Vālmīki.
Ramaiana.
Traducción de Roberto Frías.
Atalanta. Memoria mundi. Gerona, 2010.
Ramaiana.
Traducción de Roberto Frías.
Atalanta. Memoria mundi. Gerona, 2010.
Con quince delicadas ilustraciones de un manuscrito mogol del siglo XVI, Atalanta publica una espléndida edición del Ramaiana, la epopeya india atribuida a Valmiki, el sabio que recopiló una larga serie de tradiciones orales y las fijó en la versión escrita que nos ha llegado desde el fondo de sus dos mil quinientos años de antigüedad.
Más antiguo y breve que el Mahabarata, que trata de las dinastías lunares, el Ramaiana es el relato complementario que se centra en las dinastías solares. Protagonizada por el príncipe Rama, forma parte de la tradición más ancestral y más viva de esa cultura oriental, que se reconoce en la historia y en el mito fundacional de un héroe en el que se reencarna la divinidad de Visnú y que representa una referencia del buen gobierno y del príncipe perfecto en ese dios hecho hombre que habita la mayor parte de las mitologías y las religiones.
Una de las características que definen a los clásicos es que el lector nunca tiene la sensación de leerlos por primera vez. Están tan asimilados a la memoria colectiva de cada cultura que parecen haber estado siempre en ese fondo común que es la tradición.
Como en otras narraciones mitológicas, se cruzan en el Ramaiana lo cotidiano y lo sobrenatural, en una especie de realismo mágico que afecta a la descripción de una naturaleza maravillosa y compasiva con el héroe, que sufre las pruebas físicas y los avatares morales propios de su condición mítica: el destierro, la travesía del bosque peligroso -una metáfora espacial del aprendizaje de la vida-, el dominio de las aguas del mar y de la naturaleza a través de la caza, las tentaciones de la carne o las pociones mágicas.
Con traducción de Roberto Frías, se ha tomado como base de esta versión la edición inglesa de Arshia Sattar, catedrática de lenguas y culturas asiáticas de la Universidad de Chicago, que firma un excelente prólogo sobre la construcción y el sentido del libro. Lo cierra con estas palabras, que son también una invitación a la lectura:
El significado del Rāmāiana no se deriva de una geografía o una historia sagrada; más bien extrae su significado de lo que puede decirnos sobre nosotros mismos, sobre nuestras decisiones y sobre la manera en que elegimos vivir.
Más antiguo y breve que el Mahabarata, que trata de las dinastías lunares, el Ramaiana es el relato complementario que se centra en las dinastías solares. Protagonizada por el príncipe Rama, forma parte de la tradición más ancestral y más viva de esa cultura oriental, que se reconoce en la historia y en el mito fundacional de un héroe en el que se reencarna la divinidad de Visnú y que representa una referencia del buen gobierno y del príncipe perfecto en ese dios hecho hombre que habita la mayor parte de las mitologías y las religiones.
Una de las características que definen a los clásicos es que el lector nunca tiene la sensación de leerlos por primera vez. Están tan asimilados a la memoria colectiva de cada cultura que parecen haber estado siempre en ese fondo común que es la tradición.
Como en otras narraciones mitológicas, se cruzan en el Ramaiana lo cotidiano y lo sobrenatural, en una especie de realismo mágico que afecta a la descripción de una naturaleza maravillosa y compasiva con el héroe, que sufre las pruebas físicas y los avatares morales propios de su condición mítica: el destierro, la travesía del bosque peligroso -una metáfora espacial del aprendizaje de la vida-, el dominio de las aguas del mar y de la naturaleza a través de la caza, las tentaciones de la carne o las pociones mágicas.
Con traducción de Roberto Frías, se ha tomado como base de esta versión la edición inglesa de Arshia Sattar, catedrática de lenguas y culturas asiáticas de la Universidad de Chicago, que firma un excelente prólogo sobre la construcción y el sentido del libro. Lo cierra con estas palabras, que son también una invitación a la lectura:
El significado del Rāmāiana no se deriva de una geografía o una historia sagrada; más bien extrae su significado de lo que puede decirnos sobre nosotros mismos, sobre nuestras decisiones y sobre la manera en que elegimos vivir.
Santos Domínguez