José Antonio Ramírez Lozano.
Elegía de Yuste.
Celya. Salamanca, 2013.
El cementerio de Yuste, donde están enterrados los cadáveres de decenas de combatientes alemanes de las dos guerras, a la sombra del monasterio que fue último refugio del Emperador Carlos, se ha convertido en una referencia temática, en un motivo poético al que acaba de hacer una aportación sólida y brillante José Antonio Ramírez Lozano.
Su intensa Elegía de Yuste es un admirable tríptico enmarcado por las referencias históricas a aquella antesala de la muerte que tiene su parte central en doce lápidas que evocan doce vidas truncadas. Un Spoon River europeo que más que una elegía es una oda. Más que un triunfo de la muerte, una celebración de la vida: Derrotar a la muerte tras la muerte, /.../ la vida más allá del vivir de los días.
Rosa Lentini.
Tuvimos.
Bartleby Editores. Madrid, 2013.
Con un prólogo en el que Jenaro Talens analiza la importancia de la memoria en estos poemas, Bartleby Editores publica Tuvimos, un espléndido libro en el que Rosa Lentini hace un ejercicio radical de memoria interior en unos poemas que son un viaje hacia las raíces, hacia lo anterior al ser y al proyecto del ser.
Entre la pérdida de una esperanza que mira más al pasado que al futuro y la reconstrucción de la identidad, un viaje hacia dentro y hacia atrás, hacia el fondo en el que se formó la conciencia personal. Un viaje de ida y vuelta, porque de esa experiencia regresa el poema como una construcción verbal que explica a la persona desde un pasado anterior al tiempo de la existencia, un tiempo en el que ya todo estaba allí.
Bajar a la raíz para crecer, no entender para acabar entendiendo, deconstruirse para reconstruirse en un itinerario que va desde la conciencia de la sombra a la conquista de la luz, para encontrar mi propia huella en el mundo, / y luego la luz más tenue la encierra, / como todo lo que desaparece.
Pedro Juan Gomila.
Eidilon I. Arcadia desolada.
La Lucerna. Palma de Mallorca, 2013.
Como “un retrato expresionista en el que se nos describe a un joven adolescente coloreado por las emociones y distorsionado por el dolor” define José Luis Reina, editor y prologuista, Arcadia desolada, el segundo libro de poesía que publica en La Lucerna Pedro Juan Gomila.
Sus versos largos construyen un diario meticuloso, una autobiografía enérgica y un exigente ejercicio de reflexión sobre la identidad sexual, de reivindicación de la diferencia y de transfiguración poética de los problemas existenciales a través de la evocación del mundo clásico y de la forma equilibrada y contenida de su expresión, con inevitables y felices ecos de Cavafis: el tiempo borrará vuestras facciones, /mas seréis como fragancias mientras viva, /vosotros, amores, que aventasteis / las primeras ascuas de mis desvaríos.
Kristijonas Donelaitis.
Las estaciones del año.
Traducción de Carmen Caro.
Renacimiento. Sevilla, 2013.
En su colección Poesía universal, Renacimiento publica Las estaciones del año, de Kristijonas Donelaitis (1714 –1780), el fundador de la poesía lituana.
Aunque es uno de los textos más traducidos de la literatura lituana y en 1977 fue incluido en el elenco de obras maestras de la literatura europea de la Unesco, esta es la primera traducción al español de ese poema épico de estilo neoclásico y propósito patriótico que es el resultado de la mentalidad ilustrada y de una clara vocación didáctica proyectada sobre el mundo rural. Unas Geórgicas del XVIII y un Virgilio lituano que estudió teología en Könisberg.
Con motivo de las próximas conmemoraciones del tercer centenario de Donelaitis, se ha encargado de esta edición, la primera completa que se realiza a una lengua románica, Carmen Caro, profesora dedicada a la enseñanza del castellano en la Universidad de Vilnius.
Mary Jo Bang.
El claroscuro del pingüino.
Antología poética bilingüe.
Prólogo de Luna Miguel.
Selección y traducción
de Patricio Grinberg y Aníbal Cristobo.
Kriller71 Ediciones. Barcelona, 2013.
La colección de poesía de Kriller71 Ediciones publica una antología imprescindible de la obra de Mary Jo Bang (Missouri, 1946). El claroscuro del pingüino, seleccionada y traducida por Patricio Grinberg y Aníbal Cristobo, ofrece un recorrido por su obra editada hasta la actualidad e incorpora además al comienzo del volumen algunos poemas inéditos de su próximo libro, The Last Two Seconds, que aparecerá el año que viene.
Prologados por Luna Miguel, los poemas de esta amplia muestra permiten conocer una Mary Jo Bang luminosa o sombría, pero siempre sorprendente, que entre la memoria y la imaginación, entre el erotismo y la mirada a la naturaleza, se aleja del tono elegiaco de su único libro conocido hasta ahora en España y escribe poemas espléndidos como Gretel, que empieza así: Madre, estoy desnuda en este bosque loco de neblina. / Sólo la luna me demuestra amor.
La de Miguel Ángel Muñoz Sanjuán es una de las voces más personales y ambiciosas de la poesía española actual. Visionaria y arriesgada, alejada de cualquier canon, Cantos : & : Ucronías, que publica Calambur, es un nuevo salto sin red y hacia delante, hacia el vértigo de la palabra y la imagen, una invitación a explorar un territorio poético que, como enseñó Mallarmé, se construye con palabras, no con ideas.
Palabras que -en la frontera de lo discursivo, en las afueras de la comunicación convencional y en las antípodas del lenguaje utilitario- cuestionan los límites de la propia poesía y, como las trompetas bíblicas, rompen las murallas de la ciudad sumisa de la prosa y la costumbre con un impulso que nos cita a nuestro pesar: que nos precisa con idiomas que no comprendemos: con ojos que ya nos miraron cuando aún no éramos este ahora.
Todo amor es fantasía, escribió Antonio Machado en sus Canciones a Guiomar. También este que se reelabora literariamente en las tres partes –La huella, Impresión & Expresión y Recordar es imaginar- que componen El violín mojado, de Javier Sánchez Menéndez.
Dos décadas después de su primera edición, Libros del Aire reedita este tríptico sobre el amor que se publicó en 1991 y del que se ofrecía una muestra muy representativa en la antología Faltan palabras en el diccionario, de reciente aparición en esta misma editorial.
Con un fraseo que recuerda al mejor Rosales y un tono que tiene ecos del Salinas desengañado y sombrío de Largo lamento, sus versos reconstruyen un proceso que, tras la subida al amor por las dolorosas escaleras que llevan a la plenitud corporal del encuentro con la amada, tiene en Van Gogh un contrapunto entre el expresionismo y el impresionismo y llega a la plenitud poética del recuerdo en Variación de Moguer, “el texto más intenso y extenso” del libro, como recuerda en su introducción Rocío Fernández Berrocal.
Yo estuve allí / al volver, escribió Ana Merino en Oxford, uno de los poemas de Preparativos para un viaje, el libro con el que obtuvo en 1994 el Premio Adonais.
Veinte años después, lo reedita Reino de Cordelia con ilustraciones de Félix de la Concha y con un prólogo –El viaje de regreso- en el que Ana Merino evoca el tiempo, el espacio y las circunstancias en las que escribió estos poemas primerizos, lejanos ya, en los que apenas se reconoce –curiosamente extraños- y escritos por alguien ya no es exactamente la autora de ese prólogo que presenta esta reedición ilustrada como un viaje de reconciliación con la nostalgia de estos versos transparentes de una joven viajera que empezaba su camino en la vida y en la poesía y notaba ya la pulsación del tiempo en los versos: y el tiempo que respiro se deshace en un llanto marino.
Miguel Ángel Muñoz Sanjuán.
Cantos : & : Ucronías.
Calambur Poesía. Madrid, 2013.
La de Miguel Ángel Muñoz Sanjuán es una de las voces más personales y ambiciosas de la poesía española actual. Visionaria y arriesgada, alejada de cualquier canon, Cantos : & : Ucronías, que publica Calambur, es un nuevo salto sin red y hacia delante, hacia el vértigo de la palabra y la imagen, una invitación a explorar un territorio poético que, como enseñó Mallarmé, se construye con palabras, no con ideas.
Palabras que -en la frontera de lo discursivo, en las afueras de la comunicación convencional y en las antípodas del lenguaje utilitario- cuestionan los límites de la propia poesía y, como las trompetas bíblicas, rompen las murallas de la ciudad sumisa de la prosa y la costumbre con un impulso que nos cita a nuestro pesar: que nos precisa con idiomas que no comprendemos: con ojos que ya nos miraron cuando aún no éramos este ahora.
Javier Sánchez Menéndez.
El violín mojado.
Libros del Aire. Madrid, 2013.
Todo amor es fantasía, escribió Antonio Machado en sus Canciones a Guiomar. También este que se reelabora literariamente en las tres partes –La huella, Impresión & Expresión y Recordar es imaginar- que componen El violín mojado, de Javier Sánchez Menéndez.
Dos décadas después de su primera edición, Libros del Aire reedita este tríptico sobre el amor que se publicó en 1991 y del que se ofrecía una muestra muy representativa en la antología Faltan palabras en el diccionario, de reciente aparición en esta misma editorial.
Con un fraseo que recuerda al mejor Rosales y un tono que tiene ecos del Salinas desengañado y sombrío de Largo lamento, sus versos reconstruyen un proceso que, tras la subida al amor por las dolorosas escaleras que llevan a la plenitud corporal del encuentro con la amada, tiene en Van Gogh un contrapunto entre el expresionismo y el impresionismo y llega a la plenitud poética del recuerdo en Variación de Moguer, “el texto más intenso y extenso” del libro, como recuerda en su introducción Rocío Fernández Berrocal.
Ana Merino.
Preparativos para un viaje.
Ilustraciones de Félix de la Concha.
Los versos de Cordelia. Madrid, 2013.
Yo estuve allí / al volver, escribió Ana Merino en Oxford, uno de los poemas de Preparativos para un viaje, el libro con el que obtuvo en 1994 el Premio Adonais.
Veinte años después, lo reedita Reino de Cordelia con ilustraciones de Félix de la Concha y con un prólogo –El viaje de regreso- en el que Ana Merino evoca el tiempo, el espacio y las circunstancias en las que escribió estos poemas primerizos, lejanos ya, en los que apenas se reconoce –curiosamente extraños- y escritos por alguien ya no es exactamente la autora de ese prólogo que presenta esta reedición ilustrada como un viaje de reconciliación con la nostalgia de estos versos transparentes de una joven viajera que empezaba su camino en la vida y en la poesía y notaba ya la pulsación del tiempo en los versos: y el tiempo que respiro se deshace en un llanto marino.
Santos Domínguez