21 julio 2014

El gran espejo del amor entre hombres



Ihara Saikaku.
El gran espejo del amor entre hombres.
Historias de actores.
Traducción de Carlos Rubio y Akiko Imoto.
Prólogo de Luis Antonio de Villena.
Satori. Gijón, 2014.

Satori publica en su colección Maestros de la literatura japonesa la segunda entrega de El gran espejo del amor entre hombres, una obra que Ihara Saikaku escribió a finales del siglo XVII.

Tras las Historias de samuráis del primer libro, este volumen -Historias de actores- recoge en los veinte relatos de sus cuatro partes una serie de relatos de amor homosexual con actores jóvenes del teatro kabuki que, como en la Europa del XVII, representaban papeles femeninos. Se completa así el panorama de las armas y las letras en la literatura homoerótica japonesa, en un entorno cultural y social que veía este tipo de relaciones sin sordidez y con la naturalidad que recorre estos textos ilustrados con grabados de la época, traducidos por Carlos Rubio y Akiko Imoto  y prologados por Luis Antonio de Villena.

Santos Domínguez

20 julio 2014

Carlos Martínez Aguirre. El peregrino





Carlos Martínez Aguirre.
El peregrino.
La Isla de Siltolá. Sevilla, 2014.

Yo busco el sentimiento de un presente olvidado: / los días y las horas que no quieren volver, escribe Carlos Martínez Aguirre en El peregrino, que publica La Isla de Siltolá en su colección Tierra.

En sus páginas, que recogen poemas escritos durante estos quince años, se superpone a la vocación elegiaca un cierto tono de epístola moral a sí mismo. Cuartetos, serventesios y sonetos, endecasílabos y alejandrinos con resonancias modernistas sustentan un doble argumento clásico: el tiempo y el amor, porque como enseñó Machado se canta lo que se pierde.

Entre la contención métrica de la forma clásica y el despliegue verbal y la ambición visionaria de la poesía posromántica: porque aquí los crepúsculos son de arco voltaico y Bernal Díaz del Castillo convive con Papageno y San Agustín con el doctor Spock, pero hay también un breve sueño de amor del genovés que iba sin saberlo a un nuevo mundo, la mente positrónica de los robots y el numen virginal del que se enamoran un Pan infantil o un Arlequín adolescente y los sueños perdidos se atisban en la niebla de las islas del sueño.

Santos Domínguez

19 julio 2014

Los devoradores de caballos



Thomas Boberg.
Los devoradores de caballos.
Traducción de Daniel Sancosmed.
Prólogo de Raúl Campoy.
Libros del Aire. Madrid, 2014.

Los comerciantes de caballos de clase media / están en la cárcel /por encubrimiento, contrabando, robo / y la arrogante rutina de rechazar / trabajos. / Sólo los nihilistas y los patriotas cristianos más ricos / y sus enemigos oficiales, / los cínicos / follahijas, / tienen oportunidades en esta época. / Trafican con parientes y rocines flacos / en la frontera. / Organizan orgías secretas en el sótano /del edificio / donde vivo”, escribe el danés Thomas Boberg en Los devoradores de caballos, que Libros del Aire publica en su colección Jardín Cerrado.

En ese tono discurre este alucinado y potente apocalipsis posmoderno, un libro hipnótico, como señala en su prólogo Raúl Campoy, que define su propuesta visionaria como “un misticismo sucio.” Una perturbadora escritura en libertad, de una enorme fuerza expresiva que combina el verso con la prosa y fusiona lo lírico con lo narrativo, la visión con la denuncia, el autodestructivo desgarro emocional con una pesadilla sin despertar.

Un libro inagotable y poliédrico del que el lector sale con la misma turbación con que Dante abandonó el infierno: Metí la mano en el bolsillo y saqué el diente de lobo y me lo tragué; / me di la vuelta y salí del bosque de mi infancia.

Santos Domínguez

18 julio 2014

Miguel Navia. Chueca


Miguel Navia.
Chueca.
Prólogo de Óscar Esquivias.
Reino de Cordelia. Madrid, 2014.

Presentado por un prólogo de Óscar Esquivias, Reino de Cordelia publica Chueca, un espléndido álbum gráfico en el que las ilustraciones de Miguel Navia recorren un barrio lleno de contrastes.

Por eso, ninguna forma de expresión más adecuada que los dibujos con tinta china, que con su juego de blancos y negros reflejan el universo plural de este barrio céntrico de Madrid, un cruce de caminos en el que confluyen lo antiguo y lo moderno, lo castizo y la posmodernidad, el cocido madrileño y la cocina de diseño.

Centro de un laberinto urbano, social y cultural donde se cruzan la diversidad de las razas y las costumbres, el pasado y el presente, el centro y el margen, en el paisaje urbano de Chueca, entre las fachadas exteriores, las calles y los espacios interiores, conviven los solitarios y los grupos. Porque ese barrio madrileño que tiene como límites las calles Fuencarral y Barquillo y su eje en Hortaleza es un lugar donde late la vida en toda esa complejidad heterogénea que ha dibujado Miguel Navia en este libro que refleja -escribe Óscar Esquivias para cerrar su prólogo- “a todos los figurantes de esta gran película atolondrada, castiza y moderna que se titula Chueca”.

Santos Domínguez

16 julio 2014

Oscariana



Oscar Wilde.
Oscariana.
Traducción de Carmen Francí.
Prólogo de Luis Antonio de Villena.
Hermida Editores. Madrid, 2014.

En 1895 se editaba un pequeño volumen que con el título Oscariana reunía una colección de 362 aforismos de Oscar Wilde que su mujer había ido entresacando de su obra teatral, narrativa y ensayística publicada hasta entonces. De aquel tomo se hizo una edición no venal y de circulación muy restringida, limitada a cincuenta ejemplares.

Con traducción de Carmen Francí y prólogo de Luis Antonio de Villena -Oscar Wilde: elegancia y paradoja-, Hermida Editores reúne ahora ese material con otras dos colecciones de aforismos: Frases y filosofías para uso de los jóvenes y Algunas máximas para la enseñanza de los individuos educados en exceso, para ofrecer una imagen completa del Wilde más brillante y transgresor, del escritor ocurrente y lúcido que fue dejando sus chispazos paradójicos y provocadores a lo largo de toda su obra y al que no le importaba su fama de cínico porque el cinismo es solo el arte de ver las cosas como son en lugar de verlas como deberían ser.

No se trata de meros fogonazos. Tras su apariencia burbujeante hay con frecuencia una mirada honda y desengañada y una capacidad de seducción de la que escribía Borges: “Los largos siglos de la literatura nos ofrecen autores harto más complejos e imaginativos que Wilde; ninguno más encantador. Lo fue en el diálogo casual, lo fue en la amistad, lo fue en los años de la dicha y en los años adversos. Sigue siéndolo en cada línea que ha trazado su pluma.”

Santos Domínguez

15 julio 2014

Chantal Maillard. India


Chantal Maillard.
India.
Pre-Textos. Valencia, 2014.

¿Qué fuiste a buscar a India y qué encontraste?, se pregunta Chantal Maillard en el texto preliminar de India, el amplio volumen que acaba de publicar Pre-Textos, una obra reunida en torno a la India con materiales inéditos o revisados de sus diarios, poemas, ensayos y textos críticos elaborados durante un cuarto de siglo, entre 1987 y 2012. La hondura de los centenares de páginas que Chantal Maillard ha dedicado a la India es la mejor contestación a esa pregunta inicial. Una contestación abierta, porque hay en estos textos más búsquedas y aproximaciones que respuestas.

Búsquedas y aproximaciones que con esas cuatro formas complementarias de escritura –autobiográfica, poética, ensayística, crítica- y con el espléndido cuaderno de imágenes que cierra el volumen exploran más que otro espacio y otra cultura otra forma de estar en el mundo, de tomar conciencia de la identidad y del sentido de la vida y de la muerte.

Porque este no es un libro de crónicas de viaje o de impresiones de un turista, sino una reunión de esas cuatro perspectivas que describen un viaje hacia el conocimiento. Cuatro perspectivas que se complementan porque, como explica la autora, cada una de ellas responde a una manera de dialogar con la realidad, de provocarla, recibirla y expresarla, por lo que reunirlas permite ofrecer ángulos y derivas que podrán ayudar a imaginar la complejidad del mundo que describen.

Santos Domínguez

14 julio 2014

El corazón de las tinieblas


Joseph Conrad.
El corazón de las tinieblas.
Ilustraciones de Abraham Cruzvillegas.
Traducción de Juan Sebastián Cárdenas.
Sexto Piso Ilustrado. Madrid, 2014.

Las últimas palabras de Kurtz en El corazón de las tinieblas (¡El horror! ¡El horror!), tan misteriosas y ambiguas como quien las pronuncia antes de morir, son el testamento moral de aquella sombra que Marlow sólo recuerda como una voz que sube de la pesadilla y de la niebla de su propia conciencia.

La tarea que intento llevar a cabo, gracias al poder de la palabra escrita, es haceros oír, haceros sentir..., es, antes que nada, haceros ver.

Esas palabras, que Conrad escribió en el prólogo que redactó para El Negro del Narcyssus, adquieren un nuevo sentido a la vista de esta edición ilustrada de El corazón de las tinieblas, en la que Conrad denuncia las consecuencias del colonialismo salvaje de Leopoldo II de Bélgica en el Congo, una cárcel gigantesca que le dejó herido el cuerpo de malaria y el espíritu dañado con secuelas psíquicas que no superó nunca.

Hay en estas ilustraciones de Abraham Cruzvillegas no sólo el relato de un viaje fluvial, sino sobre todo un recorrido literario y moral a través de la novela y la realidad. Un periplo de enorme impacto visual que resume el itinerario moral, la bajada al fondo del corazón del hombre, que es El corazón de las tinieblas.

Esta bellísima edición de Sexto Piso es una invitación a releer esta bajada a los infiernos de la barbarie colonial mientras subimos por el río Congo acompañados por Marlow, un Virgilio moderno que nos guía hasta la figura ambigua de Kurtz, una sombra más oscura que la sombra de la noche que se proyecta sobre la zona más oscura del hombre y sobre la presencia perturbadora del blanco en el África Negra.

13 julio 2014

Dónde estabas el día del fin del mundo



Luis Ángel Lobato.
Dónde estabas el día del fin del mundo.
Ediciones Cálamo. Palencia, 2014 .

Ya desde su título, este libro de Luis Ángel Lobato que publica Cálamo convoca  el pasado y el presente, el calor del recuerdo, la desolación del presente y la incertidumbre del futuro en un tiempo de fechas que evoca la memoria que vuelve desde el amor a la ausencia con el dolor de las pérdidas en una poesía directa, visionaria y rememorativa.

Poesía como consuelo y como conocimiento en la que el autor combina lo inmediato y lo ausente, lo real y lo imaginado en el lugar del poema, allí donde la palabra se convierte, desde el confín del lenguaje, en antídoto del silencio y del olvido: “¿Qué quedará de nosotros / cuando el amor se haya ido? (...) ¿Qué será/ de nuestra muerte cuando el amor / se haya ido? / ¿Qué ensueños cultivaré/ sobre los tejados azules/ de la infancia?

Santos Domínguez

12 julio 2014

Rusiñol. Máximas y malos pensamientos



Santiago Rusiñol.
Máximas y malos pensamientos.
Traducción, edición y notas de Francisco Fuster.  
Vaso Roto Cardinales. Madrid, 2014.

Al primero que deberían condenar a muerte, por haber matado, es al verdugo, escribe Santiago Rusiñol en uno de los doscientos aforismos de Máximas y malos pensamientos, que publica Vaso Roto Cardinales con traducción, edición y notas de Francisco Fuster.  

Piensa mal y no errarás es el subtítulo que Rusiñol eligió como lema de este conjunto de textos breves y provocadores que buscan el escándalo o critican los males sociales con sarcasmo, escepticismo y buen humor y muestran la cara oculta e inesperada del pintor y escritor, del Rusiñol crepuscular y desengañado que publicó en 1927 estos aforismos que había ido reuniendo durante dos décadas. Entre ellos este: Quienes buscan la verdad merecen el castigo de encontrarla.

Entre la reflexión y la frase ingeniosa, entre la ocurrencia, la denuncia y la greguería, trazan esta suerte de autobiografía indirecta que Rusiñol escribió –como señala Francisco Fuster en su introducción- para comentar su texto y recordar su vida; o, lo que es lo mismo, para comentar su vida y recordar su texto.

Santos Domínguez

11 julio 2014

Antonio López Ortega. La sombra inmóvil



Antonio López Ortega.
La sombra inmóvil.
Pre-Textos. Valencia, 2014.

Catorce relatos de Antonio López Ortega (Venezuela, 1957) uno de los narradores más interesantes del panorama latinoamericano actual.

Variados en temática y registros estilísticos, en tono y en enfoques narrativos, los catorce cuentos tienen sin embargo una serie de rasgos comunes que dan cohesión al conjunto: la tensión constante entre la vida y la muerte, entre la memoria y el olvido, la realidad y la imaginación, el orden y el caos en la prosa trabajada y eficaz de López Ortega.

Y entre ellos, dos especialmente brillantes: el espléndido Elizabeth: sus perros, un homenaje conmovido a la poeta venezolana Elizabeth Schön, y Letter from home, un relato en el que la música del guitarrista Pat Metheny genera un proceso mental y estético de una enorme intensidad emocional expresado con  una alta calidad de estilo.

Santos Domínguez

10 julio 2014

Georg Groddeck. El buscador de almas


Georg Groddeck.
El buscador de almas.
Traducción de José Aníbal Campos.
Sexto Piso. Madrid, 2014.

Mi amiga, la señora Agathe Willen, me encargó en su lecho de muerte que publicara la historia de su hermano, un tipo raro llamado Thomas Weltlein.

Así comienza El buscador de almas, de Georg Groddeck, en la versión de José Aníbal Campos que acaba de publicar Sexto Piso. Fue la única novela de uno de los fundadores del psicoanálisis y, tras varios rechazos de editores escandalizados, acabó publicándola Freud en el mismo sello editorial donde aparecieron los textos fundamentales de la teoría psicoanalítica.

Nada en ese comienzo algo insustancial en el que se repite el conocido método de inserción narrativa del manuscrito hallado hace esperar lo que se desencadena torrencialmente en sus páginas: una secuencia imparable de  asociaciones delirantes y divertidos disparates que son una provocación frente a las convenciones sociales, una desaforada manera de dar rienda suelta a los impulsos reprimidos.

Una de las novelas más divertidas de la temporada, sin ninguna duda.

Santos Domínguez

09 julio 2014

Alexander Grin. Cazador de ratas


Alexander Grin.
Cazador de ratas.
Traducción de Mercedes Noriega.
Pasos perdidos. Madrid, 2014.

El ruso Alexander Grin (1880-1932) tuvo una existencia marcada por la desgracia y el desarraigo y una peripecia vital errática y novelesca que reflejó parcialmente en su narrativa.

Ambientada en la primavera de 1920 en el San Petersburgo posterior a la guerra civil y heredera de la tradición del terror alucinado de Hoffmann y Poe, Cazador de ratas, el título que publica Pasos perdidos con traducción de Mercedes Noriega, es una novela corta en la que, como en su narrador perplejo, se borran las fronteras de la realidad y la pesadilla.

Como en la vida desorientada y marginal de Grin, en estas páginas una realidad miserable se convierte en el escenario de las visiones escalofriantes en medio de los caminos confusos del azar que se convierte en metáfora del mundo.

Santos Domínguez

08 julio 2014

James McClure. Piel de serpiente


James McClure.
Piel de serpiente.
Traducción de Susana Carral.
Reino de Cordelia. Madrid, 2014.

Reino de Cordelia publica una nueva entrega –la tercera, tras La canción del perro El cazador sordo- de los casos de la pareja de detectives integrada por el teniente Kramer y el sargento bantú Zondi.

Piel de serpiente, que comienza en un suburbio sudafricano con robos y altercados tribales, se centra en la muerte de una stripper que usaba una serpiente en su espectáculo erótico. Publicada originariamente en 1976, en la Sudáfrica racista del apartheid su bien tejida trama policial tenía como telón de fondo la injusticia social y la opresión del régimen racista.

Y si entonces la fuerza de la denuncia se superponía a las claves de un género negro en el que McClure es un maestro, hoy mantiene el vigor de un testimonio de primera mano espléndidamente traducido, como los otros títulos de la serie, por Susana Carral.

Santos Domínguez

07 julio 2014

António Patrício. Vigilia inquieta


António Patrício.
Vigilia inquieta.
Traducción de Julio Reija.
Ardicia Editorial. Madrid, 2014.

Vigilia inquieta reúne los cinco cuentos que António Patrício (Oporto, 1878-Macao, 1930) publicó en 1910 en su único libro de relatos, traducido ahora al español por Julio Reija en Ardicia Editorial.

Nocturnos y desasosegantes, tramados en un lugar intermedio entre el sueño y la vigilia y situados en una zona de frontera entre la razón y la locura, Pessoa definió el conjunto de estos cinco relatos como el más perfecto de los libros de cuentos escritos en Portugal.

Protagonizados por seres raros y marginales como el mendigo Veiga, insomne y desolado, por un niño moribundo y lúcido junto a su madre, por un hombre de las fuentes, estos cuentos se asoman a esa ojiva de misterio que aparece en uno de ellos. Cinco relatos atravesados por la presencia continua de la muerte y escritos con la calidad de la prosa estilizada y precisa de quien fue poeta antes y después que narrador.

Santos Domínguez

06 julio 2014

Lêdo Ivo. La muerte de Brasil


Lêdo Ivo.
La muerte de Brasil.
Traducción de Ángel José Alonso.
Vaso Roto. Madrid, 2014.

Con un diseño de novela negra clásica, narrada en primera persona por un comisario de policía desengañado y con una tonalidad irónica característica de los mejores modelos del género policial, Lêdo Ivo invita al lector en La muerte de Brasil a responder a una doble pregunta -¿Dónde está la verdad? ¿Dónde está la mentira?- y a escoger entre estas dos opciones: aceptar la mentira como una verdad o aceptar la verdad como una mentira o ficción.

Sobre un fondo autobiográfico en el que confluyen los recuerdos infantiles del autor en Maceió y los paseos nocturnos por callejones inquietantes de Río, el narrador se convierte en depositario de la memoria de Lêdo Ivo, que proyecta en la figura del inolvidable comisario –antes comisario de oficio- que protagoniza esta historia su misma mirada ambivalente.

Una mirada narrativa ambivalente que refleja lo peor y lo mejor de la existencia y del ser humano entre la evocación del paraíso de la infancia y la incursión profesional en la realidad más siniestra y sombría de la criminalidad. Con una espléndida prosa cuya fuerza se mantiene en la traducción de Ángel José Alonso, Lêdo Ivo trazó en esta novela que publica Vaso Roto una alegoría sobre el poder y la muerte.

Santos Domínguez

05 julio 2014

Antonio Moreno. El viaje de la luz




Antonio Moreno.
El viaje de la luz.
(Antología poética 1990-2012).
Prólogo de Vicente Gallego.
Renacimiento. Sevilla, 2014.

Decir es dirigirse a algún lugar, / marchar a alguna parte, a un destino / al que uno se encamina con palabras / crecidas, luminosas como el cielo / de originaria y blanca luz nocturna, escribe Antonio Moreno en El viaje de la luz, la antología poética de su obra que publica Renacimiento.

Esos versos de Intervalo, el poema que dio título a la recopilación de sus libros en 2008, resumen su concepción de la poesía y su manera de mirar el mundo. Una poesía meditativa y depurada, de línea clara y tono cercano que conjunta pensamiento y sentimiento, memoria y mirada en una dirección emparentada con nombres como Brines, Sánchez Rosillo, Antonio Cabrera o Vicente Gallego, que en el prólogo de esta antología señala a Antonio Moreno como “una de las voces a las que me siento más cercano, tanto en la razón estética como en la clara sinrazón compartida del espíritu.”

Evocativos y atravesados por la concepción de Wordsworth de la poesía como la emoción recordada en tranquilidad, los versos de Antonio Moreno tienen al fondo el mundo clásico y la luz transparente del Mediterráneo transfigurada en las palabras del poeta y en su poesía celebratoria que tiene más de himno que de elegía.

Poesía que busca esa belleza sin materia a la que alude uno de los poemas; poesía que evoca un mundo cercano con la palabra esencial y despojada y la intensa emoción de quien se sabe fugaz y lo asume en versos como estos, los últimos de la antología: Bien lo sabéis: jamás tuvimos nada, / ni la casa ni el nombre que nos dieron. / Mas crece nuestro amor por esta nada / en la que somos más de lo que vemos, / tan poblada de luz y oscuridad, / tan copiosa de música y silencio.

Santos Domínguez

04 julio 2014

Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis


Vasilis Vasilicós.
Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis.
Traducción de Ángel Pérez González.
Hoja de Lata. Gijón, 2014.

El escritor griego Vasilis Vasilicós (Cavala, 1934) es un autor poco conocido en España, donde se suele olvidar que es el autor de Z, la novela que sirvió de base a la película homónima de Costa Gavras con un guión adaptado por Jorge Semprún.

El eje de aquella novela era la denuncia de la dictadura de los coroneles griegos en los años sesenta. Y ese es también uno de los momentos históricos en los que se centra Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis, que raya a mayor altura literaria que Z y se traduce ahora por primera vez del griego al español en Hoja de Lata.

Una intensa obra en marcha que escribió y reelaboró durante cuatro décadas para acabar completando un fresco de la Grecia contemporánea. Lo poco que sé de Glafcos Zrasakis es en esta versión definitiva el resultado de la reunión en un volumen de las tres novelas que tenían como referente al escritor imaginario Glafcos Zrasakis, alter ego del novelista. Construida con elementos autobiográficos que se ensamblan siguiendo un modelo estructural parecido al que empleó Nabokov en Pálido fuego, esta es una novela política, con un enfoque irónico y crítico y con una distancia que seguramente es la única soportable por una víctima de la dictadura griega como Vasilicós.

Santos Domínguez

03 julio 2014

Rudyard Kipling. América


Rudyard Kipling.
América.
Traducción, introducción y notas
de José Manuel Benítez Ariza.
Pre-Textos. Valencia, 2014.

De mar a mar. Cartas de viaje tituló Rudyard Kipling el original inglés de un amplio volumen en el que recogía las crónicas y artículos que fue escribiendo durante un viaje que le llevó en 1889 desde la India, a donde ya no volvería más. Se iniciaba así un periplo que el editor define en su prólogo como un viaje iniciático que le llevó por Extremo Oriente y el Pacífico hasta los Estados Unidos de América y desde allí hasta Inglaterra por el Atlántico.

Con traducción y prólogo de José Manuel Benítez Ariza, Pre-Textos publica en su cuidada colección Narrativa Clásicos una parte –los dieciséis capítulos centrados en América, desde el desembarco en San Francisco hasta una entrevista con Mark Twain- de aquella media vuelta al mundo que recogió en estos textos periodísticos que acabaron siendo también la despedida de Kipling del oficio de corresponsal en la India.

Como en otros casos memorables –García Márquez sin ir más lejos-, el trabajo periodístico fue la base del aprendizaje literario de un autor que después de esta travesía se dedicó plenamente a la creación.

Santos Domínguez

02 julio 2014

Tomeo. El fin de los dinosaurios


Javier Tomeo.
El fin de los dinosaurios.
Prólogo de Daniel Gascón. 
Epílogo de Ismael Grasa. 
Apéndice de Antón Castro.
Páginas de Espuma. Madrid, 2014

Soy un cocodrilo y no puedo sacar la lengua. A lo mejor esa es la razón por la que no puedo deciros adiós.

Ese microrrelato, Cocodrilo, cierra El fin de los dinosaurios, que publica Páginas de Espuma, una colección de microrrelatos inéditos y póstumos de Javier Tomeo que dejó en estos textos de minificción su testamento literario. Un testamento habitado por los monstruos y los animales del peculiar bestiario de Javier Tomeo, por sus solitarios cadáveres sociales con el desengaño y el tiempo destructor al fondo.

Alrededor de 150 microrrelatos que establecen una curiosa red de relaciones entre ellos y con el resto de la narrativa de Tomeo, porque en este póstumo están estilizadas y son reconocibles muchas de las claves de su inconfundible mundo literario. A esa labor de jibarización se refiere Juan Casmayor, el editor, en A propósito de una edición, el texto que presenta el volumen a través de su proceso editorial de este “libro crepuscular” en el que se conjuran el humorista y el visionario que conviven en Tomeo, como explica Daniel Gascón en su prólogo.

Estuvo trabajando en ellos sus últimos meses de vida y había previsto un rótulo técnico más que un título para agruparlos: Literatura de precisión: Mini y microrrelatos. Unificados por su estilo descarnado, por su humor y su desgarro, coexisten en estos textos la tabla de multiplicar y el pene de Polifemo, Nerón y la anatomía del grillo, un niño cabezón y una muñeca hinchable, los afrodisíacos y una sardina analfabeta, un hombre chinche y el corazón del caracol.

Es un mundo narrativo emparentado con las figuras en diálogo de sus Historias mínimas, con los animales en primera persona de sus dos Bestiarios, con los híbridos intercambiables de hombres y animales en Zoopatías y zoofilias, algunos de los títulos más significativos de la trayectoria literaria de Tomeo y de su universo pesimista y desengañado, siempre a medio camino entre el humor y la melancolía, un territorio moral delimitado ya claramente en el microrrelato inicial, en el que un lobo, habitual proyección del autor, confiesa: Lo siento, pero tampoco yo estoy vivo. También a mí me mató hace años la soledad.

El inconfundible mundo literario de Tomeo, más que en sus novelas, se configuró en su narrativa breve, en la que puso su imaginación libre al servicio de la creación de un mundo excéntrico, a veces divertido y a veces inquietante, siempre en el límite de la crueldad y de la pesadilla, del humor y el absurdo.

Porque Javier Tomeo es un narrador de enorme capacidad en la distancia corta y directa del cuento y el microcuento, un autor que se mueve con soltura con una gran economía de lenguaje y recursos, en unos textos breves que son dardos certeros que llegan con facilidad al lector porque son muy directos y apenas hay en ellos descripciones.

Como en sus mejores cuentos, la base de casi todos estos microrrelatos son los personajes, seres lunáticos, solitarios e inestables que, sin barreras morales ni lógicas, actúan por impulsos instintivos ante situaciones extravagantes., personajes atípicos y esperpénticos, amados monstruos como los que aparecen en el título de una de sus novelas más leídas.

Dotado de un inusual sentido del humor, con una explosiva y chocante mezcla de Buñuel, Valle y Kafka, Javier Tomeo -a quien el lector puede confundir con el narrador en primera persona que suele aparecer en su narrativa- transmite en sus textos una visión ácida de las relaciones humanas a través de una reflexión tierna y benevolente o cruel y desengañada sobre la condición humana.

Una visión valleinclanesca que deforma a los personajes y exagera las aristas de la realidad por medio del narrador-personaje que suele predominar en sus relatos, de los que Tomeo afirmaba que eran emanaciones sentimentales que afloran al exterior en forma gaseosa y en los que los comportamientos heterodoxos de sus criaturas reflejan reacciones en cortocircuito, que inscriben por derecho propio a casi todos sus personajes en el poblado censo de los psicópatas.

Siempre a medio camino entre lo previsible y lo sorprendente, el de estos relatos es un Tomeo directo, terminante y convincente que se expresa con esa primera persona narrativa verosímil que nos cuenta historias inverosímiles de personajes excéntricos, esas criaturas desmadradas, esperpénticas, hipertrofiadas, de las que habló su autor con el sentido del humor distante del constructor de monstruos que fue Tomeo, que proyectó en ellos una reflexión amarga y desengañada sobre la condición humana.

Completan el volumen un epílogo -Última función- de Ismael Grasa sobre la mezcla de vitalismo y melancolía de estos últimos textos y un Diccionario que ha recopilado Antón Castro a través de un conjunto amplio de entrevistas en las que Tomeo habló de las claves de su mundo literario.

Santos Domínguez

01 julio 2014

La casa de los siete tejados


                                                           Nathaniel Hawthorne.
La casa de los siete tejados.
Traducción de Miguel Ángel Pérez.
Alianza Editorial. Madrid, 2014.

Contemporáneo de Poe y amigo de Melville, Nathaniel Hawthorne es no solo uno de los mejores representantes del Romanticismo oscuro. Es también uno de los padres de la narrativa en Estados Unidos.

Nació en Salem (Nueva Inglaterra) al lado de una casa de estilo colonial del XVII en la que situaría la acción de una de las mejores novelas del siglo XIX. Esa casa de siete tejados acaba convirtiéndose en el centro de una historia de fantasmas y maldiciones, las que sufren los Pingeon en esta novela sobre la ambición, la culpa y la venganza.

Como en sus mejores cuentos, Hawthorne, maestro en la creación de atmósferas, consigue dotar de una potente corporeidad y de una verosimilitud inquietante a los personajes que recorren las estancias de esa casa siniestra donde lo sobrenatural, lo mágico y el horror parecen estar acechando al otro lado de un espejo inquietante, en un mundo opaco en el que cristaliza la parte más significativa de la herencia narrativa gótica.

La publicó en 1851, en su plenitud creativa, al año siguiente de La letra escarlata, y ahora Alianza la edita en su colección 13/21 con una nueva y espléndida traducción de Miguel Ángel Pérez.

Santos Domínguez