28/3/09

Poesía completa de José Agustín Goytisolo

José Agustín Goytisolo.
Poesía completa.
Edición de Carme Riera
y Ramón García Mateos.
Lumen Barcelona, 2009.

Durante más de cuarenta años, los que van de El retorno (1955) a Las horas quemadas (1996), José Agustín Goytisolo (Barcelona, 1928-1999) construyó una de las obras más consistentes de la poesía española contemporánea, clasificada a veces - con el simplismo superficial de todas las clasificaciones- como poesía social, que Goytisolo prefiere llamar poesía política.

Una obra que tiene mucho, como en Jaime Gil de Biedma- uno de sus más entrañables amigos-, de poesía moral, y que en todo caso es la respuesta del poeta a la realidad, su forma de estar en el mundo. Lo resume en estos cuatro versos:

SUCIA Y RADIANTE

Hay quien gusta escribir textos muy celestiales

con gualdrapas y efebos y con flores exóticas;

y me parece bien que existan tales poetas.

Mas yo canto a esta vida que es sucia y es radiante.

El poema pertenece a Cuadernos de El Escorial, un libro de epigramas que publicó en 1995. Sólo aparentemente menor, ese volumen es un mosaico de los temas, preocupaciones y actitudes de José A. Goytisolo, con la peculiar mezcla de acidez y ternura, de sarcasmo y afecto que recorre toda su producción.

A esa esencia de jazmín y veneno que es su obra responde la convivencia de melancolía y crítica social, de protesta e ironía a través de un lenguaje poético personal en el que coexisten también la emoción con el coloquialismo y la ima­ginación con el humor.

Palabra, experiencia y memoria, elegía y sátira, poesía amorosa y vocación testimonial recorren la obra de José Agustín Goytisolo, poliédrica y multitonal, como la califican Carme Riera y Ramón García Mateos en el prólogo de la edición crítica de la Poesía completa, que acaba de publicar Lumen.

Entre El retorno, la elegía por su madre, y Las horas quemadas, una elegía por sí mismo, se reúnen en un volumen todos los libros de José Agustín Goytisolo en una edición monumental que hará de esta publicación la edición de referencia de la poesía de uno de los grandes poetas del medio siglo.

La continuidad temática, la insistencia en la elegía, la mitificación nostálgica de la infancia, definen la mayor parte de una obra marcada por la muerte de la madre, Julia Gay, en un bombardeo de la aviación italiana sobre Barcelona.

Esa pérdida marcaba el primer libro, El retorno:


La mitad de los días se me fue
pensando en tu retorno.
Tenías que volver.


Nosotros, en secreto, negábamos tu muerte

como se niega un dios.

Es la evocación que perdura frente a la muerte en los poemas de Final de un adiós (1984), uno de los mejores libros de José Agustín Goytisolo:


Yo amaba aquella casa
sin vientos de desgracia.

Era como mi alegre
posesión transparente.

Como la flor blanquísima
que en los jarales brilla.

Tal vez yo por entonces
desdeñara a los dioses.

Pues ni ellos habitaban
en regiones tan claras.

Y así como un castigo
perdí lo que era mío.

Un fuego despiadado
prendió en aquellos campos.

Después no quedó nada.
Ni la flor de la jara.


Y así hasta la elegía por sí mismo que acaba siendo El rostro que conjura, el último poema de su último libro, Las horas quemadas (1996):


Cuando llegue la hora de partir
que a su lado esté ella: que le mire
y que apriete su mano. No le asusta
regresar a la nada. Mas quisiera
llevar al otro lado su figura.
La eternidad no existe. Cuando supe
amar a esta mujer y cuando mira
a quien le mira sabe que el infierno
estuvo aquí; también su paraíso.
Al fin y al cabo nadie le invitó
a entrar en este mundo que sabía
no iba a durar por siempre para él.
Pero ha tenido el rostro que conjura
ver al final. El viaje no le importa.

Santos Domínguez