31/1/14

Carlos Pujol. Magníficat


Carlos Pujol.
Magníficat.
Cálamo Poesía. Palencia, 2013.


Mantegna me pintó en la dormición,
digamos mi serena despedida,
junto a un gran ventanal abierto al cielo
con barcas en el río y nubes blancas.
Entre cirios y palmas, los apóstoles
me rodean cantando y uno inciensa
mi cuerpo abandonado.
Es una imagen contenida y grave,
en mi rostro, arañado por arrugas,
puso el artista dignidad, belleza
de la vejez que cierra al fin los ojos
para mirar a Dios.

Ese espléndido poema, en el que la Virgen contempla el cuadro en el que Mantegna imaginó su muerte, pertenece a Magníficat, uno de los libros que Carlos Pujol dejó inéditos. 

Es el segundo de sus póstumos que publica Cálamo, ahora que se cumplen dos años de la muerte del poeta y tiene como eje la figura de la Virgen, a quien atribuye el evangelio de Lucas (1:46-55) un canto de alabanza (Magnificat anima mea Dominum) de cuya primera palabra procede el nombre de la oración hímnica que da título al libro.

Una oración que en la Liturgia de las horas se reza en las vísperas y que ha dado lugar a una inverosímil atribución a la Virgen, que sería así no solo el sujeto lírico, sino la autora del texto.

Como el evangelista, como Rilke en algún delicado poema, Carlos Pujol cede la voz en los mejores textos de este libro a aquella reina de la paciencia que no está en la letanía, a la protectora de los débiles (Sobre todo me ocupo / de los desesperado), que evoca con asombro el episodio de la anunciación en uno de los momentos más altos de la obra:

Era inimaginable, de repente
se encendió la mañana con colores 
que nunca había visto. El huerto fue 
una inmovilidad de sol y espera.
Sin músicas, los coros celestiales
callaron para oír al enviado.
Después de su saludo sorprendente
(rebosante de gracia me llamó),
si no lo entendí mal
preguntaba pidiéndome permiso.
Durante unos instantes todo el peso 
de los planes de Dios
cayó sobre mis hombros.
Y el tiempo, en apariencia inalterable
reemprendió su camino,
el lento discurrir de cada día.

Esa misma desorientación humilde, ese asombro compartido con la voz del poeta en otros textos, persiste en el recuerdo de la huida (Cuando huimos a Egipto parecía / que aquel era un camino interminable), en la madre desbordada ante los Magos que los visitan  (y al irse reverentes y perplejos / me llamaron Señora (¡esa era yo!), en la promotora de un primer milagro (Dije: No tienen vino /.../ Lo demás de Caná ya lo sabéis), en el dolor contenido cuando oye la profecía de la pasión  (y añadió que una espada / iba a herirme con el mayor dolor).

Es frecuente en la tradición del arte religioso que el autor –poeta, pintor, escultor de retablos- incorpore su figura a la obra en una especie de firma de artista o el autorretrato piadoso del donante. Como en él coinciden esas dos condiciones, eso es lo que hace también Carlos Pujol en el poema especular que cierra el libro, en el que dice la Virgen:

Érase un niño muy zarandeado 
en un tiempo de guerras y más guerras.
Es posible que guarde en la memoria 
demasiado estropicio y fantasía, 
muchas contradicciones y la música 
que parece imposible del ayer.
Ahora ha escrito para mí estos versos.

Santos Domínguez




30/1/14

De un lector que cuenta


Robert Saladrigas.
De un lector que cuenta.
Menoscuarto. Palencia, 2013.

Impresiones sobre la narrativa extranjera contemporánea. De Thomas Mann a Jonathan Franzen es el elocuente subtítulo del volumen que publica Menoscuarto, que reúne una selección de las reseñas que Robert Saladrigas ha venido publicando desde 1983 en los suplementos Libros y Cultura/s, además de algunas introducciones a libros de Círculo de Lectores

Reunidas ahora en un libro que las ordena en función de la fecha de la obra comentada, el conjunto traza un panorama global de la narrativa contemporánea en el que no falta ninguno de los narradores fundamentales de los últimos cien años: desde clásicos del siglo pasado, como Thomas Mann, Hermann Broch, Musil, Faulkner, Hemingway, Canetti, Saul Bellow o Italo Calvino hasta los más recientes Sebald, Magris, Coetzee, Cormac McCarthy, Philip Roth, DeLillo, Alice Munro, Ian McEwan, Patrick Modiano o Michel Houellebecq

Dos imprescindibles índices –uno de autores y otro de obras reseñadas- completan una inmejorable guía de lecturas ofrecida por uno de los críticos más lúcidos y fiables del panorama español. El relato de un lector que cuenta.

Santos Domínguez

29/1/14

Una historia secreta de la consciencia



Gary Lachman.
Una historia secreta de la consciencia.
Traducción de Isabel Margelí.
Imaginatio vera. Atalanta. Vilaür, 2013.

Frente a los cuatro últimos siglos de hipótesis cientifistas que degradan la consciencia y reducen su realidad a una cuestión de átomos o desdeñan la subjetividad para explicar que la identidad no es más que una ilusión inconsistente, el producto del comportamiento de las células nerviosas en una conexión de leyes moleculares, Gary Lachman explora en Una historia secreta de la consciencia una corriente clandestina del pensamiento occidental que propone una respuesta diferente, defiende la importancia de la consciencia y la rescata del monopolio de las propuestas científicas y académicas.

A través de las teorías psicológicas de William James, de las conjeturas del tiempo subjetivo de Bergson, del superhombre de Nietzsche o de la antroposofía de Rudolf Stein, se da una vuelta de tuerca a las teorías kantianas y se rescata la tradición metafísica, esotérica o espiritualista, que aunque antigua se revitaliza en el contexto irracionalista con el que nace el siglo XX, un momento en el que confluyeron el conocimiento y la especulación de la mano de la ciencia, la filosofía y el esoterismo.

Lo importante es integrar aquello que la ciencia nos cuenta sobre cerebro y mente en una perspectiva más amplia, en una imagen más grande de la historia de la humanidad y en una visión más extensa de su futuro, explica Lachman, que publicó hace diez años este libro que ahora edita Atalanta con traducción de Isabel Margelí.

Santos Domínguez

28/1/14

Kerouac y la generación beat



Jean-François Duval.
Kerouac y la generación beat.
Traducción de Francesc Rovira.
Anagrama. Barcelona, 2013.

Un espléndido acercamiento a Jack Kerouac, el running Proust, como lo llama Jean-François Duval en la introducción a este volumen de entrevistas que publica Anagrama en su colección Crónicas, con traducción de Francesc Rovira.

A lo largo de dos décadas, Duval mantuvo una serie de encuentros con personajes fundamentales de aquella generación beat: desde el poeta Allen Ginsberg, el gurú que se convirtió con Aullido en la voz poética del movimiento, hasta Ken Kesey, cobaya del LSD y autor de Alguien voló sobre el nido del cuco. Media docena de entrevistas que incluyen a Carolyn Cassady, amante de Kerouac y mujer de Neal Cassady o a Timothy Leary, profesor de Harvard y profeta de la psicodelia en los años sesenta.

El conjunto de esas entrevistas compone un mosaico vivísimo de la contracultura norteamericana y un retrato complejo y poliédrico del autor de la novela On the road, la Biblia beatnik, y de su bajada a los infiernos de la droga y el alcohol.

Santos Domínguez

27/1/14

Juan Ramón Jiménez. Por obra del instante


Juan Ramón Jiménez.
Por obra del instante.
Entrevistas. 
Edición de Soledad González Ródenas.
Fundación José Manuel Lara. 
Centro de Estudios Andaluces.
Sevilla, 2013.

La Fundación José Manuel Lara edita con la colaboración del Centro de Estudios Andaluces un volumen que recupera todas las entrevistas realizadas a Juan Ramón Jiménez que permanecían dispersas y no se habían reunido hasta ahora en un libro.

Un volumen, titulado Por obra del instante, que ha sido preparado por Soledad González Ródenas, responsable también de la edición revisada de Guerra en España, que ha recopilado casi noventa textos que, organizados cronológicamente entre 1901 y 1958, desde los años de Moguer a los del exilio, desde la época sensitiva a la suficiente, confirman que Juan Ramón es seguramente el poeta más entrevistado de la literatura española.  

"Preguntario" era el epígrafe en el que pensó alguna vez Juan Ramón para agrupar en un volumen complementario de su obra las entrevistas y cuestionarios que iba anotando al margen y ordenando en una carpeta que está actualmente en la Sala Zenobia-Juan Ramón de la Universidad de Puerto Rico.

Cansinos Assens, Gómez de la Serna, Giménez Caballero, Alberti, Muñoz Rojas o Lezama Lima son algunos de los autores de estas entrevistas que sirven de complemento de las Conversaciones con Ricardo Gullón o del Juan Ramón de viva voz de Juan Guerrero Ruiz y dan cuenta de la personalidad compleja del poeta y de su evolución personal y estética.

Es posible apreciar una autenticidad progresiva en las respuestas de Juan Ramón Jiménez. A partir de un determinado momento, el poeta –cada vez más seguro de sí mismo y de su obra- se olvida de lo que hoy llamamos la corrección política y entonces, más castizamente, poner paños calientes, para manifestar abiertamente sus ideas políticas, para definirse como “comunista individualista”, para denunciar que "esto de las antologías con poetas vivos me parece política. Con la poesía se hace política, aunque no lo parezca" o para afirmar: “mi amor a la libertad no se hipoteca con prebendas, sino que es un sentimiento esencial.” 

Esa autenticidad no se traduce necesariamente en dureza, aunque sí en una independencia de criterio que explica cuando le preguntan por su vida literaria: "Vida literaria ninguna, pues es bastante fastidiosa, a mi modo de pensar. La paso muchísimo mejor en la terraza de esta mi torre."

Aunque lo más frecuente son sus opiniones literarias ("La poesía es la esencia de la cultura") o los juicios que hace con la dureza de la honestidad sobre otros escritores, aunque con el tiempo se irá templando. A los mayores que él: al "arcaico" Valle; al "retórico" Machado; a un Baroja que "escribe mal"; a un Unamuno que "es un gran espíritu, pero no tiene amor a la belleza y hace cosas horribles, pero es un hombre que arde"o a Azorín, al que fue a devolver personalmente un libro que le había dedicado y describe su casa, "una de esas casas que huelen a cocido madrileño y a pis de gato". En su mesilla de noche vio -y lo utilizó para describir al escritor a través de la decoración de su casa- el negrito de escayola que anunciaba el café torrefacto La Estrella.

No tenía mejor opinión de Ortega: "un buen comentarista, sin obra creadora, un catedrático con talento. Hoy es cosa parada. Ya no hace más" o de D'Ors, con quien no quiso compartir vecindad y del que decía que era "un hábil dilettante" que "terminará bailando la rumba en Cuenca."

Y habla de los más jóvenes: "Luego hay un grupo Guillén, Salinas, etc. a los que yo llamaría 'poetas voluntarios'. Viven a fuerza de ocultación y andamiaje. No tienen invención ni acento. Ellos eligen un tema, y como tienen talento, hacen una cosa que está muy bien literariamente pero que no es poesía." No andaban muy lejos de esa referencia los miembros de "la sociedad poética Eco, Timo & Truco, ilustres de segunda mano." Ni sus "calumniadores ruines, vividores circunstanciales (Bergamín, Salinas, Guillén, etc.)"

Pero la recopilación en estas casi quinientas páginas de material efímero y disperso no sólo transmite la imagen sucesiva de Juan Ramón en la estación total de su poesía, su frecuente elegancia, su tristeza a veces corrosiva como sus respuestas, sus juicios arbitrarios, sus manías y sus obsesiones, una cercanía que desmiente su fama distante o la aspereza sin contemplaciones de algunas de sus respuestas, de "una sinceridad arriesgada, descarnada hasta lo hiriente", como señala Soledad González Ródenas.

Estos textos nos devuelven también la imagen del entrevistador: el retintín que sigue resonando en las palabras de Cansinos o de Gómez de la Serna; la agresiva descripción hecha a navaja de un esperpéntico Giménez Caballero, que le busca la espiritrompa lírica y la reconoce en "la pelambre, de una oleosidad exquisita" de la barba.

Por contra, aparece la admiración de Ramón Gaya, que en 1928 presenta así la capacidad de Juan Ramón como conversador: "No habla lento, pero habla ordenado, no se precipita nunca y sabe darle a su voz las lejanías y los segundos términos que necesita: hace ir y venir su voz como una pieza musical de Haendel, como en una pieza musical de Bach."

O la imagen admirable de un Lezama Lima que le entrevista en dos ocasiones -una de ellas es una larga e imprescindible conversación de junio de 1937- y le atribuye cosas que el poeta no ha dicho, pero con tanta calidad que Juan Ramón decide asumirlas como propias. Ese texto asombroso, elaborado por Lezama, es con diferencia no sólo la mejor entrevista del libro. Sus veinte páginas componen también la mejor de todas las que le hicieron a lo largo de su vida.

Aunque lo tituló como entrevista, el cuestionario que le propuso el periodista portorriqueño Juan Bertoli Rangel genera una larga y muy interesante declaración de Juan Ramón que se publicó en Nueva York en febrero de 1953.

Dos apéndices –uno con cinco borradores de cuestionarios que no llegaron a publicarse y otro con cuatro entrevistas a Zenobia- completan este espléndido volumen que se cierra con un muy útil índice onomástico.

Santos Domínguez

26/1/14

Vila-Matas. El mal de Montano



Enrique Vila-Matas.
El mal de Montano.
Debolsillo. Barcelona 2013.

Con una estructura novelística sin precedentes en la tradición, Enrique Vila-Matas escribe en El mal de Montano, que reedita ahora Debolsillo, su novela más importante, la historia de un Quijote contemporáneo. Evocado por su padre narrador y crítico literario, la conversión en un ágrafo trágico del joven Montano que a finales del siglo pasado se convierte en un escritor bloqueado en lucha contra molinos y encantadores.

Además de una reflexión -a veces paródica- sobre el diario como forma narrativa y sobre el final de la literatura y su pérdida de sentido en el mundo actual, El mal de Montano es la piedra angular de la novelística de Vila-Matas, una obra –la más premiada de las suyas- sobre el doble y el espejo, sobre la enfermedad de la literatura que sufren padre e hijo con distinta fiebre: la de quien tiene que escribir compulsivamente para huir del mundo y sobrevivir a través de un nihilismo alegre que se expresa en el estilo de la felicidad y la del ágrafo que sabe que ya no volverá a escribir.

Novela, diario, diccionario de autores y ensayo de autoficción, Tongoy y una Teoría de Budapest en una espléndida construcción literaria sobre la enfermedad literaria levantada en ese terreno de nadie entre la realidad y la ficción en el que Vila-Matas ha encontrado su espacio propio de reflexión sobre la literatura y la vida.

Santos Domínguez

25/1/14

El hijo de Greta Garbo






Francisco Umbral.
El hijo de Greta Garbo.
Prólogo de Miguel García-Posada.
Austral. Barcelona, 2013.

Hace quince años, en 1998, Miguel García-Posada afirmaba en el prólogo a la reedición de El hijo de Greta Garbo que era un libro que no había envejecido desde su primera edición en 1982. Hoy, tres décadas después, se puede seguir diciendo lo mismo de este título que es una de las obras más significativas y más intensamente escritas de Francisco Umbral.

Sin llegar a la emoción irrepetible de esa cima de su obra y de la prosa contemporánea que es Mortal y rosa, El hijo de Greta Garbo es una evocación de la infancia a través de la figura idealizada de su madre, una metáfora de la belleza y de la España vencida.

Si allí era la muerte del hijo el motor de la obra, aquí también la enfermedad y la muerte son el punto de partida y el objetivo final es la recuperación de la memoria personal y de la memoria colectiva de la provincia, porque en Umbral la memoria individual se incardina siempre en la memoria sentimental de la sociedad.

Una memoria en la que confluyen también emociones encontradas y afectos contradictorios, porque hay días en que la soledad es un sarao, como dice la última línea de la novela.

Santos Domínguez

24/1/14

Las estaciones del año


Kristijonas Donelaitis.
Las estaciones del año.
Traducción de Carmen Caro.
Renacimiento. Sevilla, 2013.

En su cuidada colección de poesía universal, Renacimiento publica Las estaciones del año, de Kristijonas Donelaitis (1714 –1780), el fundador de la poesía lituana.

Aunque es uno de los textos más traducidos de la literatura lituana y en 1977 fue incluido en el elenco de obras maestras de la literatura europea de la Unesco, esta es la primera traducción al español de ese poema épico de estilo neoclásico y propósito patriótico que fue el resultado de la mentalidad ilustrada y de una clara vocación didáctica proyectada sobre el mundo rural. Unas Geórgicas del XVIII de un Virgilio lituano que estudió teología en Könisberg. 

Con motivo de las próximas conmemoraciones del tercer centenario de Donelaitis, se ha encargado de esta edición, la primera completa que se realiza a una lengua románica, Carmen Caro, profesora dedicada a la enseñanza del castellano en la Universidad de Vilnius.

Santos Domínguez

23/1/14

Kenneth Clark. Civilización


Kenneth Clark.
Civilización.
El libro de bolsillo.
Alianza Editorial. Madrid, 2013.

Estoy en el Pont des Arts de París. A un lado del Sena se alza la armoniosa y razonable fachada del Instituto de Francia, construido como colegio universitario alrededor de 1670. En la otra orilla, el Louvre, construido sin interrupción desde la Edad Media hasta el siglo XIX: la arquitectura clásica en su forma más espléndida y serena. Apenas visible río arriba está la catedral de Nôtre Dame, quizá no la más atractiva de las catedrales, pero sí la fachada más rigurosamente intelectual de todo el arte gótico. Las casas que bordean las orillas del río constituyen también una solución humanizada y razonable de lo que la arquitectura urbana debería ser, y frente a ellas, bajo los árboles, están los puestos de libros donde generaciones de estudiantes han encontrado alimento espiritual y generaciones de bibliófilos han cultivado su civilizado pasatiempo. Por este puente, a lo largo de los últimos ciento cincuenta años, los estudiantes de las escuelas de arte de París han corrido al Louvre para estudiar las obras que contiene, y luego de vuelta a sus estudios para charlar y soñar con hacer algo digno de la gran tradición. Y cuántos peregrinos de América, de Henry James para abajo, se habrán detenido en este puente para aspirar el aroma de una cultura de muchos siglos, y se habrán sentido en el corazón mismo de la civilización.(...) ¿Qué es la civilización? No lo sé. No soy capaz de definirla en términos abstractos... todavía... Pero creo que sé reconocerla cuando la veo; y en estos momentos la estoy viendo.

Así comienza el primero de los trece capítulos que sirvieron de guión para Civilisation: A Personal View by Kenneth Clark, la monumental serie que dirigió el historiador de la cultura Kenneth Clark (1903-1983) en la BBC en 1969 y cuya traducción reedita El libro de bolsillo de Alianza Editorial, en una edición profusamente ilustrada, es un espléndido panorama que refleja la visión personal de Clark de la cultura occidental, desde la caída del Imperio Romano hasta mediados del siglo XX.

Una visión global que integra las artes plásticas, la música, la arquitectura, la literatura, filosofía e ingeniería, en una lectura profunda y a la vez divulgativa que abre perspectivas y relaciona épocas, actitudes, manifestaciones artísticas y presupuestos ideológicos. Y, sobre todo, propone una interpretación que une la evolución social a la evolución cultural, de manera que el paisaje urbano, por ejemplo, suscita una interpretación del hombre y de su historia, como revelan afirmaciones como esta: Si yo tuviera que decidir quién dice la verdad sobre una sociedad, si el discurso de un ministro de la vivienda o los edificios efectivamente construidos en su época, me fiaría de los edificios.

Santos Domínguez

22/1/14

Pla. Lo que hemos comido



Josep Pla.
Lo que hemos comido.
Prólogo de Manuel Vázquez Montalbán.
Traducción de Pedro Gómez Carrizo.
Austral. Barcelona, 2013.


Desde que todo el mundo se ocupa del futuro no se puede comer una tortilla decente,  escribía Josep Pla en una declaración melancólica que resume el punto de vista  que refleja en Lo que hemos comido, uno de sus libros más imperecederos, reeditado ahora por Austral en formato de bolsillo.

A lo largo de más de cincuenta capítulos, Pla escribe, no un libro de recetas –una de sus primeras advertencias es que no sabe cocinar-, sino un libro sobre la memoria de la vieja cocina familiar. Porque esta obra es una celebración del gusto que mira más al pasado que al futuro y entre la cocina del aceite y la de la mantequilla reivindica el vino tinto, pasa por las sardinas y las tortillas, por el pescadito frito y el tomate, por el cordero y las anguilas  para convocar una fiesta de los sentidos, para hacer una exaltación de la becada y un elogio del pollo con alcachofas. Un libro de cocina que muestra al fondo el paisaje, la vida y la cultura.

Vázquez Montalbán definía a Pla en el prólogo de este libro como “el  profeta de la dieta mediterránea” que expresa en estos artículos su “respeto por las raíces del gusto y se pronuncia a favor de los sabores lo más próximos posibles a la desnudez natural de las materias primas. Es un sibarita que apuesta por la cultura del placer de comer bien.”

Pero lo que era Pla sobre todas esas cosas es un magnífico escritor de estilo jugoso y prosa bien condimentada, un “punto de vista ambulante con boina” –en palabras de Vázquez Montalbán-, un payés que cuando tenía que definir su estado en los impresos, en lugar de poner "soltero" escribía “ligeramente alcohólico.”

Santos Domínguez

21/1/14

Prosas hispánicas de vanguardia




Prosas hispánicas de vanguardia.
Edición de Selena Millares.
Cátedra Letras Hispánicas. Madrid, 2013.

Imprescindible. Ese es el adjetivo que mejor define el volumen Prosas hispánicas de vanguardia, una antología preparada por Selena Millares que publica Cátedra Letras Hispánicas.

Imprescindible tanto por la amplia selección de textos significativos como por el riguroso ensayo prologal, casi ciento cincuenta páginas que convierten la introducción en un texto de referencia para los estudios que se hagan a partir de ahora sobre la vanguardia hispánica.

Organizados en dos partes -Microrrelatos, cinegrafía y poemas en prosa por un lado; Prosas experimentales, lúdicas y visionarias, por otro-, los textos de esta antología ofrecen una muestra abundante y muy representativa de un fenómeno literario que entre el simbolismo y el superrealismo unió estéticamente las dos orillas atlánticas de la lengua española. Tan significativa es esa unión que el criterio que ha utilizado Selena Millares para organizar esta antología no atiende a lo español por un lado y a lo hispanoamericano por otro, sino a razones puramente literarias en las que mantiene también un criterio cronológico: desde un primer momento de ruptura que se inicia en 1910 con nombres como Gómez de la Serna o Alfonso Reyes, hasta una segunda vanguardia que a partir de 1925 practica una literatura radicalmente visionaria. Es el tiempo del 27, del creacionismo, de Vallejo o de Felisberto Hernández.

Santos Domínguez

20/1/14

Balzac. Cuentos filosóficos



Honoré de Balzac.
Cuentos filosóficos.
Edición de Susana Cantero.
Cátedra Letras Universales. Madrid, 2013

Un anónimo Torquemada proponía en el número de julio de 1844 de la revista mensual La Censura, que se publicaba en Madrid, la prohibición de leer los Cuentos filosóficos de Mr. de Balzac, al que califica con notable desorientación como “autor romántico”, por su impiedad sacrílega o por sus manifestaciones de incredulidad.

Gran parte de esos ataques del censor se centran en uno de los más conocidos relatos de Balzac, La obra maestra desconocida, que forma parte de la espléndida edición que Susana Cantero ha publicado en Cátedra Letras Universales de siete Cuentos filosóficos, calificados así porque los hechos narrados en ellos son el motor que desencadena la reflexión sobre la creatividad y la conciencia, sobre la experiencia y el conocimiento.

De esa manera la narratividad se pone al servicio de una incansable búsqueda de lo absoluto por parte de un novelista que aunque escribe todavía en la época del Romanticismo es ya un avanzado del realismo y de su mirada al interior de los personajes para explorar el misterio de la creación artística en la música o en la pintura, para indagar en las raíces de la locura o iluminar en la oscuridad las turbias relaciones familiares.

Santos Domínguez

19/1/14

Arcadia desolada





Pedro Juan Gomila.
Eidilon I.
 Arcadia desolada.
La Lucerna. Palma de Mallorca, 2013.

Como “un retrato expresionista en el que se nos describe a un joven adolescente coloreado por las emociones y distorsionado por el dolor” define José Luis Reina, editor y prologuista, Arcadia desolada, el segundo libro de poesía que publica en La Lucerna Pedro Juan Gomila.

Sus versos largos construyen un diario meticuloso, una autobiografía enérgica y un exigente ejercicio de reflexión sobre la identidad sexual, de reivindicación de la diferencia y de transfiguración poética de los problemas existenciales a través de la evocación del mundo clásico y de la forma equilibrada y contenida de su expresión, con inevitables y felices ecos de Cavafis: el tiempo borrará vuestras facciones, / mas seréis como fragancias mientras viva, / vosotros, amores, que aventasteis / las primeras ascuas de mis desvaríos.

Santos Domínguez

18/1/14

Rosa Lentini. Tuvimos




Rosa Lentini.
Tuvimos.
Bartleby Editores. Madrid, 2013.

Con un prólogo en el que Jenaro Talens analiza la importancia de la memoria en estos poemas, Bartleby Editores publica Tuvimos, un espléndido libro en el que Rosa Lentini hace un ejercicio radical de memoria interior en unos poemas que son un viaje hacia las raíces, hacia lo anterior al ser y al proyecto del ser.

Entre la pérdida de una esperanza que mira más al pasado que al futuro y la reconstrucción de la identidad, un viaje hacia dentro y hacia atrás, hacia el fondo en el que se formó la conciencia personal. Un viaje de ida y vuelta, porque de esa experiencia regresa el poema como una construcción verbal que explica a la persona desde un pasado anterior al tiempo de la existencia, un tiempo en el que ya todo estaba allí.

Bajar a la raíz para crecer, no entender para acabar entendiendo, deconstruirse para reconstruirse en un itinerario que va desde la conciencia de la sombra a la conquista de la luz, para encontrar mi propia huella en el mundo, / y luego la luz más tenue la encierra, / como todo lo que desaparece.

Santos Domínguez

17/1/14

Ar de Arestas


Iacyr Anderson Freitas.
Ar de Arestas.
Fotografias de Ozias Filho.
Escrituras Editora / Funalfa.
São Paulo, 2013.

Um sol que saiba pulsar,
saiba ferir sem calor,
ruminando com esgar 
até mesmo a própria dor


escribe el poeta brasileño Iacyr Anderson Freitas (Minas Gerais, 1963) en Ar de arestas, un espléndido volumen en el que sus versos entablan un intenso diálogo con una serie de fotografías de Ozias Filho.

La luz y la sombra, el misterio y el dolor, el silencio y la palabra construyen en este libro un espacio alternativo al vacío, una indagación en el mal y en lo oscuro en busca de respuestas ante el terror del futuro:

Desse terror não se escapa
sem cicatriz ou sequela.
Dos dias perde-se o mapa
– e o mapa nada revela.

En febrero de 2012, cuando todavía era un texto inédito, Ar de arestas se tradujo en la Universidad de Lisboa al lenguaje corporal por el Laboratório de Movimento e Performance I’Mmoving, coordinado por la coreógrafa Marina Frangioia. 

El resultado de esa propuesta plástica lo captó el fotógrafo Ozias Filho en las imágenes que recoge el libro como una creación complementaria que ilumina el texto de Iacyr Anderson, del que señala Paulo Henriques Britto en el posfacio que es una metáfora que no tiene como objetivo edulcorar un realidad dura, sino acentuar lo que en ella hay de anguloso a través de las manos hábiles de un poeta brasileño de este inicio de siglo, en la perspectiva madura y desencantada de Iacyr Anderson Freitas.

Santos Domínguez

16/1/14

Murasaki



Julio Baquero Cruz.
Murasaki.
Menoscuarto. Palencia, 2013.

Una evocación del esplendor de la cultura oriental ambientada en el Japón de hace mil años, en la época más brillante del periodo Heian, a través de un personaje femenino, Murasaki, que escribió en el siglo XI la Historia de Genji y que da título a esta novela de Julio Baquero que publica Menoscuarto. 

Pero, contra lo que pueda parecer a primera vista, no se trata de una novela histórica al uso, porque en ella lo importante no es la reconstrucción del pasado, sino la evocación de un sueño intemporal a través de una sucesión de estampas en las que se superponen la narratividad y la lírica, la sensibilidad oriental y la occidental y conviven la mirada reflexiva y la descripción de la naturaleza para construir una novela sólida y delicada que invita a una lectura demorada y gozosa.

Santos Domínguez

15/1/14

Roger Wolfe. Luz en la arena


Roger Wolfe.
Luz en la arena.
Zut Ediciones. Málaga, 2013.


Con Luz en la arena,  que acaba de publicar Zut Ediciones, Roger Wolfe abre un prometedor ciclo narrativo autobiográfico -Las cosas que un hombre ha hecho-que se irá completando en sucesivas entregas.


Este primer volumen sale en busca del tiempo perdido para reconstruir los años infantiles del narrador con una admirable combinación de memoria y fabulación, de capacidad narrativa y prosa eficaz. Sus casi cuatrocientas páginas, apretadas y sólidas, fluyen con la misma naturalidad con la que parecen emerger los recuerdos hasta culminar en la evocación de “la última jornada oficial de nuestra infancia.   


Santos Domínguez

14/1/14

Mi Carso


Scipio Slataper.
Mi Carso.
Traducción de Pepa Linares.
Prólogo de Claudio Magris.
Ardicia. Madrid, 2013.

Hace poco más de un siglo, en 1912, el triestino Scipio Slataper (1888-1915) publicaba Mi Carso, una novela breve y fundacional que permanecía inédita en español y que acaba de aparecer en Ardicia con traducción de Pepa Linares y prólogo de Claudio Magris, otro escritor de Trieste que habla en su presentación del “áspero y esquivo lirismo” de esta obra.

Junto con Italo Svevo, Slataper es el iniciador de una tradición que ha hecho de Trieste no solo un lugar de referencia en la literatura del siglo XX, sino una tonalidad narrativa y un estado de ánimo. Murió en 1915 en combate en la Primera Guerra Mundial, en las filas del ejército italiano. Tenía 27 años y dejaba Mi Carso, como su única novela, una narración autobiográfica de tono intensamente lírico que surge del trauma provocado por la muerte de su madre y el suicidio de su novia.

Organizada en tres partes que corresponden con la infancia, la juventud y la madurez del narrador, Mi Carso es una muestra de la capacidad evocadora de las descripciones en la prosa sutil y matizada de un escritor del que se podían esperar obras aún mayores que esta.

Santos Domínguez

13/1/14

Grossman. Eterno reposo y otras narraciones

Vasili Grossman.
Eterno reposo y otras narraciones.
Traducción de Andréi Kozinets.
Galaxia Gutenberg /Círculo de Lectores. 
Barcelona, 2013.

Desde el cementerio Vagánkovskoie, situado junto a las vías de la estación de Bielorrusia, se puede ver a través de los arces que crecen allí cómo pasan a toda velocidad trenes con destino a Varsovia y Berlín, las ventanillas relucientes de los vagones restaurante, los trenes expreso de color azul que circulan entre Minsk y Moscú, además de oír los frecuentes silbidos de los trenes de cercanías y notar cómo tiembla la tierra al paso de los pesados convoyes de mercancías.

Cerca del cementerio discurre la carretera Zvenigoródskoie, transitada por turismos y taxis de carga que transportan bártulos a las dachas de los alrededores. Junto al cementerio se encuentra el mercado del mismo nombre. Desde el cielo llega el estrépito provocado por los helicópteros que sobrevuelan la ciudad, al tiempo que resuena, ampliada por la megafonía, la voz nítida del jefe de la estación, encargado de componer los convoyes que parten de la estación.

En el cementerio, mientras tanto, reinan la paz y el descanso eternos.

Así comienza Eterno reposo, uno de los ocho cuentos de Vasili Grossman que publica Galaxia Gutenberg / Círculo de Lectores.

De esa narración, fechada entre 1957 y 1960, toma el título esta espléndida selección que muestra por primera vez en español los relatos que Vasili Grossman escribió entre 1953 y 1963, cuando estaba en plena madurez creativa y llevaba a cabo esa obra maestra que es Vida y destino.

Vida y destino que concurren en todos estos relatos de un Grosmann dueño ya de un mundo propio y de un tono narrativo que a veces recuerda a Chejov y a veces a Bábel: la relación problemática entre el individuo y el poder, la conciencia ética y la libertad, la dignidad y la violencia; la vida cotidiana en los años del terror estalinista y de la invasión alemana cruzan los ocho relatos que se reúnen por primera vez en castellano con traducción de Andréi Kozinets.

Seleccionados por Tzvetan Todorov, organizados cronológicamente y variados técnicamente -alguno más cercano a la novela corta que al cuento-, estos relatos quizá no son perfectos, pero son una demostración de la enorme eficacia narrativa de Grosmann, que aporta a su escritura no solo su solvencia literaria, sino la fuerza del material vivo procedente de su propia experiencia personal sobre la violencia de la naturaleza humana, de la guerra o del estado.  

Y eso le permite escribir sobre la tripulación de un hidroavión norteamericano que parte de una isla del Pacífico para lanzar la bomba atómica sobre una ciudad japonesa; sobre la guerra sufrida desde el zoo de Berlín por los animales en una alegoría sobre la libertad y la violencia; sobre una maternidad de Rafael en la que la belleza tiene una dimensión exclusivamente humana que triunfa sobre el nazismo; sobre la corriente subterránea de violencia que discurre bajo las relaciones familiares: los celos o la codicia, el dominio o el tedio; sobre los cementerios como metáforas de la sociedad y como continuación paradójica de la vida; sobre la mirada de una niña rescatada de un orfanato y adoptada por el responsable de la desaparición de sus padres; sobre un maltratado mulo de carreta en un regimiento de infantería; sobre la rutina melancólica de un ingeniero tímido, autobiográfico y solitario destinado en una peligrosa mina de gas o sobre un atractivo y despreocupado médico de balneario bajo la invasión alemana.

Como el resto de su obra, estos textos reflejan la ejemplar vinculación de literatura y testimonio que recorre la intensa escritura narrativa o documental de Grossman y son, pese a todo, una afirmación –como escribe en La Madonna Sixtina- en la fe de que la vida y la libertad no son más que una, y de que no hay nada por encima de la humanidad del ser humano.

Santos Domínguez

12/1/14

William Gaddis. Gótico carpintero



William Gaddis.
Gótico carpintero.
Traducción de Mariano Peyrou.
Sexto Piso. Madrid, 2012.

Diez años después de Jota Erre, en 1985, Gaddis escribió Gótico carpintero, una novela en la que concentró más su capacidad narrativa en el manejo del espacio y el tiempo –todo ocurre en el interior de una casa sórdida, entre pocos actores y en un breve plazo- y las posibilidades técnicas que le permitía el uso de los diálogos para construir la trama, diseñar a los personajes y hacer que la casa decimonónica -cuyo estilo arquitectónico se evoca en el título- asuma un papel protagonista, de manera que su ruina es la del sueño americano.

Como en otras novelas de Gaddis, la fascinación estilística arrastra al lector en una experiencia irrepetible y vertiginosa como la corriente de un río. Pero aquí esa corriente es un torbellino que absorbe al lector con la fuerza centrípeta de sus diálogos portentosos. Una fuerza que ha sabido plasmar en español –y no era fácil- el admirable traductor que es Mariano Peyrou.

Rodrigo Fresán la definió como la más breve y la más normal de sus novelas. Si lo primero es indiscutible, lo segundo es más dudoso. Porque en Gaddis -en el mejor sentido de la expresión- nada es normal, afortunadamente. 

Santos Domínguez

11/1/14

William Gaddis. Jota Erre


William Gaddis.
Jota Erre.
Traducción de Mariano Peyrou.
Sexto Piso. Madrid, 2013.


Había en él algo de precursor, se dice del protagonista barojiano al final de El árbol de la ciencia. Y ese mismo juicio se podría aplicar a William Gaddis y a esta novela, que en 1975, diez años antes de su celebrado Gótico carpintero, hablaba de estafas piramidales y de especulativos vendedores de humo virtual. 


No sólo por ese tema, tan actual, se anticipaba a este tiempo Jota Erre. También por su estructura renovadora, por su construcción a base de diálogos fragmentarios generadores de un ruido y un caos que exige la intervención activa del lector y que provocaron el rótulo de Mr. Dificult que le colocó Franzen.

Esos diálogos son los que ponen en pie y en movimiento a unos personajes que anticipan el descontrol de una sociedad tan individualista como la estadounidense y la deriva liberal del capitalismo salvaje en esta novela extrema que toma su título del nombre de un niño de once años que en los recreos y desde el teléfono público de su colegio monta un negocio desde la nada y sin nada, en la que ha sido calificada como la mayor novela satírica de la literatura norteamericana.

Santos Domínguez

10/1/14

Elegía de Yuste



José Antonio Ramírez Lozano.
Elegía de Yuste.
Celya. Salamanca, 2013.

El cementerio de Yuste, donde están enterrados los cadáveres de decenas de combatientes alemanes de las dos guerras, a la sombra del monasterio que fue último refugio del Emperador Carlos, se ha convertido en una referencia temática, en un motivo poético al que acaba de hacer una aportación sólida y brillante José Antonio Ramírez Lozano.

Su intensa Elegía de Yuste es un admirable tríptico enmarcado por las referencias históricas a aquella antesala de la muerte que tiene su parte central en doce lápidas que evocan doce vidas truncadas. Un Spoon River europeo que más que una elegía es una oda. Más que un triunfo de la muerte, una celebración de la vida: Derrotar a la muerte tras la muerte, /.../ la vida más allá del vivir de los días.

Santos Domínguez