18/5/18

Dostoievski. Las semillas de la rebelión


Joseph Frank. 
Dostoievski.
Las semillas de la rebelión
(1821-1849).
Traducción de Celia Haydée Paschero.
Fondo de Cultura Económica. México, 2017.

En realidad, una manera de definir el genio de Dostoievski consiste en ubicarlo en su habilidad para fundir sus dilemas privados con los que existían en la sociedad de la que formó parte. 
Por lo tanto, mi interés en la vida personal del escritor ruso es muy limitado, y quien pretenda encontrar una biografía convencional en las siguientes páginas quedará del todo desilusionado. Ya existen muchas obras de tal índole y nunca tuve la intención de escribir otra más. Dejo en un segundo plano los sucesos de la existencia privada del escritor, y trato con mayor detalle los aspectos de su experiencia cotidiana que me parecen tener importancia decisiva; esto es, únicamente aquellos que nos ayuda a comprender mejor sus libros. Por tanto, mi trabajo no es una biografía; o, si lo es, sólo en un sentido especial, pues no voy de la vida a la obra, sino más bien en la dirección contraria. Es mi intención interpretar el arte de Dostoievski, y este objetivo me lleva a elegir cierta perspectiva y a resaltar ciertos detalles, escribe Joseph Frank en el Prefacio del primer volumen de su magna obra sobre la vida, la obra y la época de Dostoievski.

Las semillas de la rebelión es el subtítulo de ese tomo, el primero de los cinco en los que se edita la obra monumental de Joseph Frank que publica el Fondo de Cultura Económica en su imprescindible colección Lengua y Estudios Literarios con traducción de Celia Haydée Paschero.

Fue una labor titánica que ocupó cuarenta años de trabajo de Frank, profesor de literatura comparada en la Universidad de Princeton, que convirtió un ambicioso proyecto en una brillante realidad que se ha convertido desde hace años en una referencia ineludible en los estudios literarios sobre Dostoievski y sobre la literatura rusa del siglo XIX, porque no se limita a reconstruir minuciosamente la biografía del novelista, sino que integra la  historia cultural, la teoría literaria y la crítica sociológica para hacer una profunda lectura de cada uno de sus libros: Mi propósito -escribía Frank en el Prefacio del cuarto tomo-, igual que en los volúmenes anteriores, es mantener los libros continuamente en primer plano en lugar de tratarlos como meros accesorios a la vida en sí.

De esa manera se abordan la vida y la narrativa de Dostoievski en el contexto social, estético e ideológico de la cultura rusa del siglo XIX con un constante equilibrio entre el enfoque biográfico, la situación histórica y el análisis literario para dilucidar las circunstancias personales, sociales y políticas en las que el novelista escribe una obra compleja, amplia y exigente, precursora del existencialismo del siglo XX y de la conciencia angustiada del hombre contemporáneo. 

Con ese enfoque multidisciplinar Joseph Frank elaboró entre 1976 y 2002 esta obra que fija la evolución del hombre y del escritor, de su literatura y de la sociedad rusa del siglo XIX. 

Entre la infancia de Dostoievski en Moscú y su entierro a los 59 años, con asistencia de quince coros y treinta mil personas, los cinco volúmenes ofrecen en casi 3000 páginas un recorrido minucioso que describe su vida personal en relación con la materia narrativa, moral e ideológica de sus libros. Casi doscientas páginas se dedican, por ejemplo, en el último volumen a Los hermanos Karamazov.

Este primer volumen aborda la infancia y la juventud de Dostoievski, la vida familiar como foco de tensiones emocionales, la formación de su carácter, entre la compasión que aprendió de su madre y la irritabilidad y la furia incontrolable heredadas de su padre, la fijación de su ideología, entre el socialismo y el cristianismo, la presencia de abundantes recuerdos de infancia y juventud que reelaboró en novelas como Los hermanos Karamazov o Los demonios, la rígida formación religiosa de la vieja Rusia, su formación cultural y la influencia decisiva de Pushkin, el tránsito de Moscú a San Petersburgo en un viaje del pasado al presente, de la tradición a la modernidad para ingresar en la Academia militar de Ingenieros, una experiencia traumática y vejatoria que le llevó al aislamiento.

Hubo en esos años formativos una serie de hechos decisivos que marcaron su vida, su obra y su personalidad: el asesinato de su padre, la amistad del romántico Shidlovski, la doble influencia del romanticismo alemán y francés y de las novelas de Balzac y Víctor Hugo, el entusiasmo por Gógol al comienzo de su actividad literaria, la gestación de su primera novela, Pobres gentes, que tuvo un asombroso éxito y que Frank analiza detenidamente.

Ese éxito temprano estimuló una vanidad crecida por la fama, que rebajó enseguida la mala recepción crítica de El doble y de algunos cuentos y novelas esta época en la que estaba constantemente endeudado y en manos de su editor, sometido a la necesidad de escribir a un ritmo frenético artículos y folletines alimenticios.

Y otros asuntos importantes en la formación del novelista: su relación con el crítico Belinski y la Pléyade, un grupo que propugnaba un socialismo utópico de signo cristiano; su concepción de la literatura como expresión del compromiso ideológico y moral del escritor; el incipiente conflicto entre razón y fe que le llevó al irracionalismo; el ingreso en el círculo socialista de Petrashevski, un grupo de intelectuales cada vez más radicalizados que tramaban una sublevación campesina contra el zar, hasta que en la madrugada del 23 de abril de 1849 fue detenido por la policía.

En ese punto termina el relato biográfico este primer volumen. Se iniciaría entonces un periodo de prisión en Siberia que pondría a prueba su capacidad de resistencia y marcaría un antes y un después en su vida y en su obra.

Condenado a muerte, fue sometido a un simulacro de ejecución el 22 de diciembre de 1849, atado y con los ojos tapados ante el pelotón de fusilamiento durante unos interminables cinco o diez minutos, a partir de ese momento traumático su literatura ganó en profundidad. Se estaba  preparando el camino de sus grandes novelas: Crimen y castigo, Los hermanos Karamazov o Los demonios. 

Esas obras serán objeto de estudio en el último volumen. En la cuarta parte de Las semillas de la rebelión Frank propone el análisis de las obras de este periodo inicial: El doble, una obra endeble y menor, varios cuentos y novelas como La Patrona, Noches blancas o la inconclusa Netotchka Nezvánova.

Cierra este primer tomo el apéndice Historia clínica de Dostoievski según Freud, un ensayo muy crítico con la interpretación freudiana de la personalidad y la obra de Dostoievski.

Sobre esta biografía escribió David Foster Wallace:  Al terminar de leer los libros de Frank, creo que cualquier lector/escritor estadounidense serio se verá a sí mismo impelido a pensar muy seriamente en qué es exactamente lo que hace que muchos de los novelistas de nuestro país y nuestra época parezcan tan superficiales y pusilánimes en sus temas, tan moralmente empobrecidos, en comparación con Gógol o Dostoievski.

Santos Domínguez