7/12/22

Chesterton. El alma del ingenio



Gilbert K. Chesterton.
El alma del ingenio.
Sobre William Shakespeare.
Introducción de José María Álvarez.
Traducción de Aurora Rice.
Renacimiento. Sevilla, 2022.


 “Cuando leemos a Shakespeare no hace falta nada entre él y nosotros. Sólo dejarse llevar; como se deja y nos propone aquí Chesterton, quien alguna vez dijo «Envejeceré para todo, hasta para el amor, pero nunca envejeceré para el asombro», escribe José María Álvarez en la introducción de El alma del ingenio, el magnífico libro que recoge los ensayos, conferencias y artículos en que Chesterton habló de Shakespeare, uno de esos autores que “no escribían con un fin moral, sino con una base moral.”

Lo publica Renacimiento con traducción de Aurora Rice, la primera que se hace al español de esta recopilación de textos que reunió Dorothy Collins, la secretaria de Chesterton, en 1971 en el volumen Chesterton on Shakespeare

Cincuenta años después, en 2012, Dale Ahlquist amplió notablemente aquella selección inicial con nuevos textos y fragmentos en una edición renovada que es el origen de este El alma del ingenio. Sobre William Shakespeare.

Organizado en ocho secciones temáticas, lo precede un prólogo en el que Dale Ahlquist señala que “a cualquiera que conozca la exquisita crítica literaria de Chesterton le tiene que doler que no viviese por escribir el libro prometido sobre Shakespeare” y concluye que “Chesterton consigue que leamos a Shakespeare por primera vez. […] Shakespeare es un clásico, que significa que no se lee sino que se cita. La popularidad de Shakespeare nunca pasa, pero pocos hemos leído a Shakespeare. Chesterton leyó realmente a Shakespeare. Como ya dije, fueron amigos toda la vida. Y una cosa que hacen los amigos de verdad es cumplir sus promesas. Aquí, espero, está el libro que Chesterton prometió escribir sobre su amigo.”

El contexto histórico y cultural de la vida y la obra de Shakespeare, agudos comentarios sobre las tragedias y las comedias, el papel de la imaginación, el mundo de los sueños y los abismos morales, el sonido y el humor o su temperamento artístico, ordinario y extraordinario a un tiempo; las convenciones teatrales y la brillantez verbal; la capacidad inventiva y la morena misteriosa de sus sonetos; el estilo y la técnica, las tramas y los personajes, las disparatadas atribuciones que niegan la autoría de Shakespeare, aunque para Chesterton “Shakespeare es Shakespeare”…

Esos son los ejes de estos textos breves -algunos brevísimos- que combinan en su prosa deslumbrante la profundidad intelectual y la percepción sentimental, la mirada irónica y la humanidad comprensiva, la agudeza lectora y el buen humor falstaffiano. Por eso no puede extrañarnos que Falstaff (“Amamos a Falstaff porque es cualquier cosa menos un fariseo”) sea uno de los personajes más citados en estas páginas que hablan de Hamlet (“Lo trágico de Hamlet no es que sea escéptico. Lo trágico es que es demasiado buen filósofo como para ser escéptico”), de Macbeth (“un buen asesino, un asesino sólido, serio, digno”), de Lear, protagonista de una obra en la que “casi todos están más o menos locos”; de Shylock, “tan digno y tan intelectual”; de la asombrosa arquitectura, “la inalcanzable excelencia” y  la mística de la felicidad de El sueño de una noche de verano, a la que dedica algunas de las mejores páginas del libro. 

Y por encima de todo, estos textos son una muestra de la frescura y la lucidez lectora de Chesterton, de su alegría transitiva en la celebración de la literatura, de su capacidad de presentar al lector el universo de Shakespeare como recién creado, porque “hay una clase de crítica que nos recuerda que hemos leído un libro y hay otra clase, mucho mejor, que nos convence de que nunca lo hemos leído.” 

Cierra esta amplia selección un texto muy breve y muy significativo, unas pocas líneas que aparecieron en el Daily News el 2 de enero de 1907:

¿Cómo podemos discutir de cómo habríamos escrito nosotros las obras de Shakespeare? Shakespeare nos ha escrito a nosotros. Y usted y yo somos dos de sus mejores personajes.

Y en 1912 esta otra afirmación, que complementa a la anterior:

Todos somos igual de poéticos que Shakespeare; sólo que no somos tan grandes poetas. Nuestros temperamentos son iguales que el suyo, pero ni usted ni yo somos capaces de escribir versos como: “Todos  nuestros ayeres han iluminado para los tontos el camino de la muerte polvorienta…”

Estas palabras de la introducción de José María Álvarez resumen lo que el lector se va a encontrar en este magnífico libro que hace conversar por encima del tiempo a dos genios como Shakespeare y Chesterton en estas páginas luminosas:

“Estoy convencido de que a muchos lectores de Shakespeare este libro de Chesterton puede abrirles a reflexiones nuevas, a ver de otra forma lo que creían y habían aprendido de su obra; e incluso me atrevo a asegurar que también a sus consideraciones sobre otros muchos libros y autores, y sobre sí mismo. Shakespeare, ese Maestro de Cien Edades con frase de Mencio, no se acaba nunca. Y como él, Chesterton y su admirable y jovial contemplación de la Vida, tampoco.”

Santos Domínguez