Nicos Cavadías.
La Cruz del Sur.
Poesía completa.
Introducción, traducción y notas
de David Hernández de la Fuente.
Alianza Editorial. Madrid, 2021.
“Nicos
Cavadías es uno de los grandes poetas que Grecia ha dado al siglo XX,
una figura única y atípica en la historia de la literatura de ese país.
Su obra ha gozado del favor de los griegos, tanto del público como de la
crítica, y se puede decir que ya forma parte de la memoria colectiva de
un pueblo que vive con el alma mirando al mar. Su voz poética, tan
personal como atemporal, manifiesta la esencia del ser humano a través
del mar, los sentimientos del exilio, voluntario o no, el extrañamiento,
el conocimiento de otras realidades a través de los viajes, la
fascinación cosmopolita por el ancho mundo y, a la vez, el profundo
desamparo que se experimenta en todas partes por igual ante los mismos
padecimientos: soledad, muerte, enfermedad, desamor”, explica David
Hernández de la Fuente en la introducción con la que presenta su
traducción de la poesía completa del poeta griego Nicos Cavadías
(1910-1975), que publica El libro de bolsillo de Alianza Editorial.
La de Cavadías fue una vida marcada por la profesión de comerciante naval de su padre, por los viajes marítimos y vinculada al puerto de El Pireo. Su poesía tiene como eje el mar y la vida marinera, porque -como recuerda Hernández de la Fuente en su prólogo- “se diría que algo le arrastraba irremediablemente a una existencia ligada al mar y a los largos viajes ya desde su primera infancia: el viaje de regreso desde el lejano oriente a la península helénica es un primer contacto con las travesías del océano, que tanta importancia han tenido para las letras griegas.”
Al sur bajo las aguas de la costa africana
hace ya muchos años que duermes en tu sueño.
Ya no te acuerdas de los destellos de los faros
ni del dulce pastel de todos los domingos.
Marabú, Calima y el póstumo De través, además de un nutrido grupo de poemas sueltos y dispersos en revistas y antologías, son los libros que recoge esta edición de una obra de la que dice Hernández de la Fuente:
“La crítica y el público fueron unánimes al juzgar única e irrepetible la voz poética de Cavadías, personal y fascinante. No tiene encaje en los movimientos literarios de su época, pues siempre anduvo a la deriva en eso también. En continua navegación por todo el mundo, se diría que Cavadías vivió apartado de cualquier clasificación, inaccesible a críticos y público, retirado como un verdadero eremita del mar que sólo de cuando en cuando se permitiera algunos días en tierra, junto a su hermana y sus sobrinos. Viajó hasta el último momento, incluso cuando la muerte se lo llevó a su «oscuro puerto»; viajó, como diría Proust, con esos ojos nuevos que tiene el auténtico viajero.”
Anclado en la tradición de la lírica popular griega y en la influencia de poetas griegos y europeos, Cavadías fue un poeta del exilio, el extrañamiento y el desarraigo. En su poesía conviven la nostalgia de la casa y la voluntad de partir en un viaje que se convierte en experiencia renovadora y de transformación. Así comienza su Mal de départ:
Seré siempre un amante indigno e ideal
de los lejanos viajes y los mares azules,
y moriré una tarde como todas las tardes,
sin surcar ya la turbia línea del horizonte.
Ese texto pertenece a su inicial Marabú, un libro narrativo y pródigo en descripciones de viajes, puertos y barcos, lugares y personajes de mares lejanos. Se iniciaba con él una travesía poética y marítima que confirma, como indica el editor, que “hablar de los griegos y el mar es hablar de poesía, desde Homero a Cavafis.”
Su segundo libro, Calima, más intimista y más sombrío, es una obra de madurez cuyos perfiles se acentúan en De través, un libro crepuscular atravesado por el tema de la muerte y el ejercicio de la memoria. A él pertenecen estos versos, que cierran el poema Yarra Yarra, fechado en Melbourne en 1951:
Quiero esa barca, río, la barca de cartón
con la que juegan esos niños en la ribera.
Di, ¿la distancia mata? Hiere, pero no mata.
¿Quién dijo «tierra»? Miente. Pues nunca hemos llegado.
He optado por una traducción que mantenga en lo posible la literalidad y el esquema «verso por verso», pero, a la vez, he intentado imprimir a la versión castellana algo de ese compás musical de la métrica que usa Cavadías (fundamentalmente el citado «político» o decapentasílabo, aunque también se usan en sus poemas endecasílabos y otros metros). La rima, en cambio, que está presente en muchos de los poemas, no se ha intentado trasladar al castellano. Cavadías es osado en ese ejercicio y va más allá del acervo poético helénico, en su vertiente cosmopolita, introduciendo a menudo palabras extranjeras.”
Santos Domínguez