India.
Pre-Textos. Valencia, 2014.
¿Qué fuiste a buscar a India y qué encontraste?, se pregunta Chantal Maillard en el texto preliminar de India, el amplio volumen que acaba de publicar Pre-Textos, una obra reunida en torno a la India con materiales inéditos o revisados de sus diarios, poemas, ensayos y textos críticos elaborados durante un cuarto de siglo, entre 1987 y 2012.
La hondura de los centenares de páginas que Chantal Maillard ha dedicado a la India es la mejor contestación a esa pregunta inicial. Una contestación abierta, porque hay en estos textos más búsquedas y aproximaciones que respuestas.
Búsquedas y aproximaciones que con esas cuatro formas complementarias de escritura –autobiográfica, poética, ensayística, crítica- y con el espléndido cuaderno de imágenes que cierra el volumen exploran más que otro espacio y otra cultura otra forma de estar en el mundo, de tomar conciencia de la identidad y del sentido de la vida y de la muerte.
Porque este no es un libro de crónicas de viaje o de impresiones de un turista, sino una reunión de esas cuatro perspectivas que describen un viaje hacia el conocimiento. Cuatro perspectivas que se complementan porque, como explica la autora, cada una de ellas responde a una manera de dialogar con la realidad, de provocarla, recibirla y expresarla, por lo que reunirlas permite ofrecer ángulos y derivas que podrán ayudar a imaginar la complejidad del mundo que describen.
El conjunto traza el mapa de un itinerario interior, de un viaje que no es espacial ni externo, sino intelectual y hacia dentro con el telón de fondo de Benarés, el Ganges o Calcuta, en un mundo en el que la mirada de los búfalos llega a convertirse en un estado interior o en una metáfora del tiempo lento.
Un viaje interior y difícil –Es difícil llegar a uno mismo, escribe Chantal Maillard en el primero de sus Diarios indios- que aspira al olvido de sí, al despojamiento, a un “desnacer” desde el que reconstruirse para aprender a mirar.
Tras los poemas de La otra orilla o El río, un amplio conjunto de textos ensayísticos aborda ese viaje interior desde una perspectiva analítica que indaga de manera sistemática los aspectos filosóficos, morales o existenciales del hinduismo.
Uno de esos textos, el brevísimo ¿Quién ve cuando no hay quién?, apéndice de 2012 a Schopenhauer y las doctrinas indias, resume significativamente las líneas fundamentales del pensamiento tentativo de Chantal Maillard en este volumen:
Si ser consciente implica conocimiento y el conocer implica la existencia de esa escisión entre el que ve y lo que es vista, entonces, ¿qué ve esa conciencia? ¿O es que no ve nada? (...) ¿Por qué no podemos salirnos del lenguaje para hablar de lo que no pertenece al mundo de la experiencia?
El apartado Palabras mercenarias reúne textos críticos publicados entre 1998 y 2011. Y finalmente, a manera de epílogo, se ha incluido el reciente ensayo La India globalizada. ¿Quién gana y quién pierde?, sobre la trivialización de lo oriental y los peligros de la occidentalización de la India, con una conclusión tan lúcida como esta:
Extraer un rasgo cultural de su contexto y recontextualizarlo en el propio supone apropiarse de él. Es, entre otras cosas, la mejor manera de que lo extraño, o lo diferente, deje de ser una amenaza, y esto, por supuesto, lo tienen muy claro los poderes de la globalización. Folklorizar significa reducir una cultura a producto turístico: lo suficientemente exótico como para atraer, pero lo suficientemente común como para no inquietar. El folklore es una de las manifestaciones del kitsch: una forma de devaluación, de degradación de los elementos culturales para su consumo masivo.
Extraer un rasgo cultural de su contexto y recontextualizarlo en el propio supone apropiarse de él. Es, entre otras cosas, la mejor manera de que lo extraño, o lo diferente, deje de ser una amenaza, y esto, por supuesto, lo tienen muy claro los poderes de la globalización. Folklorizar significa reducir una cultura a producto turístico: lo suficientemente exótico como para atraer, pero lo suficientemente común como para no inquietar. El folklore es una de las manifestaciones del kitsch: una forma de devaluación, de degradación de los elementos culturales para su consumo masivo.
Santos Domínguez