28/9/22

A propósito de Ferlosio


Carlos Femenías.
A propósito de Ferlosio. 
Ensayo de interpretación cultural.
Alianza Editorial. Madrid, 2022.


“Entre la historia literaria y la intelectual, estas páginas interpretan (temeraria, aunque cuidadosamente) la trayectoria de Rafael Sánchez Ferlosio a la luz de las transformaciones que tuvieron lugar en un tramo que va de finales de los años cuarenta a principios de los noventa; de ahí que su protagonista vaya saltando de la voz solista al coro, unas veces desgajado y otras diluido en la peripecia de otros hijos de la élite vencedora de la Guerra Civil. El trauma de una culpa heredada jamás remitió e impuso exorcismos que oscilaron entre la ruptura -siempre estruendosa- y la reformulación; entre el apego sentimental a modelos aprendidos en casa y el repudio de los valores que llevaban adheridos. Su obra es inexplicable sin esos fantasmas, que determinaron en la sombra numerosas obsesiones, como la meditación sobre la historia, la tradición o, en fin, sobre los espinosos modos de recuperar el pasado. Hay más en estas páginas, pero en última instancia tal vez todo pase por las vicisitudes y ambiciones de un pensador embargado por la culpa y el anhelo de perfección”, escribe Carlos Femenías en la Introducción de A propósito de Ferlosio. Ensayo de interpretación cultural, que publica Alianza Editorial en su colección Libros Singulares.

Desde la prehistoria de Alfanhuí, una reivindicación temprana de la diferencia, a la repulsa del “grotesco papelón del literato”, al repudio de la literatura de ficción y de su propia obra y a la forja del ensayista riguroso y a sus disidencias de Las semanas del jardín, desde los alrededores y entresijos de El Jarama, leído en clave parabólicaa la construcción de una voz nueva en busca de un nuevo interlocutor, desde los pecios de Campo de retamas a El testimonio de Yarfoz, A propósito de Ferlosio es un profundo ensayo de interpretación que sitúa la obra de Ferlosio en su contexto familiar, histórico y cultural y que -señala Femenías- “bascula entre aquello que hace legible el gran texto o contexto en el que nace la producción de Ferlosio y aquello que lo singulariza” para abordar “las causas históricas y sociológicas de su escritura, las instituciones que la acogieron, los imaginarios políticos, ideológicos y estéticos sobre los que se construyó y los que seguían erguidos en la sombra, pero también los nuevos lugares y la posición que ambicionó en ellos.”

Como un “meticuloso e irreverente ensayo” define esta biografía intelectual de Rafael Sánchez Ferlosio Jordi Gracia en su prólogo ‘Totémico Ferlosio’, donde se lee: “Ni literato ni mito literario: Rafael Sánchez Ferlosio ha sido en las letras españolas de la democracia un tótem cultural. Lo ha sido incluso para quienes solo se acercaron a la fuerza y de mala gana a El Jarama en el instituto, quienes pudieron descubrir la frescura irresistible y a la vez mórbida de las historias de Alfanhuí o quienes solo retienen como experiencia de lectura un puñado de artículos de combate en las primeras décadas de la democracia. Ese Sánchez Ferlosio fue apenas una parte de un ingente caudal de literatura y pensamiento que atravesó más de sesenta años de la vida intelectual española y atrajo de forma adictiva a un puñado de exquisitos seguidores rendidos a su arbitrariedad, a su impetuosidad intelectual y a la riqueza arborescente de una sintaxis metódica y a la vez agotadora. Su productividad ha estado siempre reservada a los pocos pacientes dispuestos a desbrozar el laberinto de un pensamiento de inspiración rotundamente normativa, estable en sus referentes y hasta emuladora de la retórica fundacional de los clásicos de la antigüedad grecolatina con rastros bíblicos.”

Un ensayo de interpretación, como subraya el subtítulo, que, con mirada crítica y voluntad desmitificadora, indaga en “el sustrato de las mutaciones”, en el poso retórico e ideológico que dejó aquella España de la posguerra en aquellos que como Ferlosio -hijo de Sánchez Mazas, el ideólogo de Falange- eran “hijos de la victoria” y reaccionaron contra ella. Por eso, este ensayo es también el retrato de una generación, la de los 50, que fue decisiva en la reconstrucción cultural de España tras la Guerra Civil y de la que uno de sus primeras manifestaciones fue la Revista Española.

Con una triple perspectiva -textual, contextual y generacional-, Femenías rastrea esa tensión desde la certeza de que “los textos se encuentran anudados a una trama que no empieza ni acaba en ellos. […] Dar cuenta de una escritura pasa por describir esos hilos, sus nudos, sus enredos, su trayectoria, y cuando la descripción se atiene especialmente a un autor, lo más complicado es dar con el modo de que lo singular no ciegue lo colectivo ni este a aquel. […] He querido explicar cuáles habían sido las condiciones para que se existiera una obra como la suya: no tanto qué había escrito cuanto por qué escribía como escribía.”

En esa línea, Alfanhuí se presenta como el resultado del cruce de lo viejo y lo nuevo, de la tradición clásica y la renovación vanguardista, porque es un relato que se mueve entre lo antiguo y lo moderno, entre lo muerto y lo vivo, entre la narración oral y la escrita. En definitiva, señala Femenías, “en la frontera de dos mundos, en un quicio del que Ferlosio no llegaría a moverse jamás”, como “una fábula sobre el redescubrimiento del mundo por parte de una generación que quiere abarcarlo de nuevo por sí sola. Un empezar de cero con un nuevo nombre y con el convencimiento de que en las entrañas del mundo yace oculto un manantial de transformación y alumbramiento.”

A explorar la huella que dejó en la ideología y en el estilo de Ferlosio una época con la que rompió se dedican las ocho secciones del libro, que investiga la persistencia de los fantasmas del pasado en su obra, sostenida en la tensión entre renovación y conservación, entre la culpa y la historia, entre lo que es nuevo y lo que persiste como huella indeleble en la obra de quienes como Ferlosio, un singular antimoderno de opiniones demoledoras con la política y la sociedad de su tiempo, se movían entre la culpa heredada y la ruptura. Así vincula Carlos Femenías esa actitud con la tradición familiar:

Los Sánchez Mazas Ferlosio ejercen un orgulloso desapego respecto de las instituciones de forma temprana. Las anécdotas del padre, ministro de Franco sin cartera (ni interés), miembro electo en la Real Academia de una silla de la que nunca llegó a tomar posesión, retratan la idiosincrasia familiar. El desacato a la autoridad se profesa desde una aristocracia intelectual que no se siente interpelada -todo lo más, enojada- por la vulgar mediocridad de los poderes seculares. Entre sus rasgos definitorios está un copioso capital cultural, el trato familiar con la flor y nata de la intelectualidad de derechas, la pertenencia al prestigioso y exiguo círculo de los próceres del Movimiento Nacional y la fidelidad intacta a José Antonio […] La fricción con lo estatuido es una rigurosa práctica de su privilegio.


Santos Domínguez