27/9/13

Fotos y poemas sobre la ciudad de San Francisco


Pablo Luque Pinilla.
José Luis R. Torrego.
SFO.
Renacimiento. Sevilla, 2013.

Todos me dicen que soy distinto desde que estuve en San Francisco, escribe Pablo Luque en Falling Slowly, uno de los textos centrales del espléndido libro que reúne fotos y poemas sobre la ciudad de San Francisco y publica Renacimiento.

Un libro que tiene como punto de partida las fotografías que el diseñador José Luis R. Torrego hizo en 2004 en San Francisco, una ciudad distinta a todo lo que yo conocía de EEUU. Se respira cierto aire norte-europeo, un ambiente absolutamente ajeno, en un primer impacto, al tópico californiano. Mientras caminaba, empecé a tirar fotos de la gente con la que me cruzaba. Disparando con la cámara a la altura de la cadera, la ciudad enmarcaba a los sujetos como un escenario. Surgían así algunos estereotipos, pero también algo más.

Ese algo más lo explora el poeta Pablo Luque, que puso letra a las imágenes y añadió su mirada a la del fotógrafo. El libro ofrece así dos miradas instantáneas. Esa es la clave en fuga que define el lugar de encuentro de la fotografía y la poesía para entablar un diálogo –las palabras son de Pablo Luque- que se basara en la complicidad entre lenguajes artísticos y para profundizar en la historia personal que se intuía tras aquellos rostros en un enclave tan mítico como singular, y ayudar a construir el pensamiento y la voz de los protagonistas retratados (...) con textos directos, breves y ágiles −también en su itinerario creativo−, y, en lo posible, más cercanos a un público no necesariamente lector de poesía.

Esa es la propuesta hecha realidad en este libro: el encuentro de un espacio común que vincula las dos artes en las dos miradas superpuestas de sus autores para abordar un mundo huidizo e inaccesible a través de unas imágenes que van más allá de la representación de unos seres concretos en un ámbito concreto, sitúan lo individual en lo colectivo, hacen de un lugar en el mapa un símbolo de la vida contemporánea y se convierten no solo en el reflejo de una ciudad y de sus habitantes, sino en metáforas del mundo y de la existencia.

Porque en estas fotografías y en estos poemas se capta lo que tiene el momento de fugaz y de irrepetible, pero también de representación simbólica de algo más universal e intemporal en un diálogo creativo lleno de sugerencias que esperan también el papel activo del lector, la complicidad del espectador.

Los rostros y los gestos, los edificios y las largas y empinadas avenidas de San Francisco dialogan con unos textos que son tan directos y rápidos como el disparo del fotógrafo para dar la imagen artística de una ciudad que es también todas las ciudades, y de unos habitantes que están, en las imágenes y en los textos, más allá de su existencia individual, como este Urban viator, que acompaña a esta imagen:





Al crecer
              los ejemplares jóvenes emprenden el viaje,
se unen a los de su manada.
Esta discurre, veloz y ajena,
trotando en el desfiladero,
ignorando los márgenes que ocupan
los animales rezagados.
Cuantos quedan en la orilla
presa son del estupor,
de la quietud que brota en la impotencia,
del rumbo incierto donde se amplifica la locura.
Miran escépticos a los que galopan,
hacen recuento,
aceptan impasibles la estampida.
Esperan el final sobre un mástil
que subraya
                    la paradoja de la escena.


Santos Domínguez