18 diciembre 2009

Navidades 2009. Poesía


Samuel T. Coleridge.
Kubla Khan y otros poemas.
Antología bilingüe.
Edición de Arturo Agüero Herranz.
Alianza. Madrid, 2009.

Imaginación, evasión y sueño se unen en la poesía de Samuel Taylor Coleridge (1772-1864) para proponer una nueva realidad que funda la visión romántica del mundo. Las Baladas líricas -que recogen La rima del anciano marinero-, Cristabel o Kubla Khan marcaron el renovador punto de partida del Romanticismo inglés. La Edad Media, la mirada a la naturaleza, el irracionalismo, el sentimiento o el exotismo se convierten en ellos en materiales poéticos y abren nuevos caminos temáticos y estilísticos en la poesía europea. Algunos de sus textos más representativos se reúnen en la antología bilingüe Kubla Khan y otros poemas que ha preparado Arturo Agüero y que publica en formato de bolsillo Alianza Editorial.



José Antonio Zambrano.
Apócrifos de marzo.
Calambur. Madrid, 2009.

El verso hondo y verdadero, la voz serena, la contención emocional y la palabra depurada de José Antonio Zambrano recorren estos Apócrifos de marzo en los que la poesía es la ética íntima de una voz que convoca a la complicidad de la voz baja y cercana del poeta, ajena al artificio, pero destilada hasta la pureza verbal y sentimental. La proyección de la mirada desnuda sobre el tiempo, la identidad construida con el amor y las palabras, la afirmación de las raíces y el espacio, la celebración del presente mientras arde todo lo que permanece vivo en el poema. Detrás del eco de los maestros (Machado, Vallejo, Rosales, Gamoneda), la palabra como forma de supervivencia de un corazón resistente y celebratorio frente a la destrucción de los días, el poso de permanencia que deja el tiempo filtrado en el tamiz de la existencia hecha recuerdo y palabra, aunque al final todo no sea otra cosa / que la rama desnuda de un árbol en noviembre.




Edison Simons.
Mosaicos.
Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores.
Barcelona, 2009.

Con una nota liminar de Pere Gimferrer, edición y prólogo de Nicole d’Amonville y epílogo de Eduardo Lago, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores publica la edición póstuma de los ciento seis Mosaicos que el poeta y pintor panameño Edison Simons (1933-2001) escribió entre 1976 y 1997. Traductor de Mallarmé, Coleridge, Char y Manley Hopkins, su poesía es fiesta verbal, batalla de sonido y sentido, construcción de un ritmo que se sobrepone a la narratividad o a la anécdota. Con una agresividad expresiva propia de los impulsos fundacionales, estos textos crean su propio espacio poético en la mañana del verbo a la que aludía María Zambrano en una carta a Edison Simons, un poeta tan necesario, tan distinto y tan desconocido que parece un apócrifo que vivió en el ya más que en el yo.




José Antonio Ramírez Lozano.
Copa de sombras.
Devenir. Madrid, 2009.

Meditativos y profundos, los poemas de Copa de sombras prenden la lumbre de las palabras para iluminar la noche oscura del miedo y la nada: Mirad / saltar aquí su chispa entre mis manos / ahuyentando el pretérito, / inaugurando el alba. En los textos de este libro, Ramírez Lozano reflexiona desde la contención verbal sobre el tiempo y la vida, sobre la razón de la escritura y la necesidad de la poesía, esa heredad de las sílabas / donde me va la vida. Una tarea que justifica al poeta, que sabe su derrota y ve que al fondo, esperando, está la muerte: Vedla ahí en la meta, / sentada sobre el mármol / funeral de los podios, /con su copa de sombras y aguardándonos.





John Ashbery.
Un país mundano.
Traducción y prólogo
de Daniel Aguirre.
Lumen. Barcelona, 2009.

El último libro de John Ashbery (Rochester, Nueva York, 1927), el más importante poeta estadounidense del último cuarto de siglo, apareció hace dos años en su versión original. Acaba de publicarlo en español la editorial Lumen con traducción de Daniel Aguirre, acreditado traductor de Ashbery. Un país mundano reúne casi sesenta poemas en los que el paso del tiempo se convierte en una presencia constante: Ahora hasta en las ventanas más lejanas está oscuro. Y lo oscuro/ nos quiere, nos necesita. Gracias por llamar.




Jorge Gimeno.
El amor negro.
Poesía del Barroco francés.
Pre-Textos. Valencia, 2009.

Una completa antología bilingüe de la lírica francesa entre 1570 y 1660, preparada por Jorge Gimeno, que asume el título que Jacques Réda utilizó en 2002 para editar una suite de poemas del amor negro. Medio centenar de poetas escriben sobre el amor, el olvido, el tiempo y el paisaje inestable con que los poetas barrocos desmintieron el idealismo neoplatónico renacentista y reflejaron la época problemática y llena de novedades y contradicciones que les tocó vivir. Esa es -como explica el autor de la antología- la esencia de lo barroco: la exaltación que cae, el fénix que muere; el amor que convive con el desamor, en el individuo y en el mundo.



Leopoldo Panero.
Memoria del corazón.
Antología poética.
Renacimiento. Sevilla, 2009.

Nací en Astorga el novecientos nueve / y allí quiero dormir, en mi remanso / familiar, a dos metros de la nieve. Para cerrar el año del centenario de Leopoldo Panero (1909-1962) Renacimiento publica una amplia antología de sus versos. Con selección y prólogo de José Cereijo, se recogen en Memoria del corazón textos de Versos al Guadarrama, La estancia vacía, Escrito a cada instante y Canto personal, además de una nutrida representación de poemas no recogidos en libro. Una inmejorable ocasión de releer a uno de los poetas esenciales de la primera posguerra española, la del arraigo y las formas clásicas, un poeta que supo compaginar a Garcilaso con César Vallejo y la mirada hacia el paisaje con el intimismo: y estar callado, dentro del verso, estar callado.




José María Millares Sall.
Cuadernos
(2000-2009).

Calambur. Madrid, 2009.

La piedra y la luz en la memoria y la palabra de Millares son el eje de los Cuadernos que acaba de publicar Calambur. Precedidos por Del taller del poeta, un texto de 2009 en el que el autor habla de la poesía de sus últimos años, y rematados por un texto epilogal, las Reflexiones que leyó en Las Palmas en mayo de este mismo año, cuando recibió el Premio Canarias de Literatura, se editan cronológicamente diez cuadernos que contienen una serie de veinte poemas cada uno. Una muestra amplia y significativa de los cientos de cuadernos que José María Millares escribió en los últimos diez años de su vida. Años de palabra en libertad y escritura desatada, a partir del año 2000, cuando el poeta decide escribir “como quería, o como me daba la gana, sin pensar si lo que hacía era o no del gusto del lector. Y fue así como comencé a llevar a la práctica lo que ahora escribo /.../ escritura anárquica que, a veces sin buscarlo, hace uso de lo esperpéntico, de lo onírico, del surrealismo, si bien mi poesía es básicamente existencial.



Santos Domínguez

16 diciembre 2009

Navidades 2009. Ensayo



Emilio Alarcos Llorach.
Eternidad en vilo.
Cátedra. Madrid, 2009.

Reunión de conferencias y artículos dispersos del profesor Alarcos sobre poesía española contemporánea. En torno a dos ejes cronológicos: el 27 (Guillén, Gerardo Diego, Dámaso Alonso)y el medio siglo (Hierro, Ángel González y J. Agustín Goytisolo), quince acercamientos precedidos de cuatro textos sobre las relaciones entre poesía y análisis lingüístico desde una perspectiva estructuralista.







Juan José Lanz.
Las palabras gastadas.
Poesía y poetas del medio siglo.

Renacimiento. Sevilla, 2009.

En Las palabras gastadas, Juan José Lanz reúne un conjunto de trabajos sobre un grupo de poetas –los del medio siglo- que empezaron a publicar en los años cincuenta y se han convertido en un referente indispensable de la poesía española actual. Gil de Biedma, Claudio Rodríguez, Ángel González, Caballero Bonald, Gamoneda y la revista Laye en una panorámica que muestra la evolución del compromiso a la experiencia y al conocimiento. Entre estos ensayos, algunos imprescindibles, como el dedicado al irrealismo y la irracionalidad en la poesía de Gil de Biedma, el estudio de la obra de Ángel González como una búsqueda de identidad en la disolución o los acercamientos a la evolución de Claudio Rodríguez o a dos libros esenciales de Antonio Gamoneda: Blues castellano y Descripción de la mentira.



Francisco Caudet
En el inestable circuito del tiempo.
Cátedra. Madrid, 2009.

Una visión global de la obra de Antonio Machado entre Soledades y Juan de Mairena, un recorrido por su evolución temporal, en la que se fueron integrando textos en verso y prosa, ortónimos y heterónimos como Abel Martín y Juan de Mairena y un buen número de complementarios. Francisco Caudet analiza en este libro una gran cantidad de textos machadianos para explorar las relaciones que los conectan en una red microtextual a través de unos vínculos temáticos y poéticos que conectan Soledades y Campos de Castilla con el Juan de Mairena.





Los Soprano forever.
Antimanual de una serie de culto.

Errata naturae. Madrid, 2009.

¿Cuántos mafiosos de Nueva Jersey tienen que reírse al mismo tiempo para que a otro le corten un dedo? Esa es la pregunta central de este antimanual de una serie de culto. A esa pregunta responden los ocho capos de este libro: Noël Carrol, Fernando Castro Flórez, Ignacio Castro Rey, Iván de los Ríos, Rodrigo Fresán, Peter H. Hare, Kevin L. Stoehr y Fernando R. Lafuente. Este volumen que publica Errata naturae es el primer libro que se edita en castellano sobre Los Soprano, una serie de televisión en la que se proyecta nuestra simpatía por el diablo, la paranoia familiar y la soledad, el sexo y el problema del mal, la obesidad y la obscenidad, el nihilismo y el cine negro, su oscurísimo final y la nostalgia de los buenos tiempos.




Arthur Schopenhauer.
Aforismos sobre el arte de vivir.
Alianza. Madrid, 2009.

Son la parte central del tomo inicial de sus Parerga y paralipomena, que le dieron prestigio en sus últimos años de vida. Estos Aforismos sobre el arte de vivir que publica Alianza en bolsillo con edición de Franco Volpi y traducción de Fabio Morales constituyen una buena puerta de entrada al pensamiento de Schopenhauer, una figura central en el edificio de la filosofía occidental. Filosofía para la vida, que en eso radicó el planteamiento existencialista que fundó Schopenhauer y marcó el rumbo del pensamiento posterior. De la realidad y el deseo, de la voluntad, de lo que uno es, de lo que tiene y lo que representa habla en los primeros capítulos, antes de centrarse en las exhortaciones y máximas y concluir en una sección sobre la diferencia de las edades. Un manual para la vida, como titula su prólogo Franco Volpi.



Juan Goytisolo.
Ensayos literarios.
Obras completas, VI.

Galaxia Gutenberg /Círculo de lectores.
Barcelona, 2009.

Galaxia Gutenberg publica el sexto volumen de las Obras Completas de Juan Goytisolo con una recopilación de más de mil quinientas páginas que recogen todos sus ensayos literarios, escritos entre 1967 y 1999. Entre Furgón de cola y Cogitus interruptus, libros como España y y los españoles, Disidencias, Crónicas sarracinas, Contracorrientes o El Bosque de las letras resumen la biografía intelectual de Goytisolo, su canon intelectual entre San Juan de la Cruz y José Ángel Valente, su reivindicación de la libertad y la heterodoxia de Larra, Blanco White o Cernuda, extranjeros en su patria o fuera de ella. En gran medida, la postura intelectual que revelan estos ensayos permite entender no sólo su evolución ideológica, sino los cambios en su narrativa, sobre todo a partir de Reivindicación del conde don Julián. En un apéndice se incorpora su correspondencia con Américo Castro y las entrevistas a Jean-Paul Sartre y Jean Genet. Y siempre, frente a los palomos amaestrados a los que despreció en uno de estos artículos, el indomable escritor sin mandato que sigue siendo Juan Goytisolo. Ejemplo y lección.



Ignacio Gómez de Liaño.
La variedad del mundo.
Siruela. Madrid, 2009.

En 1593 Felipe II adquiere La variedad del mundo, un famoso tríptico de El Bosco que hoy se conoce como El jardín de las delicias. Y a ese título se encomienda un magnífico conjunto de ensayos de Ignacio Gómez de Liaño que publica Siruela en su Biblioteca de ensayo. Un conjunto que se abre con un análisis de las claves de ese cuadro, propone tres recorridos simbólicos en torno a la pintura de Velázquez, Bruegel el viejo o Rubens, hace una indagación en las relaciones entre el amor y la muerte en la literatura y el arte , se acerca a las claves autobiográficas en la génesis del Quijote y al Criticón de Gracián como una representación novelada de las edades del hombre.



Manuel Vicent.
Póquer de ases.
Alfaguara. Madrid, 2009.

Con ilustraciones de Fernando Vicente, reúne en Póquer de ases treinta y una semblanzas de escritores contemporáneos, de Camus a Mann, de Kafka a Virginia Woolf. Un acercamiento a la vida y la obra de los nombres que marcan el sentido de la literatura tal como la entendemos hoy. En sus páginas hay un seductor ante un espejo y un escritor de boina y colilla en la boca, suenan las voces faulknerinas en el légamo y un grito en la noche, brilla el oro de la memoria o persiste el humo de fiestas lejanas, vuela una mariposa entre las flores y un gusano hila lentamente la seda. Entre la belleza y el cieno, cifra y canon del siglo XX, el mar es una moral y el subconsciente una ciénaga bajo la mirada aguda y la prosa vibrante de Manuel Vicent.




Rogelio Blanco.
María Zambrano:
la dama peregrina.

Berenice. Córdoba, 2009.

Cinco textos inéditos de María Zambrano iluminan y cierran el espléndido ensayo que Rogelio Blanco dedica a la filósofa malagueña en la editorial Berenice. María Zambrano: la dama peregrina es un completo acercamiento que combina el estudio biográfico con el análisis de su mundo intelectual. Historia vivida, pensada en la razón histórica y política o contemplada en la razón pictórica, que lleva como pórtico el breve e intenso Historia de una mendiga, un bellísimo texto autobiográfico en el que María Zambrano resume su postura ante el conocimiento.


Colette y Jean-Claude Rabaté.
Miguel de Unamuno.
Biografía
.
Taurus. Madrid, 2009.

Yo, a veces, no puedo romper la leyenda que han tejido alrededor de mí, escribía Unamuno en 1936, al final de una vida que han estudiado pormenorizadamente Collette y Jean Claude Rabaté en esta biografía monumental que publica Taurus y que a partir de ahora será un texto de referencia en los estudios unamunianos. A través de sus libros, sus artículos y su epistolario, las casi mil páginas del estudio proponen un recorrido por la biografía paradójica y los textos de un Unamuno polémico y contradictorio, en debate constante contra esto y aquello y consigo mismo con el telón de fondo de la política y la cultura en una España no menos problemática. Un espléndido ensayo que se completa con el iluminador álbum de cincuenta fotografías que cierra el volumen


Santos Domínguez

15 diciembre 2009

Navidades 2009. Narrativa extranjera


Vladimir Nabokov.
Cuentos completos.
Edición de Dmitri Nabokov.
Traducción de María Lozano.
Alfaguara. Madrid, 2009.

Los Cuentos completos de Vladimir Nabokov en una nueva edición, que incluye dos relatos inéditos hasta ahora. Prologada, revisada y anotada por Dmitri Nabokov, hijo del narrador, ha sido traducida por María Lozano. Nabokov publicó en vida cuatro volúmenes en los que se agrupaban cincuenta y dos relatos. Proyectó un quinto volumen final pero la muerte le sorprendió sin decidir la selección definitiva. Tras su muerte, Vera y su hijo comprobaron que el archivo de Nabokov contenía trece relatos que podrían formar parte de aquel proyecto frustrado. Se editaron en un volumen titulado La veneciana. Esta edición definitiva ordena los relatos siguiendo un criterio cronológico, que ilumina –en palabras del editor- “la evolución de su proceso creativo” y proporciona “inestimables claves acerca de los temas y los métodos que utilizaría más tarde” Vladimir Nabokov. Al final del volumen se añaden los dos inéditos, La palabra, que llegó a manos de Dmitri en la primavera de 2005, y Natasha, que se descubrió en 2006.




José Saramago.
Caín.
Traducción de Pilar del Río.
Alfaguara. Madrid, 2009.


Como en El evangelio según Jesucristo, Saramago vuelve a discutir con la Biblia, ese peculiar Libro de los disparates al que el autor encomienda la cita que abre Caín, su última novela. Frente a la interpretación simbólica e interesada de la Iglesia, la lectura literal de un Saramago lúcido que denuncia la violencia milenaria de los textos sagrados y la perversa ideología del odio que los cimenta y se nutre de ellos. La historia de los hombres –escribe Saramago- es la historia de sus desencuentros con dios, ni él nos entiende a nosotros ni nosotros lo entendemos a él. Un dios en minúscula, arbitrario, incomprensible y rencoroso, comparte protagonismo con Caín en este peculiar libro del desasosiego, como el de su compatriota Pessoa.



Émile Zola.
El arte de morir.
Traducción de Eric Jalain.
El olivo azul. Córdoba, 2009.

Morí un sábado a las tres de la mañana, tras tres días de enfermedad. Así empieza La muerte de Olivier Bécaille, una de las cuatro novelas cortas del maestro del naturalismo que El olivo azul publica en El arte de morir. Cuatro relatos con un tema común: la muerte. El duelo entre dos soldados en el excelente El capitán Burle; la crónica de una muerte contada por el muerto Olivier Bécaille; un análisis de los ritos funerarios en los entierros de cinco personajes de distintas clases sociales con una conclusión demoledora (Una autopsia social) y el epílogo cómico de Las caracolas de Monsier Chabre, que sirve de contraste vitalista a un asunto tan tenebroso como el de la muerte. Un asunto visto desde una perspectiva tan distante, aguda y peculiar como la de Zola, agilísimo y potente en estas formas breves.


Saki.
Alicia en Westminster.
Ilustraciones de Francis C. Gould.
Traducción, prólogo y notas
de Juan Gabriel López Guix.
Alpha-Decay. Barcelona, 2009.

En su colección de narrativa Alfanhuí, donde ya se publicaron los Cuentos completos de Saki, Alpha Decay edita por primera vez en castellano Alicia en Westminster, catorce textos de sátira política que aparecieron entre julio de 1900 y enero de 1902 en el pertiódico liberal The Westminster Gazette. Ilustrados por Francis Carruthers Gould, son una parodia de Alicia en el país de las maravillas desde el punto de vista literario y gráfico. Su enorme éxito supuso el comienzo de la carrera literaria de un autor que ya muestra aquí una voz narrativa peculiar.




Yoon Heun-gil.
El camino a Soradan.
Traducción de Sun-me Yoon.
Barataria. Barcelona, 2009.

Barataria incorpora a su colección Bárbaros El camino a Soradan, una novela del coreano Yoon Heung-gil, conocido por Días de lluvia y por su celebrada adaptación cinematográfica. Una sucesión de historias en el viaje que hacen a Soradan un grupo de coreanos que han sido compañeros de estudios en su juventud. Ese regreso es también una vuelta a la infancia que rememora cada uno de ellos con unos relatos que son parte de su historia personal, pero también más que eso: el repaso de la realidad problemática de una época y unas circunstancias que provocaron la guerra que partió en dos aquel país del Extremo Oriente.



Thomas Pynchon.
El arco iris de gravedad.
Traducción de Antoni Pigrau I Solé.
Fábula. Tusquets. Barcelona, 2009.

Llega un grito a través del cielo. Ya ha ocurrido otras veces, pero ahora no hay nada con qué compararlo. Así comienza El arco iris de gravedad, la que probablemente es la cima creativa de Thomas Pynchon, que Tusquets reedita en bolsillo en la Biblioteca Thomas Pynchon de Fábula. Exactitud y poesía, lirismo y tecnología, ciencia y comic se convierten en materiales narrativos en esta novela indefinible, arrolladora y espectacular, que fue descalificada del Pulitzer por obscena, sobreescrita e ilegible. Apareció en 1973, tras diez años de trabajo y diversión, y es desde entonces una parte esencial del canon posmoderno y una de las obras imprescindibles de la novelística norteamericana. De su explosión imaginativa, de su escritura caótica y torrencial, de su alternativa radical frente al minimalismo, surge una nueva forma de entender la novela, que está presente en la narrativa de Don DeLillo o David Foster Wallace.



Paul Auster.
Invisible.
Traducción de
Benito Gómez Ibáñez.
Anagrama. Barcelona, 2009.

Le estreché la mano por primera vez en la primavera de 1967. Por entonces yo era un estudiante de segundo curso en Columbia. Así comienza Invisible, la última novela de Paul Auster, de la que se viene hablando desde meses antes de su publicación, simultánea en Estados Unidos y en España. Entre 1967 y 2007, de Nueva York a París y de ahí a una isla caribeña, transcurre una peripecia contada por tres narradores y protagonizada por Adam Walker, un joven aprendiz de poeta cuya existencia da un giro inesperado a partir de la problemática experiencia triangular con el francés Rudolf Born y su novia Margot. Desde la espléndida primera página, con la evocación del poeta provenzal Bertran de Born en el infierno de Dante, Auster prende la atención del lector con la potencia de su estilo y su maestría narrativa.



Vasili Grossman.
Años de guerra.
Galaxia Gutenberg. Círculo de Lectores.
Barcelona, 2009.

Después de publicar Vida y destino, de Vasili Grossman, Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores reúne en Años de guerra las crónicas y relatos que escribió mientras acompañaba en primera línea de fuego al ejército soviético durante la Segunda Guerra Mundial como corresponsal de guerra. Desde una magnífica descripción de la batalla de Stalingrado hasta la llegada a las puertas de Berlín, pasando por el Dniéper, Ucrania o el infierno de Treblinka, están aquí reunidas las crónicas que escribió Grossman desde el frente con una excepcional suma de coraje y talento narrativo, el primer testimonio de los horrores del Holocausto, y narraciones excepcionales: la magnífica novela El pueblo es inmortal, de 1941, o el relato El viejo profesor. Quienes disfrutaron con la lectura de Vida y destino tienen ahora una nueva oportunidad de reencontrarse con la voz de Grossman, que fue no sólo un narrador excepcional y un irrepetible corresponsal de guerra, sino el primero en hablar de los campos de exterminio nazis.

Santos Domínguez

14 diciembre 2009

Navidades 2009. Narrativa hispánica



Antonio Muñoz Molina.
La noche de los tiempos.
Seix Barral. Barcelona, 2009.

Tres años de trabajo intenso ha empleado Antonio Muñoz Molina para acercarse al drama del desarraigo en una novela sobre exiliados españoles tras la Guerra Civil. Como en Sefarad, posiblemente su obra mayor hasta ahora, el novelista se acerca al exilio y a las vidas errantes a través del protagonista, Ignacio Abel, arquitecto de la Ciudad Universitaria de Madrid y de otros personajes reales como Pedro Salinas o Arturo Barea. Realidad y ficción, narración y documentación combinadas sabiamente para construir una novela de amor con el telón de fondo del cainismo y el fracaso a mano armada de aquel proyecto de modernización que fue la España republicana. Tiene el lector la impresión fundamentada de que esta es, desde varios puntos de vista, la cima creativa de Muñoz Molina.




Juan Carlos Onetti.
Cuentos completos.
Alfaguara. Madrid, 2009.

Entre el primero de estos cuentos -Avenida de Mayo-Diagonal Norte-Avenida de Mayo- que apareció el 1 de enero de 1933 y los dos últimos -Ella y La araucaria-, escritos en 1993, transcurrieron seis décadas de escritura. Sesenta años en los que Onetti fue levantando un universo narrativo donde las novelas y los cuentos forman un todo coherente desde el punto de vista formal, en su articulación temática o en la presencia común de personajes, ambientes y actitudes. Esta nueva edición, revisada por Hortensia Campanella y con prólogo de Antonio Muñoz Molina, es también una nueva oportunidad de releer obras maestras del género: El infierno tan temido; La cara de la desgracia; Jacob y el otro; Bienvenido, Bob; Tan triste como ella o Un sueño realizado. Los lectores de Juan Carlos Onetti – escribe Antonio Muñoz Molina en el prólogo- hemos aprendido que algunos sueños pueden convertirse en verdad: cada uno de los relatos de este libro, por ejemplo, es un sueño realizado.




Juan Rulfo.
Pedro Páramo.
Edición de José Carlos González Boixo.
Mil letras Cátedra. Madrid, 2009.


Un clásico entre los clásicos. Cátedra publica en su colección conmemorativa Mil Letras la edición de Pedro Páramo que preparó José Carlos González Boixo para Letras Hispánicas. Para volver a Comala y comprobar otra vez que esta es una novela que ha anulado el tiempo. No sólo para los muertos que la pueblan, también para el lector, que vuelve a entrar en ese espacio ficticio como si estuviera recién imaginado, recién escrito para que lo visitemos llevados por la voz de Juan Preciado: Vine a Comala porque me dijeron que acá vivía mi padre, un tal Pedro Páramo. Mi madre me lo dijo. Y yo le prometí que vendría a verlo en cuanto ella muriera.




Care Santos.
Los que rugen.
Páginas de Espuma. Madrid, 2009.

Cinco años después de Matar al padre, Care Santos regresa al relato con Los que rugen, una colección de cuentos de fantasmas que debe su título a esta cita de Pilar Pedraza: “En el interior de las personas rugen los fantasmas”. Con esa clave, sus trece narraciones se organizan en dos partes: Ellos, con fantasmas que vuelven desde el mundo paralelo en el que viven, y Nosotros, con cuentos sobre nuestros fantasmas personales. La pericia narrativa de Care Santos renuncia al efectismo fácil del género y propone historias creíbles y atmósferas inquietantes pobladas por personajes cercanos y escenarios apocalípticos. Espléndidos relatos como Por las noches aullamos, Comunicación o Más allá de esta oscuridad y este silencio demuestran la soltura de la autora y su madurez creativa, sobre todo en estas distancias cortas y exigentes.




Álvaro Pombo.
La previa muerte
del lugarteniente Aloof.

Anagrama. Barcelona, 2009.


En su última novela, Álvaro Pombo se convierte en narrador de aventuras. El hallazgo de un manuscrito que contiene en dos cuadernos de cien páginas las memorias en forma de diario del lugarteniente Aloof es la excusa para construir un texto en el que conviven la acción en estado puro y la reflexión filosófica en torno a ella. Un narratólogo emérito analiza la esencia de la aventura en una indagación que comparte con Lord Redkins y el lugarteniente y es en el fondo una búsqueda de la identidad, una manera de compartir la previa muerte del lugarteniente y la del profesor jubilado. El lenguaje de la aventura y el de la poesía, cuando ya no hay aventuras, nada deja nunca de ser interior.





X. L. Méndez Ferrín.
Amor de Artur.
Traducción de
Moncha Fuentes y Xavier R. Baixeras.
Introducción de Constantino Bértolo.
Impedimenta. Madrid, 2009.

Amor de Artur reúne cinco espléndidos relatos de Méndez Ferrín recuperados por Impedimenta casi veinte años después de su primera publicación en castellano en Debate. La épica y la lírica del rey Arturo, Merlín, Ginebra y Lanzarote y cuatro nuevos cuentos con Tagen Ata –esa Galicia mítica- al fondo: Familia de agrimensores, Calidad y dureza, Extinción de los contactos y Fría Hortensia. Algunas de las mejores páginas de Méndez Ferrín están en este libro de 1982 en el que conviven Kafka y la materia de Bretaña con la excelente prosa de quien está considerado el mejor escritor en lengua gallega del último cuarto de siglo. Una literatura inaugural, como la define Constantino Bértolo en su prólogo.



Luis Landero.
Retrato de un hombre inmaduro.
Tusquets. Barcelona, 2009.

Uno habla y habla, y los recuerdos y ocurrencias se van enredando unos con otros y no hay manera de encontrarles el fin. Entre recuerdos y ocurrencias, la última novela de Luis Landero, Retrato de un hombre inmaduro, vuelve al territorio donde se confunden la realidad y la ficción, que se van trabando en el monólogo rememorativo de un hombre terminal. Somos hijos legítimos de la realidad y bastardos de la ficción, dice el narrador, ese hombre desorientado que en la cama de un hospital recuerda su vida en el momento crucial de la retirada. En ese balance vital que deforma la memoria conviven la invención y el recuerdo, la tragedia y el humor en la más tardía de las edades, la que pone al hombre frente a la verdad de la muerte.




Justo Sotelo.
Entrevías, mon amour.
Bartleby. Madrid, 2009.

Los fantasmas del pasado, las guerras, las pérdidas, el amor y el poder son el eje de Entrevías, mon amour, la cuarta y sólida novela de Justo Sotelo. De Bagdad a Madrid, del presente al pasado de la mano de Teo Abad, el corresponsal de guerra que regresa a sus orígenes geográficos y al recuerdo de la infancia en la posguerra de un barrio madrileño. Una novela de búsqueda y memoria histórica, una reflexión sobre el abuso de poder y la injusticia con el fondo mitológico y trágico de arquetipos como Antígona o Ifigenia.



Andrés Trapiello.
Troppo Vero.
Pre-Textos. Valencia, 2009.

En Troppo vero, decimosexta entrega de Salón de pasos perdidos, Andrés Trapiello vuelve donde solía, a su novela en marcha, que cumple ahora veinte años de existencia. Un diario sin nombres, una novela sin tesis ni viajes, una obra descomunal por la que pasa la vida, contemplada y contada por un melancólico misántropo, por un narrador distante y autocompasivo que, a caballo entre la melancolía y el sarcasmo, entre el diario testimonial y la ficción narrativa, es el ortónimo de alguien que no es exactamente el autor. Un escritor que tiene en Cervantes, Galdós, Baroja, Juan Ramón o Gaya los referentes éticos y estéticos más reconocibles de sus Confesiones de un pánfilo, como titula el prólogo de este volumen.


Santos Domínguez

11 diciembre 2009

Escritura y diálogo en torno a Gamoneda


VV. AA.
El río de los amigos.
Escritura y diálogo en torno a Gamoneda.
Calambur Poesía. Madrid, 2009.

Hoy anduve la orilla del Bernesga.
En otro tiempo, por aquí, nosotros
fuimos lejos, amigos.

De cara al cielo, sobre la humedad,
me tendí solo y me cubrían
el silencio y la yerba.

Sentí crecer mi corazón, moverse
la tierra, descender el río.

Bajó la sombra y levanté las manos
para ponerlas sobre las cortezas
ásperas, frescas, de los álamos.
Era la hora de volver. Había
aquel mismo silencio.

Nosotros pisábamos la tierra pensando
y la misma luz envolvía al regreso
el viejo tronco de los árboles
y el rostro de los amigos.

Ese poema de Blues castellano da título al volumen que reúne a un grupo de poetas y críticos en torno a la figura y la obra de Antonio Gamoneda. Lo publica Calambur en una edición preparada por el poeta leonés Rafael Saravia.

Encuentro de escritura y diálogo para celebrar la amistad y la trascendencia de la poesía de Gamoneda con nombres de distintas procedencias y grupos generacionales, el libro reúne poemas del chileno Gonzalo Rojas, un espléndido texto en cuatro partes de Diego Jesús Jiménez y diversos homenajes de poetas como Antonio Colinas, Alexandra Domínguez, Tomás Sánchez Santiago o Eduardo Moga.

Conviven con ellos otros textos críticos que trazan una panorámica de la poesía de Gamoneda, como los de Miguel Casado o Prieto de Paula, o unas brillantes mezclas de memoria, creación y crítica en Juan Carlos Mestre, Jorge Riechmann, Lawrence Breysse-Chanet, Víktor Gómez o Guadalupe Grande.

Y así hasta un total de 34 nombres que se reúnen en esta celebración de la memoria, la poesía y el tiempo, para escribir y dialogar desde la reflexión o la creación, para homenajear a un poeta de influjo creciente, cuyo magisterio evoca o reconoce este volumen, repleto de meditación y creatividad.

Santos Domínguez

09 diciembre 2009

Los años de Virginia Woolf


Virginia Woolf.
Los años.
Traducción de Andrés Bosch.
Biblioteca Virginia Woolf. Lumen, 2009.

Me van a apalear, anotaba el 2 de marzo de 1937 en su diario Virginia Woolf. Acababa de publicar Los años tras un arduo proceso de composición en el que se sucedieron las dudas, las revisiones constantes, la reescritura exigente de sus capítulos.

Los años era para algunos un paso atrás. Quizá no se tratara de eso, sino de un paso en otra dirección, como certificó la excelente acogida de la novela. Diez días después de la anotación del diario, el 10 de marzo, el suplemento literario del Times saludó Los años con una reseña favorable.

Organizada en torno a dos ejes temporales –1880 y los días presentes, los años 30-, es posiblemente la más convencional de sus novelas, también la menos exigente para el lector. Por eso fue la que tuvo más éxito: fue muy leída en Inglaterra y un bestseller en Estados Unidos en vida de la autora.

Y aunque el prestigio de Virginia Woolf se funda en libros de técnica más compleja, como La señora Dalloway -con la que Los años tiene una profunda relación-, Al faro o Las olas, en Los años están presentes su mundo inconfundible y una voz narrativa que había madurado en las novelas anteriores. A esas alturas de su carrera literaria, Virginia Woolf tenía una madurez técnica que le permitía este ejercicio de virtuosismo: el de reformular su mundo novelístico en moldes clásicos y en una cuidada construcción sin perder su brillantez y su potencia.
Los años se sitúa entre el final de una época y el comienzo de otra en un Londres burgués y refinado. Es una novela de interiores y exteriores, de primaveras luminosas y nieves invernales en una equilibrada evocación de tiempos y ambientes, de vida familiar y clubes selectos, que son el marco y el contrapunto de los personajes y marcan la historia de la familia Pargiter durante cincuenta años cruciales que alteraron la historia europea, las relaciones sociales, el papel de la mujer o la visión del mundo.

Con Los años, en traducción de Andrés Bosch, Lumen publica una nueva entrega de su magnífica Biblioteca Virginia Woolf.


Santos Domínguez

07 diciembre 2009

El azul del infierno



Carlos Barral.
El azul del infierno.
Seix Barral Únicos. Barcelona, 2009.

Hace ahora veinte años, en noviembre de 1989, Carlos Barral empezó a escribir una novela corta, El azul del infierno, que tomaba como referente un cuadro de Patinir, El paso de la laguna Estigia. De hecho el primer título que reflejan sus anotaciones era La barca de Caronte.

Sólo un mes después, el 12 de diciembre, murió y dejó este texto sin terminar. Ahora lo recupera Seix Barral, en edición limitada y en su colección Únicos con unas palabras preliminares de Mario Vargas Llosa. Además de los tres capítulos que dejó escritos, el volumen contiene las anotaciones del diario que desde el 3 de noviembre hacen referencia al proceso de composición de la obra y un facsímil de esas notas y dibujos para El azul del infierno. En la última página, dos dibujos fechados el 5 de diciembre.

Entre el Museo del Prado y Cambrils, una novela corta que trenza una historia doble y hace una visita al país de los muertos con el contrapunto visual de la pintura inquietante de Patinir.

Cierra la cuidadísima edición un epílogo de Malcolm Otero Barral, que recuerda que cuando murió Carlos Barral, se le puso una moneda en la boca para pagar la travesía a Caronte, el barquero del cuadro.


Santos Domínguez

04 diciembre 2009

Luis de Góngora. Antología poética


Luis de Góngora.
Antología poética.
Edición de Antonio Carreira.
Clásicos y modernos. Crítica. Barcelona, 2009.

En Clásicos y modernos, una colección que aspira a llegar a un público amplio con ediciones rigurosas y accesibles, Crítica publica una Antología poética de Góngora preparada por Antonio Carreira, prestigioso gongorista además de destacado experto en la poesía barroca.

Abre el volumen un excelente prólogo, escueto y profundo, en el que el antólogo fija las claves de la poesía gongorina, su importancia y su riqueza de matices, y aborda la mala suerte póstuma de Góngora después de haber sido exaltado como el Homero español en un contexto cultural que relegaba a la escritura poética a la precariedad circulatoria y al solipsismo.

Desde sus primeros textos, con menos de veinte años, conviven en Góngora lo culto y lo popular, la herencia de Garcilaso y Herrera y la de la poesía tradicional. Conservador en la métrica y arriesgado en la sintaxis y el léxico, Góngora fue – como recuerda Carreira- el único poeta clásico consciente de la importancia de la cronología en la creación poética. Por eso se reunió con Chacón para revisar el manuscrito con los tres tomos de su poesía y para fijar con asombrosa precisión las fechas y las circunstancias en las que surgen sus textos.

Y también por eso, la Antología que ha preparado Antonio Carreira ofrece una organización cronológica, no genérica, lo que permite seguir el proceso de conformación de su voz poética desde sus inicios hasta la configuración progresiva de una de las voces más inconfundibles y determinantes de la poesía hispánica.

Desde los textos juveniles hasta los destellos finales de creatividad en unos poemas azuzados por el desengaño o la melancolía; desde la mímesis italianista a la construcción de un estilo personal en el que conviven lo fúnebre y lo burlesco, lo áulico y lo grosero, el volumen recoge doscientos textos que dan una ofrecen una panorámica muy representativa y legible idea global del universo poético de Góngora.

Poemas sueltos (letrillas y romances, sonetos y tercetos encadenados) y poemas mayores como el Polifemo, las Soledades y la Fábula de Píramo y Tisbe, una obra de madurez y síntesis en la que se integran las dualidades y coexisten la métrica tradicional del romance con el léxico latinizante o el mito con el vulgarismo en un desgarro característico de la actitud barroca ante la realidad y la literatura.

Esta Antología poética propone un orden cronológico y tres planos de acercamiento a cada poema: el texto, una breve explicación global que ilumina su sentido y las notas con aclaraciones léxicas o estilísticas.

Un índice de notas y otro de primeros versos facilitan la consulta rápida y el acceso a los textos de la antología y a las referencias léxicas, mitológicas o de personas.


Santos Domínguez


02 diciembre 2009

Cézanne. Lo que vi y lo que me dijo


Joaquim Gasquet.
Cézanne.
Lo que vi y lo que me dijo.

Traducción de Carlos Manzano.
Pequeña Biblioteca Gadir. Madrid, 2009.

Pocas veces se tiene la posibilidad de leer de primera mano lo que piensa un artista sobre su pintura y sobre su relación con la realidad. Si además esas reflexiones tienen como interlocutor privilegiado a un poeta como Joaquim Gasquet, se entenderá que Cézanne. Lo que vi y lo que me dijo sea un clásico de la teoría y la historia de la pintura.

Se publicó en 1921, el año en que murió Gasquet, que sobrevivió quince años a Cézanne, y está organizado en dos partes. En la primera -Lo que sé o vi de su vida- el poeta amigo del pintor evoca la vida del artista a través de informaciones ajenas y de su propia experiencia. No es estrictamente una biografía, sino algo más sutil y más profundo: una incursión en las claves vitales y estéticas del pintor que osciló entre el arrebato y el desaliento.

Su juventud, el monte Victoire en la Provenza como una referencia constante en sus cuadros y en su vida, desde su nacimiento hasta su muerte; el París en el que se sucedieron fervores y abatimientos; su relación problemática con Zola, que lo convirtió en protagonista de La obra; la vejez prematura y enfermiza en que lo conoció Gasquet; la evocación de su muerte son los momentos centrales de la primera parte del libro.

Lo que me dijo, la segunda parte, es una transcripción libre y detallada de las frecuentes conversaciones que Cézanne mantuvo con Gasquet, un diálogo sobre la experiencia artística, la pintura y los maestros, el color o las líneas.

Una verdadera joya que publica Gadir en su colección de bolsillo, un libro irrepetible que está a medio camino entre la biografía, el libro de conversaciones y el tratado artístico, con reflexiones como esta:

Los colores suben de las raíces del mundo.

Santos Domínguez

30 noviembre 2009

El tambor de hojalata


Günter Grass.
El tambor de hojalata.
Traducción de Miguel Sáenz.
Alfaguara. Madrid, 2009.

Lo reconozco: estoy internado en un establecimiento psiquiátrico y mi enfermero me observa, casi no me quita el ojo de encima; porque en la puerta hay una mirilla, y el ojo de mi enfermero es de ese color castaño que a mí, que soy de ojos azules, no es capaz de calarme.

Con ese párrafo comienza El tambor de hojalata en la nueva traducción que ha editado Alfaguara para celebrar el medio siglo de esta novela memorable. La traducción es de un especialista en Grass, Miguel Sáenz, que ha escrito también un breve epílogo en el que homenajea al traductor de la edición anterior, Carlos Gerhard, un español exiliado en México.

En ese epílogo explica también Miguel Sáenz las razones de esta nueva versión: hacia 2005, comenzó a sentirse en distintos países la necesidad de acometer nuevas traducciones de El tambor de hojalata: Francia, Finlandia, Italia, Portugal, el ámbito anglosajón... y también España. Por ello Günter Grass convocó, en Danzig, una reunión con sus traductores, como suele hacer cada vez que escribe un nuevo libro. Entre esos traductores los había de la vieja guardia, que habían asistido a esas reuniones desde la primera que tuvo lugar con motivo de la publicación de El rodaballo en 1978, pero también traductores nuevos. Y la idea de Grass era, no sólo hablar de El tambor con sus traductores, sino también mostrarles los lugares de Danzig, su ciudad natal, en la que transcurre gran parte de la acción.

Junto con El gato y el ratón (1961) y Años de perro (1963), El tambor de hojalata forma la Trilogía de Danzig y probablemente es para la literatura alemana de la segunda mitad del XX lo que fue La montaña mágica en la primera mitad.

El tambor de hojalata funde presente y pasado, narración y reflexión, realismo y fantasía, primera y tercera personas, en una novela autobiográfica escrita desde una perspectiva inédita: la del narrador-protagonista Oskar Matzerath, que escribe desde un hospital siquiátrico que es una alegoría del mundo:

Bruno Münsterberg —me refiero a mi enfermero, renuncio al juego de palabras— ha comprado por mi cuenta quinientas hojas de papel de escribir. Si la provisión no bastara, Bruno, que es soltero y sin hijos y procede del Sauerland, volvería a la pequeña papelería, que también vende juguetes, para proporcionarme el espacio no pautado que necesita mi capacidad de recordar, la cual espero que sea exacta. Nunca hubiera podido pedir ese favor a mis visitantes, por ejemplo al abogado o a Klepp. Sin duda, su afecto obligado y solícito hacia mí habría impedido a esos amigos traerme algo tan peligroso como papel blanco y ponerlo a la libre disposición de esta mente mía que segrega sílabas sin cesar.

A partir de ese momento, Oskar se remonta a la tarde en que su madre es engendrada bajo las faldas de su abuela, a su propio nacimiento y a la promesa materna de que a los tres años tendrá un tambor de hojalata.

Ese mismo día, a la vez que recibe el regalo, decide dejar de crecer. Y desde su ángulo inusual, lúcido y distanciado, evoca el pasado con un tambor de hojalata que vuelve a redoblar para contar en tres libros y cuarenta y cinco capítulos la posguerra, la culpa, la memoria, el terror, la locura en unas páginas por las que no ha pasado el tiempo y que, por el contrario, cobran nueve vida en esta traducción de Miguel Sáenz.

Porque esa es una de las virtudes que caracterizan a los clásicos, que están por encima del tiempo, nada mejor que comprobar que esta novela, la primera de Günter Grass, sigue siendo una obra tan viva como en aquel 1959 en que Hans Magnus Enzensberger la recomendaba en estos términos: Hay que leer la primera novela de un autor llamado Günter Grass que producirá gritos de alegría y de indignación.

Santos Domínguez

27 noviembre 2009

Wislawa Szymborska. Aquí


Wislawa Szymborska.
Aquí.
Traducción de Gerardo Beltrán
y Abel A. Murcia Soriano.
Bartelby. Madrid, 2009.


Vermeer

Mientras esa mujer del Rijksmuseum

con esa calma y concentración pintadas
siga vertiendo día tras día
la leche de la jarra al cuenco

no merecerá el Mundo
el fin del mundo.


Es el penúltimo poema de Aquí, de Wislawa Szymborska (Polonia, 1923). Conocida en España después de obtener el Nobel, su poesía interrogativa es una reflexión sobre el hombre y su lugar en el mundo, en la naturaleza o en el tiempo. Y sobre todo, es la expresión del asombro ante la realidad, una afirmación de la existencia, como en ese poema.

Aquí es, desde su escueto y significativo título, una composición de lugar escrita en el tono bajo que caracteriza a los poetas polacos que desde la segunda mitad del siglo XX renuncian al énfasis y aspiran a la poesía de precisión.

La expresión directa y el tono coloquial son compatibles en esta poesía con la profundidad reflexiva acerca de la condición humana y con una honda conciencia existencial:

En mi poesía busco ese efecto que en pintura se llama claroscuro – explicaba Wislawa Szymborska en 1975-. Quisiera que en mis poemas se encontraran e incluso se fundieran cosas magníficas y triviales, tristes y cómicas.

La coexistencia en este libro y en toda su obra de la reflexión y la sorpresa, del asombro y el desengaño -en Metafísica-, de la ironía y la seriedad -en el espléndido Idea-, de la memoria y el presente -en Adolescente o en Mi difícil vida con la memoria- constituye una de las claves de su poesía, una sucesión de preguntas hechas desde la conciencia del no saber que caracteriza al poeta.

Por eso, en Wislawa Szymborska cada poema es una respuesta provisional e insuficiente acerca del mundo, el tiempo y el espacio, la memoria y la poesía. Sucesión de preguntas y respuestas –como en Retrato de memoria- en las que la naturalidad y el tono menor construyen un libro en el que conviven como motivos poéticos las rocas y los seres microscópicos, un divorcio o la identificación de un cadáver, Ella Fitzgerald en el cielo y Julius Slowacki en una diligencia, la metafísica y los fideos con tocino.

El libro se publicó en Polonia en enero y ahora lo presenta en España Bartleby en edición bilingüe con traducción de Gerardo Beltrán y Abel A. Murcia Soriano, dos traductores que a esa condición unen la de ser poetas y acreditados conocedores de la obra de Wislawa Szymborska. Con ese bagaje resuelven con brillantez la difícil tarea de traducir la tonalidad coloquial de estos poemas, su ritmo interior, la mirada irrepetible de una autora que habla para la gente.


Santos Domínguez

25 noviembre 2009

La previa muerte del lugarteniente Aloof


Álvaro Pombo.
La previa muerte
del lugarteniente Aloof.

Anagrama. Barcelona, 2009.

Yo mismo tengo un poco -yo supongo- un aire trasnochado de rabino. Por eso llevo un gorro de lana que, al ocultar mi calva, mejora mi perfil, tan judaizante. Me miro de reojo en el espejo del aparador de las botellas y parezco lo que soy: un catedrático abolido de narratología que rehúsa tomar patatas fritas y bebe un Jack Daniel's tras otro hasta llegar a tres.

Tras la descripción de ese profesor universitario jubilado está el indisimulado autorretrato de un Álvaro Pombo en plenitud creadora, rejuvenecido literariamente y dispuesto a asumir el reto de reinventarse como narrador y de dar un giro a su trayectoria literaria.

La previa muerte del lugarteniente Aloof, que publica Anagrama, es un arriesgado y brillante salto en el vacío, un cambio en las reglas de juego de su literatura. Juego, literatura, reflexión técnica y aventura se funden en esta novela de sorprendente fuerza estilística, en una demostración de lucidez literaria, conciencia narrativa y seguridad creativa.

Los viejos deberían ser exploradores, dejó escrito T. S. Eliot en uno de sus Cuatro cuartetos, East Coker. Y esa frase, que Álvaro Pombo ha tenido muy presente en la escritura de este libro, parece estar en la base del ímpetu explorador que evidencia esta novela.

El hallazgo de un manuscrito que contiene en dos cuadernos de cien páginas las memorias en forma de diario del lugarteniente Aloof es la excusa para construir un texto en el que conviven la acción en estado puro y la reflexión filosófica en torno a ella.

Un narratólogo emérito analiza la esencia de la aventura en una indagación que comparte con Lord Redkins, un aventurero reflexivo, y con el elusivo lugarteniente, y es en el fondo una búsqueda de la identidad, una manera de compartir la previa muerte del lugarteniente y la del profesor jubilado.

El protagonista sin nombre, cuyo mote "Aloof" alude al distanciamiento de su carácter indiferente, narra, recuerda e inventa y el narratólogo en el que se desdobla Pombo reflexiona en un ejercicio metaliterario sobre las aventuras concretas, sobre sus aspectos narrativos para acabar poniendo en cuestión el concepto mismo de la aventura y el destino de los héroes, que han ido a refugiarse no al callejón del Gato, sino a las oficinas del Ministerio de Defensa.

Esa alternancia de fragmentos del diario y de reflexiones del profesor va construyendo una novela que es también una aguda interpretación del tiempo y sus efectos. Una novela de inusual energía estilística, en la que se unen la acción y la meditación, el lenguaje de la aventura y el de la poesía, porque cuando ya no hay aventuras, nada deja nunca de ser interior.


Santos Domínguez

23 noviembre 2009

Tres vidas de santos


Eduardo Mendoza.
Tres vidas de santos.
Seix Barral. Barcelona, 2009.

Diferentes en técnicas y en estilo, distantes en fecha de composición, diversos en extensión y en propósitos, los tres relatos que Eduardo Mendoza reúne en Tres vidas de santos están atravesados por una línea que los unifica metafóricamente en el título.

La ballena, El final de Dubslav y El malentendido, que publica Seix Barral, están protagonizados por personajes que no son santos ni mártires canónicos:

Mis personajes no son tipos con aureola -escribe Eduardo Mendoza en el prólogo-. Son un poco singulares, llevan una vida absurda, siempre antiépica. Para entendernos, lo contrario de Napoleón, pero igualmente insólitos.

Ni ejemplares ni influyentes, estos santos falsos que habitan en el error y en los márgenes de la sociedad y renuncian al mundo, pertenecen a la misma estirpe que Don Quijote, Hamlet, el capitán Ahab o Raskolnikov. Aunque carecen de su grandeza, son sus herederos venidos a menos, visionarios y buscadores de lo absoluto que –definitivamente alejados de la realidad- transitan por las zonas más oscuras del espíritu, como señala Eduardo Mendoza en el breve, irónico y brillante texto de presentación sobre estos tres textos con finales abiertos porque el narrador está convencido de que el centro de gravedad del relato está en la mitad.

Más cerca de la novela corta que del cuento, y no sólo por su extensión, sino por su ritmo narrativo, por el tratamiento del tiempo y el espacio o por la profundidad de los personajes, La ballena es el más extenso y seguramente el mejor de los tres textos. Lo escribió su autor hace más de treinta años, en la misma época en que iniciaba su actividad literaria con La verdad sobre el caso Savolta.

Ambientada en la Barcelona del Congreso Eucarístico de 1952, empieza así:

-Pero, bueno, ¿se puede saber cuándo llega el obispo Cachimba?, dijo el tío Víctor. La tía Conchita lo fulminó con la mirada y le dijo que hiciera el favor, si no sentía el menor respeto por la religión, de tener por lo menos consideración hacia la sensibilidad de los creyentes.

La mirada infantil del narrador relata la peripecia barcelonesa de Monseñor Putucás, un obispo centroamericano al que una asonada militar le obliga a permanecer en España. Degradado sucesivamente a Obispo Cachimba, indio de mierda, Don Fulgencio y Fulgencio a secas, poco a poco se convierte en un huésped molesto, en un parásito servicial rebajado a la condición de fámulo aletargado y vegetativo.

De ser un motivo de orgullo para la familia que lo acoge, pasa a convertirse en un esperpéntico Cochise borracho, compañero de dispsomanías del padre del narrador.

Varado como el cetáceo que se exhibió por entonces en el puerto de Barcelona, a donde acudía obsesivamente el obispo para contemplar la putrefacción de la ballena que –como el propio obispo exiliado- fuera de su elemento, queda expuesta al escarnio público por un puñado de plata, lo último que anotó en un cuaderno antes de desaparecer fueron estas líneas:

Moby Dick, la ballena gigante, estuvo en Barcelona para confusión de malos y edificación de buenos y anteayer se fue pal carajo, y yo con ella.

Muy distinto en tono y en técnica, El final de Dubslav se centra en el alucinado personaje del título, un Dubslav que recibe en un solo telegrama dos noticias contradictorias: la muerte repentina de su madre, una científica española de prestigio a la que le acaban de conceder el Premio Europeo a la Realización Científica. Hijo de madre soltera y de un cirujano yugoslavo, Dubslav había llegado a un poblado de África desde un hospital de Gerona, donde ingresó cadáver, víctima de un colapso. Y desde el poblado africano, que había visto el día antes en un documental de televisión, viaja a Bruselas para recoger el premio en nombre de su madre. Una alucinación que ha despistado a algún crítico y que termina mientras lee el discurso de recepción.

El malentendido, el relato más reciente y quizá el menos conseguido, está protagonizado por Antolín Cabrales Pellejero, alias Poca Chicha, hijo de una familia desestructurada. Un paria ignorante que ingresa a los veintiún años en prisión. Allí se matricula en el cursillo de análisis literario para reclusos que imparte Inés Fornillos, de visión imprecisa y juicio magnánimo. Con su criterio adánico, desnudo de prejuicios, el presidiario se convierte en un lector lúcido, pero sobre todo en portavoz de la libertad de juicio crítico del propio Mendoza. Y así, inesperadamente en quien no leía ni prensa deportiva, El siglo de las luces está de puta madre; Rayuela -frente al criterio de la profesora, que la considera una novela genial- es un libro ingenioso pero no me convence, una fanfarronada o Henry James no es un peñazo, sino un escritor de buten.

Salvando inverosimilitudes como las matizaciones espontáneas en torno al ingenio y lo convincente, la utilización del término parámetros por el recluso Poca Chicha o su gusto por las novelas de Proust o El hombre sin atributos, la ácida crítica cultural de Mendoza convierte a Cabrales en Martín J. Fromentín, un novelista de éxito, en todo un clásico.

Y además en una excusa para criticar al crítico en la carta que el exrecluso dirige a su antigua profesora. Allí le expone su revelación en torno a lo que es la literatura :

No lo que usted decía, no un vehículo para contar historias, para expresar sentimientos o para transmitir emociones, sino una forma. Forma y nada más.

En el fondo, no más que la declaración de un ingenuo que cree haber descubierto el Mediterráneo con esa obviedad.

Santos Domínguez


20 noviembre 2009

El turno del ofendido


Roque Dalton.
El turno del ofendido.
Prólogo de Enrique Falcón.
Baile del Sol. Madrid, 2009.



Me habéis golpeado, azotando
la cruel mano en el rostro

(desnudo y casto

como una flor donde amanece
la primavera)

Me habéis encarcelado aún más
con vuestros ojos iracundos

muriéndose de frio mi corazón

bajo el torrente del odio


Habéis despreciado mi amor
os reísteis de su pequeño regalo,

ruboroso sin querer entender

los laberintos de mi ternura


Ahora es la hora de mi turno

el turno del ofendido por años silencioso

a pesar de los gritos


Callad


callad


Oíd.


Con ese poema como pórtico comienza El turno del ofendido, un libro de poemas que el poeta salvadoreño Roque Dalton escribió en su exilio de México y Cuba entre 1961 y 1962.

Se trata de un libro crucial en la trayectoria vital, ideológica y literaria de Dalton y acaba de publicarlo Baile del Sol con prólogo de Enrique Falcón.

Organizado en dos partes, la primera de ellas -Las cicatrices- es la historia personal y existencial de las cicatrices que han dejado en el poeta la vida y las torturas, el amor y los cuchillos:

Y aunque el corazón no sea el brioso animal que presentíamos
basta para beber apasionadamente el amor y los cuchillos que nos rodean.

Esa primera parte toma el título de un largo poema en el que la prosa y el verso se suceden para expresar una visión caótica y descoyuntada de la realidad.

Así fui llamado: el escrutador, escribe en el primer verso.

Y ese escrutinio, esa mirada se sostiene en una posición moral y política en la segunda sección del libro: Por el ojo de la llave. Es ya el escrutador que mira por el ojo de la llave, como en el poema Yo veo:

Creo que nos han engañado suficientemente.

Ahora poseo la llave del jeroglífico
pues me la dio el dolor entre risas de ebrio
entre escupitajos de carcelero y miradas de perro
furioso sin piedad.


Están aquí representadas algunas constantes del estilo de Roque Dalton y de su posición ante la realidad: la ironía combativa o el humor ácido –el elaborado humor poético del que habló Benedetti- con el que libera su indignación o su cólera, la intensidad del tono conversacional que convive con la energía visionaria de las imágenes, el compromiso político y la reflexión sobre la poesía y su función social.

Desenfadado y crítico, autor de una poesía que es testimonio y denuncia, urgente en el amor y dueño de su nostalgia, Dalton aborda sus dudas y conflictos con lo cotidiano, lo político, lo sentimental o lo literario a través de una liberación intensa del lenguaje, que se convierte en sus manos en una manifestación eléctrica y vital .

Y pese a todo, el último texto (Yo quería) se cierra con estos versos que resumen el libro como la historia de una frustración:

Y no he podido daros más –puerta cerrada
de la poesía-

que mi propio cadáver decapitado en la arena.


Con este título la editorial Baile del Sol sigue reuniendo en la Biblioteca Roque Dalton la poesía completa del salvadoreño, uno de los poetas centroamericanos más notables de los últimos cincuenta años.

Santos Domínguez