitudes en todo el siglo XIX, en los movimientos de vanguardia del siglo XX, su repercusión en el nacionalsocialismo (la pesadilla febril del sueño romántico, que engendra sus propios monstruos) o su reaparición en el espíritu juvenil del 68 son el objeto de la segunda parte del volumen. Porque la crisis que empezó a manifestarse en el concreto periodo cultural que llamamos Romanticismo en autores como Herder, Fichte, Schelling, Hoffmann, Hölderlin o Schiller se agudizó con Niezstche o con Hofmannsthal, se prolongó en la poesía de Rilke o en la filosofía de Heidegger y manifestó su vigencia en Thomas Mann o en las teorías de Jung.
Pero antes que un estilo el romanticismo fue una teoría que estaba en germen en estas propuestas que surgieron del idealismo con una vinculación constante de filosofía, crítica y poesía y generaron el temprano movimiento romántico del Círculo de Jena, donde se pusieron las bases teóricas del arte y la literatura contemporáneas.
Los Fragmentos críticos, los Fragmentos de Athenaeum o la Conversación sobre la poesía, de Friedrich Schlegel; las Lecciones sobre la literatura y el arte, de August Wilhelm Schlegel; la Filosofía del arte, de Schelling o los Diálogos de Novalis son algunos de los doce textos que se recogen en estas páginas y que abordan el concepto de poesía, la concepción teórica de la crítica, la necesidad de la imaginación y la mirada hacia dentro del poeta, la percepción sentimental de la naturaleza o el papel de la historia en la creación artística.
El método de organización del volumen lo exponen en el prólogo Philippe Lacoue-Labarthe y Jean–Luc Nancy, que proponen una lectura alternada de los principales textos del romanticismo teórico y de algunos esbozos de un trabajo sobre esos mismos textos que no quisiera limitarse ni a su mero registro ni a su mera teorización.
Textos inaugurales que se ocupan de filosofía, poesía, crítica y lenguaje con un método que es el resultado de la brillante mezcla de actitud razonadora y de intuiciones. Un ejemplo, el imprescindible fragmento 116 de Athenaeum que fija el concepto de la poesía moderna:
La poesía romántica es una poesía universal progresiva. Su determinación no es sólo volver a reunir todos los géneros separados de la poesía y poner en contacto a la poesía con la filosofía y la retórica. (...) Ella sola es infinita, como ella sola es libre y reconoce como su ley que el libre arbitrio del poeta no se somete a ninguna ley. El género poético romántic es el único que es más que un género y al mismo tiempo es el arte poético mismo: pues en cierto sentido toda poesía es y debe ser romántica.
Santos Domínguez