21/2/13

Nuestra Señora de París

Victor Hugo.
Nuestra Señora de París.
Traducción de Carlos Dampierre.
Alianza 13/20. Madrid, 2012.

Con Nuestra Señora de París, que publica Alianza en su colección 13/20, Victor Hugo quiso inaugurar un nuevo género que fundiese el drama con la epopeya, en un ejercicio de libertad creadora heredero de un movimiento romántico aún vigente en 1831, cuando se publicó esta novela.

Romántico es, también y todavía, el hecho de que un año después del Rojo y negro de Stendhal, Nuestra Señora de París se ambiente en el siglo XV, siguiendo la estela de Walter Scott, al que Hugo admiraba como un maestro y un “genio poderoso.”

El mediocre poeta Gringoire, la gitana Esmeralda, el deforme campanero Quasimodo, Frollo, el clérigo siniestro, son los personajes principales de un entramado de peripecias que tienen como telón de fondo el París tardomedieval y su catedral, que adquiere aquí la consistencia de un personaje más que la apariencia de un decorado.

Lo pintoresco y la reivindicación de lo gótico, la mezcla de la belleza y la fealdad, el conflicto entre el bien y el mal, la coexistencia entre el idealismo y la vulgaridad resumen en clave romántica el gusto por los contrastes y el claroscuro que es otra de las peculiaridades de la literatura del Hugo más romántico.
Santos Domínguez