6/3/19

La saga/fuga de J.B.


Gonzalo Torrente Ballester.
La saga/fuga de J.B.
Prólogo de Andrés Barba.
Alianza Literaturas. Madrid, 2019.

Casi medio siglo después de su aparición en 1972, La saga/fuga de J. B., una de las mejores novelas que se han escrito en español en el siglo XX, no ha perdido ninguna de las virtudes que la han convertido en un clásico imprescindible. Su portentosa capacidad narrativa, su poderosa imaginación, la fuerza de sus personajes, su humor desenfadado o su brillante estilo son los atributos perdurables de una obra que seguramente es la cima creativa de Gonzalo Torrente Ballester.

Este es su  inolvidable comienzo:

¡Veciños, veciños, roubaron o Corpo Santo!

En la mañana de niebla, casi al alba, las voces estremecen el aire como trompetas. Toca todavía la campana, a la primera misa; pero su sonido es tenue, precavido, como para entrar de puntillas en las alcobas oscuras, un sonido al que se da la espalda, que se esquiva o acalla metiendo la cabeza bajo las sábanas. “Pepiño, levántate, que ya son las seis y media.” Un sonido que sería impertinente si no fuera habitual; que sería íntimamente detestado si no actuara de despertador, a esa hora en que los que trabajan tienen que despertarse.
¡Veciños, veciños, roubaron o Corpo Santo!

Aquella señora enlutada, que se llama la Tía Benita dos Carallos por los muchos que mete en la conversación, quizá para garantizar la veracidad de sus afirmaciones, y tiene una tienda de abacería en la calle del Rostro Mugriento; aquella mujer arrugada que, además del luto, muestra las canas del cabello, pega voces allá en lo alto de la escalinata, voces tremendas, voces desgarradas, voces despepitadas, en el mismo momento en que la niebla se esclarece un poquito porque el sol acaba de salir y le presta algo de su luminosidad; en el momento en que la niebla, allá abajo, en la Ciudad Nueva, se hace más espesa y gris por la parte del Mendo, más ocre y húmeda por la parte del Baralla: lento el uno, rápido y alborotado el otro; de aguas densas el Mendo, de aguas opacas; transparentes, ligeras, las del Baralla, que se cuentan las guijas relucientes de su lecho. El Mendo es atractivo y siniestro: invita a mirarse en él como un espejo, y hay que apartarse de prisa, porque en los adentros del que se mira nace en seguida un deseo incoercible de aniquilamiento. El Baralla invita, en cambio, a la aventura, a la evasión, al viaje: no descanso, sino camino ofrece; no tumba, sino vehículo. Los cuatro J. B. de que se guarda memoria, por él marcharon hacia la mar, si bien algunos aseguren que se cayeron al Mendo y fueron devorados de las lampreas.

¡Veciños, veciños, roubaron o Corpo Santo!

Su centro es Castroforte de Baralla, una ciudad imaginaria, -versión paródica de su modelo pontevedrés-, capital de la quinta provincia gallega, que no aparece en los mapas ni en los libros ni en los registros administrativos. Una ciudad que levita cuando sus habitantes se ensimisman, situada entre el Mendo y el Baralla, dos ríos antagónicos, como se señala en esas líneas iniciales.

Ese es solamente uno de los antagonismos de los muchos que articulan la novela: la Ciudad Vieja, con la Colegiata donde el Santo Cuerpo Iluminado de Santa Lilaila de Éfeso, y la Ciudad Nueva, que empieza más allá de la confluencia de los dos ríos; las rivalidades ancestrales entre Castroforte del Baralla y Villasanta de la Estrella; el conflicto entre los Barallobre y los Bendaña o las luchas de poder entre los J. B. y los clérigos son algunos de esos antagonismos que en gran medida son el motor de la novela.

Con un libérrimo uso del tiempo, la novela aborda la saga y la fuga de los personajes que responden a las iniciales J. B. y están marcados por un peculiar destino: además del presente narrativo de Jacinto Barallobre y Jesualdo Bendaña, el pasado del obispo hereje Jerónimo Bermúdez, del canónigo brujo Jacobo Balseyro, del almirante invasor John Ballantyne y del revolucionario vate Joaquín Barrantes.

En contraste con ellos, el narrador-protagonista es otro J.B., José Bastida, apocado antihéroe desvalido, feo, inteligente y desgraciado, maestro depurado que sobrevive dando clases particulares de gramática en una academia, poeta y compilador de una suma de narraciones en las que se cruzan la leyenda y la Historia, la fantasía y la realidad, el pasado y el presente, el sueño y la vigilia. 

Compleja y divertida a la vez, La saga/fuga de J. B. se estructura en tres amplios capítulos que desarrollan un juego narrativo que remite a Cervantes igual que el tono oral que predomina en la obra.

Ambiciosa y exigente, original y de enorme solidez narrativa, la novela está llena de referencias literarias y de guiños al lector, de humor y personajes extravagantes que componen un fresco de la existencia en la provincia de los años 50 y 60, una sátira política, social y cultural que tiene en la tertulia de La Tabla Redonda o en el periódico La Voz de Castroforte algunos de sus centros de referencia.

“Libertad, imaginación y humor, ésa es la tríada capitolina de La saga/fuga de J. B., no hay otra. Pero la dimensión monumental de este libro es muy importante”, porque es “algo más que una novela extraordinaria o, si me apuran y por repetir un giro academicista que casi nunca significa nada sustancioso, «una pieza clave en la narrativa española del siglo xx». Al margen de su calidad, su invención, el dinamismo de su estructura y el alarde de su destreza técnica -de los que ya hablaremos-, La saga/fuga de J. B. es un milagro: una encarnación del espíritu gallego y uno de los retratos espirituales más incuestionables de nuestro país (sea eso lo que sea: el espíritu y el país)”, escribe Andrés Barba en el prólogo a la edición de la novela en la nueva colección Alianza Literaturas, que aspira a dar cuenta de un panorama amplio en contenidos, diverso en géneros y variado en formatos. 

Diseñada por Manuel Estrada, responsable de la renovación gráfica de la emblemática colección El libro de bolsillo de Alianza Editorial, Alianza Literaturas recogerá, como señala la nota editorial, la obra de "Clásicos y contemporáneos, noveles y experimentados, en una propuesta que pretende explorar cuanto de bueno se está escribiendo en el mundo y en el ámbito de la lengua española. Autores que pasan a formar parte del catálogo más representativo de Alianza Editorial junto a los nombres que han contribuido a dar forma al canon de la literatura contemporánea."

Una inolvidable y exigente experiencia de lectura, una de esas novelas inagotables que en cada relectura revela nuevos sentidos al lector.

Santos Domínguez