23 junio 2009

Equipaje de vacaciones. Narrativa

Juan Carlos Onetti.
Obras completas III. 
Cuentos, artículos y miscelánea. 
Edición de Hortensia Campanella. 
Prólogo de Pablo Rocca. 
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona, 2009.

Con este tercer tomo culmina la edición de las obras completas de Juan Carlos Onetti en Galaxia Gutenberg en el marco de las celebraciones del centenario. Ha sido el de elaboración más complicada, porque recoge por primera vez en un volumen un ingente material periodístico disperso. Por cierto, una de las novedades que incorpora esta edición es El último viernes, un cuento inédito hasta hace unos días. Aparece junto con El infierno tan temido o Bienvenido, Bob, obras maestras de un género en el que Onetti estuvo a la misma altura, por lo menos, de sus mejores novelas. Y en los artículos y las conversaciones, el maestro más circunstancial, pero también el más cercano. Tan Onetti como siempre.

Eudora Welty. 
Cuentos completos. 
Lumen. Barcelona, 2009.
Ahora que se cumple el centenario de su nacimiento, Lumen reúne los cuentos completos de Eudora Welty (1909-2001), como ya hizo con Flannery O’Connor y Katherine Anne Porter. Junto con ellas, Eudora fue una de las narradoras norteamericanas que renovaron el género del cuento sobre la base del mundo rural. Como ellas, aunque con un punto mayor de comprensión y simpatía hacia sus personajes, retrató la vida cotidiana de los habitantes del sur profundo de los Estados Unidos, un mundo tan ligado a otros grandes nombres como William Faulkner o Tennessee Williams.

Thomas Bernhard. 
Relatos autobiográficos. 
Traducción y prólogo de Miguel Sáenz. 
Anagrama. Barcelona, 2009.

Con estos cinco Relatos autobiográficos de Thomas Bernhard, Anagrama inaugura su nueva colección, Otra vuelta de tuerca. Una pentalogía que reúne El origen, El sótano, El aliento, El frío y Un niño. Su traductor, Miguel Sáenz, ha escrito para la ocasión un breve prólogo en el que señala que estos cinco relatos constituyen la mejor puerta de entrada en la literatura de Bernhard. Cinco intensas novelas de formación de las que dijo Marcel Reich-Ranicki que constituyen la zona más rica y madura de su autor.

Zofia Nalkowska. 
Medallones. 
Traducción de Bozena Zaboklicka y Francesc Miravitlles. 
Minúscula. Barcelona, 2009.

Ocho relatos breves y perturbadores que escribió la narradora polaca Zofia Nalkowska en 1946. Era su manera de expresar el horror ante lo que conoció en la Comisión que investigó los crímenes nazis en Polonia. Con la dureza de la denuncia y la desnudez escueta en la narración de los hechos, estos Medallones, escritos en clave de reportaje, son el testimonio de una experiencia brutal cuya valoración se resume en estas líneas: Esta empresa, pensada y realizada con tanto rigor, fue obra de hombres. Fueron hombres quienes la ejecutaron y hombres quienes la padecieron. Fueron hombres quienes a otros hombres depararon semejante destino. ¿Qué clase de hombres?

Javier Sáez de Ibarra. 
Mirar al agua. 
Páginas de Espuma. Madrid, 2009.

Mirar al agua, el tercer libro de relatos de Javier Sáez de Ibarra, es un conjunto orgánico de textos narrativos que lleva como subtítulo Cuentos plásticos. Dieciséis relatos unidos por un nexo común: la referencia a las artes plásticas para proyectar una mirada pictórica o fotográfica sobre los objetos. Y más que eso: una exploración de las posibilidades técnicas del cuento, del punto de vista narrativo, el diálogo o la construcción del personaje.

 
Georges Perec. 
¿Qué pequeño ciclomotor de manillar 
cromado en el fondo del patio? 
Traducción de Marisol Arbués y Hermes Salceda. 
Alpha Decay. Barcelona, 2009.

Un Perec inédito en español. El juego, el humor insumiso, la escritura libre y desatada y la experimentación literaria en un texto que puede leerse como una novela antimilitarista o como un desinhibido manual de retórica. Tan iconoclasta e inimitable como siempre, un Perec imprescindible, en una traducción tan exigente como meritoria. Y nunca más se oyó hablar de aquel mono cabreado, escribe en la última línea, antes de proponer un índice parcial de flores y ornamentos retóricos. Un curso breve y superior de literatura.

Juan Benet. 
Saúl ante Samuel. 
Debolsillo. Barcelona, 2009.

Posiblemente sea esta la obra maestra de Juan Benet, que la tenía por la más completa de sus obras y a la que dedicó más de siete años. Saúl ante Samuel, que se reedita en Debolsillo con un clarificador análisis de Gonzalo Sobejano como epílogo, es una meditación sobre el fratricidio y el cainismo con la guerra civil en Región como telón de fondo. Una novela en la que –más y mejor que nunca- Benet pone el estilo por delante de la intriga y el discurso por encima de la historia. Algunos de los personajes más inolvidables de la narrativa benetiana (los dos hermanos, el primo Simón o la enigmática cuñada) recorren estas páginas con sus ambiguas resonancias bíblicas.

Julio Llamazares. 
Luna de lobos. 
Edición de Miguel Tomás-Valiente. 
Cátedra Letras Hispánicas. Madrid, 2009.

La primera novela de Julio Llamazares, ambientada en la resistencia de los maquis en las montañas de León, es ya un clásico de la novela española del siglo XX. Más allá de la referencia a ese contexto histórico concreto, Luna de lobos es una reflexión sobre la condición humana y una confirmación del viejo aforismo que denuncia al hombre como un lobo para el hombre. La fuerza poética de su lenguaje sigue siendo – veinticinco años después de su primera edición- uno de sus valores más destacados.

 
Rétif de la Bretonne. 
Las noches revolucionarias. 
Traducción de Eric Jalain. 
Prólogo de Alicia Mariño. 
El olivo azul. Córdoba, 2009.

 
Apenas conocido en España, Rétif de la Bretonne (1734-1806), libertino y pornógrafo, fue el excepcional observador y cronista nocturno de las noches de París en unos años cruciales que marcaron la historia de Europa. Desde las Siete noches de la primera parte, que se inicia el 27 de abril de 1789 con la aristocracia intentando una última jugada en los Estados Generales, hasta el Terror de la segunda sección del libro, que registra la del 9 de octubre de 1793 como la última noche de una serie de veinte, el magnífico relato de primera mano de quien fue un testigo privilegiado de aquellas noches revolucionarias en un tiempo de furia y esperanza.

Leonard Woolf. 
Las vírgenes sabias
Traducción de Marian Womack.
 Impedimenta. Madrid, 2009.

 
Leonard, el marido de Virginia Woolf, publicó Las vírgenes sabias en 1914 e inmediatamente la obra provocó un enorme escándalo porque era no sólo una descripción burlona de los ambientes de Bloomsbury, sino una sátira feroz de la hipocresía característica de la sociedad puritana inglesa de comienzos del siglo pasado. Y en el primer plano de ese ataque, su propia familia y la de su mujer, apenas disimulados tras unas claves reconocibles. Pero en esta novela autobiográfica está también la autocrítica que hace el propio Woolf de su personalidad problemática y su dificultad para las relaciones sociales o amorosas.

Giovanna Rivero. 
Niñas y detectives. 
Bartleby. Madrid, 2009.

 
El primer libro que publica en España la boliviana Giovanna Rivero (1972) es, en palabras de Edmundo Paz Soldán, "un vendaval de imágenes y tramas fascinantes y una fiesta del lenguaje." Los catorce relatos que integran este Niñas y detectives son una excelente presentación de una contundente voz narrativa, de un bien aprendido oficio en el diseño de los personajes y de un erotismo potente desde una inconfundible mirada femenina.

 
Bora Ćosić. 
El papel de mi familia en la revolución mundial. 
Traducción de Luisa Fernanda Garrido Ramos y Tihomir Pištelek. 
Minúscula. Barcelona, 2009.

Es una revelación y uno de los libros más divertidos que han aparecido en España en los últimos meses. Lo publicó Bora Ćosić hace ahora cuarenta años y lo edita Minúscula en su colección Paisajes narrados. Con una técnica que está a medio camino entre el neorrealismo italiano y la secuencia ingenua de las redacciones escolares, El papel de mi familia en la revolución mundial refleja con un humor directo y un ritmo vertiginoso las abigarradas escenas de una disparatada casa familiar desde la mirada infantil del narrador. Amarcord en Belgrado, la vida cotidiana y el humor inocente y corrosivo proyectados sobre unos personajes absurdos e inverosímiles sobre el telón de fondo de la situación política en los años cuarenta en la antigua Yugoslavia.
Santos Domínguez

22 junio 2009

Equipaje de vacaciones. Poesía



Pere Gimferrer.
Arde el mar.
Edición de Jordi Gracia.
Cátedra Letras Hispánicas. Madrid, 2009.

La reedición de Arde el mar en Letras Hispánicas, con introducción y notas de Jordi Gracia, es una buena oportunidad para acercarse o revisitar un libro que en 1966 cambió el sentido de la poesía española y se convirtió en bandera de la nueva estética novísima que bautizaría Castellet al final de la década. Un título en el que confluían diversas tradiciones y convivían Dick Tracy con Teseo y el mar de las Antillas con las cúpulas de Venecia.




José Donoso.
Poemas de un novelista.
Prólogo de Jorge Edwards.
Bartleby. Madrid, 2009.

Escritos en su mayoría en el apartado retiro de Calaceite, los poemas del chileno Donoso significaron para él un refugio y una huida de las exigencias de la prosa narrativa. Lo explica en el espléndido prólogo que escribió para la edición original en Chile de estos Poemas de un novelista que publica por primera vez en España Bartleby con un prólogo redactado expresamente para este edición española por Jorge Edwards. En él da cuenta de las lecturas de poesía anglosajona que modelaron la mirada poética de Donoso, especialmente intensa en la primera sección del libro, el Diario de invierno en Calaceite



Francisco Umbral.
Obra poética (1981-2001).
Edición de Miguel García Posada.
Seix Barral. Barcelona, 2009.

Seix Barral recoge en un volumen la parte menos conocida de la obra de Francisco Umbral. Veinte años de escritura poética en edición de Miguel García Posada, que destaca en su prólogo la gravitación de lo poético en la literatura del escritor total que fue Umbral. Cualquier lector de Mortal y rosa o de sus columnas periodísticas habrá podido comprobar la densidad poética de esos textos. Se recogen aquí los poemas de Crímenes y baladas (1981) y parte de los poemas que escribió como un diario poético entre 2000 y 2001 y estaban en las carpetas encontradas después de su muerte.




Juan Ramón Jiménez.
La frente pensativa.
Edición crítica, introducción y notas
de José Antonio Expósito Hernández.
Linteo Poesía. Orense, 2009.


Linteo publica en su colección de poesía La frente pensativa de Juan Ramón Jiménez, un rescate que se suma al de otros dos libros juanramonianos en esta misma editorial: Ellos (2006) y Libros de amor (2007). Es uno de los libros amarillos de Juan Ramón Jiménez y lo escribió en una época de intensa actividad creativa en Moguer. Seis años soñando a la sombra del pino de la Corona dieron para mucho: para once proyectos de libro, uno de los cuales es La frente pensativa. Quedó parcialmente inédito y sin embargo es un texto fundamental para entender la evolución de Juan Ramón desde la etapa modernista de los borradores silvestres a la época intelectual de la poesía pura.





Antología 30.
Premio de poesía Arcipreste de Hita.
Pre-Textos. Valencia, 2009.

Para conmemorar los treinta años del Premio Arcipreste de Hita, Pre-Textos reúne en un volumen seleccionado y comentado por Inmaculada Murcia y Antonio Molina una breve muestra de cada uno de los libros que obtuvieron ese galardón desde 1979 hasta 2008. Entre Rafael Hinojosa y Luis Ingelmo, entre el enfoque costumbrista y el cosmopolitismo posmoderno pasando por el mester de cibervía, un recorrido por treinta libros y treinta maneras de entender y practicar la poesía con el fondo cambiante de las modas, las voces y los ecos.




José Julio Cabanillas.
Palabras de demora.
Hipálage. Sevilla, 2009.

Hipálage reedita, corregido y aumentado, Palabras de demora, un libro en el que José Julio Cabanillas recupera el tiempo y evoca el paisaje de la infancia (Un niño en Benzelá por claros olivares). Palabras contra el tiempo y contra la ausencia, porque -como enseñó el maestro- se canta lo que se pierde. Benzelá, Calahonda, Granada, Córdoba y la luz estival del paraíso perdido y recuperado en estos versos serenos y hondos.




Manuel Francisco Reina.
Las rosas de la carne.
Calambur. Madrid, 2009.


Porque una rosa no es una rosa, sino muchas, Las rosas de la carne, el último libro de poesía de Manuel Francisco Reina, convoca en sus versos distintas tradiciones, desde la clásica a la contemporánea pasando por el Barroco, para celebrar la rosa de la oda y la pasión o lamentar la rosa fugitiva de la elegía. En su simbología múltiple -el amor y la muerte, el tiempo y el sueño, la vida y la literatura- las presenta este libro intenso que habla en sus tres partes de la naturaleza de la rosa, de la rosa alquímica o penúltima, y de la rosa resurrecta de amor quemando el labio para contestar la tradición de la rosa barroca de ceniza y defender frente a ella el big-bang de la hermosura.




Nuestra poesía en el tiempo.
(Una antología).
Selección y prólogo de Antonio Colinas.
Siruela. Madrid, 2009.

En su colección Las Tres Edades Siruela publica una antología de nueve siglos de poesía escrita en castellano en España e Hispanoamérica. Una selección que es una invitación a viajar en el tiempo a través de los poemas seleccionados por un poeta como Antonio Colinas. Entre el Poema de Mío Cid y el venezolano Eugenio Montejo, un completo recorrido marcado por tres coordenadas: claridad, emoción e intensidad. Presentada por una carta-prólogo al lector, Nuestra poesía en el tiempo es una guía para introducirse en la comprensión de la poesía y en sus claves a través de textos que combinan la facilidad de la lectura y la calidad.

Santos Domínguez

20 junio 2009

Migración


W. S. Merwin.
Migración.
(Antología poética).

Selección y traducción de
Abraham Gragera, Juan de Dios León
y Ruth Miguel Franco.
Pre-Textos. Valencia, 2009.

Como otros poetas norteamericanos contemporáneos, William Stanley Merwin (Nueva York, 1927) militó en el pacifismo y el budismo y practicó la ecología en los bosques de Hawai.


En Migración, que apareció en 2005 y edita en español Pre-Textos, recopiló una parte significativa de los libros publicados a lo largo de medio siglo, entre Una máscara para Jano (1952) y El alumno (2001), a los que añadió algunos poemas nuevos.


En una antología tan completa como esta se puede comprobar la fuerza de su voz personal, la individualidad lírica de una obra que le convierte en uno de los autores norteamericanos más influyentes del siglo XX, la potencia visionaria de su tono poético, directo y eficaz en el contacto con el lector: Tu ausencia ha llegado a atravesarme /como el hilo a una aguja.


Ambiciosa en su configuración expresiva y convertida en forma de conocimiento, la mirada de Merwin aspira a llegar más lejos, más alto o más hondo que la mirada ordinaria, como en Lo que no está escrito, en donde la poesía aspira a descifrar los nombres/ de las cosas.


Una mirada atravesada por el tiempo, en el espléndido Para el aniversario de mi muerte (Cada año sin darme yo cuenta transcurre ese día / en que la última llama ondeará despidiéndose / y partirá el silencio) y por la reivindicación de la memoria en Aprendizaje de una lengua muerta (Recordar / no es repetir, sino escuchar lo que nunca / estuvo callado.)


Una palabra que denuncia la tala de bosques en el intenso El último, en el que una sombra creciente se rebela contra la destrucción. Es la misma sombra que reaparece en Orientales moribundos (Cuando los bosques se arrasan su oscuridad permanece) desde el fondo misterioso y oscuro de la vida o la naturaleza. Son los mismos bosques de sándalo que alguien talaba mientras escribía Keats en Acorde, otro de los más memorables poemas del libro.


O habita la incertidumbre de la escritura en Berryman, uno de los poemas que mejor dibujan la poética de Merwin:


nunca se puede estar seguro

uno muere sin saber

si algo de lo que escribió era bueno

si te hace falta saberlo no escribas


Santos Domínguez

19 junio 2009

Lorca y el mundo gay



Ian Gibson.
Lorca y el mundo gay.
Planeta. Barcelona, 2009.


Sin tener en cuenta la condición sexual de García Lorca, la vivencia problemática y la conciencia angustiada y culpable de su sexualidad en la adolescencia, no se puede entender ninguna zona de su obra ni las claves evolutivas de su poesía y su teatro. La ocultación por su familia de los Sonetos del amor oscuro, la resistencia a editarlos o la mutilación de su título completo son ejemplos de la homofobia latente que marcó su vida, influyó en su asesinato y sigue rodeando su obra. A denunciar esa homofobia dedica Ian Gibson esta nueva incursión en el universo literario y vital lorquiano.

Lorca y el mundo gay, que publica Planeta, es mucho más que una biografía, es un recorrido por las claves que ensombrecieron la vida e iluminan la obra de uno de los grandes poetas del siglo XX. Desde una introducción general sobre la dificultad de ser García Lorca, Gibson aborda a fondo el conflicto amoroso en el artista joven que descubre su sexualidad, los años infelices y depresivos en el Instituto, la estancia explosiva y libre en la Residencia de Estudiantes, las experiencias con Dalí, Buñuel y Emilio Aladrén, que desembocan en una triple crisis -sentimental, existencial y literaria- que le lleva a reformularse vital y poéticamente en Nueva York y Cuba. Luis Cernuda detectó y anotó el cambio que el viaje produjo en Lorca, como si algo secreto hasta entonces se hubiese afirmado en él.

Y de ahí a la relación con García Carrillo y con Rodríguez Rapún, a los últimos meses decisivos y creadores y al asesinato en una exploración minuciosa que se apoya en los textos lorquianos con excelentes lecturas, con análisis que iluminan textos fundamentales como los poemas Dos normas -su primera declaración pública de homosexualidad-, el romance de San Miguel, el Poema doble del lago Eden, la Oda a Walth Whitman o dos piezas tan centrales en su teatro como El público y Así que pasen cinco años.

Ese es quizá el mayor mérito de un libro como este: que aporta las claves de lectura de la obra lírica y dramática del creador de uno de los mundos poéticos más poderosos y perturbadores de la poesía española. Un libro que descubre el cauce oculto de ese río oscuro que corre por debajo de la literatura de Lorca y alimenta la raíz amarga que nutre toda su poesía y su teatro.

Santos Domínguez

17 junio 2009

El rival de Prometeo



El Rival de Prometeo.
Vidas de Autómatas Ilustres.
Edición de Sonia Bueno y Marta Peirano.
Impedimenta. Madrid, 2009.

Impedimenta estrena nueva colección, El Panteón Portátil, en la que irán apareciendo diversos volúmenes sobre un tema monográfico. El rival de Prometeo es la primera entrega. Subtitulada Vidas de Autómatas Ilustres, en parodia que hubiera escandalizado a Plutarco, Marta Peirano y Sonia Bueno han reunido en ella diecisiete textos organizados en cuatro partes (Las máquinas filosóficas, El Turco, Las máquinas fatales y A mí me hizo J. F. Sebastian) y precedidos de una estupenda introducción general de Patrick J. Gyger sobre la historia y la vigencia de las criaturas mecánicas, sobre la ética y la poética de la máquina que simula la vida humana desde el racionalismo hasta la ciencia ficción.

Entre la ciencia y la literatura, entre la mecánica y la filosofía, estos textos son herederos de la imaginación mitológica que desde Prometeo hasta los replicantes de Philip K. Dick pasa por Frankenstein y vive en el inconsciente colectivo.

Desde los precursores de la inteligencia artificial como los enciclopedistas franceses y sus máquinas filosóficas hasta la robótica contemporánea. Desde Diderot hasta Asimov pasando por Hoffmann, Poe, Villiers de l'Isle-Adam o Sigmund Freud. Desde El Turco, el supuesto autómata invencible que derrotó a Napoleón sobre un tablero de ajedrez, hasta la singularidad apocalíptica de Vernor Vinge, este amplio e intenso volumen va más allá de lo meramente literario y propone un recorrido por las diversas variantes de una misma metáfora sobre los límites del hombre y la creación, por la búsqueda de la felicidad a través de la mecánica.

Y en ese recorrido la imaginación creativa se mezcla con los principios de la física, o la mecánica y la relojería con la elucubración filosófica para dar lugar a un género como el de la ciencia ficción en el que confluyen ciencia, filosofía
y literatura para plantearse los interrogantes sobre la naturaleza humana y la voluntad atávica de parecerse a un Creador supremo.

A uno de aquellos primeros inventores de autómatas, el bravo Vaucanson, que diseñó un flautista de madera con un mecanismo de relojes y un pato de cobre con cuatrocientas piezas que hacía la digestión, lo llamó Voltaire rival de Prometeo. En su homenaje se titula así esta antología de textos traducidos por José C. Vales, Olalla García, Guillermo Quintás, Ana H. Deza, Anna Millas, Luis Fernando Moreno Claros y Alfredo Brotons Muñoz.

Cada una de las cuatro secciones del libro va presentada por una introducción general que se completa con un preámbulo específico para cada texto.

Santos Domínguez

15 junio 2009

Poesía y edición en el Siglo de Oro


Ignacio García Aguilar.
Poesía y edición en el Siglo de Oro.
Calambur. Biblioteca Litterae. Madrid, 2009.


En su Biblioteca Litterae, Calambur publica Poesía y edición en el Siglo de Oro, de Ignacio García Aguilar, un acercamiento riguroso y documentado a los libros de lírica culta y profana del Siglo de Oro.

Un acercamiento, añadamos, imprescindible porque se realiza desde una perspectiva inédita: la que conecta el proceso creativo de escritura con la recepción de la lectura a través del factor mediador de la edición. Son los tres vértices de una realidad literaria que no puede ser entendida en su totalidad si no se tiene en cuenta ese triángulo formado por el poeta, sus lectores y el editor-impresor-librero.

El volumen fija su marco temporal en la plenitud del Siglo de Oro, entre 1543, fecha de la primera edición de la poesía de Garcilaso, y el Parnaso español de Quevedo, que apareció en 1648. Son unos años cruciales en los que la poesía desborda los espacios cortesanos y amplía su ámbito potencial a un grupo menos restringido de lectores.

Ese salto cualitativo con el que la literatura culta pasa de la Corte a la ciudad repercute en todo el proceso de creación, transmisión y recepción de la poesía. Tiene mucho que ver, por ejemplo, con el paso de la poesía manuscrita a la impresa, con el momento en que desde el poema suelto se pasa a la edición del poemario y con la configuración de un nuevo público que determinará cambios sustanciales en la concepción de la obra, en el estilo o en la distribución de la obra. En esos cambios están las claves de los nuevos modelos poéticos y editoriales que se imponen desde entonces.

Los textos y los contextos urbanos en los que se desarrolla la poesía española de ese siglo, los nuevos modos de producción y transmisión de la poesía, las vías de circulación del libro, la importancia de las licencias, tasas y privilegios, los formatos y la tipografía, los diseños de las portadas, la representación visual del autor, el mapa que fija la coherencia estructural del libro a través de los índices, tablas y grabados o la disputa por la autoría entre el autor y el impresor en los paratextos son algunos de los elementos con los que se construye esta magnífica historia interna de la lírica impresa del Siglo de Oro para la que su autor ha manejado un corpus textual de 193 poemarios.

Desde la certeza de que el libro impreso es una realidad compleja en la que confluyen elementos no sólo literarios, sino mercantiles, ideológicos, jurídicos, tipográficos, políticos, Ignacio García Aguilar elabora una historia que se mueve entre la poética y el mercado para adecuarse a la peculiar relación que hay entre poesía e imprenta, tan diferente de la que tienen otros géneros como la novela o el teatro.

Entre Amberes y Valencia, de Madrid a Sevilla, de Garcilaso a Quevedo pasando por Herrera o la mercantilización masiva de la poesía con Lope, los formatos, modos de producción, canales de difusión y peculiaridades de la recepción son las claves de este estudio, generoso en ilustraciones e iluminaciones, que se convertirá desde ahora en una referencia ineludible en cualquier análisis global de la poesía áurea española.

Santos Domínguez

13 junio 2009

La noche no tiene paredes



José Manuel Caballero Bonald.
La noche no tiene paredes.
Seix Barral. Barcelona, 2009.




La edad me ha ido dejando

sin venenos, malgasté en mala hora

esa fortuna,

¿qué más puedo perder?


Tres años después de su memorable Manual de infractores, José Manuel Caballero Bonald reúne en La noche no tiene paredes (Seix Barral) un centenar largo de poemas recorridos por un tono semejante y por la presencia de una serie de temas característicos de su literatura y su mitología personal.


Abandonada ya la prosa narrativa y memorialística, la última entrega poética de Caballero Bonald se mueve entre la celebración y la elegía, entre lo lírico y lo narrativo, entre la incertidumbre de la noche oscura de los místicos y los sufíes y la insumisión de las clandestinidades (la noche es un remedo veraz de insumisión), en una constante reivindicación de la rebeldía y la duda ( y nunca hablas de nada que no sea de dudas). El silencio, la memoria del hueco y el vacío surgen en la noche de este libro, que es la noche de los cuchillos y también la noche mística de la dejación y el quietismo de Ibn Arabi y Miguel de Molinos.


Caballero Bonald ha defendido siempre la relación de la poesía con la música y las matemáticas, la fusión de la armonía sonora y el rigor expositivo. Por eso somete su expresión al ritmo clásico del endecasílabo y el alejandrino o deja que fluya libremente el versículo de tono oracular o visionario para construir estos poemas, potentes en su vocación memorial y ambiciosos en su exploración del lenguaje.


Los textos de La noche no tiene paredes son un viaje nocturno en el que se aborda la realidad como un enigma opaco en el que se superponen memoria y experiencia, sueño y vigilia, realidad y figuraciones en una incesante paradoja de recuerdos y olvidos. Y surgen las preguntas (Cada día me visitan más preguntas), las dudas y las denuncias de un tiempo de devastaciones en unos poemas que habitan en esas fronteras significativas de la expresión que constituyen el ámbito literario de su autor.


Hay en esta última entrega poética de Caballero Bonald mucho de mirada rememorativa, de recuento poético y existencial, de testimonio de últimas voluntades vitales y literarias, de recolección memorial levantada sobre la imagen y la paradoja.


Como en el resto de su obra, la memoria se convierte en palabra para recorrer los viejos temas del tiempo y el amor, del mar de Argónida tan central en la mitología atlántica de su autor, que escribe este libro entre la sustancia póstuma del recuerdo y la celebración de estar vivo, en un tiempo en el que se constatan las últimas devoluciones de la vida o se aspira la mezcla de fango y jazmín en la Casa del Navazo.


Santos Domínguez

12 junio 2009

Venecia


Henri de Régnier.

Venecia.

Traducción de

Juan José Delgado Gelabert.

Cabaret Voltaire. Barcelona, 2009.


Cabaret Voltaire sigue recuperando en sus cuidadísimas ediciones a una serie de autores que componen un catálogo de exquisiteces al que se acaba de incorporar Venecia, una colección de prosas de Henri de Régnier (1864-1936), con traducción de Juan José Delgado Gelabert y con treinta y cuatro espléndidas fotografías.


Si Stendhal se sentía milanés, su compatriota Henri de Régnier encontró en Venecia su patria adoptiva, su paisaje personal y el espejo en el que reflejó gran parte de su sensibilidad y su amplia obra.


Narrador, poeta y ensayista, Régnier descubrió Venecia en 1899 y desde ese momento frecuentó la ciudad en busca de la calma melancólica de sus callejas y sus canales de aguas turbias. Allí encontró los temas que inspirarían la poesía simbolista y decadente de La ciudad de las aguas y la prosa de los cuentos y los artículos que publicó en Esbozos venecianos (1906) y en Cuentos venecianos (1927).


Esos dos títulos son los que recoge esta edición de Venecia, un conjunto de veintinueve textos en los que proyectó su imagen y su experiencia de la ciudad adriática, de la que escribe en El aparecido, el primero y más extenso de los cuentos, casi una novela corta con evidentes rasgos autobiográficos:


mi amor por Venecia fue siempre un amor sano y sencillo, un amor familiar exento de esnobismo y esteticismo, exento también de romanticismo, realista si se puede decir y hecho de conveniencias a un tiempo espontáneas y reflexivas. Venecia me gusta infinitamente. Me gusta su clima, su color, su luz. El tipo de vida que permite e impone se adapta a mis gustos. Allí gozo de un bienestar particular en medio de las cosas que ocupan agradablemente mi vista y mis pensamientos.

Alineación a la derecha


En los Esbozos venecianos, que ocupan la segunda parte del volumen, un tintero veneciano del XVIII o un jardín extravagante, un cuadro, una taza o unas máscaras componen la viva imagen de una Venecia refinada y melancólica, de canales y palacios propicios para el misterio.


Elogiado por Remy de Gourmont y admirado por Proust, tan cercano a su sensibilidad decadentista, Régnier vivió y escribió venecianamente. Venezianamente visse e scrisse, dice la lápida que honra su memoria en el Palazzo Ca’Dario, su lugar preferido, el sitio donde pasó algunas temporadas y escribió la mayor parte de estos textos en los que está no sólo el espíritu de quien los escribió, sino el alma de la ciudad misteriosa que recorrió como un flâneur.


Santos Domínguez

10 junio 2009

Papeles inesperados de Julio Cortázar


Julio Cortázar.
Papeles inesperados.
Alfaguara. Madrid, 2009.

Hasta que el fondo documental en manos de Aurora Bernárdez no fue estudiado en detalle, se preveía incorporar en las obras completas —a modo de apéndices de los volúmenes dedicados a cuentos, poesía, obra crítica y la llamada “prosa varia”— los textos publicados por el autor pero no recogidos en libro, así como los que conservó inéditos con indicación de que podían aparecer póstumamente. Sin embargo, el descubrimiento de tal cantidad de materiales nuevos aconsejaba una reformulación de la idea original: los textos dispersos, más otras hierbas que irían encontrándose al extremar los cuidados (“Es sabido que toda atención funciona como un pararrayos”, se lee en Último round), darían lugar a un nuevo volumen, muy visible; este que, usted que tan gentilmente lee estas líneas, tiene ahora entre las manos.


Veinticinco años después de la muerte de Julio Cortázar, estos Papeles inesperados que recupera Alfaguara en una edición preparada por Aurora Bernárdez y Carles Álvarez Garriga – que explica el proceso en prólogo al que pertenece el párrafo de arriba- recogen en medio millar de páginas una apreciable colección de textos inéditos y dispersos escritos por Cortázar a lo largo de su vida: desde cuentos desconocidos a historias inéditas de cronopios y de famas, pasando por nuevos episodios de Lucas o un capítulo desgajado del Libro de Manuel.


Es casi una tautología añadir al nombre de Cortázar el adjetivo inesperado. Lo vuelven a confirmar estos textos que permanecían en una cómoda de cinco cajones de su casa en París. Revelan un Cortázar plural en temas, técnicas, épocas e intenciones. Un Cortázar inesperado e inclasificable, sorprendente siempre, el escritor total y polifacético que, además de la narración, explora terrenos tan diversos como el artículo sobre arte y literatura, el análisis político, la crónica de viajes o el poema.


Los textos del volumen han sido organizados en torno a tres bloques - Prosas, Entrevistas ante el espejo y Poemas- que respetan aproximadamente una cronología interna.


La parte más amplia, las Prosas, se ha organizado internamente por afinidades temáticas y genéricas: la narrativa breve inédita de “Historias”, “Historias de cronopios” y “De un tal Lucas”, con el añadido de un capítulo que se dejó fuera del Libro de Manuel. Los de “Momentos” y “Circunstancias” son textos de emergencia, mientras que en las secciones “De los amigos” y “Otros territorios” se ofrecen los que llama el editor textos-palmada-en-la-espalda. La última sección de Prosas presenta bajo el expresivo rótulo “Fondos de cajón” las páginas más inclasificables –otra vez la redundancia- de este escritor inclasificable.


Cuatro autoentrevistas –Entrevistas ante el espejo- y trece poemas desconocidos hasta ahora completan este volumen que será una fiesta para los cronopios. No sé qué dirán los famas. En cualquier caso, el libro está lleno de iluminaciones y chispazos del mejor Cortázar. Y la discusión sobre la oportunidad o el oportunismo debería cancelarla este párrafo del prólogo de Carles Álvarez Garriga:


Editar textos póstumos trae a la memoria de todos el episodio Kafka/Brod y las dos corrientes de pensamiento que se enfrentan al respecto: los “lectores-héroe” quieren leer hasta las notas para el panadero, mientras que los “lectores-vinagreta” tienen una imagen fija del escritor —al que no necesariamente frecuentan— y consideran una traición a su memoria ¡y un abuso! darles más lectura. (…) En este caso concreto no hay lugar para el debate porque el testamento de Cortázar atribuye a Aurora Bernárdez, de un modo muy claro, la potestad de seleccionar y decidir, y así lo ha hecho.



Santos Domínguez

08 junio 2009

Tratado sobre los Vampiros


Augustin Calmet.
Tratado sobre los vampiros.
Traducción de Lorenzo Martín del Burgo.
Prólogo de Luis Alberto de Cuenca.
Reino de Goneril. Madrid, 2009.

Reino de Goneril, la nueva editorial que quiere especializarse en libros de viajes y gastronomía, publica su primer título, el Tratado sobre los vampiros, que escribió el monje benedictino Augustin Calmet a mediados del siglo XVIII.

Traducido por Lorenzo Martín del Burgo y espléndidamente ilustrado, lleva un amplio prólogo de Luis Alberto de Cuenca en el que relaciona este primer libro sobre los vampiros con la obra de otro ilustre benedictino, el padre Feijoo, un contemporáneo de Calmet, al que leyó y sobre el que escribió unas reflexiones críticas en una de sus Cartas eruditas y curiosas.

El
Tratado, que arranca de un capítulo inicial con la idea de que la resurrección de un muerto es obra exclusivamente de Dios, concluye en la imposibilidad moral de que los revinientes salgan de las tumbas. Eso sí, después de analizar resurrecciones y peregrinaciones de cadáveres y de plantearse cuestiones tales como si un hombre realmente muerto puede aparecerse con su propio cuerpo o si se descomponen los excomulgados en la tierra.

Santos Domínguez

06 junio 2009

La isla tuerta



La isla tuerta.
49 poetas británicos (1946-2006).
Selección, traducción, prólogo
y notas de Matías Serra Bradford.
Lumen. Barcelona, 2009.

Porque hay vida después de Eliot, Auden o Larkin, Lumen ofrece en La isla tuerta un posible canon poético inglés de la segunda mitad del siglo XX. Cuarenta y nueve poetas nacidos entre 1902 y 1974, traducidos y anotados en una espléndida edición bilingüe; cuarenta y nueve propuestas que recogen una muestra significativa de los últimos sesenta años de poesía en Gran Bretaña en una generosa antología bilingüe que ha preparado Matías Serra Bradford, autor además de un inteligente prólogo en el que traza las coordenadas de una estimulante y arriesgada hoja de ruta.

Para Novalis- recuerda Matías Serra en el prólogo- cada inglés es una isla, y una isla con pasado bucanero no puede ser sino tuerta.

El prólogo no sólo explica el título, también fija las claves de una antología que refleja, además de la tradición más reciente, la obra de aquellos poetas menos conocidos fuera de la isla. La diversidad de voces organizadas en siete grupos
(Adelantados, Árbitros, Excursionistas, Boreales, Desertores, Indocumentados y Tipógrafos) que asumen, enriquecen o contestan la herencia de los maestros en un álbum privado de figuras intermedias.

Sin orden temático ni jerárquico ni cronológico, los cuarenta y nueve poetas se agrupan en esas siete familias poéticas y los poemas seleccionados son una puerta de entrada, una invitación y una sugerencia de lectura.

Como es natural, son muy variados los tonos, las voces y los temas representados en esta antología en la que la poesía urbana convive con la tradición de la naturaleza en la poesía inglesa, lo visionario con la evocación, la pintura con la música o la literatura.

Intimista y confesional, anclada en el yo o en el nosotros o proyectada hacia el exterior del neón o los viajes, las más de quinientas páginas del volumen reflejan la memoria de las piedras o los jardines, los paisajes exteriores y los interiores, unidos por una vieja melancolía de bibliotecas o claustros.

Las últimas páginas recogen las vidas breves de los cuarenta y nueve poetas en una aguda síntesis de los rasgos de cada poeta y cada poética, en una aproximación que a menudo sugiere su mundo cotidiano. Unas muestras:

Le obsesionaban la religión y la caridad meteorológica.

Fue expulsado de la universidad por tener profilácticos entre sus pertenencias.

A la hora de salir le costaba encontrar sus sombrero y los zapatos correctos.

Trabajó en su jardín hasta el último día. Cultivaba raras especies de manzanos.

Aficionado a los crucigramas.


Santos Domínguez

05 junio 2009

Crónicas del linfoma


José Comas.
Crónicas del linfoma.
Prólogo de Ana Lorite.
Epílogo de Amalia Sánchez Sanpedro.
Rey Lear. Madrid, 2009.


La escritura como resistencia. Cuando a José Comas, corresponsal del diario El País en Berlín, le diagnostican una modalidad muy agresiva de cáncer en la sangre, decide no rendirse y utilizar su oficio de periodista como arma de resistencia y de batalla.

Y así escribe entre diciembre de 2004 y febrero de 2008 las crónicas de su enfermedad, dirigidas desde Alemania al Cuerpo Místico, crónicas que enviaba por correo electrónico a sus amigos y compañeros de profesión. Con una estremecedora lucidez que combina valor y distancia, ironía y vitalidad, humor y emoción, el periodista cuenta en tercera persona la peripecia de su lucha contra un enemigo brutal, el No Hodgkin:

Los médicos han diagnosticado en Berlín que José Comas, de 60 años, corresponsal en Alemania del periódico español EL PAÍS, padece un linfoma de tipo maligno que responde al nombre de No Hodgkin. Se trata de "una afección en la cual se forman células cancerosas en el sistema linfático", según la definición del National Cancer Institute de Estados Unidos.
Tanto Comas como No Hodgkin se encuentran en perfecto estado de ánimo y dispuestos para darse de hostias en una pelea a muerte con incierto desenlace. Se trata de un combate en el que vale todo, sin que tengan vigencia las normas de la Convención de Ginebra. Por este motivo, Comas está dispuesto a atacar a No Hodgkin con armas químicas.


El oficio periodístico le proporciona las armas con las que enfrentarse al mal:

Me encuentro fuerte y tranquilo. Afronto la situación con lo que yo defino como «mentalidad periodística» y lo aplico al caso. Se trata de imbuirse de la posición del espectador no involucrado. Con esta mentalidad me aproximé siempre a los temas ya fuese en Kosovo, Haití, las guerras en Nicaragua, El Salvador o Macedonia, los bombardeos en Belgrado, el terremoto de México o lo que fuera. Yo era un espectador y no me podía pasar nada. Por eso creo que nunca sentí miedo. (…) Bueno, pues afronto el No Hodgkin con la misma dosis de esquizofrenia o de mentalidad periodística. Me siento espectador de mi propio mal y espero poder mantener esta posición hasta donde sea necesario.

Y como en un campo de batalla se suceden las escaramuzas, cambia la línea del frente y con los retrocesos y la pérdidas queda afectada la moral del combatiente:

Yo estoy dispuesto a pelear, pero a veces me vengo abajo.

Ana Lorite recuerda en su prólogo cómo surgieron estas crónicas que ahora salen a la luz en Rey Lear como homenaje a su ejemplo y porque la memoria siempre es tan frágil como la vida.

Alineación a la derechaSantos Domínguez

03 junio 2009

Céline secreto


Lucette Destouches y Véronique Robert .
Céline secreto.
Traducción de José María Solé.
Veintisiete Letras. Madrid, 2009.



El régimen de Vichy también tuvo sus días de Saló, en el castillo de Sigmaringen. Allí se refugiaron los últimos restos de aquel gobierno colaboracionista. Louis-Ferdinand Céline, que era uno de ellos, les asistía como médico.

Lo recuerda así su viuda:

De octubre a marzo de 1945, nos quedamos en Sigmaringen, a los pies de un castillo de opereta de donde todos salieron para ser fusilados: Laval, Brinon, Luchaire. El mismo Pétain fue indultado, pero murió en prisión, lo que incluso pudo haber sido peor. Allí vivimos una existencia alucinante, en una especie de pesadilla despierta, en un mundo errático y a punto de hundirse.

Es uno de los episodios que relata Lucette Destouches y transcribe Véronique Robert en Céline secreto, las memorias conversacionales de la viuda de Céline que se publicaron en Francia en 2001 y acaba de editar en España Veintisiete Letras.

Lo que vino después de Sigmaringen fue la huida y la detención en Dinamarca, la prisión y la deshonra de ser declarado en Francia desgracia nacional, la supervivencia casi vegetativa en Meudon durante diez años:

La prisión acabó con él. Hizo de él un muerto viviente. En Meudon, durante los diez años que precedieron a su muerte, ya no estaba allí.

Lo que había ocurrido antes fue el deslumbramiento de una joven bailarina ante un Céline reconocido ya por su Viaje al fin de la noche. Tenía casi veinte menos años que aquel hombre que era una rara mezcla de Gran Gatsby y del hombre apresurado de Paul Morand. Desesperado y ansioso, pesimista y compulsivo, poseía una enorme fuerza creadora y una potente inteligencia con la que deslumbróa a aquella muchacha desorientada que no tenía amigos ni hablaba con nadie, estaba totalmente volcada en mí misma y en la danza.

En conjunto, los recuerdos –quizá demasiado complacientes y comprensivos- de una larga convivencia de veinticinco años, de 1936 a 1961, convulsos y decisivos:

Conocí a Céline en 1936, en la época del Frente Popular y, ya a partir de entonces y sin tregua, tuvimos que convivir con el miedo a la muerte. Los comunistas amenazaban con matarlo; después fueron los judíos... Vinieron el éxodo, la cárcel, Dinamarca. Cada vez peor y en Meudon comenzó a morir. Nadie pasó lo que nosotros. Fuimos acosados como ratas. Sin la danza, yo hubiera muerto.

En apéndice, una meticulosa cronología del escritor y un detallado índice de referencias biográficas completan este acercamiento a una personalidad tan compleja y problemática como la de Céline. Sus luces y sus sombras son las del siglo XX, la metáfora penosa de un atormentado tiempo de desastres que tiene en él uno de sus símbolos.

Santos Domínguez