Pablo d'Ors.
El amigo del desierto.
Galaxia Gutenberg. Barcelona, 2019.
“Pocos lugares hay en el mundo que sean tan metafóricos como el desierto, como prueba el hecho de que cuando se dice la palabra 'desierto' suele pensarse casi tanto en el desierto físico o externo como en el mental o interior”, explica el narrador protagonista de El amigo del desierto, la novela de Pablo d'Ors que recupera Galaxia Gutenberg diez años después de su primera edición, en la que figuraba como subtítulo -ahora suprimido- Relato de una vocación.
Una novela alegórica sobre el desierto y sobre la transformación espiritual de Pavel, el protagonista, que tras su integración en una sociedad secreta, los Amigos del Desierto, y después de sus viajes al Sahara acaba identificándose cada vez más, hasta diluirse en él, con el desierto, “metáfora del infinito”, de la desposesión y el vaciamiento, de la renuncia y el silencio. Ese es el sentido de la búsqueda que vertebra la novela:
Iba tras ese silencio -único e inconfundible- en que resuena lo esencial.
Lo anunciaba ya una de las citas iniciales, el proverbio árabe que dice “Quien no conoce el desierto, no sabe qué es el silencio.”
Lo que refleja el desarrollo del relato es el ascético camino de perfección de un personaje que proyecta su interioridad en el paisaje y acaba reflejándose en la contemplación de un desierto que -como en Jabès, como en Valente- terminará identificando con la escritura y la búsqueda interior, con una poética del vacío que está en San Juan de la Cruz, en el Maestro Eckhart o en Charles de Foucauld, un precursor que “hizo el camino inverso al que suelen seguir los demás: el mundo busca el poder y la gloria (...); él, en cambio, el anonimato y la oscuridad.”
En esa poética del vacío y el silencio, el desierto es el no-lugar, un espacio que está también fuera del tiempo, de manera que Pavel acaba transformado en dibujante del desierto, en calígrafo de una escritura rota que es también su forma de diluirse en el desierto, de identificarse radicalmente con él:
Sí, lo deseo; deseo ser como el desierto.
Santos Domínguez