6/2/12

María Zambrano. Obras Completas

María Zambrano.
Obras Completas III.
Edición dirigida por Jesús Moreno Sanz.
Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores. Barcelona, 2011.

Galaxia Gutenberg/Círculo de Lectores acaba de publicar, en colaboración con la Fundación María Zambrano, uno de los seis tomos que recogerán la obra completa de la pensadora que acuñó el transcendental concepto de razón poética.

El proyecto, tan ambicioso como imprescindible, está dirigido por Jesús Moreno y culmina un proceso que lleva preparándose desde hace años para editar cuidadosamente y recuperar la totalidad de la obra, con una cantidad asombrosa de inéditos, de María Zambrano, la figura más importante del pensamiento español en la segunda mitad del siglo XX.

María Zambrano, discípula de Ortega y Gasset, transformó la razón vital de su maestro en razón poética y nadie ha reflexionado más lúcidamente que ella sobre los vínculos entre pensamiento y poesía, entre filosofía y creación, sobre las relaciones entre la razón y el conocimiento poético en la mística o en el Romanticismo hasta llegar a Valèry, con quien la poesía deja de ser sueño y se convierte en exactitud.

El proyecto global se ha organizado en seis volúmenes y el primero en aparecer es el que lleva el número III, que recoge siete libros centrales en la obra de madurez de María Zambrano, publicados entre 1955 y 1973.

Junto con el que lo abre, El hombre y lo divino, posiblemente su obra fundamental –con textos memorables como “Apolo en Delfos” y “El Libro de Job y el pájaro”-, seis títulos más: Los sueños y el tiempo, Persona y democracia, La España de Galdós, España, sueño y verdad, El sueño creador y La tumba de Antígona.

La centralidad del primero de esos títulos, El hombre y lo divino, justifica la amplia presentación de Jesús Moreno, que lo define como imán, centro irradiante y eje invulnerable del pensamiento de María Zambrano. Esa visión panorámica es posible porque en este libro se resumen las claves de su pensamiento anterior, que confluyen en unas páginas que proyectan e irradian los temas más sustantivos de su sistema filosófico, especialmente el concepto de razón poética, hacia sus escritos posteriores.

Además de Jesús Moreno, director y coordinador de la edición de las Obras completas de María Zambrano, en la elaboración de este volumen participan otros cuatro especialistas (Sebastián Fenoy, María Luisa Maillard, Fernando Muñoz Vitoria y Virginia Trueba) que han escrito las introducciones de cada libro y confeccionado las más de trescientas páginas de aparato crítico, notas y anejos con la genealogía de los textos y las relaciones temáticas de cada uno de ellos.

Lo que más llama la atención de estas Obras Completas es que hay en ellas una gran cantidad de materiales inéditos. Para hacerse una idea de su importancia basta un dato: en el archivo de la Fundación María Zambrano se conservan unas dos mil páginas manuscritas que no habían sido publicadas hasta ahora.

Ya advertía la autora en el prólogo que escribió en 1970 para la segunda edición de El sueño creador: que lo entregado a la publicación sea una muy escasa parte de lo que reposa entre carpetas no sin orden y de lo que se guarda en cuadernos bajo títulos y fechas todo ello. El que entre esos papeles se encuentren no solamente notas, sino libros enteros cuyo acabamiento sería cosa de poco, no quiere decir que los tenga en menos el autor.

Unos textos fundamentales en el pensamiento filosófico y en la estética del siglo XX que se acercan a la penumbra desde la lucidez de la conciencia y las visiones de lo oculto, desde el centro inaccesible donde se funden la mística y el sueño, la poesía y la filosofía en un doble impulso que convoca lo órfico y lo prometeico a través de una palabra poética mediadora entre el hombre y lo sagrado.

La calidad de su prosa y la sutileza de su pensamiento son constantes de una obra y una actividad intelectual que se prolongó durante más de sesenta años de indagación en las conexiones entre filosofía y lenguaje, entre razón y revelación, entre el misterio y el secreto, entre la palabra y la música.

Y al fondo, el exilio como el no-lugar, como el vacío desde el que escribe María Zambrano, fuera también del tiempo, expulsada de la historia, como todo exiliado, privada de su identidad social y cultural, relegada, como sabía también Jabès, al desierto, desde el que se funda el lugar de la palabra.

Santos Domínguez