Colette y Jean-Claude Rabaté.
Miguel de Unamuno (1864-1936).
Convencer hasta la muerte.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2019.
“Yo, a veces, no puedo romper la leyenda que han tejido alrededor de mí”, escribía Unamuno en 1936, al final de una vida que han estudiado pormenorizadamente los hispanistas Colette y Jean Claude Rabaté en el monumental Miguel de Unamuno (1864-1936), que publica Galaxia Gutenberg.
Este ensayo es una reelaboración, actualizada con nuevos datos, de la biografía que los mismos autores publicaron en Taurus hace diez años, un texto de referencia en los estudios unamunianos.
El subtítulo, Convencer hasta la muerte, alude al incidente del 12 de octubre con Millán Astray en el paraninfo de la Universidad de Salamanca.
“Vencer no es convencer”, dijo Unamuno frente a quien gritaba “Viva la muerte.” “Vencer y convencer” anotó en la tercera línea de esas notas apresuradas y escritas con lápiz que sirvieron de guión para su improvisada intervención en aquel acto.
Y con la evocación de la tarde de aquel día comienza el prólogo:
Salamanca, 12 de octubre de 1936, por la tarde
Miguel de Unamuno, sentado como siempre en «el sillón frailero» de su cuarto de estudio, rodeado de sus libros, vuelve a pensar en los acontecimientos terribles que acaba de vivir. A pesar de la presencia de Miguelín y de sus dos hijos, Rafael y Felisa, se siente solo, abandonado y sobre todo vencido... vencido después de su último combate por la razón y la paz... No puede olvidar el aciago acto del paraninfo en que oyó los aullidos contra la anti-España, los vivas a la muerte y mueras a los intelectuales traidores; no puede olvidar los abucheos y amenazas de un público excitado y hostil cuando se dirigió a Millán Astray para decirle que vencerán la fuerza brutal, el odio y el resentimiento, pero no convencerán y no llegará la paz, sino la victoria; no puede olvidar los insultos y gritos de odio de unos socios del casino que lo rechazaron como si fuera un perro rabioso y un criminal.
Hace varias semanas que ya sabe cuán inútil es su pluma para combatir por la compasión, la convivencia, la libre opinión y contra una irreprimible locura colectiva; en esta salvaje guerra incivil donde los hunos y los hotros están perdiendo toda humanidad, tiene miedo a quedar atrapado en el torbellino de odio y de resentimiento y solo puede confiar su dolor y su desengaño a sus «hijos de papel»... Ya entiende que la guerra civil de su niñez era un sueño y que no habrá paz en la guerra.
Hoy le han quitado brutalmente el derecho a expresarse públicamente.
A través de sus libros y sus diarios, de sus artículos y su epistolario, Colette y Jean Claude Rabaté proponen un recorrido por la biografía paradójica y los textos de un Unamuno complejo y controvertido, polémico y contradictorio, inconformista y crítico, entusiasta y decepcionado, en debate constante contra esto y aquello, en conflicto con la realidad y consigo mismo, con el telón de fondo de la política y la cultura en una España no menos problemática.
Entre lo privado y lo público, entre el ámbito familiar y el político, entre los debates ideológicos y el conflicto existencial, entre la actividad académica y la escritura plural de Unamuno, este espléndido ensayo se remonta a los recuerdos de niñez y mocedad del colegial soñador y el adolescente atormentado que sufrió las primeras crisis interiores, a la imagen del estudiante que descubrió en Madrid un nuevo mundo; reconstruye los años bilbaínos, el vía crucis de cinco años de oposiciones a cátedras de Instituto o de Universidad, su posición cambiante ante el polémico tema vasco, su instalación en Salamanca y su fama creciente de catedrático rebelde y socialista en la Universidad, su crisis de conciencia política, el quehacer del escritor y su búsqueda de fama literaria, su polémico rectorado heterodoxo, su compromiso político y su apostolado ideológico, sus andanzas y meditaciones por tierras de España, su destitución como rector, su posición de aliadófilo en la Primera Guerra Mundial, su posicionamiento contra la monarquía de Alfonso XIII y contra la guerra de Marruecos, su enfrentamiento a la dictadura de Primo de Rivera, su destierro en Fuerteventura, su exilio en París, su conflictiva relación con la Segunda República, su soledad en las Cortes y su mirada a la guerra civil, de la que fue una víctima más, confinado en su casa de la calle de Bordadores y expatriado en su patria hasta su muerte el 31 de diciembre de 1936, su entierro con exequias falangistas y gritos de '¡Unamuno, presente!'
El conjunto completa brillantemente “el relato de una vida tan apasionante como fecunda" y reivindica "la permanencia y la sorprendente actualidad de su voz, más que nunca en los años agitados que vivimos. Nos enseña que, a pesar de los errores y vacilaciones, accesos de ira y remordimientos propios de cualquier ser humano, Miguel de Unamuno ha conseguido vencer a la Esfinge y colmar su anhelo de «sembrar semillas de eternidad», ya presente desde los años de niñez y mocedad bilbaínos.”
Santos Domínguez