Enrique Vila-Matas.
Fuera de aquí.
Conversaciones con André Gabastou.
Galaxia Gutenberg /Círculo de Lectores. Barcelona, 2013.
Fuera de aquí se titulaba el homenaje narrativo a Chejov que Enrique Vila-Matas incluía en uno de los textos de Exploradores del abismo. Y en ese mismo libro, al final del primer párrafo, se recuerda una cita de La partida, un microrrelato de Kafka: Fuera de aquí, tal es mi meta.
Y ese título, que resume su actitud ante la literatura y ante la vida, es el que se ha elegido para traducir y adaptar el volumen de conversaciones Vila-Matas, pile et face, rencontre avec André Gabastou que se publicó en Francia en 2010 y que acaba de publicar Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores ampliado y actualizado por sus autores con nuevas fotografías y con textos que no habían sido recogidos en un libro hasta ahora.
Fuera de aquí es más que un volumen que recoge las conversaciones de 2009 con su traductor francés. Es también una antología esencial, un álbum repleto de imágenes que expresan la fusión de vida y literatura en su obra, un atlas para orientarse por el ya extenso universo Vila-Matas, cuyo origen explica así su autor:
Cuando empecé a escribir de verdad, amplié mi independencia y me separé, ya no del sol y de la familia, sino también de la gran familia mundial, de la humanidad, casi diría que me separé también de la vida. Para escribir sobre el mundo, ¿no es necesario separarse del mundo? Es una paradoja del oficio de escritor.
Con la premisa de que, como decía Nabokov, lo más importante en la biografía de un escritor es la historia de su estilo, estas páginas proponen al lector un recorrido por su obra, por sus preferencias personales -El mal de Montano y Doctor Pasavento-, por el territorio de nadie entre la realidad y la ficción en el que se mueve a su gusto el autor. Porque, como Baroja cuando pasó tímidamente la frontera del exilio, un Vila-Matas joven también preguntó “¿Se puede pasar?” en la frontera que une y separa la vida y la literatura, el relato y el ensayo.
En esa frontera, inestable y habitable al mismo tiempo, se instalan algunos de los textos más memorables que ha escrito un autor que, aunque empezó a escribir antes de leer seriamente, se define como un lector que escribe autocríticamente.
Y como una muestra brillante de ese ejercicio autocrítico, en un espléndido apéndice se añaden las opiniones que Enrique Vila-Matas fue dando sobre cada uno de sus libros en una entrevista con Rodrigo Fresán que trazaba pormenorizadamente su autobiografía literaria.
Como hizo en el prólogo de En un lugar solitario, Vila-Matas rememora su iniciación literaria durante el servicio militar en Melilla y recuerda su ingreso premeditado en la sección de psiquiatría del hospital militar. Luego convirtió aquella experiencia de frenopático en materia narrativa de un relato, Todos conocemos Hong Kong, que en su versión definitiva fue el más extenso El hijo del columpio.
Esa bajada a los infiernos significó en buena medida el despertar de la vocación literaria de Vila-Matas. Por eso empezó a escribir. Por eso y porque a un comandante del ejército le dio por robar tres cajas de whisky a la semana en el economato de aquel cuartel africano y puso a investigar a aquel soldado recién salido del hospital.
Fue entonces, en aquella soledad inteligente de la trastienda del colmado militar, cuando Vila-Matas escribió su primera obra, En un lugar solitario, una novela corta, un monólogo lírico según los modelos de la escritura automática.
Quizá porque le habían prohibido el uso de armas, el soldado Vila-Matas construyó con ese texto –un largo monólogo sin ningún punto- un arma asesina para asfixiar sin contemplaciones y acabar con el lector más bondadoso.
Así empezó una larga trayectoria que le llevó de la escritura secreta a las ediciones minoritarias, y de ahí al éxito y a un amplio reconocimiento de la crítica y de los lectores con una literatura que indaga en las fronteras inestables que delimitan no sólo los géneros, sino también las zonas de coexistencia de la literatura más radicalmente minoritaria con la narrativa más tradicional o comercial.
En sus páginas pares, Fuera de aquí recoge una antología que aporta además varios textos dispersos e inéditos en libro, como Grandes tarados sin sentimientos, Intertextualidad y metaliteratura, una conferencia que leyó en la Universidad de Monterrey en 2008, o La levedad, ida y vuelta, su reciente e imprescindible conferencia en la Biblioteca Nacional de Madrid.
Cine y literatura, libros y ciudades, clásicos y contemporáneos conviven en estas conversaciones que revelan algunas de sus claves literarias, evocan su proceso de composición, sus lecturas y sus influencias y son también un cuaderno de viaje por las geografías reales e imaginarias en las que transcurre la obra del novelista y del viajero que recorre ciudades y escrituras para intentar explicarse el mundo.
Santos Domínguez