Roberto Bolaño.
Cuentos completos.
Alfaguara. Madrid, 2018.
“Cada cuento, cada personaje debía, sin embargo, mantener su autonomía. Extrañamente, ese sistema de referencias cruzadas no producía una obra cerrada en sí misma, apretada, estéril, inmóvil, irrespirable, sino que funcionaba como una galaxia llena de planetas y asteroides y estrellas que giran en su órbita evitando caer en el sol negro que yace en su centro”, escribe Lina Meruane en uno de los veintiocho parágrafos en los que ha organizado su prólogo a la edición de los Cuentos completos de Roberto Bolaño en Alfaguara.
Cuando se cumplen quince años de su muerte, se reúnen en un amplio tomo en orden cronológico los tres libros de cuentos que el escritor publicó en vida -Llamadas telefónicas (1997), Putas asesinas (2001) y El gaucho insufrible (2003)- y los póstumos que se editaron en 2007 en El secreto del mal.
Como es lógico, hay muchos altibajos no sólo en el conjunto de los tres libros, sino también en su interior, en el que abundan los tanteos y los hallazgos, las dudas y las indagaciones en busca de un mundo narrativo propio que culminaría en las mejores novelas de Bolaño, Los detectives salvajes y 2666.
Por eso el lector encontrará en estos cuentos una llamativa variedad de espacios narrativos, de temas y técnicas, de tonos y personajes, de tramas y estilos que en muchos casos abren caminos y tienen un evidente carácter fundacional.
En sus relatos abiertos lo cotidiano y lo onírico, la pampa y la ciudad son el fondo de una realidad inquietante por la que transitan, desorientados, frágiles o desesperados, unos personajes que tienen mucho en común con los que habitan sus novelas.
Desde la perspectiva del lector actual, que conoce la trayectoria posterior de Bolaño y sabe que su obra ya está cerrada, algunos de los catorce relatos de Llamadas telefónicas son una primera incursión de Bolaño en el mundo novelístico de Los detectives salvajes y de 2666, una indagación en la peculiar perspectiva del narrador, el Arturo Belano que domina definitivamente su voz en ambas novelas.
No es el único avance en la configuración del universo narrativo de Bolaño: en William Burns, uno de los relatos policiales del libro, aparece ya Santa Teresa, el trasunto de Ciudad Juárez, que acabará fijándose como espacio narrativo de Los detectives salvajes y de 2666; y en Otro cuento ruso – uno de los mejores relatos del libro- se menciona al profesor Amalfitano que tendrá un papel fundamental en 2666.
Pero no sólo por ese carácter fundacional son importantes estos relatos de Bolaño. Muchos de ellos se sostienen como textos autónomos consistentes, como el diálogo sobre el que se construye Detectives, o la Vida de Anne Moore, casi una novela corta. Y entre los trece cuentos de Putas asesinas el lector se encontrará algunos de los mejores relatos cortos de Bolaño, como Últimos atardeceres en la tierra.
Cierra el volumen El contorno del ojo, el primer cuento que publicó Bolaño, que apareció en 1983 en el libro colectivo que reunía los relatos ganadores del Premio Alfambra del Ayuntamiento de Valencia.
Hasta hoy era prácticamente inencontrable. Fue el tercer accésit de aquel concurso en el que Antonio di Benedetto obtuvo el segundo. Y precisamente el cuento inicial de estos Cuentos completos es Sensini, en el que rememora aquella historia. Así lo explica en su prólogo Lina Meruane:
“En el plano de lo real «El contorno del ojo» no sólo es el primer relato publicado por B en una edición de ayuntamiento ahora difícil de encontrar, sino que está en el origen de «Sensini». Pero en estos Cuentos completos es «Sensini» el cuento que abre y «El contorno del ojo» el cuento que cierra. Por lo demás, escribe R en su correo, se ha respetado un criterio cronológico siguiendo el orden en el que aparecieron las tres colecciones de cuentos que B preparó en vida -Llamadas telefónicas, Putas asesinas, El gaucho insufrible- y de El secreto del mal, libro posterior que aquí adquiere el título de «Cuentos póstumos». M duda de dicho ordenamiento, opina que hay cronologías en disputa dentro del libro: los cuentos podrían haberse ordenado, a) según las fechas de escritura, indicadas al final de cada texto, o b) por las fechas a las que los cuentos aluden en su interior. M se pregunta si a B le hubiera gustado alterar el orden en el que los relatos aparecen ahora, si hubiera elegido las opciones a o b u otra, o si hubiera ofrecido en el índice un orden alternativo, rayuelesco, que realizara un simulacro biográfico. Pero M no dice nada, no sugiere nada, no es ni la autora ni la albacea ni puede comunicarse con B mediante una ouija. Y no conoce a R, la editora que acaba de encargarle este prólogo.”
Leídos en su conjunto, los cuentos de Bolaño, pese a su diversa perspectiva y a su diferente tonalidad, establecen una red secreta de relaciones mutuas que los une entre sí y con el conjunto de su obra narrativa.
Una de las tramas cruciales de esa red es la reflexión constante sobre la función social del escritor y sobre la relación con la realidad de uno de los narradores más notables, más renovadores e influyentes de las últimas décadas en español.
Santos Domínguez