20/12/16

Navidades de libro. Narrativa



Benito Pérez Galdós.
Diez novelas y un discurso.
Edición de Francisco Estévez y Germán Gullón.
Biblioteca AVREA Cátedra. Madrid, 2016. 

“A medida que se borra la caracterización general de cosas y personas, quedan más descarnados los modelos humanos, y en ellos debe el novelista estudiar la vida, para obtener frutos de un arte supremo y durable (...). Perdemos los tipos, pero el hombre se nos revela mejor, y el arte se avalora solo con dar a los seres imaginarios vida más humana que social”,  afirmaba Pérez Galdós en 1897 en su discurso de ingreso en la Academia Española, titulado significativamente La sociedad presente como materia novelable. 

Ese es el texto que abre en Biblioteca Avrea Cátedra la edición de diez novelas de Galdós que han preparado Francisco Estévez y Germán Gullón, que firma una introducción -'¿Por qué leer a Galdós?'- en la que destaca que su obra refleja “una enorme profundidad experiencial y un trasfondo ideológico muy amplio”, porque está escrita por un “artista excepcional” que comparte con los otros grandes nombres de la novela decimonónica –Balzac, Dickens, Flaubert, Tolstói- “una extraordinaria capacidad para representar en sus textos mundos extremadamente complejos (...), panoramas narrativos, inmensos mapas o espejos verbales de la sociedad de su tiempo.”

A esas alturas, en 1897, Galdós, el primer heredero cabal de Cervantes en la literatura española, había escrito la parte fundamental de su obra, culminada ese mismo año con la publicación de Misericordia

De sus 31 novelas -descontados los casi cincuenta Episodios nacionales- se editan en este volumen diez títulos: Doña Perfecta, La desheredada, El amigo Manso, Tormento, La de Bringas, La incógnita, Realidad, Tristana, Nazarín y Misericordia, una selección que se ha regido por el criterio de la variedad en los temas y la diversidad en las técnicas constructivas y en las perspectivas narrativas. 

Publicadas entre 1876 y 1897, dos décadas en las que escribió sus mejores novelas, hay entre ellas dos obras maestras indiscutibles como La desheredada y Misericordia y otras ocho que reflejan la capacidad innovadora de Galdós, su evolución constante desde el dualismo prerrealista de la novela de tesis a la integración del realismo progresista de sus novelas contemporáneas, y de ahí al determinismo matizado de la novela naturalista.

Desde el efectismo narrativo de la novela por entregas hasta la construcción de un estilo propio, de una voz narrativa galdosiana dotada de una ironía que es parte de su herencia cervantina, Galdós nos ha dejado no sólo la más completa imagen del Madrid del último tercio del XIX, sino una serie de personajes de una hondura y una densidad que los hace inolvidables.

Y además, como instrumento de una mirada crítica a la España más reaccionaria, defensora de los privilegios eclesiásticos y nobiliarios, unos personajes que viven una relación problemática con la realidad, con el amor, con la conciencia o con el papel de la mujer.




Antón P. Chéjov. 
Cuentos completos 
(1894-1903)
Edición de Paul Viejo
Páginas de Espuma. Madrid, 2016.

Con el cuarto volumen de los Cuentos completos, Páginas de Espuma culmina una empresa monumental y un proyecto titánico que a lo largo de cuatro años, desde 2013, con edición de Paul Viejo y en las versiones de sus mejores traductores al español, ha ido entregando en español en cuatro mil quinientas páginas la totalidad de la obra narrativa breve de Chéjov. Más de seiscientos relatos en unas traducciones tan cuidadas como la esmerada edición de estos cuatro tomos. 

Fechados entre 1894 y 1903, los cuentos que se recogen en este último tomo pertenecen, en palabras del traductor, a un momento cenital, “el de su más absoluta consagración, pero también el de su retiro, su despedida.”

En esos últimos años “la consideración hacia Chéjov, tanto desde el punto de vista literario como del editorial estrictamente, era ahora muy superior”, lo que le permitió reunir en ocho tomos la totalidad de su narrativa breve. Es también entonces cuando se le empieza a traducir en Francia, Alemania, Inglaterra o Estados Unidos.

Una invitación a entrar en esta celebración de la literatura con mayúsculas, a leer o releer La dama del perrito, El monje negro, Iónich, Mi vida, Las grosellas o En el barranco en las espléndidas traducciones que ha preparado para este último volumen, que incorpora en un apéndice de más de doscientas páginas sus cuentos dispersos, inacabados, colectivos y atribuidos, junto a las ilustraciones que en ocasiones los acompañaban.

Si hace unos años Páginas de Espuma publicó una memorable edición comentada de los cuentos completos de Poe, y posteriormente una edición monumental en dos tomos de los relatos de Maupassant, la publicación de estos cuatro tomos con todos los cuentos de Chéjov culmina el mapa de ese bosque literario original y prodigioso que funda la narrativa breve contemporánea.





Franz Kafka.
La transformación.
Edición de Luis Fernando Moreno Claros
y Pilar Benito Olalla.
Atalanta. Gerona, 2016.

“Si hubiera que elegir un relato literario emblemático del siglo XX, el agraciado sería casi con seguridad Die Verwandlung (La transformación), de Franz Kafka, normalmente traducido al castellano con el título de La metamorfosis. Pocas narraciones habrán sido tan admiradas y comentadas como esta que cuenta la rara historia del viajante de comercio Gregor Samsa, transformado en un bicho monstruoso”, escribe Luis Fernando Moreno Claros en el prólogo de su traducción de La transformación en Atalanta.

Junto con El fogonero y La condena, Kafka proyectó una edición de esta obra como parte de una trilogía que se iba a titular Los hijos, pues la relación problemática con el padre es el hilo conductor de los tres relatos. Frustrado ese proyecto inicial, La transformación se publicó como libro exento en 1915 y se convirtió desde entonces en la obra fundamental de las que Kafka publicó en vida, un texto que está escrito, como dijo Walter Benjamin a propósito de El proceso, “en el lugar nuboso de las parábolas. De allí surge la escritura de Kafka.”

Además del amplio estudio introductorio en el que Moreno Claros aborda la génesis y las circunstancias en las que se fragua su escritura, esta edición ofrece una cronología y una bibliografía esencial actualizada.

En la traducción también ha participado Pilar Benito Olalla, que firma un posfacio en el que repasa las interpretaciones ideológicas de la obra y propone un análisis filosófico que emparenta a Kafka con Platón y a Gregor Samsa con el mito de la caverna para acabar leyendo La transformación no sólo como una parábola sino como una profecía de los cambios a los que está expuesto el hombre contemporáneo, “por eso su obra resuena hoy más fuerte que nunca.”

Una obra que es sin duda la más importante de todas las que Kafka publicó en vida y  que en gran medida, incluso tras la publicación de los póstumos, sigue siendo la más representativa de un autor que aquí está en estado puro, en medio de un mundo opaco y dueño de un lenguaje denso y frío y una literatura mágica y distante.


 Elena Garro. 
Reencuentro de personajes.
Edición de Javier Guirado.
Epílogo de Marta Sanz.
Drácena Ediciones. Madrid, 2016.

En el centenario de su nacimiento Drácena publica, con edición de Javier Guirado y epílogo de Marta Sanz, Reencuentro de personajes, una de las novelas más importantes de Elena Garro (1916-1998), que para algunos críticos es la mejor escritora mexicana del siglo XX.

“Yo no puedo escribir nada que no sea autobiográfico”, confesó en una ocasión esta autora cuya obra quedó marcada por su problemático matrimonio con Octavio Paz y por su traumático divorcio.

Reencuentro de personajes es una novela de 1982 que mira hacia atrás con ira desde su primera frase: “Verónica se miró en el espejo del retrovisor colocado arriba del parabrisas y tuvo la certeza de que al final de esa noche iba a saber.”

Y a partir de ese inicio, lo autobiográfico se proyecta en la recuperación de personajes de Suave es la noche, de El gran Gatsby y de Retorno a Brideshead. Y a ellos recurre la protagonista para reconocerse a sí misma en la escritura de los demás, para buscar allí las claves de su propia existencia: “Casi al amanecer subió a su habitación, buscó con ansia los libros de Evelyn Waugh y de Fitzgerald y los hojeó nerviosamente. Quería encontrar algún detalle que le indicara que podía salvarse todavía.”

Entre la realidad y la ficción, entre la autobiografía y la literatura, entre la humillación y el miedo, la violencia y el sexo, Verónica, la protagonista de Reencuentro, es a la vez víctima y verdugo, perseguidora y perseguida en una novela que Marta Sanz define en su epílogo como un “demoniaco cuento de hadas”.

Una novela en clave que se enfrenta con distancia al pasado a través de las máscaras y personajes y un ajuste de cuentas, porque el objetivo literario de Elena Garro acabó siendo escribir contra Paz. “Todo lo que soy es contra él”, dijo en una ocasión para reconocer que el rencor y el despecho eran los motores no sólo de su escritura, sino de su vida.


Josep Pla.
La vida lenta.
Notas para tres diarios
(1956, 1957 y 1964).
Edición y prólogo de Xavier Pla.
Traducción de Concha Cardeñoso Sáenz de Miera.
Austral. Barcelona, 2016.

El 1 de enero de 1956 anotaba Josep Pla en su diario: “Esta noche, cuando volvía a casa (a las dos) a pie, con una tramontana fortísima en contra, pensaba que, a veces, la vida parece más larga que la eternidad. En la cama (glacial), leo los dos últimos números de Il Borghese, hasta las ocho. Me levanto a las cuatro de la tarde. Hace un día despejado, soleado y lívido —sin viento. ¡Año nuevo, vida nueva! Me paso lo que queda del día en casa, junto al fuego.”

Es la primera de las notas de tres diarios de Josep Pla que permanecieron inéditos hasta que hace dos años los publicó Destino en el volumen La vida lenta. Notas para tres diarios (1956, 1957 y 1964), con edición y prólogo de Xavier Pla y traducción de Concha Cardeñoso Sáenz de Miera, que acaba de aparecer en Austral en formato de bolsillo.

La vejez, el insomnio, el frío en su masía, los problemas con la bebida y con la censura, el malestar ante la vida o el asco hacia el franquismo se van repitiendo en la prosa afilada de estas anotaciones hechas en agendas extranjeras, con pluma de tinta azul o negra y sin tachaduras apenas.

Casi todas estas notas las escribió en la cama, en madrugadas insomnes, muchas veces después de volver de Palafrugell después de cenar y beber demasiado, en una repetida inversión de horarios que le lleva a acostarse cuando está bien avanzada la madrugada y a levantarse -si se levanta- por la tarde.

Y ante esa desazón generalizada, la literatura se levanta en estas páginas como refugio ante las inclemencias de la vida y como defensa frente al mundo. Aislado en la masía como Montaigne en su torre, para defenderse del mundo y para observar la vida a distancia, Pla atravesaba estos años un estado depresivo y tenía problemas de alcoholismo, lo que le provocaba crisis de culpabilidad y una autocrítica que se extiende también a su escasa consideración por lo que escribe o por lo que lee: “Paso del alcohol a la lectura ávida, que me produce el mismo daño”, escribía el 15 de febrero de 1957. 

Tres dietarios que nunca se proyectaron como libro, aunque constituyen una especie de "taller de borradores" que luego aprovecharía en sus artículos, como señala Xavier Pla en su prólogo, y completan la imagen de un Josep Pla que está en ellos en estado puro para trazar un autorretrato involuntario pero definitivo que refleja su situación en unos años cruciales. Y lo más revelador, una frase que se repite con mucha frecuencia en estas anotaciones: “No hay nada que hacer.”


Ariana  Harwicz.
Precoz.
:Rata_, Barcelona, 2016.

A caballo entre lo narrativo y lo poético, entre lo conversacional y el monólogo interior, Precoz, la perturbadora novela corta de la argentina afincada en París Ariana Harwicz (Buenos Aires, 1977) es el texto fundacional de :Rata_, una nueva editorial independiente que ha iniciado su andadura en Barcelona.

El soliloquio sonámbulo y final de una madre con el fondo del deseo incestuoso hacia su hijo, construido a través de una potente imaginería y con una intensidad verbal que recorre sus páginas incesantemente.

El amor y la muerte, el deseo y la locura son presencias constantes en la palabra urgente y apasionada del personaje, que evoca obsesivamente un alucinado erotismo de pesadilla. Un erotismo que surge del desgarro de la memoria y se expresa en la escritura desatada que atraviesan los recuerdos de una narradora arrastrada por la fuerza torrencial del río que la lleva hacia la otra orilla.

Una incursión explosiva en las pulsiones más primarias, en los arrebatos más secretos e incontrolables en los que se cruzan Eros y Tánatos.: “Esto es amar, me digo, y él viene y me arranca la cabeza.”




Andrés Trapiello.
Sólo hechos.
Pre-Textos. Valencia, 2016.


“Los mejores libros son de hoja caduca. Con cada lector tienen su primavera”, escribe Andrés Trapiello en Sólo hechos, la vigésima entrega de su Salón de pasos perdidos que viene publicando Pre-Textos desde hace veintiséis años.

Entre una luminosa mañana de Año Nuevo en Las Viñas y un día gris de Nochevieja triste con presagios de muerte, como de costumbre, conviven en sus páginas el mundo doméstico y el mundillo literario, Madrid y Las Viñas, El Rastro y el paisaje, la ficción y la realidad, la vida y la literatura, las evocaciones -memorable la de la casería de Muñoz Rojas- y los retratos -desolador el de los últimos meses del poeta que escribió Rodolfo el patinador-, el papel del lector y el del escritor, la vida que huye vista por quien sólo quiere “un poco de silencio y una vida rutinaria.”

Episodios privados o públicos, significativos o intranscendentes por los que discurre el merodeo deambulatorio del personaje; la literatura y la pintura, los amigos y los enemigos, la vida en el campo y la vida literaria ocupan el campo de visión sobre el que se proyecta la mirada solanesca y la afilada prosa barojiana de Trapiello. 

Pero, diez años después de los hechos narrados en estas páginas, las urgencias del presente se han suavizado con la distancia que establecen el recuerdo y la ironía, una realidad de aristas rebajadas con el tono melancólico de un narrador, a veces cercano y a veces distante, que lleva casi treinta años, desde 1987, escribiendo este diario sin nombres, esta novela sin tesis que responde a la certeza de que “los mejores libros están hechos de detalles exactos e ideas generales.”  

Un nuevo capítulo de esta novela en marcha que es, como la vida, siempre igual y siempre distinta, porque “la vida no está en la repetición, sino en las variantes, lo mismo sean verdades o fábulas.”


Kirmen Uribe. 
La hora de despertarnos juntos.
Traducción de José María Isasi. 
Seix Barral, 2016.

Escribir "un libro basado en la vida de Karmele Urresti, su familia y su generación./.../ La vida de una familia, sí, pero también, ¿por qué no?, la historia de todo un pueblo" es el ambicioso propósito declarado por Kirmen Uribe en las páginas iniciales de La hora de despertarnos juntos, la novela que publica en Seix Barral con traducción de José María Isasi.

Organizado en tres partes que transcurren entre 1923 y 1979 en torno a los ambientes de la alta burguesía y del nacionalismo vasco, la guerra civil, el exilio, la Guerra Mundial y la posguerra son el telón de fondo de un libro en el que se aborda la peripecia individual de la enfermera Carmela Urresti y el trompetista Txomin Letamendi y de sus círculos familiares y sociales. Pero a través de la recreación de esos personajes reales, la novela se propone unir los destinos individuales con los colectivos, lo local y lo universal.

En ese sentido, es muy significativa la cita de Carlos Fuentes que abre el libro: "Conocía la historia. Ignoraba la verdad." Y por eso esta historia basada en una familia real arranca de una documentación rigurosa para reflejar la historia, pero recurre también a la imaginación para reconstruir la intrahistoria, para elaborar la trama desde dentro, desde el día a día por el que transitan, junto con los dos protagonistas, su hija Ikerne; Manu Sota, amigo de Txomin, activista cultural e independentista; el pintor Antonio Guezala o el lendakari Aguirre.

De Ondarroa a Bilbao, de París a Caracas, de Nueva York a Barcelona, esas vidas individuales se integran en lo colectivo, en el contexto histórico y social que marca a los personajes. Porque una cosa es conocer la historia y otra saber la verdad y por eso a veces el mejor instrumento es esa "lógica de la ficción" de la que habla Kirmen Uribe en la nota final del libro.

Con un título tomado del último verso de un poema de Pound publicado en la revista Poetry en 1913, La hora de despertanos juntos propone una mirada al pasado para intentar entender el presente y el pasado próximo del terrorismo, defiende la necesidad del diálogo y la reconciliación y reivindica la esperanza más allá de las decepciones de esa sucesión de exilios y pérdidas que parecen convertirse en una metáfora de los últimos cien años de la historia de España y de Europa.



José Antonio Ramírez Lozano.
Los celos de Zenobia. 
Pre-Textos. Valencia, 2016.

“Yo tengo escondida en mi casa, por su gusto y el mío, a la Poesía. Y nuestra relación es la de los apasionados", escribía Juan Ramón Jiménez en la antología Poesía española que publicó Gerardo Diego en 1932.

De esa declaración arranca la trama de Los celos de Zenobia, la novela corta con la que José Antonio Ramírez Lozano obtuvo el Premio Juan March Cencillo que acaba de editar Pre-Textos. 

Metáfora hecha carne trascendida en las morbideces de Jean-Marie, Francina, Susana Almonte y Louisa Grimm se manifiesta una polifonía de personajes femeninos que habitan la primera época de poesía impura juanramoniana. Voces y actitudes que provocan los celos de Zenobia y la obsesión de un Juan Ramón Jiménez empeñado obsesivamente en depurar su obra, en olvidarse de su primera etapa y de su segundo apellido.

Desde que Cervantes incorpora la novela corta italiana al español, la acompaña de un elemento nuevo que será fundamental desde entonces: el diálogo, que cumple también una misión central en los quince capítulos breves en los que se organiza el relato.

Una trama soportada en su domesticidad, menos que intrahistórica, por Juan Ramón, Zenobia y Juan Guerrero Ruiz y por la que circulan también Unamuno y Azorín, los Machado y Sánchez Mejías, Neruda y algunos nombres del 27.

Una peripecia que dura hasta que la sensual inquilina, harta de su encierro y de una dieta purgativa, huye al sur, a Casablanca, para acabar en un café cantante donde "se fue desnudando", como quería Juan Ramón de su obra. Y otra vez la metáfora se hace carne.

Por debajo del tono irónico y desenfadado del relato, una mirada a los entresijos de la creación poética, al cielo y al infierno de la palabra y a la lucha por la expresión.

Santos Domínguez