Óscar Martínez.
Umbrales.
Un viaje por la cultura occidental
a través de sus puertas.
Siruela. Madrid, 2021.
Un viaje por la cultura occidental a través de sus puertas. Así se subtitula Umbrales, el libro de Óscar Martínez que publica Siruela.
Un
libro que funde en su enfoque el ensayo, el libro de viajes y la
narración para reunir historia y arquitectura, arte y simbología en
veintidós capítulos que son las estaciones de un viaje por tiempos y
espacios diversos en torno a las puertas y los umbrales, elementos
habitualmente invisibles en las historias del arte.
Y sin embargo, señala Óscar Martínez en el prólogo de estos Umbrales,
“hay pocos elementos que hayan marcado tanto la civilización. Si hay
algo que nos diferencia de nuestros antepasados prehistóricos, además de
la escritura, el comercio o la organización social en ciudades, son
también las puertas. Y ello es así porque están íntimamente ligadas a
uno de los grandes inventos de la humanidad: la arquitectura. No hay
arquitectura sin puertas, y casi la práctica totalidad de las puertas en
las que podamos pensar están unidas de forma indisoluble a la noción de
construcción arquitectónica.”
Se
emprende así un itinerario geográfico y cultural que permite descubrir
las puertas de entrada, esos lugares de paso hacia el otro lado que
marcan el tránsito y delimitan la frontera entre lo exterior y lo
interior, entre lo público y lo privado, entre lo abierto y lo cerrado.
Así lo explica el autor:
Toda
puerta marca un tránsito. El umbral enmarcado por las jambas y los
dinteles o por los arcos de la entrada es un espacio híbrido, un momento
entre dos realidades, la frontera entre dos mundos y dos estados. Las
puertas no son solo elementos arquitectónicos que nos permiten
trasladarnos entre espacios interiores, o desde el exterior al interior
de un edificio, y viceversa, sino que también poseen un potente
significado simbólico. Como lugares de paso, están relacionadas con
conceptos tan importantes como los de cambio y evolución, y ello hace
que los simbolismos que poseen sean también de gran trascendencia y
universalidad. Las puertas pueden ser consideradas, por tanto, como el
vínculo entre el sueño y la vigilia o entre la luz y las tinieblas, pero
también como el paso desde la ignorancia a la sabiduría y, sobre todo,
de la vida a la muerte.
El viaje -porque Umbrales es
también un libro de viajes- comienza en la puerta de la casa de los
Vettii en Pompeya, una pareja masculina de libertos ricos en cuyo
vestíbulo una pintura de Príapo cumplía una función protectora para
quien entraba o salía.
Ese
capítulo inicial es la puerta de entrada a una serie organizada en tres
partes: los siete umbrales sagrados de la primera, entradas a recintos y
templos desde la Prehistoria y la Antigüedad hasta la Edad Media, desde
el dolmen de Menga hasta la iglesia de Santa María de los Reyes en
Laguardia (“un arcoíris de piedra”), pasando por el panteón de Agripa y
la transición del cuadrado al círculo que simboliza el paso al más allá,
por el pórtico medieval de la abadía de Conques, la Basílica de San
Marcos en Venecia, puerta por la que entra Oriente en Occidente, el
templo funerario de Ramsés III en la antigua Tebas o el peristilo del
Templo de la Concordia en Agrigento.
Cada
uno de esos capítulos, además del análisis puramente artístico y
arquitectónico, contiene evocaciones narrativas del momento histórico en
que se construyeron esos monumentos, que en la segunda parte pertenecen
a la arquitectura civil con palacios, fortalezas o murallas. Puertas
que en estos casos dan paso no a lo sagrado, sino a lo privado, como la
belleza geométrica de la fachada del palacio de Comares en la Alhambra,
el simbolismo octogonal del tránsito de lo terrestre a lo celeste en el
Castel del Monte en la Apulia o el napolitano Castel Nuovo con su
“entrada repleta de símbolos medievales y renacentistas”.
Una tercera parte (‘Entrada a otros mundos’) aborda los umbrales que dan paso no solo a espacios físicos sino sobre todo a espacios simbólicos o imaginarios:
las puertas fingidas y los umbrales pintados de la Villa Barbaro; la
puerta de entrada en la modernidad de la Bauhaus, el Arco de Tito como
testimonio de las celebraciones triunfales y como umbral de la
inmortalidad; el acceso a los infiernos interiores del Parco dei Mostri
en el Sacro Bosco de Bomarzo, cuajado de referencias literarias; el
engaño a los ojos de la Perspectiva del Palacio Spada en Roma o el
umbral vienés del nuevo arte en el Pabellón de la Secesión.
Porque, en definitiva, “Umbrales
es un libro sobre puertas, sobre qué hace especiales a estos elementos
arquitectónicos y sobre cómo el ser humano ha llenado de simbolismos y
mensajes las entradas de sus edificios y construcciones. A su vez, no es
un texto únicamente sobre arquitectura. Intenta ser también una suerte
de libro de viajes que descubra puertas que quizá no se conozcan y abra
ojos y oídos a nuevas historias sobre umbrales ya conocidos.”
Sólo
una pega a esta edición. Aunque el desarrollo de las nuevas tecnologías
permita una rápida consulta de las imágenes de las puertas, los
pórticos y los arcos que se evocan en estos textos, se echa de menos en
el libro un mínimo despliegue gráfico que apoye las descripciones y que
facilite al lector atravesar cada uno de estos magníficos Umbrales.
Santos Domínguez