Théo Ananissoh.
Un reptil por habitante.
Traducción de Robert Juan-Cantavella.
Alpha Decay. Barcelona, 2009.
Un reptil por habitante.
Traducción de Robert Juan-Cantavella.
Alpha Decay. Barcelona, 2009.
Con una eyaculación precoz y un coitus interruptus provocado por una llamada telefónica comienza Un reptil por habitante, una novela doblemente negra: por su trama y por estar ambientada en el África negra.
Escrita por el togolés Théo Ananissoh, la edición original la publicó Gallimard hace un par de años y ahora la publica Alpha Decay con traducción de Robert Juan-Cantavella en su colección Alfaneque, dedicada a la narrativa africana.
Como toda novela de este género, al principio hay un cadáver, el del Jefe de Estado Mayor adjunto del ejército de Togo y un móvil desconocido para el crimen, cometido en casa de su amante. A partir de ahí, con un ritmo trepidante, se suceden los acontecimientos con eficaces dosis de intriga, sexo y humor.
Humor negro, naturalmente, para hablar no sólo de la elucidación del crimen, sino de la realidad social y política de todo un continente.
Escrita por el togolés Théo Ananissoh, la edición original la publicó Gallimard hace un par de años y ahora la publica Alpha Decay con traducción de Robert Juan-Cantavella en su colección Alfaneque, dedicada a la narrativa africana.
Como toda novela de este género, al principio hay un cadáver, el del Jefe de Estado Mayor adjunto del ejército de Togo y un móvil desconocido para el crimen, cometido en casa de su amante. A partir de ahí, con un ritmo trepidante, se suceden los acontecimientos con eficaces dosis de intriga, sexo y humor.
Humor negro, naturalmente, para hablar no sólo de la elucidación del crimen, sino de la realidad social y política de todo un continente.
Santos Domínguez