14 diciembre 2008

Navidades de libro. Narrativa extranjera


Saul Bellow.
Herzog.
Traducción de Vicente Campos.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2008.


“Si estoy como una cabra, qué le voy a hacer”, pensó Moses Herzog.
Había quienes pensaban que estaba tarado y, durante cierto tiempo, él mismo había dudado de su cordura.
Moses Elkahar Herzog, el desorientado cuarentón que protagoniza esta novela de Saul Bellow, acaba de ser abandonado por su segunda mujer. Con la fuerza y la capacidad persuasiva de lo autobiográfico, cuando la escribió su autor en los años sesenta era -como Herzog- un divorciado contumaz y un hombre en crisis que buscaba su lugar en el mundo al borde del abismo y la locura. Con ese material incendiario Bellow escribió una de las mejores novelas de la segunda mitad del siglo XX sobre un héroe moderno en relación problemática con su época y su ambiente.



G.K. Chesterton
Tratado elemental de demonología.
Traducción de Diana Pérez García.
El olivo azul. Córdoba, 2008.


Recopilación de 17 cuentos –casi todos inéditos hasta ahora en español– escritos a lo largo de toda la carrera de su autor, el Tratado elemental de demonología que publica Narrativas del olivo azul es una muestra de la variedad de registros narrativos de Chesterton. Del relato policiaco al fantástico, del infantil al de terror pasando por el realismo, la unidad del volumen más que en su cambiante estilo, la aporta el ingenio constante e imprevisible, la inteligencia aguda del autor, su destreza narrativa, su tono inconfundible.



Wyndham Lewis.
Estallidos y bombardeos.
Traducción de Yolanda Morató.
Introducción de Juan Bonilla.
Impedimenta. Madrid, 2008.

De una trinchera a otra, de la Gran Guerra a la literatura, de los campos de batalla a su imagen de Eliot, Pound y Joyce, Estallidos y bombardeos (1937) son las memorias de guerra y posguerra, la autobiografía de diez años cruciales en Europa y en la vida de Wyndham Lewis (1882-1957). En su obra conviven –en palabras de T. S. Eliot, que lo consideraba el mejor prosista de su generación- el pensamiento del moderno y la energía del cavernícola. Un gigante, como dice Juan Bonilla en la introducción (Haciendo enemigos) con la que se abre este volumen. Espléndidamente traducido por Yolanda Morató, que ha obtenido el premio AEDEAN de traducción por este trabajo, y preparado con el esmero habitual en la editorial Impedimenta, que inaugura así su Biblioteca Wyndham Lewis, en la que aparecerán Los monos de Dios y Tarr.



Vladimir Nabokov.
Obras completas IV.
Novelas (1962-1974).
Galaxia Gutenberg. Círculo de Lectores.
Barcelona, 2008.

Desde el punto de vista de la belleza formal -escribía Brian Boyd en su canónica biografía de Nabokov-, Pálido fuego es probablemente la novela más perfecta jamás escrita. Con esa novela que marca la transición entre el ciclo americano y el europeo del autor de Lolita, se abre el cuarto volumen de las Obras completas de Vladimir Nabokov que publica Galaxia Gutenberg. Círculo de Lectores. Con prólogo de Julián Ríos (Grados de lectura o El prisionero de Zembla), el amplio volumen contiene las últimas cuatro novelas que escribió Nabokov. Además de Pálido fuego, una novela llena de riesgos y hallazgos, Ada o el ardor, una reflexión sobre el tiempo y el erotismo y una de las cumbres narrativas del siglo XX; Cosas transparentes, que es su reverso sórdido, un reflejo de la cara oscura de la vida, y ¡Mira los arlequines!, una autobiografía paródica, distante y novelada del autor. Con las notas de Brian Boyd se completa una espléndida edición cuidada por Antoni Munné.




Ánguelos Terzakis.
Viaje con Venus.
Traducción de Francesc Passani.
Rey Lear. Madrid, 2008.

Rey Lear publica por primera vez en español una obra de Ánguelos Terzakis, uno de los fundadores de la literatura griega contemporánea. Ambientada en un verano de los años veinte en una casa de campo, Viaje con Venus es una novela de formación que narra la entrada en la madurez de Glaukos, el descubrimiento del amor y su relación con Danái. Novela en la que conviven narración y descripción, lirismo y viaje iniciático, diálogo y evocaciones, paisaje y psicología, con ella hace también Terzakis una relectura moderna del mito de Danae y una reflexión sobre la fugacidad amorosa.



W. G. Sebald.
Los anillos de Saturno.
Traducción de
Carmen Gómez García y Georg Pichter.
Anagrama. Barcelona, 2008.


Anagrama recupera uno de los libros esenciales de W. G. Sebald, Los anillos de Saturno. Una peregrinación inglesa es el orientador subtítulo de esta obra híbrida en la que el escritor -un viajero que huye, un flâneur que pasea- evoca el viaje a pie que realizó en agosto de 1992 por la costa oriental de la isla, a través del condado de Suffolk. El mestizaje, más allá de la mera mezcla de géneros, une palabra e imagen en la narración de un viaje en el que el paisaje exterior con faros, playas y pueblos costeros, importa, pero menos que la mirada hacia dentro. A la primera persona del escritor peregrino y solitario la acompañan otras voces, otras miradas y otros paisajes interiores: las Memorias de ultratumba de Chateaubriand, El corazón de las tinieblas de Conrad, el Orbis Tertius de Borges...



Clarice Lispector.
Cuentos reunidos.

Prólogo de Miguel Cossío.

Siruela. Madrid, 2008.

Los cuentos de Clarice Lispector aquí reunidos constituyen la parte más rica y variada de su obra, y revelan por completo el trazo incandescente que dejó la escritora brasileña en la literatura iberoamericana contemporánea, escribe Miguel Cossío en el prólogo de esta amplia selección de relatos traducidos por Cristina Peri Rossi, Juan García Gayo, Marcelo Cohen y Mario Morales que publica Siruela. El tedio y la melancolía desde la mirada introspectiva y femenina de quien vivió la literatura como liberación y condena y dejó en el epílogo de La hora de la estrella esta declaración: Escribo porque no tengo nada que hacer en el mundo; estoy de sobra y no hay lugar para mí en la tierra de los hombres. Escribo por mi desesperación y mi cansancio, ya no soporto la rutina de ser yo, y si no existiese novedad continua que escribir, me moriría simbólicamente todos los días.



John Steinbeck.
Diario de una novela:
las cartas de Al este del Edén.

Traducción de Eva Monzón.
Narrativa Bartleby. Madrid, 2008.

Creo que he dado con un buen título, uno realmente apropiado y hermoso. Bartleby publica el diario que John Steinbeck escribió mientras construía una de sus novelas fundamentales: Al este del Edén. Es la trastienda del escritor, la intrahistoria de un novelista lleno de dudas y con la necesidad de que alguien le oriente al otro lado del canal creativo. Inéditas hasta ahora en España, se publicaron hace treinta años en Estados Unidos, son una lección diaria de modestia y laboriosidad, un ejemplo para que lo imiten los aprendices de escritor y lo admiren los lectores.



Marguerite Duras.
El marinero de Gibraltar.
Traducción e introducción de
Lola Bermúdez Medina.
Cabaret Voltaire. Barcelona, 2008.

Publicada en 1952 en Francia por Gallimard, El marinero de Gibraltar es una
novela de viajes marítimos y de búsquedas de lo inalcanzable. Entre ausencias y silencios, la prosa de la mejor Duras plantea un extraño triángulo con el amor imposible de un marinero de Gibraltar al fondo. En Italia, Francia, África o el Caribe están los puertos de la utopía de la belleza y el deseo, las tabernas y la geografía marítima del alcohol, la fragilidad del amor, los laberintos de la palabra y el color del mar. Es la cuarta novela de Marguerite Duras y la última importante que aún permanecía inédita en castellano. La publica Cabaret Voltaire en una esmerada edición, espléndidamente traducida por Lola Bermúdez, que ha captado y puesto en castellano la sutileza del tono narrativo de la autora en un viaje que mira más hacia dentro y hacia la profundidad del mar que al exterior. Una novela imprescindible para los lectores de la Duras y de la buena literatura.


José Saramago.
El viaje del elefante.
Traducción de Pilar del Río.
Alfaguara. Madrid, 2008.

La última novela de Saramago es una reflexión irónica sobre la condición humana a partir del viaje de Salomón, el elefante indio que -regalado por Juan III de Portugal a Maximiliano de Austria- va de Lisboa a Viena en un recorrido por media Europa. Una novela coral o un cuento de cuentos ambientado en el siglo XVI que por su técnica narrativa y por su mirada remite a los modelos de la ficción cervantina. Lejos de la novela histórica y a medio camino entre la realidad y la imaginación, los planteamientos de este texto parabólico y escéptico son intemporales. Su punto de vista, entre la ironía crítica y la compasión, lo ha explicado así su autor: "Es un libro divertido, con muchísimo humor… A veces grotesco. Pero también tengo que decir que me sorprende que la enfermedad no haya dejado un rastro entre las líneas de lo que he escrito."



Santos Domínguez

13 diciembre 2008

Anne Sexton


Anne Sexton.
Vive o muere.
Prólogo de Maxine Kumin.
Introducción, traducción y notas
de Julio Mas Alcaraz.
Ediciones Vitruvio. Madrid, 2008.

El 9 de noviembre, Anne Sexton, la poeta norteamericana que vivió desde 1928 hasta que quiso -octubre de 1974-, hubiera cumplido 80 años. Para conmemorarlo, Ediciones Vitruvio publica en versión bilingüe Vive o muere (Live or Die), que ganó el Pulitzer de poesía en 1967 y que probablemente es el libro más intenso de aquella poeta suicida, amiga de Sylvia Plath y discípula de Lowell. Quitar las reglas y dejar el instante era su propuesta estética. No me guardo nada, su declaración de ética literaria.

La edición es de Julio Mas, que ha hecho la traducción y escrito la introducción y las notas de este Vive o muere, el primer libro completo de Anne Sexton que se publica en España.

La última persona que estuvo con Anne Sexton el día de su suicidio, y una de las dos a las que Anne dedicó este libro, la también poeta y premio Pulitzer Maxine Kumin, ha escrito un prólogo especial para esta edición de Vive o muere. En ese texto emocionado e intenso, su amiga recuerda cómo la conoció en el taller de poesía de John Holmes, que detestaba –como la mayor parte de la crítica de los años sesenta- la temática inadecuada que abordaba Anne Sexton en sus poemas.

Y es que Anne Sexton, como su amiga Sylvia Plath, estaba empeñada en la tarea de conquistar para la poesía nuevos territorios, temas que reclamaban para la mujer un lugar distinto del que le concedía la mentalidad tradicional: el amor recatado, la pasividad ancilar al servicio de la familia, las imágenes idealizadas de la dama petrarquista, distante y espiritual.

Pero la poesía de Anne Sexton, que rechaza la idea del poema como máscara, habla de la menstruación, hace un canto a su útero o aborda su existencia problemática en una actitud paralela a las luchas políticas y a las reivindicaciones sociales del feminismo en los años sesenta.

Lo recuerda en su prólogo Maxine Kumin, cuando afirma:

Cambios brutales han sacudido el mundo intelectual desde aquellos días cuando se creía que las mujeres eran sólo capaces de escribir poemas domésticos, poemas sobre mariposas, la primavera y nubes con forma de corderos. Desde el privilegiado lugar que ocupamos hoy es fácil ver que en el rígido ambiente de la época de Sexton, poemas acerca de la menstruación, la masturbación, el adulterio, el incesto, el aborto o la adicción a las drogas causaran grandes problemas. La mayoría de sus críticos, aunque no todos, eran hombres. Uno escribió que el poema La menstruación a los cuarenta "era la gota que colmaba el vaso." Otra crítica, en el New York Times Book Review, decía: "Sería difícil encontrar una escritora que hurgue tan insistentemente en los aspectos más desagradables y patéticos de la experiencia corporal... "

La amplia introducción de Julio Mas es un análisis minucioso y revelador de las claves vitales y poéticas de Anne Sexton, cuya peripecia vital tiene un evidente reflejo en su obra, aunque no se trate estrictamente de una poesía confesional, ya que la autora se busca a sí misma en el inconsciente de los sueños o superpone la fantasía a una memoria que tiende a disolverse en la fabulación.

Incluso técnicamente muchos de estos poemas – por la importancia que tiene en ellos la imagen y la asociación inconsciente- obedecen a un proceso semejante al de los tratamientos de psicoanálisis a los que se sometió Anne Sexton desde finales de la década de los cincuenta.

Los poemas de Vive o muere los escribió entre 1961 y 1966. Fechados y ordenados cronológicamente, el eje que los vertebra es el debate entre la vida y la muerte con los impulsos autodestructivos como una amenazante sombra al fondo. La misma Anne Sexton explicaba que la decisión entre esas dos pulsiones era lo esencial de un libro que expresaba la entrada en la oscuridad, la indagación en el mundo de los sueños, la posibilidad del suicidio, como en Querer morir, un poema al que pertenecen estas cuatro estrofas, desgarradas y estremecedoras:

No pensaba en mi cuerpo ante la aguja.
Incluso había olvidado la córnea y aquellos restos de orina.
Los suicidas ya han traicionado al cuerpo.

Nacidos muertos, no se matan siempre,
pero deslumbrados, no olvidan una droga dulce,
tan dulce que hasta los chiquillos mirarían y sonreirían.
(...)

Allí, en equilibrio, los suicidas se encuentran,
arrasando fruta, una luna hinchada,
dejando el pan que equivocaron por un beso,

dejando abierto el libro por descuido,
algo no hablado, el teléfono descolgado
y el amor, no importa lo que fuera, una infección.

O en el comienzo de La muerte de Sylvia, donde escribe:

Oh Sylvia, Sylvia,
con una caja muerta de cucharas y piedras,
(...)
con tu boca en la sábana,
en la viga del techo, en la necia oración

Para abrir su segundo libro, Anne Sexton había utilizado esta cita de una carta de Kafka que es todo un resumen de lo que significa para ambos la literatura:

Los libros que necesitamos son aquellos que tienen sobre nosotros el efecto del infortunio, que nos hacen sufrir como sufrimos por la muerte de alguien que queremos más que nosotros, los que nos hacen sentir que estamos al borde del suicidio, o perdidos en un bosque muy lejano a la civilización — un libro debería servir como el hacha para el mar helado que hay en nuestro interior.

Santos Domínguez

12 diciembre 2008

Navidades de libro. Narrativa hispánica


Cristina Fernández Cubas.
Todos los cuentos.
Tusquets. Barcelona, 2008.


Sobre los mundos inquietantes de Cristina Fernández Cubas y sus límites imprecisos escribe Fernando Valls en el prólogo de esta edición que reúne los cinco libros de relatos (Mi hermana Elba, Los altillos de Brumal, El ángulo del horror, Con Agatha en Estambul y Parientes pobres del diablo) de una de nuestras narradoras imprescindibles. La recopilación de todos sus cuentos permite apreciar la coherencia de un recorrido que se inició en 1980 con Mi hermana Elba y se ha mantenido en una línea de creciente exigencia. El problema de la identidad, el universo de la infancia son algunos de los temas que recorren unos cuentos construidos desde dentro, desde la mirada de la primera persona que predomina en ellos, con la verosimilitud como principio y objetivo. El admirable cuidado de la frase es otra de las constantes de unos textos que viven en el territorio literario de la libertad. Y en un apéndice, el magnífico experimento narrativo que continúa el inacabado El faro, de E. A. Poe.



Cabrera Infante.
La ninfa inconstante.
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores.
Barcelona, 2008.


El Lector puede, si quiere, creer que nada ocurrió o que esta historia del periodista pobre y su hallazgo nunca tuvo lugar -excepto, claro, en mi memoria
, escribe Cabrera Infante en el prólogo de este libro póstumo, autobiográfico e ingenioso, melancólico y humorístico. Como Tres tristes tigres, como La Habana para un infante difunto, La ninfa inconstante tiene como fondo la Cuba precastrista y es también una suma de experimentos verbales, de juegos de palabras y de planos narrativos, de referencias cinematográficas y humor elaborado. Una maquinaria verbal al servicio del recuerdo y la imaginación.



Manuel Longares.
Romanticismo.
Cátedra Letras Hispánicas.
Madrid, 2008.

En una edición preparada por Juan Carlos Peinado, que ha realizado un minucioso análisis de la obra, Cátedra Letras Hispánicas incorpora a su catálogo a un clásico contemporáneo: Romanticismo, la monumental novela en la que Manuel Longares hace de la Transición materia narrativa de alta calidad. Con el barrio de Salamanca, ámbito de la alta burguesía franquista, como eje espacial y sociológico, con la inconfundible brillantez estilística del excelente prosista que es Manuel Longares, en quien se actualiza la voz y la mirada de Quevedo, Galdós o Valle, Romanticismo es un análisis lúcido del posfranquismo y una novela fundamental en el panorama narrativo de los últimos cincuenta años.




Felisberto Hernández.
Por los tiempos de Clemente Colling.
El Nadir. Valencia, 2008.


La evocación del músico ciego Clemente Colling en esta novela de su discípulo, el escritor y pianista uruguayo Felisberto Hernández (1902-1964), al que García Márquez y Cortázar reconocían como uno de sus maestros. Novela corta construida sobre la memoria, sobre la mirada infantil y la búsqueda interior. Una obra en la que importa lo que se recuerda, pero sobre todo el método: en un juego de asociaciones involuntarias y sensaciones, la música y los colores son los mecanismos que ponen en marcha el recuerdo: Los pianos negros nunca me sugirieron nada fúnebre, pero aquel piano blanco tenía algo de velorio infantil.



Francisco García Pavón.
Otra vez domingo.
Rey Lear. Madrid, 2008.


Con prólogo de Alicia Giménez Bartlett (creadora de Petra Delicado), Rey Lear rescata la penúltima aventura de Plinio. Otra vez domingo, una novela policiaca protagonizada por Manuel González, jefe de la Guardia Municipal de Tomelloso, ambientada en los meses de la agonía de Franco. Ha pasado, pues, medio siglo desde de los primeros casos de la serie del detective rural, que transcurrían en otra dictadura, la de Primo de Rivera. Con el un fondo sociológico de ridiculización del franquismo y de crítica de su pequeñez moral, Plinio es un hombre desengañado en una novela en la que el protagonista y la serie se han teñido ya de un inconfundible tono crepuscular. No es una casualidad que las dos primeras líneas de la obra presenten a Plinio y a don Lotario en un atardecer inane y otoñal por el Paseo del Cementerio tomellosero.



Ignacio Padilla.
El androide y las quimeras.
Páginas de Espuma. Madrid, 2008.


Ignacio Padilla (Ciudad de México, 1968) es uno de los narradores más interesantes del panorama literario hispánico. El androide y las quimeras, segunda entrega de la tetralogía Micropedia, reúne una docena de cuentos en torno a dos ejes: El androide en nueve tiempos y Quimeras de tres orillas. Con su acreditado talento narrativo y su potencia en las distancias cortas, Ignacio Padilla ha escrito un libro unitario de relatos con el hilo conductor de las mujeres y los autómatas. Como siempre, lo más asombroso tiene una base real que Padilla transforma en literatura a través de la fuerza creadora del estilo. Y así lo fantástico acaba proyectando su denuncia en la realidad de los malos tratos y la violencia contra las mujeres. Especialmente memorables los tres últimos relatos (Galatea en Brighton, Miranda en Chalons, Circe en Galápagos), sobre tres creaciones femeninas (de Cervantes, de Shakespeare, de Homero) revisitadas.

Santos Domínguez

10 diciembre 2008

Ensayos de Valente



José Ángel Valente.
Obras completas II. Ensayos.
Edición de Andrés Sánchez Robayna.
Recopilación e introducción de Claudio Rodríguez Fer.
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona, 2008.


Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores publica el segundo volumen de las Obras completas de José Ángel Valente, que agrupa su obra ensayística en una edición de la que se ha encargado Andrés Sánchez Robayna.

Están aquí los libros de prosa crítica y ensayística que aparecieron en vida de Valente (Las palabras de la tribu, La piedra y el centro, Variaciones sobre el pájaro y la red, Notas de un simulador) y los que dejó preparados y ordenados para su publicación (Elogio del calígrafo o La experiencia abisal), que adquieren cada vez más claramente un carácter de legado testamentario.

Claudio Rodríguez Fer ha escrito la introducción y recopilado una gran cantidad de artículos periodísticos dispersos, inéditos en libro y algunos prácticamente desconocidos. Además de los ensayos, y ordenados cronológicamente, todos esos materiales reunidos ahora en libro por vez primera permiten ver con claridad la evolución intelectual del poeta y ensayista gallego, uno de los nombres fundamentales de la literatura en lengua española del siglo XX.

Poeta y ensayista indócil, por la obra extensa y abierta de Valente discurren distintas tradiciones -la hispánica, la europea, la oriental-, distintas épocas y una enorme diversidad de intereses. No hay más que echar una ojeada a las cien páginas del apretadísimo índice alfabético para darse cuenta de esa variedad temática que refleja la curiosidad intelectual de José Ángel Valente: la poesía contemporánea, las distintas tradiciones místicas y la filosofía occidental y oriental, las preocupaciones éticas y estéticas, la pintura, la escultura, el cine.

Aparece en ellos la prosa afilada de un escritor no ensimismado, sino atento a lo que le rodeaba, la voz crítica e independiente de un autor que en Las palabras de la tribu (1971), La piedra y el centro (1982) y Elogio del calígrafo (2002), fija los tres ejes que suscitan su interés: la literatura, la mística y las artes plásticas.

Las casi dos mil páginas de este segundo tomo completan la imagen total del Valente ensayista, en la línea de otros poetas contemporáneos que también frecuentaron el ensayo, como Eliot, Auden, Valèry, Juan Ramón, Octavio Paz o Cernuda. Como en esos otros autores, la palabra poética y la reflexión crítica son indisociables en Valente y convergen en el mismo centro de interés: en una preocupación intelectual sobre la creación y los límites del lenguaje y en un pensamiento crítico que se replantea a sí mismo en su constante evolución.

La indagación continua en el acto creador, la literatura como forma de conocimiento y comunicación, el carácter inefable de la experiencia estética son algunas de las constantes temáticas de estos ensayos y de una obra global en la que Valente une creación y reflexión, escritura y pensamiento, con la guía de Molinos o de María Zambrano, de Celan o Jabès.

Esa preocupación está ya en Conocimiento y comunicación, el texto que abre Las palabras de la tribu y es una obertura de la totalidad de su obra. Tras explicar que “todo momento creador es en principio un sondeo en lo oscuro”, ese primer ensayo concluye con estas palabras que el tiempo irá matizando, pero en las que están en germen el pensamiento y la poesía de José Ángel Valente: “El poeta no escribe en principio para nadie y escribe de hecho para una inmensa mayoría, de la cual es el primero en formar parte. Porque a quien en primer lugar tal conocimiento se comunica es al poeta en el acto mismo de la creación."

Santos Domínguez

08 diciembre 2008

Cuadernos y consejos de Baudelaire


Charles Baudelaire.
Cuaderno de notas y
Consejos a los jóvenes escritores.

Selección e introducción de Jordi Julià.
Traducción de Javier del Prado y José Antonio Millán.
Almuzara. Córdoba, 2008.


La Editorial Almuzara ponía en marcha este verano su nueva colección blu minor, con cuidadas ediciones de clásicos en un formato más cómodo y asequible que los de la Biblioteca de Literatura Universal, su hermana mayor.

A los dos primeros títulos, Navegación a Oriente y noticias del reino de China, de Bernardino de Escalante, y una breve selección de la poesía amorosa de Sor Juana Inés de la Cruz, acaba de añadirse una jugosa selección de casi trescientas páginas con textos de los Cuadernos de notas y Consejos a los jóvenes escritores, de Baudelaire, y un apéndice antológico (Materiales para una poética) que pone de manifiesto la estrecha vinculación entre la vida, la obra y el pensamiento de uno de los padres de la poesía contemporánea.

Con selección e introducción de Jordi Julià y traducciones de Javier del Prado y José Antonio Millán, estos textos, fragmentarios y póstumos, estos cohetes disparados con el corazón en la mano, reflexionan sobre la creación poética, sobre la inspiración y el estilo, sobre el trabajo y la envidia, sobre la crítica, los acreedores y las queridas.

Cohetes, Higiene y Con el corazón en la mano son tres proyectos inacabados de Baudelaire. Se publicaron por primera vez veinte años después de su muerte, en un apartado de sus Obras completas, bajo el rótulo genérico de Diarios íntimos.

Pero no se trata exactamente de eso. Estos textos, que comparten con la literatura diarística el fragmentarismo y su referencia constante al yo, son cuadernos de apuntes, notas de trabajo, reflexiones y proyectos de obras, aforismos o esbozos de ensayos.

Desde el distanciamiento irónico o cínico de Cohetes e Higiene, hasta la visceralidad de Con el corazón en la mano, más radical en su enfoque y más agresivo en su lenguaje, se compaginan en estos textos ética, estética y autobiografía, la reflexión sobre la literatura y la vida, el dandysmo y la religión, el amor o el trabajo: Trabajar seis horas de la mañana al mediodía, en ayunas. Trabajar como un ciego, como un loco.

En estos apuntes Baudelaire concibe la escritura como una forma de venganza o de defensa frente al mundo, como una confesión (Sentimiento de soledad, desde mi infancia. (...) Sin embargo, atracción muy intensa de la vida y del placer) o como una práctica que canaliza el odio y funda la modernidad. En sus páginas conviven los elogios de Poe, Chateaubriand, De Maistre o Banville con descalificaciones como la de George Sand (ante todo, y más que otra cosa, un mastuerzo) o este proyecto de Retrato de la chusma literaria:

Doctor Tabernitus Crapulosus Pedantisimus.
Su retrato, hacerlo a la manera de Praxíteles.
Su pipa.
Sus opiniones.
Su hegelianismo.
Su roña.
Sus ideas sobre arte.
Su hiel.
Su envidia.
Un bonito fresco de la juventud moderna.

Está aquí el Baudelaire más provocador, el antiburgués que busca el escándalo con reflexiones como esta:

Sólo hay tres seres respetables:
El sacerdote, el guerrero, el poeta. Saber, matar y crear.
El resto de los humanos están cortados por el mismo patrón y son aptos para el tajo, hechos para la cuadra, es decir, para ejercer lo que se llaman profesiones.

En la sección Materiales para una poética el libro ofrece una amplia y significativa antología del resto de la obra de Baudelaire, de Las flores del mal a Los paraísos artificiales pasando por los artículos de crítica literaria y musical con Poe y Wagner al fondo.

Santos Domínguez

06 diciembre 2008

Tiempo y materiales


Robert Hass.
Tiempo y materiales.
Prólogo y traducción de Jaime Priede.
Bartleby. Madrid, 2008.


Tiempo y materiales, que obtuvo en 2007 el Nacional Book Award y el Pulitzer de Poesía en 2008, es la primera obra que se publica en España de Robert Hass (San Francisco, 1941). En sus poemas se refleja la mirada limpia de Hass, “un hombre que cruza la calle tomado por el asombro,” como lo define Jaime Priede en Círculos azules, el prólogo que ha preparado para su traducción en Bartleby de este libro que es el resultado del trabajo poético de Haas durante los diez últimos años.

Leer a Hass -escribió el crítico Stanley Kunitz- es “como adentrarse en el océano cuando la temperatura del agua no es muy diferente a la del aire. Uno no sabe que ha entrado en otro elemento hasta que se siente arrastrado por la corriente.”

Tiempo y materiales insiste en los temas que recorren la obra poética que Hass ha ido desarrollando en las tres últimas décadas: el arte, la naturaleza, el tiempo, la memoria y las relaciones humanas, a través de una constante estilística: la fuerza de la imagen y de asociaciones en las que queda convocado algún elemento del mundo natural. Consciencia es uno de los poemas del libro en los que mejor se refleja esa relación constante de escritura y naturaleza.

Traductor de Milosz al inglés, lector de Ginsberg y Rexroth, Hass es un poeta de una honda conciencia ecológica que queda reflejada en El estado del planeta; un lector de Thoreau y Withman que ahonda en el espíritu del paisaje en poemas espléndidos como el que titula Cosas del último instante; un antibelicista militante que escribe poemas intensamente testimoniales como La guerra de Bush

Con el impulso no muy firme de que un poema
Me ayude a esclarecer,
Aunque no estén a mi alcance,
Los hechos de forma ordenada.

Como Wordsworth, Hass extrae de las caminatas la materia que nutre su poesía reflexiva, o escribe poemas memorables sobre la pintura de interiores con figuras de Vermeer y Hopper. Y como en los cuadros del norteamericano, la incomunicación de la pareja o la soledad del individuo atraviesan las relaciones humanas como en el diálogo de Deriva y vapor (Lentas las olas) o en el estremecedor El mundo como deseo y representación.

Comprometido con los círculos progresistas y ecologistas de Estados Unidos, Robert Hass hace compatibles en su poesía el lirismo y la denuncia, la narratividad y la atención a la forma, el asombro de la mirada inocente ante el paisaje y la militancia pacifista.

O la reflexión sobre los límites del lenguaje para describir un color o un árbol en un poema, porque

Es bueno a veces para la poesía que nos decepcione.

Santos Domínguez

05 diciembre 2008

Homero


Jasper Griffin.
Homero.
Traducción de Antonio Guzmán Guerra.
Alianza Editorial. Madrid, 2008.

Analizar la mentalidad que sustenta los poemas homéricos, el fondo histórico del que surgen y la proyección en la posteridad de la Iliada y la Odisea, dos poemas tradicionalmente atribuidos a Homero, aunque separados al menos por una generación. Esos son los objetivos de Jasper Griffin en Homero, el ensayo que Alianza Editorial publica en formato de bolsillo en la biblioteca temática Clásicos de Grecia y Roma.

Además de desmentir la leyenda romántica de Homero como un aedo ciego y de tomarlo como sinónimo de la propia épica, Griffin aborda un análisis evolutivo de los comportamientos de dioses y héroes y del papel del poeta en la creación del universo poético homérico a través de la Iliada y la Odisea.

La cólera de Aquiles es el motor del primero de esos poemas, un texto trágico en sus planteamientos, en su desarrollo y en su desenlace, así como el relato de las aventuras que jalonan el regreso de Ulises y la preparación de su final feliz son el eje de la Odisea.

Con esos dos poemas portentosos que tienen la guerra de Troya como centro o como telón de fondo arranca la literatura occidental. En ellos están los modelos de Virgilio, de Tennyson o de Joyce, por poner tres ejemplos dispares en el tiempo, en enfoques estilísticos y en técnica literaria. Acercarlos al lector actual, bucear en la profundidad de sus ideas y en sus actitudes morales, indagar en la fragilidad y la grandeza del héroe son los logros de este ensayo tan intenso como la poesía de la que se ocupa.

Y es que si el punto de partida del libro es justificar el juicio de Matthew Arnold, que afirmaba que Homero es grande "por la noble y profunda adecuación de sus ideas a la vida", su conclusión se resume en estas líneas finales:

Los poemas de Homero no nos dicen que el mundo está hecho para el hombre, ni que nuestro estado natural en él sea el de felicidad. Lo que sí dicen es que el mundo puede comprenderse en términos humanos, y que la vida humana puede ser algo más que una insignificante e innoble lucha en la oscuridad. (...) Este espíritu, escarmentado pero no desesperado, que contempla el mundo sin ilusión y se enfrenta a él sin autocompasión ni evasión, fue el regalo de Grecia al mundo, y es el más profundo componente del pensamiento homérico.

Santos Domínguez

03 diciembre 2008

Dietario voluble




Enrique Vila-Matas.
Dietario voluble.
Anagrama. Barcelona, 2008.


A veces me detengo a mirar el curso de las nubes, miro todo con curiosidad flemática de diarista voluble y paseante casual.

Entre diciembre de 2005 (Aquí estoy en mi cuarto habitual, donde me parece haber estado siempre. Como en tantas mañanas de mi vida, me encuentro en casa escribiendo. Suena, contundente, la música de Be My Baby, cantada por The Ronettes) y abril de 2008 (Y vi que el capitán Ahab sin rostro, desaparecidas las fronteras entre la vida y la muerte, se quedaba oscilando en el océano, a medio camino entre el salón de casa y la suave corriente del Bronx) fecha Enrique Vila-Matas su último libro.

Dietario voluble, que publica Anagrama, es un texto híbrido de dietario y narrativa, un conjunto coherente de fragmentos recorridos por una mirada que se proyecta sobre la totalidad del mundo.

Es la mirada llena de ironía y distancia de quien se sienta a contemplar en una terraza el espectáculo del mundo: los turistas merluzos en París o la distancia que hay de Georges Perec a Dan Brown. Y a anotar después lo que pasa cuando no pasa nada, para hacer de cada hecho trivial un suceso extraordinario, para reflejar lo que generalmente no se anota, lo que no se nota, lo que no tiene importancia: lo que pasa cuando no pasa nada, salvo tiempo, gente, autos y nubes.

En este Dietario voluble está y no está Vila-Matas, que no por azar posa de espaldas en la fotografía de Olivier Roller que ha elegido para la portada. Ese trasvase de diario y narración da como resultado una obra no confesional en la que el yo de la realidad se desdobla en un yo ficticio cuya mirada se proyecta sobre autores, viajes, ciudades, películas y amigos.

Con el modelo de Monterroso y su Movimiento perpetuo, libro en el que el autor “zigzaguea de un género a otro, y pasa del ensayo al relato, y de éste a la digresión o el divertimiento, Vila-Matas practica la disolución de fronteras entre ficción y ensayo, entre narrativa y diario autobiográfico. De esa manera, los personajes reales o de ficción, los viajes y las lecturas de Vila-Matas completan su autorretrato vital e intelectual.

Mallorca y París, Cortázar y Sebald, Nueva York y Verona, Coetzee y Pessoa, Buenos Aires y Praga, Kafka, Jules Renard, Win Wenders y Kurosawa, Walser y Bolaño son algunas de las referencias de una memoria espacial que persiste en los exteriores y en los interiores y sostienen una identidad que se alimenta de la literatura y el cine.

Viajo para conocer mi geografía, escribió un loco anónimo en un manicomio francés a comienzos del siglo pasado. Y esa declaración la asume Vila-Matas en un libro que es el diario de lecturas y el cuaderno de notas de quien viaja por lugares y tiempos, por el presente y por su memoria personal y literaria, tan pareja de la de Claudio Magris, otro de los hilos conductores del libro:

¿Y cómo no pensar entonces en algo que le oí decir, el año pasado en Madrid, al propio Magris: "La literatura no salva la vida, pero puede darle sentido"? No hay cita que sintetice mejor su visión de la íntima relación entre literatura y existencia.


Santos Domínguez

01 diciembre 2008

Héroes


Bruce Meyer.
Héroes.
Los grandes personajes
del imaginario de nuestra literatura.

Traducción de Ernesto Junquera.
Siruela. Madrid, 2008.


En su colección de ensayo, El Ojo del Tiempo, la editorial Siruela publica Héroes, un voluminoso y hondo estudio en el que Bruce Meyer analiza la tipología y el significado de los grandes personajes que novelistas, dramaturgos y poetas, de Homero a Faulkner, de Shakespeare a Byron, han aportado al imaginario cultural y literario de Occidente.

Lo explica Meyer en su prólogo, Creando héroes del polvo: Lo que he intentado hacer en este libro ha sido examinar los diferentes tipos de héroes que la literatura occidental, y muy particularmente la inglesa, ofrece a los lectores. Trato de explorar aquí las posibilidades que tiene la conducta humana en la definición de unos personajes que son los que más activamente actúan en nuestra imaginación.

La función de lo heroico es, por tanto, responder a nuestros propios interrogantes, porque los héroes son imágenes de nosotros mismos y buscan respuestas a nuestros retos diarios.

Del héroe clásico al hombre corriente frente al mundo, del código antiguo al nuevo modelo que surge en el siglo XX, Bruce Meyer hace un recorrido pormenorizado, y a veces un poco selvático, por los prototipos heroicos que ha fijado la literatura: del héroe trágico al infausto, del épico al sobrenatural, del romántico al divino, se trata de personajes que se sitúan frente al mal o están dentro del laberinto o ante un espejo en el que nos reflejamos.

Porque más allá de la clasificación tipológica, Héroes propone un itinerario por las manifestaciones y variedades de lo heroico, por su significado y la profunda individualidad de personajes como Hamlet, Hércules, Fausto o Ulises. Personajes de cuyo comportamiento se hace un análisis demorado en busca de las claves que justifican su aparición y su permanencia en nuestra imaginación.

Porque el dios quiere conocerse a sí mismo en ti, como explicó un Rilke heroico y desorientado en un verso memorable.

Santos Domínguez

29 noviembre 2008

Poesía completa de Olvido García Valdés


Olvido García Valdés.
Esa polilla que delante de mí revolotea.
Poesía completa (1982-2008).
Prólogo de Eduardo Milán.
Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores. Barcelona, 2008.


Impresión, diálogo y huella: experiencia y memoria de la experiencia: sentir saber.

Esas palabras, que forman parte de uno de los textos de teoría poética recogidos en Esa polilla que delante de mí revolotea, resumen para Olvido García Valdés la materia y el alcance de su poesía. Poesía del conocimiento a través del doble filtro de la palabra y la memoria, que reconstruyen la experiencia (El poema es siempre retrospectivo) y hacen de la escritura una experiencia más alta o más intensa, una entrada en la oscuridad del bosque, la caza nocturna en un lugar extranjero que es la creación poética.

En este volumen, prologado por Eduardo Milán y editado en Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores, se recogen cinco libros de poesía de Olvido García Valdés, desde La caída de Ícaro -fusión reelaborada de los dos primeros que publicó- a Y todos estábamos vivos, pasando por Ella, los pájaros, Caza nocturna y Del ojo al hueso.

De un poema de Caza nocturna proceden los versos que se han elegido como título del volumen (Es por esta/ irrealidad, esa polilla/que delante de mí revolotea). Es ese un significativo poema en el que la mirada de la poeta se posa en la incertidumbre y en la temporalidad, dos claves de su obra, que se completa en esta edición con once poemas inéditos escritos en este último año y medio y un apéndice, De la escritura, con cinco textos de reflexiones teóricas y notas de poética.

Desde la conciencia del tiempo y la experiencia de fugacidad que atraviesa toda su obra, Olvido García Valdés remonta su mirada -más metonímica que metafórica- desde lo concreto a lo abstracto, desde la sensorialidad de la contemplación de la naturaleza a la elaboración del pensamiento y la poesía, desde la experiencia plástica de la pintura a la indagación verbal. Y todo ello a través de la palabra y la imagen que construyen así una nueva experiencia de lenguaje y de conocimiento, de descubrimiento en la oscuridad.

Es esta una poesía del conocimiento, sí, pero de un pensamiento construido con un lenguaje que no es el de la lógica o la filosofía, sino un instrumento de exploración en lo hondo o en lo oscuro, una vía hacia la revelación de otra realidad, hacia la alucinación en la que se funden lo real y lo irreal, el sueño y la vigilia, el pájaro y el árbol.

En el último texto de la sección De la escritura escribe Olvido García Valdés: En los bosques moramos. Es decir, en la intemperie de las sensaciones de las que surge esta poesía, honda y alta y finalmente luminosa tras las aproximaciones y los tanteos en la penumbra, tras el buceo en lo subterráneo antes de la subida hacia la luz y el aire.

Una poesía que se sustenta en su mirada a lo plástico, en el diálogo con la pintura y la naturaleza y en una práctica constante de la yuxtaposición como método, como el tropo del cine y de la vida.

Una poesía que

Es del reino del ala, de lo que eleva
y cae, de lo que horada
agua o tierra en su caída.

Santos Domínguez

28 noviembre 2008

Capri


Alberto Savinio.
Capri.
Posfacio de Raffaele La Capria.
Traducción de Francesc Miravitlles.
Minúscula. Barcelona, 2008.



En su colección Paisajes narrados, la editorial Minúscula rescata una verdadera joya de la literatura de viajes: Capri, de Alberto Savinio (Atenas 1891-Florencia 1952), seudónimo de Andrea de Chirico.

Escritor, músico y pintor, como su famoso hermano Giorgio, amigo de Apollinaire y miembro de la vanguardia del París de entreguerras, en 1926 escribió estas páginas tan luminosas como la isla.

Por una vez –afirma Raffaele La Capria en el posfacio-, felizmente, Capri ha encontrado a un escritor a la altura de su mito.

Desde la fantasía inicial, en la que el ensueño del viajero transforma la breve travesía de Nápoles a Capri en un periplo peligroso que lo convierte en víctima de bucaneros, se muestran las dos caras de la isla: la tranquila intrahistoria de sus naturales y la agitación turística de quienes llegan allí atraídos por la fama de uno de los lugares magnéticos del universo.

Sus páginas, musicales, leves, aladas, en palabras de La Capria, construyen la crónica de un viaje, un relato poético luminoso con la viva descripción de la actividad del muelle, entre las casas del extremo napolitano y las montañas de Ischia, con el Vesubio al fondo.

Con Circe como guía y Spadaro el pescador como símbolo de Capri, en el libro conviven Ulises y las sirenas, la mitología y la historia, Homero y un gigoló napolitano, Tiberio y un perro misterioso en el que se refugia su alma, Augusto y el Café más acogedor del mundo, la geografía y la antropología, las terrazas pompeyanas y los atardeceres.

Entre lo real y lo imaginario, entre lo local y lo cosmopolita, lo pagano y lo cristiano, el recorrido del viajero de Capri a Anacapri, de la Marina al valle, tiene su última etapa, de la mano de la musa Clío, en la Grotta Azzurra.


Santos Domínguez


26 noviembre 2008

Cuentos largos de Juan Ramón


Juan Ramón Jiménez.

Cuentos largos y otras prosas narrativas breves.
Edición de Teresa Gómez Trueba.
Menoscuarto. Palencia, 2008.

Si el año pasado la editorial Menoscuarto reunía la prosa narrativa de García Lorca en el volumen Pez, astro y gafas, ahora publica los Cuentos largos y otras prosas narrativas breves de Juan Ramón Jiménez en Reloj de arena, la colección que dirige Fernando Valls y que está dedicada al relato y al microrrelato.

Cuando al final de su vida Juan Ramón proyectaba una edición de su prosa, una Historia complementaria de Leyenda, reservaba un apartado, el quinto, para los cuentos. Antes había agrupado una buena cantidad de textos en prosa en un volumen que anunció en 1924 en la revista España, un libro que irónicamente iba a titular Cuentos largos.


A ese proyecto, que dejó sin rematar, pero siguió creciendo y permaneció inédito a la muerte del poeta, pertenecen muchas de estas prosas, para las que escribió este prólogo que es un elogio de la brevedad:

¡Cuentos largos! ¡Tan largos! ¡De una pájina! ¡Ay, el día en que los hombres sepamos todos agrandar una chispa hasta el sol que un hombre les dé concentrado en una chispa; el día en que nos demos cuenta que nada tiene tamaño, y que, por lo tanto, basta lo suficiente; el día en que comprendamos que nada vale por sus dimensiones –y así acaba el ridículo que vio Micromegas y que yo veo cada día-; y que un libro puede reducirse a la mano de una hormiga porque puede amplificarlo la idea y hacerlo el universo!


En ese texto entrevé Juan Ramón –como explica la profesora Gómez Trueba en el excelente análisis que ha puesto al frente de esta edición - “esa tensión entre el silencio y la escritura que está en la misma esencia del género” y es la clave de lo que luego se llamaría microrrelato.



La prosa desnuda de Juan Ramón Jiménez es el título del prólogo que Teresa Gómez Trueba ha preparado para esta excelente antología de prosas juanramonianas, de narraciones breves representativas de sus distintas etapas creativas.

Juan Ramón tuvo un primer modelo cercano y frecuentado en Azul, un libro en el que Rubén Darío explora un territorio aún no bautizado que más tarde se llamará microrrelato.
Con la depuración posmodernista, la búsqueda de la brevedad se fue convirtiendo en la norma estética que orientó su obra posterior, orientada a conseguir la intensidad artística, porque -como escribió en Ideolojía- la vida no es larga sino intensa.


La organización cronológica de los textos permite seguir la evolución de una obra en prosa paralela en tantos sentidos a su poesía. Entre los más tempranos, de 1903, y los que forman parte de Crímenes naturales, escritos ya en el exilio como bocetos de novelas que hubiera querido escribir, son textos que prescinden de la estructura narrativa y desprecian el asunto: Yo he desdeñado siempre, y más cada día -escribía en La corriente infinita-, el asunto y la composición.


La estética de la brevedad de los Cuentos largos es paralela temporalmente al proceso de desnudez estilística que significan Eternidades o Piedra y cielo en su poesía.

Y en su conjunto
los 161 textos recogidos en esta edición, alejados del estatismo del poema en prosa y dotados de un carácter narrativo embrionario, reúnen la narrativa breve de Juan Ramón, precursor de un género que aspira a dibujar esa mano de la hormiga que se ha tomado luego como clave del microrrelato.

Santos Domínguez


24 noviembre 2008

Georges Perec. Lo infraordinario


Georges Perec.
Lo infraordinario.
Traducción de Mercedes Cebrián.
Introducción de Guadalupe Nettel.
Impedimenta. Madrid, 2008.

Lo que realmente ocurre, lo que vivimos, lo demás, todo lo demás, ¿dónde está? Lo que ocurre cada día y vuelve cada día, lo trivial, lo cotidiano, lo evidente, lo común, lo ordinario, lo infraordinario, el ruido de fondo, lo habitual, ¿cómo dar cuenta de ello, cómo interrogarlo, cómo describirlo?

Frente a lo extraordinario, no lo ordinario, sino lo infraordinario, frente a la grandilocuencia de los titulares periodísticos, la fuerza del suceso trivial. Esa es la propuesta de Georges Perec en los textos de Lo infraordinario, el libro que publica Impedimenta ahora en español, con traducción de Mercedes Cebrián y prólogo de Guadalupe Nettel. Los ocho textos que lo integran fueron apareciendo de manera dispersa en revistas entre 1973 y 1981, un año antes de la muerte de Perec, y se recogieron en libro en 1996.

Descifrar el espacio con una descripción minuciosa de la rue Villin, la calle de su infancia; reflejar la minucia cotidiana (Doscientas cuarenta y tres postales de colores auténticos); explorar la intrahistoria callada, inventariar la rutina humilde (Tentativa de inventario de los alimentos líquidos y sólidos que engullí en el transcurso del año mil novecientos setenta y cuatro) es el propósito de un Perec que utiliza las listas y los recuentos tan característicos de su literatura para hablar de esas pequeñas cosas que constituyen lo infraordinario, o mejor, para que esas cosas se expresen, para darles un sentido, un idioma: que hablen por fin de lo que existe, de lo que somos.

Como en la propuesta intrahistórica de Unamuno que ejecutó Azorín, como en la historiografía francesa de lo cotidiano, pasado y presente, personas y objetos habitan un espacio sobre el que se construye la identidad. En ese ámbito busca su contexto y sus referencias la memoria y surgen los distintos signos que relacionan espacio y personaje en su existencia diaria.

Las descripciones, el nivel humilde del estilo, los juegos verbales, son los cauces para las revelaciones y los hallazgos de esos hechos infraordinarios, que en Perec no son nunca primores de lo vulgar, sino la expresión de una realidad artística captada por una mirada irrepetible, atenta al matiz, a la invención y al adjetivo.

Transmitir esa mirada matizada tan característica de Perec, que reconstruye el mundo a partir de su propia biografía y elabora la ficción y la ancla en el lenguaje, era uno de los retos que afrontaba la traductora y es el mérito más destacable de su versión.

Santos Domínguez

22 noviembre 2008

Poesía reunida de Vicente Núñez


Vicente Núñez
Plaza Octogonal.
Poesía Reunida 1951-2002.
Edición y estudio introductorio de Miguel Casado.
Ciudad del Paraíso. Ayuntamiento de Málaga, 2008.



Sobre la desobediencia titula Miguel Casado el prólogo que ha escrito para su edición de la Poesía Reunida (1951-2002) de Vicente Núñez. Y Plaza Octogonal es el título que ha elegido el editor para este volumen que hace el número 9 de la excepcional colección Ciudad del Paraíso que publica el Ayuntamiento de Málaga y dirige Francisco Ruiz Noguera.

De la desobediencia de la mirada surge la poesía de Vicente Núñez, que busca la tercera cara de la moneda de la realidad:

Eso es lo que yo quisiera, si es que vuelvo a la poesía, buscarle a la moneda la cara que no tiene, pero ha de tenerla, seguro. [...] ¿No va a tener una tercera cara la realidad, que no esté escrita por falta de una mirada independiente, desobediente?


Entre la ambición expresiva y la inseguridad creadora, entre el retraimiento y la pasión de vida se mueve la obra de Vicente Núñez, una poesía que surge de la alucinación y asume el riesgo de la palabra como reto y la precisión como ejercicio.

Es esta una poesía ligada a la vida y arraigada por tanto en la contradicción, en el designio fatal del poeta llamado al desorden del canto, entre la oralidad y el ímpetu visionario.

El tema amoroso marcado por la frustración, la mirada al paisaje desolado del otoño, que avisa de la muerte, hacen de Vicente Núñez un poeta del tiempo en la mejor tradición de la poesía andaluza clásica y contemporánea, desde el barroco antequerano granadino a Ricardo Molina o Pablo García Baena.

Plaza octogonal se abre con Elegía a un amigo muerto, de versos “lentos, abrazadores” (como los definió Vicente Aleixandre) en los que resuenan los ecos de Miguel Hernández y el superrealismo.

La ingenuidad anterior a la desdicha y al desengaño amoroso, otros dos frutos del tiempo, (y entonces me pregunto si merece la pena/que otra vez venga otoño y mueran las acacias), la precisión de la mirada sinestésica para expresar la melancolía del presagio del abandono y la pérdida (Pero yo sólo sé, amor, que ya es otoño) son los ejes de Los días terrestres, un libro tras el que Vicente Núñez abrió un paréntesis de dos décadas que se rompió en 1980 con los Poemas ancestrales.

En ese libro, escrito antes del silencio aunque publicado veinte años después, lo concreto, la materialidad de los objetos y los lugares cobra vida en la voz del poeta y ocupa el centro de una misteriosa escenografía de la desolación, de la ruina y la soledad, ante la que, pese a todo, se yergue la esperanza:

mi corazón alerta continuará vagando
indiferente al mundo y al transcurso del tiempo,
bajo la escarapela triunfal de la esperanza.

Ocaso en Poley, el topónimo medieval de Aguilar, es el título elegido por Vicente Núñez para reunir un conjunto de poemas sobre su resurrección amorosa y literaria, sobre la plenitud y el abandono desde la palabra y el deseo. Es su vuelta a la poesía y al infierno irreparable del amor con un libro de variado registro, entre lo culto y lo popular, entre el verso corto y paralelístico de la canción y el discurrir solemne de los alejandrinos con un tono celebratorio y elegiaco:

Canta llorando a un tiempo tu amor y tu amargura.

Si Poley era el nombre medieval de Aguilar de la Frontera, Ipagro era su nombre latino, el que está en la raíz de sus Epístolas a los ipagrenses, un libro de poesía reflexiva y temporal, un ejercicio de meditación moral sobre el inmundo breviario de los días.

Junto con Ocaso en Poley, las Epístolas marcan la cima creativa de Vicente Núñez, que tras ese límite expresivo y existencial, escribió un contrapunto satírico, un anticlímax desenfadado. Teselas para un mosaico tituló esos poemas de tema erótico y tono clásico, una práctica de tiro con el dardo envenenado del epigrama con Catulo al fondo.

Vinieron después Himnos a los árboles, la obra que Vicente Núñez prefería entre las suyas, y Rojo y sepia, un libro que dejó inédito y que se publica aquí parcialmente.

Como la Plaza Octogonal de Aguilar que da título a este volumen, octogonal era también la lluvia que arrasaba al poeta en uno de los fragmentos de Rojo y sepia que se recogen en el libro:

Pero la lluvia octogonal me arrasa.

Santos Domínguez

21 noviembre 2008

J. G. Ballard. Milagros de vida

J. G. Ballard.
Milagros de vida.
Una autobiografía.

Traducción de Ignacio Gómez Calvo.
Mondadori. Barcelona, 2008.

Nací en el Hospital General de Shanghai el 15 de noviembre de 1930, tras un parto difícil que a mi madre, de constitución delgada y caderas finas, le gustaría describirme años más tarde, como si aquello revelara algo sobre la desconsideración del mundo. Mientras cenábamos solía decirme que mi cabeza se había deformado mucho durante el parto, y creo que en su opinión ese detalle explicaba en parte mi carácter rebelde en la adolescencia y la juventud.

Así comienza Milagros de vida, la memoria autobiográfica y el testamento de J. G. Ballard que publica Mondadori con traducción de Ignacio Gómez Calvo.

Conocido renovador de la ciencia ficción contemporánea, autor de novelas como El mundo sumergido o Crash, inventor de mundos inquietantes en los relatos cortos de Fiebre de guerra, decidió escribir su autobiografía, Milagros de vida, el año pasado, cuando le diagnosticaron un cáncer de próstata.

Organizada en dos partes, la primera se centra en su infancia feliz en Shanghai (Una parte de mis obras de ficción han constituido un intento por evocarla a través de otros medios aparte de la memoria), en la invasión japonesa y en la experiencia decisiva de la Segunda Guerra Mundial en un campo de concentración que noveló en El imperio del sol, su obra más conocida, que fue llevada al cine por Spielberg.

Esa experiencia en Lunghua, dos años y medio de ajedrez y vida tranquila entre gente agradable, marcó positivamente la vida de Ballard, espoleó su imaginación y despertó en él al futuro escritor imaginativo: La cárcel, que tanto recluye a los adultos, ofrece oportunidades ilimitadas a la imaginación de un adolescente.

La segunda parte arranca con el final de la guerra y el regreso de parte de la familia a una Inglaterra destrozada tras la guerra, un país en ruinas cuyos habitantes parecían derrotados.

De ahí en adelante se suceden los años que determinarían el futuro del escritor, la vida en un internado, el ingreso en el King's College de Cambridge, la sala de disección y las clases de anatomía antes de abandonar los estudios de medicina, que dejarían una huella imborrable en su formación intelectual y en su visión del mundo, y el despertar de la vocación literaria, su vida como escritor, su relación con el alcohol y las drogas o la evocación de su ambiente familiar, su mujer o sus hijos Fay, Jim y Bea, a quienes dedica estos Milagros de vida.

Escrita con urgencia y lucidez, con una prosa rápida y eficiente siempre atenta a fijar el detalle plástico, hay en esta autobiografía, además de un repaso de su vida, una reflexión constante sobre la literatura, sobre sus novelas y sobre la ciencia ficción, la auténtica literatura del siglo XX, con una enorme influencia en el cine, la televisión, la publicidad, y el diseño de consumo(…), el único rincón en el que sobrevive el futuro, del mismo modo que los dramas de época televisivos son el único rincón en el que sobrevive el pasado.

Santos Domínguez