Owen Barfield.
El arpa y la cámara.
Traducción de María Tabuyo y Agustín López.
Atalanta. Gerona, 2019.
Del segundo de los seis ensayos breves de Owen Barfield (1898-1997) que contiene el volumen toma su título El arpa y la cámara, que publica Atalanta con traducción de María Tabuyo y Agustín López.
Este ensayo tiene su origen en una conferencia que Barfield pronunció en el Wheaton College de Illinois y en ese texto se unen dos ingenios de Athanasius Kircher, un jesuita alemán del XVII: el arpa de viento y la cámara oscura, que se convierten aquí en emblemas del pensamiento romántico y del hombre posrenacentista respectivamente y que son también -explica Barfield- “tipificaciones del proceso de la percepción” del mundo convertido en experiencia propia.
Es el aire de la inspiración y la luz como base de la imagen y de la imaginación, uno de los ejes de interés de este ensayo que aborda también los procesos metafóricos que conectan la palabra con la realidad y el pensamiento, porque Barfield presenta “la historia de la mente occidental como una especie de guerra entre el arpa y la cámara” en la que finalmente se ha impuesto esta última, porque -afirma- “vivimos en la civilización de la cámara.”
“Entre todos los signos amenazantes que nos rodean a mediados del siglo XX -afirma- tal vez lo que genera mayor desasosiego en las personas reflexivas sea la creciente y difundida sensación de una ausencia de sentido” como resultado de la crisis del positivismo y el materialismo tras la revelación de sus limitaciones y el alejamiento de la naturaleza.
Y para redescubrir el sentido de la vida, Barfield reivindica la metáfora y el símbolo, el sueño y el mito como manifestaciones de la conciencia extraordinaria del inconsciente o la relación especial que establece la imaginación con la materia y el espíritu para tender puentes que salven el vacío que existe entre los dos, porque “vivimos en ese hueco, en esa brecha abierta entre la materia y el espíritu; existimos en virtud de ello como espíritus individuales autónomos y autoconscientes, como seres libres.”
En la raíz de estos seis ensayos hay una reivindicación del espíritu, que “no es lo que podemos percibir, sino lo que somos; y la experiencia del espíritu no depende de lo que vemos, sino de la manera en que miramos.”
Santos Domínguez