Junichiro Tanikazi.
Siete cuentos japoneses.
Traducción de Ryukichi Terao.
Colaboración en la traducción y prólogo
Ednodio Quintero.
Atalanta. Gerona, 2017.
Como “uno de los más portentosos y poderosos narradores del siglo XX” define Ednodio Quintero a Junichiro Tanikazi (1886-1965), un autor paradigmático de la narrativa japonesa del siglo XX junto con Mishima y Kawabata.
Su fecundidad durante medio siglo de escritura, la exigencia innovadora con la que impulsó la evolución de su obra y de su visión del mundo, su reflejo de las transformaciones sociales de la agitada sociedad japonesa en el siglo XX lo convirtieron muy pronto en un autor relevante, celebrado en Japón desde sus primeras obras y traducido al inglés o al francés.
Autor del Elogio de la sombra, una obra de 1933 que está considerada el mejor ensayo de la literatura japonesa, reflexionó en esa obra sobre el espíritu del hombre japonés y su mundo cultural. Y en sus mejores relatos y novelas (Naomi, Hay quien prefiere las ortigas, Las hermanas Makioka o La llave) reflejó la realidad conflictiva de una sociedad en transformación.
El erotismo refinado y morboso, la fusión de lo tradicional y lo moderno, de lo oriental y lo occidental, su escritura que aborda lo oscuro y sugiere más con lo que calla que con lo que dice, la profundidad de su mirada sobre lo autobiográfico o las relaciones humanas y amorosas, la sutileza con la que enfoca lo secreto y evoca lo que Baroja llamaba la sensualidad pervertida hacen de Tanikazi un escritor dueño de un mundo propio y de una literatura reconocible a primera vista entre sus lectores.
De su prolífica producción de cerca de cien relatos, unas cinco mil páginas que constituyen lo que sus propios editores japoneses definen como Laberinto Tanizaki, para esta edición de Atalanta se han seleccionado siete cuentos, traducidos directamente del japonés por Ryukichi Terao y prologados por Ednodio Quintero.
Pertenecen a su primera etapa, que acaba en 1926 y es la más marcada por la influencia de la literatura occidental y en la que más frecuentó el género del relato breve. Ordenados cronológicamente, los escribió entre 1911 y 1925 y son un variado muestrario de la diversidad de temas, ambientes y perspectivas con las que construyó sus relatos: desde la tercera persona omnisciente hasta la primera persona del narrador personaje, desde la estructura epistolar a la dialogada, desde lo autobiográfico a la mirada al otro, desde desenlaces cerrados y sorprendentes hasta los finales abiertos.
Para demostrar que “sus méritos como cuentista no desmerecen para nada del resto de su extraordinaria obra”, como señala el prologuista, aparecen en este volumen siete relatos escogidos del mejor Tanikazi: El bufón, un cuento primerizo sobre un grotesco personaje, Sanpei Sakurai, dedicado a hacer reír a los demás, de los que se acaba riendo; El espía alemán, con un cierto reflejo autobiográfico de su deslumbramiento por lo occidental; Los dos novicios, sobre dos huérfanos que han crecido en un monasterio alejados de la realidad y no conocen el mundo ni la figura de las mujeres; En el camino, un relato policial de inteligente estructura dialogada; Los pies de Fumiko, un cuento de fetichismo y trío narrado en forma epistolar; Nostalgia de mi madre, una rareza onírica y barroca contada en una primera persona muy posiblemente autobiográfica; o Los techos rojos, que tiene como eje el planteamiento y la solución de un conflicto sentimental.
Siete espléndidas ventanas para asomarse al mundo secreto y perturbador de Tanizaki.
Santos Domínguez