28/9/12

Shakespeare. Jardín circunmurado


William Shakespeare.
Jardín circunmurado.
Selección, introducción y notas
de Christian Law Palacín.
Pre-Textos. Valencia, 2012.

En La prisionera, uno de los tomos de A la busca del tiempo perdido, Proust habla de un cuadro de Vermeer, Vista de Delft, y de un pequeño fragmento de muro amarillo que representa, incluso aislado del conjunto, la belleza autosuficiente.

Algo parecido se puede decir de este Jardín circunmurado, la antología poética del teatro de Shakespeare que ha preparado Christian Law Palacín y que publica Pre-Textos.

“Si se lee su teatro con un mínimo de finura -escribe Law Palacín en un prólogo en el que destaca la calidad excéntrica de su lenguaje teatral-muy pronto emerge el poeta que Shakespeare fue por encima de todo.

Y a destacar la potencia poética del Shakespeare dramaturgo se dedica esta espléndida selección bilingüe de textos extraídos de sus comedias, de sus tragedias y sus dramas históricos. Organizados cronológicamente, son una muestra de ese secreto y exuberante jardín lírico que se oculta tras los muros del teatro shakesperiano.

Christian Law Palacín, que ya dio una excelente medida de su capacidad como traductor de los Sonetos de Shakespeare en Bartleby, se ha ocupado de seleccionar los textos, de hacer cuatro anotaciones imprescindibles y sobre todo de proponer un conjunto de traducciones que ponen en español más de medio centenar de textos de temática, tonalidad y métrica tan variadas como las obras de las que proceden.

Entre Ricardo III y La tempestad, pasando por Enrique V, Como gustéis, Otelo o Cuento de invierno, se reúne en este volumen un brillante conjunto de textos que, gracias a su fuerza poética, se sustentan por sí mismos fuera de la obra a la que pertenecen.

Monólogos en los que se resumen la crueldad, la venganza, la duda o el miedo, y diálogos llenos de buen humor o de pasión amorosa. De estilo elevado o aire popular, de tono solemne o jocoso, son textos de alto voltaje: las palabras que Shakespeare puso en boca de Lady Macbeth o de Troilo, de Viola o de Orsino, de Ricardo de Gloucester o de Falstaff, de Lear o de Otelo, de Próspero o de Caliban.

Cuarenta años después de la antología A choice of Shakespeare’s verse que preparó Ted Hughes, este Jardín circunmurado debería convertirse en un título de referencia entre las cada vez más abundantes y mejores traducciones al español de la obra de Shakespeare.


Santos Domínguez

27/9/12

La Nouvelle Vague



Michel Marie.
La Nouvelle Vague.
Una escuela artística.
Traducción de Alicia Martorell Linares.
Alianza editorial. Madrid, 2012.

En 2009 se cumplían cincuenta años del comienzo de la Nouvelle Vague, un movimiento cinematográfico francés que a lo largo de los años sesenta se consolidó como una referencia imprescindible en la historia del cine que además sobrepasó los límites estrictos del séptimo arte para convertirse en el símbolo de una nueva época en la cultura, en las costumbres y en la mentalidad europea.

Promovido por directores como François Truffaut, Jean-Luc Godard, Claude Chabrol o Alain Resnais, dio lugar a películas como Los cuatrocientos golpes, Al final de la escapada, El bello Sergio o Hiroshima mon amour y lo encarnaron figuras como Jeanne Moreau, Belmondo, Brigitte Bardot o Jean-Pierre Leaud.

Con motivo del cincuentenario de la Nouvelle Vague, Michel Marie publicó este volumen que ahora edita en español Alianza en su colección de bolsillo. Un ensayo que hace un recorrido por las claves de una dirección cuya transcendencia cultural enriqueció la literatura y aportó nuevos enfoques narrativos.

La génesis del movimiento, sus propuestas técnicas y su programa estético, los sistemas de producción y distribución, la relación con la escritura, las técnicas de rodaje, los temas y el montaje son algunos de los aspectos que explora y describe este ensayo sobre una de las estéticas más interesantes y con más implicaciones literarias de la historia del cine europeo.


Santos Domínguez

26/9/12

Samaniego. Veintidós cuentos picantes



Félix María Samaniego.
Veintidós cuentos picantes.
Edición de Alfonso Martínez Galilea.
Ilustraciones de Javier Jubera García.
Pepitas de calabaza. Logroño, 2012.

El jardín prohibido. Así titula Alfonso Martínez Galilea el prólogo que ha escrito para esta selección de Veintidós cuentos picantes de Samaniego que acaba de publicar Pepitas de calabaza con espléndidas ilustraciones de Javier Jubera.

Es un Samaniego muy distinto al conocido fabulista ejemplarizador y didáctico. Semejante al Moratín padre del Arte de las putas, el de estas silvas narrativas, libres y flexibles, es un Samaniego secreto, oral y manuscrito. Porque estos textos circularon clandestinamente y fueron conocidos por ámbitos ilustrados y minoritarios desde finales del XVIII o se diluyeron en la tradición anónima a través de la transmisión oral para la que estaban pensados.

Son los “cuentos verdes” a los que aludía en su Historia de los heterodoxos españoles Menéndez Pelayo, que los conocía y no quería ni siquiera citar los títulos de estas “composiciones nefandas” de un Samaniego que se integraba así en la corriente libertina que tuvo en la Ilustración referentes tan decisivos como Sade o Casanova.

En los últimos años se han sucedido las ediciones de estos textos que muestran, en palabras de Alfonso Martínez Galilea, “un Samaniego en su manera más jocunda, irreverente y viva.”

Cuando las editó López Barbadillo en El jardín de Venus, en 1921, resumía su contenido en estos términos: “burlas de frailes y monjas y mucho chiste y regocijo.”

El descaro, el anticlericalismo, la libertad expresiva que encuentra su mejor cauce en la libertad de los heptasílabos y los endecasílabos de sus silvas recorren estos cuentos cuyo escaso valor literario se compensa con la frescura de un lenguaje sorprendentemente contemporáneo.

Samaniego tuvo problemas con la Inquisición de Logroño, donde ahora aparece esta cuidada edición enriquecida con las ilustraciones sólidas y carnales de Javier Jubera.

Santos Domínguez

25/9/12

La creación del psicoanálisis


George Makari.
Revolución en mente.
La creación del psicoanálisis.
Traducción de Daniela Morábito.
Sexto Piso. Barcelona, 2012.

Cuando el médico de veintinueve años bajó del tren en el otoño de 1885, era un fracasado.

Con esa evocación de la llegada de Sigmund Freud a París comienza Revolución en mente, un amplio estudio en el que George Makari reconstruye el proceso de fundación y desarrollo del psicoanálisis como una aventura intelectual que empezó en esos años con sus estudios sobre la histeria y que alteraría la manera de entender al individuo, sus pulsiones y su subconsciente.

Como una de las más grandes revoluciones intelectuales del siglo XX define Makari esa aventura creativa y fundacional que llevó a cabo Freud en un contexto cultural crítico e irracionalista.

Pasado casi un siglo, en un momento en el que su legado y la base misma de sus teorías psioanalíticas se ponen en cuestión por el pensamiento posmoderno más reaccionario, este extraordinario ensayo reivindica su herencia, su innegable huella en la cultura contemporánea y su transcendencia filosófica.


Santos Domínguez

24/9/12

Scott Fitzgerald. Mi ciudad perdida


Francis Scott Fitzgerald.
Mi ciudad perdida.
Edición y traducción
de Yolanda Morató.
Zut ediciones. Málaga, 2011.

Todo se ha perdido salvo el recuerdo, escribe Francis Scott Fitzgerald en el artículo del que toma su título la espléndida reunión de textos autobiográficos del autor norteamericano que integran el volumen Mi ciudad perdida, que publica Zut ediciones con traducción y prólogo de Yolanda Morató.

Es un conjunto de dieciocho textos que el novelista publicó entre 1920 y 1940 en revistas de la época, en dos décadas cruciales en su trayectoria narrativa.

En una carta a su editor, el 2 de abril de 1936, el autor de El gran Gatsby le proponía una edición en libro de este conjunto de artículos. No debió de ser muy convincente, porque ese volumen –que ahora se traduce por primera vez al español- no apareció en vida de Scott Fitzgerald, que murió en 1940 sin verlo publicado, aunque dejó ordenados sus textos y listos para su edición.

Entre el boom y el gloom titula Yolanda Morató un prólogo en el que resalta las líneas que comunican estos textos ensayísticos que trazan la autobiografía literaria de Scott Fitgerald con su escritura narrativa. Autobiografía personal y generacional, crítica social y literaria conviven en estos artículos que no fueron solo un medio de supervivencia en tiempos de escasez económica, sino el reflejo de la quiebra múltiple –sociocultural, moral y económica- de la que fue testigo y víctima.

Entre el boom del éxito literario y social, la prosperidad y los artículos bien pagados y el gloom del fracaso y del pesimismo se mueven las obras narrativas de Scott Fitgerald y estos textos en los que habla con distancia crítica del mundo de los ricos y el dinero, describe con agudeza meticulosa los tiempos de escasez y de abundancia, escribe con lucidez sobre la juventud y el paso del tiempo y une el pasado y el futuro en el presente de la escritura que le permite por ejemplo hacer su autobiografía irónica a través de los licores que bebió en cada momento o de los hoteles en los que se alojó con Zelda Sayre.

En conjunto trazan la crónica de una derrota anunciada, resumen la asimilación de un fracaso cada vez más intenso y sobre todo son el envés de la trama que teje en sus novelas y en sus cuentos quien en alguna ocasión confesó no ssber si era un personaje más de sus relatos.

Y por eso, inevitable y felizmente, muchos de ellos tienen un admirable tono narrativo en la evocación de los altibajos vitales de los que se nutrió su obra de creación: su trayectoria literaria, su experiencia de la universidad en Princeton, la génesis de libros como A este lado del paraíso, la estancia en la Costa Azul o la evocación de su amigo Ring Lardner, en la que parece estar hablando de sí mismo, o la caracterización de su época -la edad del jazz- y de su generación son algunos de los ejes de un libro que, como toda su obra, podría resumirse en la frase de uno de estos textos: la vida entera es un proceso de quiebra.

Santos Domínguez

22/9/12

Galileo Galilei. Dos lecciones infernales


Galileo Galilei.
Dos lecciones infernales.
Traducción y Posfacio de Matías Alinovi.
Introducción de Riccardo Pratesi.
La Compañía. Páginas de Espuma. Madrid, 2012.

Galileo escribió y leyó estas dos conferencias sobre el infierno de Dante en 1587 por encargo de la Academia de Florencia. Pretendía con ellas afrontar la investigación y la descripción de la ubicación y la forma del infierno, el cual está sepulto en las vísceras de la Tierra, oculto a todos los sentidos y de nadie por ninguna experiencia conocido; adonde es tan fácil descender, y de donde, sin embargo, es tan difícil salir.

Los conciudadanos de Dante le miraban con recelo justamente por eso, porque habían leído la Comedia y creían literalmente que Dante había vuelto del Infierno que siempre se consideró la parte más notable de su obra. Tres siglos después, Galileo aplicaba sus conocimientos científicos y matemáticos a la elucidación topográfica de la ubicación, la forma y la extensión de un lugar que posiblemente es más una metáfora que el territorio subterráneo que Galileo describe en estas dos lecciones.


Santos Domínguez

21/9/12

Edward Thomas.Traducciones simultáneas




Edward Thomas.
Poesía completa.
Edición, traducción y notas de
Gabriel Insausti Herrera.
Pre-Textos. Valencia, 2012.



Edward Thomas.
Poesía completa.
Traducción de Ben Clark.
Linteo. Orense, 2012.

Auden, Larkin, Brodsky, Heaney, Walcott. Son no sólo cinco referentes imprescindibles de la poesía contemporánea en lengua inglesa. Son también algunos de los más conocidos admiradores de la poesía de Edward Thomas (Londres, 1878 -Arras, 1917), autor de vida breve y de ciento cuarenta y dos textos que constituyen toda su obra poética.

Apenas conocido en español salvo por la traducción de Ben Clark y Borja Aguiló de una pequeña parte de esos textos en Tengo una cita con la muerte, aparece su obra poética completa en dos traducciones simultáneas, la de Gabriel Insausti en Pre-Textos y la de Ben Clark en Linteo.

Escribió toda su poesía en los dos últimos años de su vida, con la intensidad y la maduración vertiginosa de quien sabía que podía morir en los campos de batalla durante la Primera Guerra Mundial, lo que finalmente ocurrió el domingo de resurrección de 1917 en la batalla de Arras.

Como Thomas Hardy, uno de los autores que más influyeron en su obra, pasó de la prosa al verso en un proceso de evolución inusual que invierte los términos habituales, porque lo más frecuente es que el poeta adolescente se convierta en narrador maduro y no lo contrario.

En todo caso, cuando Edward Thomas empieza a escribir poesía tiene a sus espaldas una larga y acreditada trayectoria de veinte libros en prosa, lo que explica en parte la solvencia de sus poemas desde el principio.

Su poesía –lo explicaba él mismo- quintaesenciaba el mundo literario que había construido en esos libros. Por eso, Thomas no es exactamente un poeta de la guerra, sino un autor que se inscribe en la tradición bucólica de las baladas de Wordsworth para unir biografía y naturaleza en un marco paisajístico único: el escenario campestre de South Country, una suerte de paraíso perdido en el que transcurrieron su infancia y su adolescencia.

Thomas escribió la totalidad de su poesía durante la guerra, pero la reflejó en sus versos de manera indirecta y crítica. Sus textos son el testimonio de una Inglaterra tradicional y rural, de una forma de vida en extinción y de una civilización amenazada.

Fue más un poeta de la naturaleza que un poeta de la guerra, que está siempre en el fondo implícito de los campos abandonados y de una naturaleza asilvestrada de la que ha desaparecido la mano agricultora del hombre.

Su núcleo son las cosas del campo de las que escribió entre nosotros alguien tan influido por el tono y los temas de la poesía inglesa como José Antonio Muñoz Rojas. Son versos humildes, de tono apagado, unos “versos débiles” a primera vista -como destacó Derek Walcott- que describen un mundo de pájaros y de prados, de estanques y colinas, de árboles y canciones viejas, de caminos bajo la niebla y paisajes lluviosos.

Apoyados en la mirada y en el oído, descriptivos en su superficie pero dotados de un sentido que se apoya en un tratamiento simbólico del paisaje, los poemas de Thomas son una excepción de calidad en la avalancha de poesía patética e intranscendente que escribieron los soldados ingleses en la Gran Guerra.

Bastan versos como estos, que cierran su poema Libertad, para comprobarlo. Los transcribo en la versión de Gabriel Insausti:

Sigo amando el dolor, amando a medias
lo imperfecto, con lágrimas y risas,
con cuanto tiene un fin, con vida y tierra
y esta sombra que soy bajo la luna.

Santos Domínguez

20/9/12

La música de los clásicos


Jorge Bergua Cavero.
La música de los clásicos.
Pre-Textos Música. Valencia, 2012.


En su colección de temática musical La huella sonora, Pre-Textos publica un llamativo ensayo de Jorge Bergua, traductor del griego clásico e investigador de la pervivencia de la tradición clásica antigua en la filosofía, la literatura o la música.

Versiones de la poesía antigua, de la Edad Media al Renacimiento tardío es el elocuente subtítulo de este ensayo que explora la presencia de la música griega y romana en la cultura europea medieval, renacentista o barroca.

Horacio en la Edad Media, Virgilio en el Renacimiento, Ovidio en el Barroco son los referentes de un proceso que abarca desde las recitaciones salmódicas a la polifonía renacentista de los madrigales y de ahí a las primeras óperas barrocas; los eslabones del relato de la búsqueda de una tradición musical perdida que se concretó en la música vocal y en la musicalización de poemas antiguos.

Pero este libro indaga también en las conexiones entre lenguaje poético y lenguaje musical, los vínculos entre los sonidos y los significados de las palabras, entre el ritmo verbal y el compás de la música. En resumen, en la conflictiva relación entre las exigencias de la música y las del texto que ya planteó Einstein.

Un apéndice bibliográfico y discográfico y un útil índice onomástico completan este libro que afronta uno de los episodios culturales menos conocidos de la historia europea.

Santos Domínguez

19/9/12

Lezama Lima. Confluencias


José Lezama Lima.
Confluencias.
Editorial Confluencias. Almería, 2012.

La Colección Hispaniola de la Editorial Confluencias nace – y de ahí el homenaje colombino que recuerda el nombre del primer fuerte español en las Indias- con la vocación de integrar en ella la literatura y el pensamiento de las dos orillas atlánticas. Y la inaugura un ensayo que se titula como la editorial, Confluencias. Un texto memorable que resume la poética y el mundo literario de Lezama Lima, que lo escribió en julio de 1968 y lo publicó en La Habana en 1970.

Es un breve e intenso ensayo autobiográfico y literario en el que confluyen la exploración y el descubrimiento, lo telúrico y la revelación, la indagación en lo oscuro, “en un mundo nocturno y fuera del tiempo”, como indica Enrique Juncosa en su prólogo.

Este texto de Lezama, que nació como una conferencia, podría incorporarse como introducción a cualquier edición de su obra, porque en sus páginas – como en el mundo literario de Lezama- confluyen también la insularidad y la universalidad, la poesía, el ensayo y el relato. Por eso Thomas Barège define estas Confluencias como una “enciclopedia en miniatura.”

Se rescata exento, corregido y comentado, en formato bilingüe español-francés, con edición de Thomas Barège y prólogo de Enrique Juncosa.

Santos Domínguez

18/9/12

Historia de la pobreza en EE.UU.


Stephen Pimpare.
Historia de la pobreza en EE.UU.
Península. Barcelona, 2012.


El profesor de Historia contemporánea Stephen Pimpare recoge en este libro, que publica Península en su colección Atalaya, decenas de testimonios de primera mano sobre la pobreza en Estados Unidos. Unas veces de personajes conocidos como el activista Malcolm X o como el escritor James Baldwin, pero sobre todo de personas anónimas, como asistentes sociales, vagabundos, madres solteras que viven de las ayudas públicas, parados...

Es un libro de ensayo, pero a la vez un recopilatorio de documentos y relatos personales que ayudan a ver la pobreza desde distintos puntos de vista y a entender un poco su enorme complejidad: desde quienes piensan que la pobreza es simplemente una condena que sufren, merecidamente, personas descarriadas; hasta quienes, como el profesor Pimpare, contemplan la pobreza no como la simple falta de dinero, sino como algo muchas veces conectado con la enfermedad, la violencia, la obesidad (al menos desde mediados del siglo XX), la ancianidad...

A veces, los testimonios pueden parecer un poco extremos (sorprende cómo en ese país perder el empleo significa en muchas ocasiones una caída automática en la pobreza más absoluta), pero hay que recordar que en Estados Unidos los lazos familiares son más laxos que en España y apenas sirven de protección, y que el estado no cumple en la misma medida que en muchos países europeos como amortiguador de la miseria. De todos modos, la actual ola de recortes sociales (el fantasma que recorre Europa) pronto acabará con estos distingos y, de este modo, la lectura del libro puede ilustrar al lector como previsión de lo que pronto será común también en esta orilla del Atlántico.

Algunos testimonios resultan estremecedores (“Cuando un vagabundo te pide pan, ponle estricnina o arsénico y no volvera a molestarte, y los demás no se acercarán al barrio”, recomendaba The Chicago Tribune a sus lectores en 1884), otros rozan lo humorístico, y algunos producen perplejidad, en especial aquellos que recogen la vergüenza de quienes se ven obligados a recurrir a las ayudas sociales y llegan a negar que lo que reciben sean ayudas públicas, pues ellos también han asumido que quienes se benefician del dinero público tienen que haber hecho algo inmoral para encontrarse en esa situación.

La lectura del libro nos ofrece una perspectiva múltiple del problema: cómo ven la pobreza quienes no la sufren (“eso sale de mi bolsillo” le grita un hombre a una mujer pobre que recibe los cupones de ayuda alimentaria), las autoridades que administran la asistencia social (siempre temerosas de que la oferta de ayuda genere un aumento de la demanda) y los pobres, que tienen que demostrar su idoneidad y su virtud para ser ayudados.

Sorprende la tendencia a exigir a quienes reciben ayuda social que acepten ciertas tutelas y que se sometan a controles, como si el Estado se hubiese contagiado de la tradicional manía eclesiástica de mezclar los componentes materiales y espirituales en la práctica de la caridad.

Implícita en esta tendencia a juzgar la moralidad de los pobres está la idea de que estos tienen que ser culpables de algo, y de que sólo llevando una vida virtuosa podrán salir de la pobreza. En los últimos meses, algunos de nuestros próceres no han parado de proponer ocurrencias (alguna de ellas ya concretada legalmente) para exigirles a los parados españoles algo a cambio de los lujos de los que disfrutan: que arreglen los jardines de la Villa y Corte y que reforesten nuestros bosques chamuscados durante la canícula. Lo que me sugiere inquietantes preguntas: ¿Estará naciendo en España un movimiento ecologista de derechas? ¿Darán frutos amargos los árboles sembrados con trabajos forzosos?

Jesús Tapia

17/9/12

Toba Tek Singh


Saadat Hasan Manto.
Toba Tek Singh.
Traducción del urdu y prólogo
de Rocío Moriones Alonso.
Contraseña editorial. Zaragoza, 2012.

Como “el maestro indiscutible del relato moderno de la India” reconocía Salman Rushdie a Saadat Hasan Manto, que nació hace ahora un siglo y escribió en urdu, una de las lenguas de la India y lengua oficial de Paquistán.

Entre el Punyab, donde nació en 1912, y Lahore, en donde murió en 1955 tras una vida marcada por el desengaño, la autodestrucción y la bebida, transcurrió la vida de Manto, autor de centenares de relatos de los que este volumen ofrece una selección significativa de catorce textos centrados en la sexualidad, la infancia, la situación de la mujer y sobre todo los conflictos provocados por la partición de la India y la segregación de Paquistán, que sufrió en primera persona.

Porque esa partición que marcó un antes y un después en la historia de la India fue un hecho que partió en dos la biografía y la obra de Manto y constituye también la clave fundamental del universo narrativo y moral de un escritor deslumbrante formado en gran medida en la lectura de los clásicos de la narrativa europea del siglo XIX, con Maupassant a la cabeza, a los que tradujo y de los que aprendió los fundamentos técnicos del relato breve, que combinó con una creciente influencia de la técnica cinematográfica.

Un prólogo de la traductora, Rocío Moriones, que traza una panorámica de la lengua y la literatura en urdu y hace un breve análisis de la narrativa de Manto, abre la edición de esta antología, que toma su título del que probablemente sea el relato más emblemático del autor: una alegoría de la partición a través de dos manicomios, uno de la India, el otro, de Paquistán, una ridiculización intemporal de los nacionalismos y las fronteras:

Hubo un loco que se armó tal jaleo con aquel galimatías de Paquistán y la India, y la India y Paquistán, que se volvió más loco aún. Un día, mientras estaba barriendo el suelo, trepó a un árbol y se sentó en una rama, y estuvo dos horas seguidas dando un discurso sobre la espinosa cuestión de la India y Paquistán. Cuando los guardas le dijeron que bajara, trepó más arriba aún, y, cuando lo amenazaron, dijo:

- ¡Yo no quiero vivir ni en la India ni en Paquistán, quiero quedarme en este árbol!


Obsceno, irónico e irreverente, revolucionario o reaccionario, provocador y disoluto, alcohólico y pobre, Manto reflejó en su vida y en su obra las contradicciones y las tensiones de la India, los conflictos religiosos y sociales entre los sijs y los musulmanes. Ese fanatismo religioso es el telón de fondo del espléndido Mozel, uno de los mejores relatos del libro.

Pero además de un testigo incómodo, Manto fue un maestro de la descripción y las técnicas elusivas: de la elipsis narrativa y de los finales abiertos; construyó sus relatos desde dentro hacia fuera, con una mirada que arranca del mundo interior del personaje o ahonda introspectivamente en su carácter, y combinó con equilibrio la narración y el diálogo, las voces del narrador y de los personajes en una tonalidad narrativa que recuerda con frecuencia a Chejov.

Es la segunda vez que se traduce una obra del urdu al español. En la otra ocasión, la misma traductora, Rocío Moriones Alonso, ofreció en Atalanta una brillante versión de Aroma de alcanfor, tan impecable como esta.

Santos Domínguez



14/9/12

Gottfried Benn. Morgue


Gottfried Benn.
Morgue.
Traducción de Jesús Munárriz.
Zut Ediciones. Málaga, 2008.

Este año cumple un siglo uno de los libros más extraños y decisivos en el panorama poético de comienzos del siglo XX. En 1912, un joven médico alemán llamado Gottfried Benn publicaba un folleto con nueve poemas agrupados bajo el título Morgue y otros poemas.

Eran el resultado del talento literario de su autor y de su experiencia forense en un hospital. Y por eso su mirada era la misma mirada del médico que observa los cadáveres, realiza autopsias o contempla el dolor del moribundo con frialdad compasiva, con ojo clínico y humano.

Estremecedores y distantes, estos poemas participan por igual del formol y de la piedad, de minuciosos detalles macabros y de la solidaridad con el que sufre o con el que ha sufrido antes de morir.

Poemas del cuerpo, tan templo de dios como cuadra del diablo, presentan al hombre como un trozo de carne, en la sala de las parturientas o en la mesa de disecciones, evocan a las enfermeras que lavan los cuerpos moribundos de los cancerosos como quien lava bancos o describe el sexo femenino como ranura de la carne.

Con una radical y antirromántica separación entre el sujeto y el objeto, conviven en estos poemas el éter y las hemorragias, las prostitutas y las vírgenes, las vísceras y los fetos, el cáncer y una operación de apendicitis.

La palabra de Benn, cortante como un escalpelo, y su mirada aséptica, fría como un cadáver, es la de quien declara en El médico, uno de los mejores poemas del libro, que vive frente al cuerpo y su vergüenza o presenta irónicamente a sus congéneres como corona de la creación, el cerdo, el hombre.

De él se podría decir lo que decía Canetti de Musil: evitaba las palabras sentimentales, todo lo que fuera complaciente le resultaba sospechoso.

Junto con los nueve textos que aparecían en aquel volumen, la edición que Jesús Munárriz ha preparado para Zut ediciones recoge otra serie de poemas de parecido tono y tema que Benn fue publicando en los diez años siguientes.

Un conjunto que, como señala Munárriz, pese a su violencia, nos incita a la piedad, a la compasión.

Santos Domínguez

13/9/12

Adelante, Pedro, con juicio


Giovanni Albertocchi.
Adelante, Pedro, con juicio.
Barataria. Sevilla, 2012.

En su colección Documentos, Barataria reúne un conjunto de artículos que el propio Giovanni Albertocchi califica como aproximaciones cordiales a la literatura italiana de los siglos XIX y XX.

A través de autores tan dispares como Alessandro Manzoni, Italo Svevo, Giuseppe Tomasi di Lampedusa y Claudio Magris, y de obras tan dispares como Los novios, La conciencia de Zeno, Senilidad, El gatopardo o Microcosmos, Albertocchi explora su común condición de clásicos por encima del tiempo. Dotados de una transcendencia que va más allá de sus fronteras nacionales, sus mundos narrativos forman parte del imaginario colectivo italiano y europeo.

Estos textos indagan en las razones de su pertenencia intelectual, estética y sentimental al canon narrativo occidental, en su concepción ética de la escritura, en su valor testimonial sobre la disolución de un orden social anticuado, en la crisis de la conciencia que se produce a comienzos del siglo pasado, en el viaje como forma de conocimiento de la propia identidad.

Santos Domínguez

12/9/12

Verdes colinas de África



Ernest Hemingway.
Verdes colinas de África.
Traducción de Damián Alou.
Debolsillo. Barcelona, 2012.

Hace casi ochenta años, en 1933, Ernest Hemingway cazaba en la sabana africana, cerca de las nieves del Kilimanjaro. De aquella experiencia surgió Verdes colinas de África, una obra maestra del reportaje, un libro de viajes y un relato de aventuras que publica Debolsillo con traducción de Damián Alou.

El autor ha intentado escribir un libro totalmente veraz -escribe Hemingway en el prefacio- para comprobar si la forma de un territorio y la acción que ocurre durante un mes, presentados de manera veraz, podrían competir con una obra de la imaginación.

Un Hemingway en estado puro y en estilo directo con su habitual dominio de las descripciones y los diálogos.

Santos Domínguez

10/9/12

Los amores oscuros

Manuel Francisco Reina.
Los amores oscuros.
Temas de Hoy. Madrid, 2012.

A medio camino entre el ensayo de investigación y la reconstrucción novelística, Los amores oscuros, que Manuel Francisco Reina publica en Temas de Hoy, es una obra reveladora, potente y polémica. Narrada en primera persona, el autor cede la voz del relato de unos hechos investigados y documentados por él a Juan Ramírez de Lucas, el verosímil destinatario de los Sonetos del amor oscuro.

De esa manera, contada desde dentro en primera persona por uno de sus protagonistas, cobra más fuerza la narración de su relación amorosa con García Lorca, una historia secreta que Manuel Francisco Reina ha indagado en numerosos testimonios orales y en la abundante bibliografía lorquiana para elaborar con esa base documental un texto híbrido, un excelente relato real de extraordinaria fuerza emocional, una novela testimonio sobre uno de los secretos mejor guardados de la literatura española contemporánea, una creación narrativa que busca el disfrute y la emoción de sus lectores.

Santos Domínguez

7/9/12

Pablo Palacio en Barataria

Pablo Palacio.
Débora.
Un hombre muerto a puntapiés.
Prólogo de Leonardo Valencia.
Barataria. Barcelona, 2012.

Como un “clásico de la vanguardia latinoamericana junto a escritores como Macedonio Fernández o Juan Emar” define Leonardo Valencia al narrador ecuatoriano Pablo Palacio en el prólogo –La risa frente al día inmóvil- que abre la edición de su novela corta Débora y del libro de cuentos Un hombre muerto a puntapiés. Los dos títulos, publicados en 1927, los recupera Barataria en su colección Humo hacia el sur.

Marginal y excéntrico, Pablo Palacio (1906-1947) fundió en su biografía vida y literatura y proyectó su propia excentricidad en los personajes de sus novelas y de sus cuentos, marcados por la voluntad de escándalo y por la transgresión de las normas sociales. No es ese su único rasgo vanguardista: el gusto por lo fragmentario y la influencia del cine como tema y como técnica recorren una escritura consciente que reflexiona constantemente sobre el proceso creativo.

Santos Domínguez

5/9/12

Antología del microrrelato español


Antología del microrrelato español
(1906-2011).
El cuarto género narrativo.
Edición de Irene Andrés Suárez.
Cátedra Letras Hispánicas. Madrid, 2012.

Irene Andrés Suárez, acreditada especialista en el género, ha preparado para Letras Hispánicas una amplia antología del microrrelato español. Amplia en el tiempo y generosa en la nómina, porque entre el primer texto –firmado por Juan Ramón Jiménez y fechado en 1906- y el último –publicado en 2011 por Manuel Espada- ha pasado más de un siglo. Más de cien años que sin embargo no han sido suficientes ni para establecer un canon ni para fijar las claves genéricas de lo que en esta antología se denomina el cuarto género narrativo, el género emblemático del siglo XXI.

Un género caracterizado por la brevedad y la narratividad, la tensión concentrada y el lenguaje connotativo, la simplicidad estructural y el esquematismo de la acción, la condensación temporal y la reducción espacial, la importancia del título y –también- por la inestabilidad de sus límites genéricos. Eso es lo que permite que convivan en este volumen Baroja, Gómez de la Serna y García Lorca con el postismo de Antonio Beneyto y el movimiento pánico de Fernando Arrabal y clásicos contemporáneos del tamaño de Ayala, Max Aub, Cunqueiro o Aldecoa con maestros recientes como Merino, Millás o Aparicio, que han abierto el camino para las nuevas promociones de narradores como Manuel Moya, Ángel Olgoso o Miguel Ángel Zapata.

Santos Domínguez


4/9/12

Peter Sís. El coloquio de los pájaros

Peter Sís.
El coloquio de los pájaros.
Traducción de Valeria Luiselli.
Sexto Piso Ilustrado. Madrid, 2012.

Diez años cumple Sexto Piso, una editorial que se ha consolidado en esta década como una referencia de calidad en el ámbito literario hispánico a base de cuidar el continente y de seleccionar el contenido de sus libros.

Ediciones cuidadas que se han convertido en referentes culturales en el ámbito de la lengua española por su ímpetu renovador especialmente en el campo de la narrativa y el ensayo.

La Obra temprana de Musil, el Prometeo de Kerényi, los Dibujos de Kafka, las ediciones ilustradas de Proust o de Ginsberg son algunas de las muestras de una propuesta editorial que aúna riesgo y calidad para dar como resultado un catálogo imprescindible al que se suma ahora uno de esos títulos que confirman el lugar de privilegio que ocupa Sexto Piso en el panorama literario hispánico.

Es la adaptación gráfica que propone el ilustrador y cineasta checo Peter Sís (Brno, 1949) de El coloquio de los pájaros, un poema persa de Farid Udín Attar, del que escribió memorablemente Borges en El acercamiento a Almotásim en unas líneas que retomó años después en El libro de los seres imaginarios.

Borges evocaba así al ilustre persa del siglo XII a quien mataron los soldados de Tule, hijo de Zingis Jan, cuando Nishapur fue expoliada. Quizá no huelgue resumir el poema. El remoto rey de los pájaros, el Simurg, deja caer en el centro de la China una pluma espléndida; los pájaros resuelven buscarlo, hartos de su antigua anarquía. Saben que el nombre de su rey quiere decir treinta pájaros; saben que su alcázar está en el Kaf, la montaña circular que rodea la tierra. Acometen la casi infinita aventura; superan siete valles, o mares; el nombre del penúltimo es «Vértigo»; el último se llama «Aniquilación». Muchos peregrinos desertan; otros perecen. Treinta, purificados por los trabajos, pisan la montaña del Simurg. Lo contemplan al fin: perciben que ellos son el Simurg y que el Simurg es cada uno de ellos y todos.

El poeta, transformado en una abubilla, encabeza esa búsqueda de la montaña Kaf y del rey Simurg, que tiene todas las respuestas, en una travesía difícil, llena de interrogantes y de abandonos, en un viaje alegórico, interior y místico en el que los pájaros alcanzan todos los rincones del mundo, sobrevuelan siete mares y cruzan siete valles simbólicos, siete alegorías que van desde el Valle de la Búsqueda al de la Muerte, pasando por el Valle del Amor, el del Conocimiento o el del Asombro, en un místico camino de perfección sufí que se eleva sobre la ascesis del despojamiento y el desapego hacia lo material y que dejaría una huella indeleble en la mística española del Renacimiento.

De los cientos de miles de aves que inician el viaje, más espiritual que físico, solo sobrevive una bandada de treinta pájaros maltrechos que llegan en un vuelo casí inmóvil a la montaña circular para descubrir que ellos eran el rey Simurg y que el rey Simurg era cada uno de ellos.

Santos Domínguez



3/9/12

Cámara oscura


Gabriel Insausti.
Cámara oscura.
Pre-Textos. Valencia, 2012.

Una mirada crítica, distante a veces y apasionada otras, recorre los diarios que Gabriel Insausti ha reunido en su Cámara oscura. Escritos entre 2001 y 2010 y subtitulados Días en Ramplona, un topónimo más irónico que desorientador, los publica Pre-Textos en su colección de narrativa y son la crónica de un naufragio contada por quien va en una nave a la deriva y quiere dejar su versión de los hechos, el relato de su propia perplejidad.

Lo íntimo y lo público, la literatura y el cine, la infancia y la familia, el campo y la ciudad, lo que pasa en la calle y la vida literaria vista desde la provincia, la suma de hechos y seres triviales que es la vida. Como el de esas vecinas que hablan de balcón a balcón de cosas intrascendentes, ese es al final el destino del género. Quizá también su vocación.Y para hablar de todo eso Gabriel Insausti usa gafas de cerca y una prosa cercana y directa, pero terminante e inobjetable.

Santos Domínguez